Personaje: Todoroki Shoto

Advertencia: Neh

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Terminó por atar la corbata del bicolor, dio unas palmaditas en sus hombros alzando la mirada para encontrarse con la suya, Todoroki desvió la mirada, tomando el saco de sofá junto a ellos, ella se aparto con cierta disolución, lo vio colocarse el saco. No podía acostumbrarse del todo, sonrió de manera forzada sentándose en la cama, viendo con atención cada uno de los movimientos del héroe. Se colocó colonia, acomodó su saco y peinó su cabello.

— ¿Cuándo regresarás? — preguntó.

El joven abrió uno de los cajones tomando uno de sus relojes, se tomó su tiempo en responder, volvió a mirarse en el espejo asegurándose de verse bien; se dirigió al clóset donde tomó de un abrigo beige largo.

— No lo sé.

Ella suspiró. Se levantó acercándose a él, acomodo el cuello de su camisa, él seguía mirando hacia otro lado, se paró en puntas dándole un beso en la mejilla; Shoto se sobresaltó volteando a verla, la joven tenía de un ligero sonrojo en sus pálidas mejillas, la tomó de ambos hombros alejándola de él.

— ¡Ey! — Se quejó, observó como tomó la maleta apresurándose por salir de la habitación — Soy tu esposa, ya es tiempo para que lo asimiles.

Era cierto, tenían aproximadamente casi dos años casados, sin embargo la relación no era como en público se mostraba, era todo de una acto, entretenimiento, ella siendo una conocida idol y él un aclamado héroe, el matrimonio de estos dos era todo un shows ante las cámaras, realmente llamativo; pero por supuesto que delante de las cámaras el héroe se mostraba afectivo con la idol, muestras de cariño, besos abrazos, sin embargo fuera de esta el rechazo era tan frío como el hielo y pan de cada día.

Su boda fue de los eventos más esperados en la nación, por la popularidad de ambos, pero, aquél evento fue planificado, en un pasado se llevo de un acuerdo de que se casarían, un matrimonio forzado, un contrato, todo por la cercanía de los familiares de ambos, al menos en términos de economía, pues también aquella relativa amistad era solo cuando se ocupaban el uno del otro. Dicho matrimonio, no sólo había terminado por beneficiar a los familiares, sino a las compañías de ambos en las que estaban sujetos. 

— Sabes que jamás he aceptado este matrimonio — respondió desde la puerta — Solo quedan unos meses más por fingir, y te pediré el divorcio.

Dicho esto, salió de la habitación  dando de un portazo.

[...]

— Hyun, ¿qué tal todo con Shoto? — una de sus amigas preguntó

Había decidido salir a pasear por las calles con su mejor amiga, no exenta de que cada cierto tiempo alguien se le acercara por un autógrafo o foto. Ella respondía con amabilidad ante todo sus fanáticos, manteniendo su imagen de alguien carismática y atenta.

— De maravilla, es un gran chico.  Ha tenido que salir del país por una misión, pero todo va bien — sonrió con cierta timidez.

Su amiga sabía que mentía, pues ya había sido en diversas ocasiones testigo de la frialdad con la que el héroe la trataba, cuando unos camarógrafos se acercaron a ellas de manera sofocante. En un abrir y cerrar de ojos se hallaban rodeadas por la prensa, ninguna sin entender el por qué a la situación. Hyun intento escapar de aquél círculo, pero se le impidió por la cantidad de personas, pues después no solo eran reporteros, también fanáticos que grababan con sus móviles.

— ¿Tu relación con el aclamado héroe Shoto ha tenido problemas?

— ¿Pasan por una separación?

— ¿Esta enterada de el supuesto amorío que el héroe tiene con una de sus compañeras de trabajo?

— ¿Desde cuándo hubo ese distanciamiento entre ustedes dos?

— ¿Le ha sido infiel al héroe?

Una lluvia de preguntas comenzaron a azotarla, miraba con confusión a todas direcciones sin saber como y a quién responder, no lo comprendía se sentía asfixiada por la repentina atención, las preguntas seguían azotando sus oídos de un lado a otro; fue cuándo sintió que la tomaron de la mano, fue jalada sacándola de aquél círculo, su amiga se giro ante los medios.

— Hyun dará una respuesta a sus preguntas por sus cuentas oficiales — habló con firmeza.

Se acercó a la avenida parando un taxi, subiéndose ambas de manera inmediata. La joven idol aun aturdida miró de su móvil que rápidamente comenzó a llenarse mensajes, desbloqueó, fue cuando comprendió de aquel repentino acto, por todos lados le estaban llegado fotografías de Shoto en el aeropuerto junto a una joven que no fue difícil de reconocer, su larga cabellera negra y el bien formado cuerpo que tenía algo que ya tenía bien identificado.

Su amiga cubrió la pantalla de su móvil con la mano, haciendo que volteara a verla.

— Seguro solo son rumores, en las fotografías solo se muestran ambos en el aeropuerto, ella también es un héroe, quizás les ha tocado ir a la misma misión. Tranquila.

Una vez en el departamento, se seguía manteniendo bastante intranquila, por todos lados seguían llegado de aquellos rumores, y su celular no paraba de sonar pidiendo entrevistas por parte ella.

¿Y cómo podía estarse tranquila? 

Después de todo, sabía bien que aquel amor solo era unilateral, pues era ella la que hacía todo por su matrimonio mientras que él solo la rechazaba, agregando la discusión que habían tenido el día anterior antes de que se fuera al aeropuerto. Caminaba de un lado a otro por la habitación mordiéndose las uñas, había intentado comunicarse con su marido des que los rumores se desataron sin tener éxito uno.

El celular volvió a sonar, provocando que se lanzara a contestar, pues era el tono de llamada con el que tenía configurado a su esposo.

— Shoto.

— He encontrado en una juguetearía la muñeca que siempre has querido ¿quieres que la compre?

La joven se quedó muda, anonada, tenía todo un caos y él solo la llamaba por una muñeca. Tenía que admitir que aquel hombre por el que constantemente era rechazada la dejaba muy a menudo sin palabras, tristemente por cosas completamente ridículas que no venían al caso.

— Hyun, ¿sigues ahí?

— ¿Tan siquiera has visto las noticias? — habló finalmente. 

— Hyun — su voz sonó completamente seria, inclusive algo dura, hizo una larga pausa antes de continuar — Quiero el divorcio.

El celular se resbaló de sus mano estrellándose contra el suelo, una lágrima descendió por su mejilla, su labio inferior comenzó a temblar y un sollozo escapó de sus labios.

No se preocupo por levantar el celular, o colgar la llamada, se tiro de rodillas dejando escapar las lágrimas, dejando fluir su dolor.