25. Insuficiente
Personaje: Aizawa Shōta
Advertencia: Sad, drama, tragedia
Bien, para las personas que no me siguen, pues les avisaré que con este One Shot estoy abriendo la semana sad depresiva.
La escritora - chan que es una ilusa está muy triste, pero hagamos está chingadera
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— ¿Si sabes que tu amorío es imposible? — así reventó la burbuja en la que la joven se había envuelto.
La chica miró a su amigo, su único amigo y confidente, Bakugō Katsuki, se conocían desde hacía años, y daba la casualidad que terminaron coincidiendo en el mismo salón ahora en la preparatoria. Ambos eran muy unidos, él siempre la protegía, aunque sonará extraño viniendo de aquél rubio explosivo; y por este mismo hecho, la mayoría del salón especulaba que seguramente tenía de algún noviazgo secreto que ninguno se atrevía a revelar, por lo que no era extraño que Mina siempre estuviera sobre ellos buscando de alguna prueba contundente para confirmar de aquel noviazgo inexistente.
— ¿Crees que soy linda? — le preguntó devuelta.
El joven arqueó ambas cejas, y se volteó a otro lado.
— Sí, lo eres — contestó al cabo de un rato.
La joven le sonrió con ternura, abrió uno de sus libros de lectura, uno de romance volviendo a sumergirse en ella.
— Entonces no es imposible, la gente opina que también soy linda en la personalidad, así que debe ser suficiente — dijo para ya hundirse por completo en su lectura sonriendo con timidez mientras enrollaba su dedo en uno de sus rizos.
Katsuki la miró con cierta ternura, era verdad aquello, era una chica realmente noble, muy tierna, inocente, por supuesto que tenía de sus defectos como el ser testaruda o aferrada, pero no importaba mucho teniendo en cuanta el resto. Sin embargo eso mismo le preocupaba, su amiga era demasiado ilusa, inocente, y, ahora que sabía de por quién suspiraba empezaba a preocuparle; la conocía de antaño, por ello mismo sabía que no era alguien que se enamorara seguido, siendo honestos, nunca antes lo había hecho,al menos no con la intensidad de la de ahora, la chica estaba más que enamorada del profesor Aizawa y eso era lo que le preocupaba a su rubio amigo, sin embargo, no podía hacer nada más que ser de un espectador, pues no acabaría con aquella genuina felicidad que su amiga sentía por solo ver pasar al desaliñado profesor.
[…]
— Te contaré un secreto — llegó dando de brincos alrededor de su rubio amigo antes de finalmente sentarse frente a él.
Kirishima supuso que ocupaban de privacidad por lo que se levantó con la escusa de ir al baño, dejando a aquellos dos amigos en soledad. A Fayna, que era como la chica se llamaba, sus ojos brillaban de mera felicidad, sus mejillas se habían colorado de carmín y no paraba de enroscar su dedo en sus rizos, era más que obvio, su amiga estaba completamente enamorada.
— Dime — siguió comiendo.
— No vas a creerlo, pero... El profesor Aizawa y yo somos novios, anoche me lo dijo, fue tan dulce, te lo dije que no era imposible, el también gusta de mi como yo de él — dijo con los ojos brillantes.
Era hermosa y verla con tan felicidad la hacía aún más. Katsuki le sonrió, no apoyaba para nada la relación que su amiga tenía con el profesor, pero se lo guardaría, simplemente no le daba de buena espina aquello, sentía que había algo mal, muy mal en ello, pero no hablaría, no está estar seguro.
Por su parte, Fayna no paraba de suspirar cada que veía a aquel pelinegro, le gustaba, le quería, le amaba. Por las tardes se quedaba con él a esperar a que acabará de revisar de las tareas por solo tener de su compañía, le gustaba el abrazarlo, el acariciar de sus nudillos y las cicatrices que en estos tenía, le encantaba de pasar sus dedos por entre el largo y negro cabello del profesor.
— Es tarde, deberías ir a casa — le dijo él aún con el montón de papeles mientras que la chica seguía jugando con su cabello.
— Esperaré, me gusta pasear tiempo con usted — dijo sonrojándose al momento — Te quiero.
— También yo — respondió él después de un largo silencio.
— Shōta, ¿Hará pública nuestra relación? — preguntó.
— No, es riesgoso — respondió.
Ella dejó su cabello para abrazarlo con timidez enterrando su rostro en el cuello de este, notando de la varonil aroma que este desprendía. Entonces se atrevió a ir a algo más de lo que estaba acostumbrada, tomó en medio de temblores el rostro de Aizawa dándole de un inocente beso en la mejilla, quién sonrió un poco por el gesto de su joven de novia, colocando uno de sus brazos en la cintura de esta para atraerla a él dándole un beso en la coronilla para después acariciar su corto cabello rizado.
— ¿Vivirías conmigo?
— ¿Ah? Sí, no... Ósea sí, pero no ahora, ¡En un futuro! — habló de manera atropellada la joven con un fuerte color rojo sobre sus mejillas.
Shōta le sonrió de vuelta, sin dejarla de abrazar. Ella era feliz, muy feliz a su lado, pero cada vez le era más difícil ocultar lo que por su profesor sentía, suspiraba durante las clases completamente embobada, lo buscaba seguido en sala de los profesores con cualquier excusa estúpida con tan solo pasar momentos con él, aunque fuera efímeros. Le gustaba su aroma, le fascinaba el poder aspirar de ella en cada abrazo. Pronto cumplieron seis meses llevando de esa relación secreta, salía, no seguido, pues el profesor decía estar ocupado con su trabajo como docente y siendo héroe por lo que su tiempo juntos se limitaba a las clases en las que se tenía que mantener a la distancia.
— Pasamos muy poco tiempo juntos — se quejó la chica.
Aizawa solo asintió continuando con el papeleo, hoy era de esas ocasiones en las que ella podía quedarse después de clases junto a él. Permaneció sentada junto al profesor, para después abrazarlo como comúnmente hacía.
— Sería más fácil si viviéramos juntos — respondió poco interesado.
— Sí, pero no aún — dijo ella.
— ¿Le temes a lo que pueda conllevar el vivir conmigo? — preguntó.
Ella se sonrojó de inmediato, lo abrazó enterrando su cara en el cuello del adulto, empezó a acariciar los músculos de su pecho y espalda con cierta pena.
— No es eso — respondió — Te quiero.
Aizawa permaneció en silencio.
[…]
La chica caminaba con alegría, la noche anterior había sido buena, inolvidable, no imaginó que el quedarse hasta tarde con él terminaría en otro tipo de resultados, no se arrepentía, se sentía realmente llena, inclusive realizada. Había pasado la noche entera con el profesor del que estaba completamente enamorada, le había entregado su virginidad; se había despertado con su cabeza llena de fantasías, imaginó inclusive de como sería vivir con él por el resto de sus vidas. Estaba realmente llena de ilusiones.
En cuanto entró al aula, Ashido la tomó por los hombros sonriendo de manera confidente, la arrastró al interior del salón, se veía ansiosa por lo que sea que fuera a contar. Fayna estaba también de muy buen humor los recuerdos de la noche anterior seguían tan vivos, inclusive podía sentir aún de calor de las caricias, sus labios, todo.
— Sabía que el profesor Aizawa tenía pareja — dijo la de piel rosa muy animada.
La chica se sonrojó inmediatamente, una sonrisa estúpida apareció en su rostro.
— Este, puedo explicar...
— Mira — su compañera le mostró una noticia en el móvil — ¡Son tan lindos!
Su rostro se contrajo, sintió de un fuerte tirón en el corazón, seguido por una opresión que le impedía el respirar, la sonrisa se le borró de inmediato y sus ojos se cristalizaron completamente. Era una noticia en donde Aizawa no solo presentaba de si relación con una chica de verde cabello, si que también que pronto llevarían acabo de su matrimonio.
— ... Sí, son lindos — dijo con un intragable nudo.
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