27. Fuego, Hielo y Alcohol.
Personaje: Dabi, Todoroki Shōto.
Advertencia: creo que nel.
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Simplemente permaneció en silencio. Bajo la mirada abrazándose a si misma en busca de un poco de calor. Llovía fuertemente, había olvidado de su paraguas, pero eso no le importaba, le daba igual el mojarse, simplemente se sentía así por la reciente discusión con Todoroki. Iban a cumplir ya el año y medio de ser novios, en un principio todo había sido amor, cariño y ternura, pero en los últimos meses él ya no le prestaba la misma atención que antes, olvida responderle mensajes, ya no le marcaba y sus salidas se habían reducido hasta ser casi nulas.
Había discutido con él cuando lo vio llegar acompañado de una de sus compañeras de clase, Akane no era para nada celosa, nunca le prohibió el contacto con sus amigas, pero que haya llegado con Yaoyoruzu, la chica que no era para nada de un secreto de que tuvo o mantiene sentimientos por el bicolor para nada que le cayó en gracia.
Se levantó claramente molesta enfrentado a ambos, y Todoroki defendió a la pelinegra para después darle fin a la discusión dejándola como una celosa tóxica delante de toda la clase. Creyó que en receso la buscaría para hablar de lo sucedido, sin embargo no fue así, pero fue de un gran alivio verlo sentado con Midoriya, y no con la causante de su discordia.
— ¿Te ha vuelto a olvidar? — alzó la mirada encontrándose con las orbes violentas de Hitoshi.
— Su padre ha venido por él — dijo cuando claramente lo había visto ayudar a Yaoyoruzu con sus cosas.
Shinsō también lo había visto, permanecen silencio junto a ella, él ya le había dicho en varias ocasiones pasadas el que lo dejará, sin embargo su amiga era muy aferrada y se excusaba diciendo que solo estaban pasando por un mal momento, que todo volvería a su rumbo natural.
[…]
Esa misma tarde, Akane salió a hacer de unas compras sola, le había pedido a Todoroki que fuera con ella, pero este se había negado diciendo que estaba cansado y quería descansar un poco. Ella no insistió más, tomó sus cosas y salió.
Quería recordar cuando fue la última vez en que el afecto de Todoroki era real y no algo forzado, le dolió él no poder recordarlo, ya era bastante tiempo, ocupaban hablar de ello, de él por qué su relación se estaba yendo al carajo, pero él no tenía tiempo para ella, le salía con miles de excusas que a ningún lado la llevaban.
Quizás debería dar todo por terminado.
— Oye.
— ¿Huh? — volteó hacia el callejón donde le había hablado.
Era ya tarde, no tardaba en oscurecer, la gente comenzaba a recogerse y los negocios a cerrar. De entre las sombras salió un joven alto, delgado, estuvo a punto de gritar pero éste le hizo una seña para que callara. Cómo no reconocerlo, tenía de un aspecto bastante a típico, que extrañamente siempre le había atraído.
Lo conocía, pero por supuesto, se había visto en múltiples ocasiones en el pasado. Dos de ellas les había tocado agarrarse a golpes al estar en bandos contrarios. Sin embargo, el resto de sus encuentros se caracterizan por ser una plática tranquila.
— Dabi — pronunció apenas.
El mencionado sonriendo acercándose a ella. Era notablemente más alto, revolvió su cabello empezando a caminar. Ella por mera inercia lo siguió. Estaba lejos, muy lejos como para encontrase a algún conocido, mucho menos para encontrase a Todoroki, qué ahora le valía si la viera junto a el joven villano.
Entraron a una taverna, vacía, aún estaban de preparando el local para la vida nocturna, Akane dudo en entrar, sin embargo mando todo al carajo siguiendo al de cabellos oscuros. Éste se sentó en junto a la barra, le regaló una inapreciable sonrisa.
— Te invito un trago — dijo el arrimando de un caballito.
— No puedo — alejó el caballito de ella desviando la mirada.
— Si puedes, se nota que quieres olvidarlo — dijo él volviendo a arrimar el caballito.
Observó con desconfianza el contenido, y después a Dabi, entoces lo tomó de un solo trago, dejando el caballito completamente vacío, Dabi volvió a sonreír y después encendió de un cigarrillo, el humo inundó a ambos, la chica se acercó un poco más a él, acarició de los nudillos del varón.
— Deberías dejarlo — sugirió con voz ronca.
— No puedo — contestó de manera inmediata — No quiero hacerlo.
— Es un idiota — dijo él.
Ella se volteó a él con velocidad para reclamar, cuando él la besó, la tomó del mentón para acercarla a él, y su otra mano se deslizó por sus piernas. Comenzó a hacer profundo del beso, arrancando de un suspiró por parte de ella.
Permaneció en shock por unas milésimas de segundo, era incorrecto, no estaba permitido, pero la imagen de Todoroki estando con Yaoyoruzu le hizo mandar todo al carajo. Enredo sus brazos en el cuello de Dabi, el alcohol comenzó a hacer efecto, de repente sintió de todo su cuerpo arder, estaba deseosa.
¿Hacía cuánto que no tenía una mínima muestra de afecto de su novio?
No lo sabía, pero si Dabi estaba dispuesto a dárselo, no se negaría. Le gustaba el sabor de los labios del villano, una mezcla entre el alcohol y tabaco, un sabor que jamás encontraría en los labios de Todoroki, y hasta este momento se daba cuenta que le gustaba.
Se pusieron ambos en pie sin romper el beso. Las manos de Dabi pasaron por debajo de su falda, acariciando con intensidad de sus muslos, para luego subir y darle de un apretón en su trasero. Ella suspiró. Dabi sonrió, entonces mordió de su labio inferior con cuidado. De un momento a otro, la tenía contra la pared, su mano subió empezando a masajear por encima de sus bragas.
Estaba más que mal, pero no podía parar, volvió a soltar un suspiro, apartándose de los labios del villano, su rostro estaba más que enrojecido. El de cabellos oscuros aprovecho para bajar a su cuello, desabrochando del primer botón de blusa para exponer un poco más de su piel y seguir besando y lamiendo de este.
Akane, entoces se zafó. Estaba mal, por muy abandonada que la tuviera, aún no se había mostrando como alguien que la engañará, su cubrió del pecho agachando la cabeza.
— Lo siento, esto está mal — y salió del establecimiento corriendo.
[…]
— Todoroki — el mencionado se giró al instante verdaderamente sorprendido.
No era que le extrañará ver a la chica tras de él, en sí era una costumbre, siempre estaba buscándolo intentando que pasar tiempo con él, según a como Shinsō, el mejor amigo de Akane, lo veía, siempre andaba mendigando de su cariño. Y él siempre la apartaba dando de miles de excusas sin voltear a verla. Pero lo que hacía diferente está ocasión al resto, era que lo había llamado por su apellido cuando siempre le decía por Shōto.
La observó, era más alto que ella, traía la cabeza gacha y portaba de una bufando cuando hacía de un clima algo caluroso. Le tomó de las manos con una dulzura, besó el dorso de una de ellas como el caballero que se suponía que era.
— ¿Ocurre algo?
Entonces Akane quedó muda, había pasado la noche meditando que lo mejor sería terminarlo, pero ahora volvía a dudar, era otra vez dulce con ella, volvía a mirarla con ese cariño, con esa dulzura. Las palabras a su boca no acudían, estaba confundida.
El bicolor procedió a acariciar con gran ternura su mejilla colocando de unos mechones tras su oído. Y después darle de un corto beso en los labios haciéndola temblar.
— Salgamos esta tarde — le propuso.
Y ella sin pensarlo si quiera lo aceptó.
[…]
No lo entendía, nuevamente estaba en el mismo bar con el sujeto de las cicatrices volviendo a besarse con gran deseo. Nuevamente Todoroki la había dejado de lado, había sido de todo un príncipe en esa cita, pero al día siguiente, y el siguiente a ese y el siguiente a ese también, había vuelto a estar distante, cortante, frío.
Por consecuente había vuelto a terminar con Dabi dándose de furtivas caricias mientras bebían de alcohol y fumaban de un poco. Él era mismo fuego que le quemaba de una manera que disfrutaba. No sabía si hacía eso por despecho o si es que si había sentimientos de por medio.
Le gustaba la atención que le daba, una inexistente con su novio a quién no podía dejar. Se estaba volviendo costumbre, cada que iba a terminar con él, Shōto volvía a ser aquel príncipe de cuentos de hadas por solo un día para luego volver a ser ese rey del hielo, y volvía a Yaoyoruzu. Y Akane terminaba en mismo bar con aquel villano teniendo de lascivos besos.
— Déjalo de una vez por todas — dijo mientras encendía de un cigarrillo.
Ella lo miró, se sentía mareada, le costaba procesar lo que le decían, había bebido demasiado, la cabeza comenzaba a dolerle.
— No puedo — dijo al cabo de un rato de silencio.
Se levantó quitándole el cigarrillo a Dabi de los labios para comenzar a fumarlo.
— No te merece — le dijo para plantarle de un beso en los labios.
Ella permaneció en silencio.
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