9.- Celos

Personaje: Aizawa Shōta

Advertencia: Escena subida de tono. La ONU otra vez :'v

Pedido de: always-im-fine

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No sabía exactamente el cómo describir su relación con el profesor Aizawa, no era del todo una relación de noviazgo, al menos no como tal, había salido a comer en dos o tres ocasiones a lo mucho, sin sobrepasar nada que no fuera de una simple caricia, sin embargo, su relación no podía describirse como la de alumna - profesor, pues eran más cercanos de que normalmente se debería.

Y aquella duda por saber qué clase de relación mantenía con el desalineado profesor la había tenido agobiada por toda la semana al ser invitada a salir al cine por el rubio joven de la clase A, Denki Kaminari, rechazando de su invitación con la excusa de ya tener a alguien cuando no podía asegurarlo del todo.

Miwa, era una estudiante de la clase B, había logrado entrar al curso de héroe después de haber ganado en los juegos deportivos de segundo año; claro que para ello, tuvo de un arduo entrenamiento para lograrlo. Había conocido al profesor Aizawa poco después de ese evento, en una de las veces que tuvo que ir a sala de maestros a dejar los montones de papeles que su profesor le había encargado. Después de ello, empezaron a tener una que otra salida de vez en cuando.

Caminaba por los pasillos agotada dirigiéndose a enfermería debido a su anormal estado de fatiga. El usar su kosei hasta llevarlo al límite provocaba de esos efectos secundarios, como jaquecas y un abrumador cansancio. Por tanto, ni siquiera se molestó por quitarse su traje de héroe antes de ir a enfermería, pues sentía que en cualquier momento caería al suelo en un profundo sueño.

Pero en cuanto giró a su izquierda, aquella sensación de fatiga pareció desaparecer, o quizá y fue que la furia era mucho más fuerte que su cansancio, por lo que fue reemplazado. Palideció, más si es que era posible, manteniéndose estática observando y analizando la escena a escasos metros de ella.

Su tan querido profesor Aizawa estaba ahí parado con su tan característica expresión de desinterés por su alrededor, pero aquello no podía tenerla así, pues si estuviera solo a mitad del pasillo, otra sería de su reacción. Aquél apático profesor yacía rodeado por tres jóvenes de primer año, al que con una simple y rápida mirada, podías notar a kilómetros que eran de las chicas que podrías describirse como fáciles, seductoras y venenosas, en palabras resumidas, como zorras.

Las reconocía a cada una, eran alumnas de aquél desalineado hombre, las nuevas integrantes de la clase 1-A; las tres portaban de sus trajes de héroe, unos que dejaban bastante piel al descubierto, completamente lo contrario al de Miwa. Reconocía que las niñas eran bonitas, razón de que su furia aumentará con verlas cerca a él, pero eso no era todo, lo que colmó con su paciencia por no plantarse frente a él fue el hecho de ver cuándo pasaron de sus manos por los brazos y hombros del pro - héroe. Ni siquiera ella había llegado a hacer eso, sus caricias en sus tan pocas salidas se limitaban a tocar los nudillos del otro con suavidad.

Pero lo que más le molestó fue que él ni siquiera se inmutó por aquel tacto. Haciendo lo posible por lucir calmada se fue acercando a aquellos, sonriendo como suele hacerlo normalmente. Ante su presencia las menores despegaron sus manos del mayor con notoria molestia, que poco le importó a la peliceleste.

— Profesor Aizawa, necesito que me asesore en una materia — mintió en su intento por sacar al azabache del medio de las otras adolescentes aspirantes a héroes.

— El profesor Aizawa no está disponible, tiene clase con nosotras, búscate a otro — habló una con su castroso tono de voz tomando del brazo al azabache.

— Pero... Profesor Aizawa, enserio que ocupo de su ayuda — volvió a insistir, intentado no sonar tan desesperada como en su mente lo asimiló.

— ¿Eres sorda? Él tiene clase — la encaró otra de la jóvenes.

Ella posó su grises ojos en los oscuros ojos de profesor, quién suspiró pesadamente, se llevó una mano a su nuca comenzando a avanzar por el pasillo dándole la espalda.

— Ellas son mis alumnas, tú no lo eres; de ellas soy su profesor, de ti no lo soy — habló con su habitual tono de voz.

Y a la de ojos grises sintió de una fuerte punzada en el pecho, sin embargo, no lo demostró, mucho menos delante de las tres menores que sonreían de oreja a oreja con gran cinismo. Miwa sonrió, la mejor sonrisa que en ese momento podía hacer, no era débil, y no dejaría verse como derrotada por lo que agregó:

— No se preocupe, profesor Aizawa, afortunadamente no es del único profesor en la academia al que puedo acercarme por ayuda, estoy segura que habrá algún otro que pueda ayudarme.

Y acto seguido se retiró en dirección opuesta a la del malhumorado azabache.

Ante la insistencia por el rubio de la otra clase, terminó por optar por el aceptar de su invitación al cine. Haciendo que el joven eléctrico festejará con gran alegría en la cafetería dándole un abrazo mientras le decía montones de cumplidos a la de celestes cabellos que únicamente como respuesta pudo darle una cálida sonrisa mientras de un rubor se teñía en sus mejillas.

Denki pasó su brazo por los hombros de Miwa durante el almuerzo mientras charlaban con sus compañeros, presumiendo de haber logrado ganarse de una cita con la carismática joven de la clase contraria.

Pero aquella alegre escena era observada con molestia por un azabache, uno que el curso anterior había sido el profesor de el rubio que ahora abrazaba a la celeste. Se fue acercando a la mesa de ellos con una tranquilidad, poniéndose frente a ellos, su ex alumnos lo saludaron animados.

— Misaki, ocupo hablar contigo — habló el mayor con su monótono tono de voz.

Ella se levantó siguiendo al adulto a un lugar no tan concurrido por los estudiantes, seguía enojada con él, a pesar de que ya hubieran pasado tres días de aquello, sumándole que él en esos días jamás fue a buscarla. Ella era orgullosa aunque no lo pareciera, claro que se la tenía guardada; sin dejarlo hablar, ella se apresuró a decir:

— Usted no es mi profesor, y yo no soy su alumna ¿No lo recuerda? No hay razón para que me busque.

Y aquellas palabras para nada que las esperaba el azabache, frunció ceño un tanto sorprendido. Miwa le sonría de manera ladina, él imaginó que estaba enojada al no ser buscado por la celeste en los recesos; y antes de poder decirle algo, ella ya se había alejado, volviendo a tomar asiento junto a Kaminari.

No era raro que la ojigris se quedará hasta el final, era ya como una costumbre el que fuera la última en salir del aula, y hoy no era la excepción, eran extrañas las veces en las que ella salía temprano. Terminó guardando sus útiles, colgándose la mochila al hombro, salió de la vacía aula. Era ya fin de semana, ese mismo día por la tarde tendría lugar su salida al cine con el rubio chico.

Salió al pasillo parándose a unos metros de ellos, Aizawa estaba ahí, nuevamente rodeado por dos de las chicas de vez anterior, no quería ser vista por el profesor de azabache cabello, optando por girarse y tomar del camino largo. Le dolía aquello, pero no podía reclamar nada, aquellas salidas no podrían haber significado algo, quizá y solo era por mera amistad por lo que en anteriores veces habían salido.

Respiró profundamente tratando de calmarse, pero el que se posará una mano en su hombro la hizo pegar un sobresalto ahogando el gritó que estaba por soltar. Se giró un tanto asustada, topándose con aquel desalineado hombre al que había estado evitando.

— Profesor Aizawa — dijo ya más tranquila — Con su permiso.

E intento pasar por su lado, pero el hombre se lo impidió, tomándola de los hombros, haciéndola entrar en uno de los salones vacías que cercana tenían. Ella se sorprendió mucho, abriendo sus grises ojos perpleja por las acciones de aquél hombre que por sus mismas palabras no era su profesor, al menos no directamente.

— ¿Por qué has estado evitando me, Misaki? — le preguntó rascándose la nuca.

— No le estoy evitando, profesor, únicamente le dejó su espacio con quiénes si son alumnas — explicó acomodando la mochila dispuesta a salir del aula haciendo énfasis en el "si".

Nuevamente el mayor le impidió de su salida, poniéndose entre la puerta y ella cerrando, llevándose su única forma de escapar. En el rostro del héroe apareció una siniestra sonrisa, una que Miwa nunca vió en su rostro.

— ¿Estás celosa? — le preguntó con cierta burla.

La celeste se sonrojó inmediatamente, carraspeo la garganta pasando saliva nerviosa, eso era, su molestia por verlo rodeado de aquellas chicas la hacían ponerse celosa, y hasta ahora caía en la cuenta de ello.

— No — lo negó.

Desvío la mirada al suelo, evitando tener contacto con los oscuros ojos de Aizawa. El mayor volvió a sonreír, era correcto, se acercó más a ella, está retrocedió por la repentina cercanía, error,  acabo tal  y como el  mayor deseaba, acorralada contra la fría pared. Ya no había a dónde correr, los brazos del adulto se pusieron a sus lados para evitar que buscará huir.

— ¿S-shōta...? — tartamudeo, y el rubor en su rostro fue imposible de ocultar.

— Yo si estoy celoso, es molesto que Kaminari ande revoloteando a tu alrededor — su aliento chocaban con su frente, sentía que se derretía — Como pareja, te pido que no salgas con él.

Y aquella afirmación la tomó con la guardia baja, ¿ella y su azabache profesor eran pareja? ¿Desde cuándo? Sus piernas temblaron con mayor intensidad.

— ¿Pareja? — repitió en medio de tartamudeos.

— ¿Acaso quieres una demostración?

Ni siquiera pudo responder, no se le dejo contestar. El mayor se había lanzado a besar de sus labios de una forma voraz y feroz, tomando desprevenida a la de cabellos celestes. Intentó seguirle el ritmo, cosa imposible, él por su edad, ya tenía de una experiencia más avanzada a la que ella podría tener; sus manos, que antes se encontraban en el pecho de su profesor, de manera temerosa fueron subiendo hasta enrollarse en el cuello del mayor, enredando sus delgados dedos en el azabache cabello de él. Aizawa la tomaba fuertemente por la cintura apegando su cuerpo al de la fémina, sus manos fueron descendiendo con sutileza para dar un apretón al trasero de la de ojos grises, arrancándole de un suspiro.

— S-shōta... — habló en medio de suspiros, inclinó su cabeza atrás al sentir del manoseo en su trasero.

Él sonrió para pasar a besar el pálido cuello de la menor; sus manos continuaron bajando acariciando de los muslos de la celeste, para después tomarlos haciendo que sus piernas se terminaran enroscando en su cadera. El mayor camino con ella hasta depositarla sobre el escritorio, continuó con aquellos feroces besos, mordiendo y devorando sus labios, para después cortar tan de pronto de aquel apasionado momento.

— Suficientes demostraciones por hoy — dijo él con cierto rubor en su rostro.

No negaba el hecho de que hubiera querido continuar con lo de hace unos instantes, pero no era ni de él lugar, ni de el momento correcto. Mientras que la chica seguía jadeando consternada por lo que había sucedido tan rápidamente, quería reprocharle por el haberla dejado de tal forma.

— ¡Usted es un idiota! Es como un microondas, nomás calienta, pero no cocina — reclamó con la respiración agitada mientras se acomodaba la falda.

Aizawa sonrió por tal comentario, la tomó del mentón dándole un corto beso en los labios.

— Te llevaré a cenar esta noche.

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