8. Una Simple Chica
Personaje: Midoriya Izuku
Advertencia: algo sad.
◼️◼️💚◼️◼️
Lo reconoció entre la multitud que abordaba al tren. Cada mañana sin falta lo veía subir al tren para moverse a su academia, y ella por su parte sin falta cada mañana lo esperaba para tan solo verlo en un breve momento. Él, un joven bastante distraído de su mundo a su alrededor, o quizá y era un joven bastante centrado en lo esencial ignorando a lo que no lo fuese, como por ejemplo, ella; debido a esto jamás notó el sobre su constante mirada.
Nunca se ha atrevido a hablarle, tampoco por acercarse un poco más a él. Es lo bastante tímida para ir a su lado, conformándose con únicamente verlo a la lejanía; eran unos simples desconocidos, y por mucho que le doliera, eso no cambiaría; desconocidos eso eran, nada más.
No, era ella la simple desconocida, era un don nadie para aquel joven verdes ojos. Y eso no cambiaría; ella no asistía a una prestigiosa academia de héroes, como él, tampoco era como si quisiera ser un héroe, como él, siendo precisos, no había nada que quisiera ser o hacer. Se movía por simple inercia, imitando a las masas. El sólo el hecho de esperar en la estación por verlo era lo único que hacía de manera consciente.
Ella no tenía de una figura a la cual admirar, como él; tampoco era que fue privilegiada con el mejor poder en todo el mundo, como él. Y analizándolo todo, a final de cuenta, ambos adolescentes pertenecían a mundos tan distintos entre ellos que la única forma en que uno se sumergiera en el desconocido mundo del otro tendría que ser o muy valiente para entrar a aquel mundo de héroes o muy cobarde para terminar en el mundo donde aquello era sólo un sueño de difícil alcance.
Ella sonrió en cuanto vió Midoriya llegar a aquella ajetreada estación, cada día aprendía algo de él.
Una fijación, una obsesión, un amor platónico, como quisiera ser llamado, pero aquél joven era su todo. Su corazón se aceleró con tan solo ver al tímido chico llegar, viendo su revoltosa cabellera a la lejanía, sus ojos volvían a brillar con solo ver al desconocido chico que había atrapado de su atención.
Sacó su móvil, fotografiando al joven de verdes cabellos de manera distraída. Con está eran ya treinta y un fotografías que le tomaba cada día al abordar al tren; tomando siempre distintas rutas, siempre contrarias. Aunque lo quisiera, no existía forma en que sus caminos terminarán cruzados. No existía de que hubiera ese choque accidental para el inicio de una plática, tampoco el que asistieran al mismo colegio para acercarse a él con naturalidad, no eran tampoco vecinos ni algo cercano.
Miró su reloj. Era tiempo ya de tomar su tren.
Pasaron los días, pasaron semanas, pasaron los meses, y ella seguía limitándose a observar. Pero después de mirar su reloj, notó que el joven desconocido por el que siempre suspiraba no llegaba, ya había pasado hora y media desde que tuvo que haber acudido aquel joven. Suspiró resignada, se había entristecido por no verlo.
Su pequeño amor no había aparecido, igual que ayer, igual que antier y muy probable a mañana, muy probable a pasado. ¿Por qué a su falta?
Él era como el aire que respiramos día a día, y sin verlo, era como irse ahogando lenta y agonizante, una muerte doloroso, verlo en las fotografías que en su pasado le tomó no era lo suficiente para mantenerse viva, ocupaba de ver de el viento hacer danzar a sus rebeldes cabellos, necesitaba verlo pestañear, verlo entre la multitud de gente en la estación, no en una estática fotografía.
Y tal como en días pasados, se fue con la cabeza baja a casa, con el corazón hecho trizas por sumarse otro día sin verlo a su lamentable cadena.
Esa misma tarde, una fuerte tormenta cayó sobre sus hombros, empapando su cuerpo por completo. Hasta el día parecía en esforzarse por hundirla más en su nostálgica espera sin éxito, sin motivo. Sus zapatos empapados con cada paso dado escurrían, su cabello escurría por la gran cantidad de agua.
Hasta que la lluvia cesó, al menos para ella.
Sorprendida notó del paraguas sobre su frío y mojado cuerpo, se giró encontrándose con un joven menor estatura a ella, uno de revoltosos cabellos verdes, uno que vestía de héroe y que con una amable sonrisa le extendía de un paraguas.
Sus ojos soltaron de un brillo nunca antes visto, dudando en aceptar aquel paraguas temiendo que se tratará de un sueño. Y después de unos minutos de duelo, tomó el paraguas cubriéndose de la fuerte tormenta.
— Gracias — articuló incrédula.
Él asintió alegremente, retirándose a una gran velocidad, desapareciendo rápidamente del campo de visión de depresiva adolescente.
•
•
•
Su corazón se acelera, lo siente latir tan de deprisa que teme por qué se le escape del pecho, su respiración de agita, y sus manos sudan. Pasa sus manos con temblores por su largo cabello buscando tratar arreglarlo, sus pupilas danzan con rapidez, y un suspiro escapa de sus rosados labios.
Lo ve, ve a aquel chico de verdes cabellos esperar de el tren como antes solía hacerlo; no quiere de una fotografía, no quiere de capturar de un estático recuerdo con su móvil, con pasos indecisos se va acercando entre la multitud a él.
Su pálido y delgado brazo se estira en un intento por encontrarlo, en un intento por tocar a aquel chico que siempre estuvo a su alcance, en una búsqueda por agregarlo en su recuerdo de sensaciones.
Pero es entonces que su brazo se contrae nuevamente a su cuerpo, frenando su lento caminar.
Y todo ante sus ojos parece correr en cámara lenta; el castaño cabello de una chica alzándose por la débil brisa verano, corriendo a los brazos del joven, correspondiendo con un exagerado sonrojó sonriendo.
— Te he extrañado, Deku.
El mundo vuelve a avanzar con naturalidad, dejando a la triste chica atrás, se queda estática, con una imagen que de su memoria no ha de borrarse.
No tenía posibilidad, era tan común, tan simple, sin poderes, sin metas, sin sueños ¿Cómo una simple chica como ella podría acercarse a él, un futuro héroe?
Los vió abordar al tren tomados de la mano, ambos sonriendo. Y ella, únicamente pensó en escribir un punto final a su lamentable existencia.
◼️◼️◼️
Ojalá te guste, aunque me ha quedado demasiado corto :c
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top