19. Océano
Personaje: Shigaraki Tomura
Advertencia: protagonista quirkless, sad y drama
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Aquél peliazul desde el primer momento atrajo de su atención, su cabello se le hizo único, uno que para los ojos color zafiros de ella resaltaba entre la multitud. Sintió de una agradable calidez creer desde su pecho hasta cubrir todo su cuerpo por tan solo verlo a la lejanía. Una tímida sonrisa en sus labios se posó al verlo abordar al gran crucero en el que se estaban por aventurarse por todo un mes.
Había algo en él que lo hacía verse tan peculiar para la joven ingenua que todo era color de rosa, no supo si se trató por sus rojizos ojos, o aquellos labios resecos o el celeste cabello, rápidamente el azul se hizo de su color favorito. Era inocente, ingenua, tonta, la maldad para ella no podía existir, solo bondad y alegría, para su mundo de la tragedia no podía existir.
— Hola — se acercó a él en cuanto abordó del elegante barco.
Él la miró expectante, ante sus ojos solo era de una niña estúpida, una a la que no quería conocer. Esos ojos como zafiros le molestaban, su rubio cabello ondeando por la suave brisa del océano solo provocaban de un repudio mayor hacia la joven de gran belleza. Quiso ignorarla, pasando de largo, dejándola perderse entre los otros miles de pasajeros que abordaban, pero su pequeña mano tomándolo con una firmeza que nunca imaginó que tuviera lo detuvo.
— Soy Elizabeth — se presentó en un suave tono.
— Tomura — respondió cortante.
Pensó en que se iría, pero equivocado estaba, aquella joven le sonrió con una dulzura que asquerosa le pareció, le sonrió con una calidez que nunca antes sintió; su rubio cabello siguió ondeando y ella colocó de un mechón tras su oído provocado de un bella imagen para el peliceleste que rápidamente apartó la mirada.
— Tu cabello es lindo — dijo la doncella llamando de nueva cuenta su atención.
Claro, la joven e inocente Elizabeth estaba encandilada por aquel chico de exótica apariencia, todo en él denotaba de una embriagante aura, de una peculiar aroma que lo hacía de todo un misterio para joven mujer, uno al que más quería apegarse.
El joven permaneció en silencio, y se recargó en la barandilla observando del infinito mar azul y como el sol se ocultaba de poco en poco sobre este haciendo de una magnífico espectáculo, teniendo ambos chicos de una de las vistas más bellas de aquel magistral crepúsculo. El barco sonó de sus campanas el vapor salió por una de sus grandes chimeneas indicando que finalmente zarpaba y la travesía al fin comenzaba.
El cabello de Shigaraki danzó ante la intensidad del viento en cuanto el crucero se movió y los ojos de las chica brillaron con gran intensidad observando cada uno de los rasgos del joven peliceleste, maravillándose por la exótica imagen que poseía.
— Eres alguien muy peculiar, Tomura — dijo en medio de un suspiro.
Él la miró perplejo por tal comentario. Observó con detenimiento a la joven, no era alguien común, el collar en su cuello delataba de su muy buen estatus social, notó la inocencia que su frágil cuerpo desprendía, era bella, oh sí, muy bella. Una estrella, una perla, un diamante... Apartó la mirada al notar de sus pensamientos volviendo mirar hacia el crepúsculo en el horizonte.
— Bye bye, espero verte en la cena — dijo despidiéndose.
Él únicamente asintió sin siquiera mirarla, y cuando se aseguró de su ausencia volteó a por dónde debió alejarse, teniendo de la fortuna de ver de su silueta perderse entre los pasajeros mientras su rubio cabello se movía con suavidad. Sus secos labios se entreabrieron levemente, sintió relajarse, suspiró pesadamente, y al sentirse confundido rascó su cuello con gran brutalidad, maldiciendo a la doncella por provocarle de aquello.
[...]
— Baila conmigo — la chica le sonreía tiernamente.
Nuevamente quedaba sin palabras y odiaba eso, odiaba que esa desconocida joven lo dejara así cada vez que se le acercaba, detestaba esa estúpida sonrisa que únicamente a él le mostraba, repudiaba de su constante compañía, odiaba aquella aura de inocencia que tenía, pero sobre todo se odiaba así mismo por ser un villano, por ser algo tan ajeno a su mundo color de rosa, por ocultarle lo que era por tal de no acabar con aquella burbuja en la que Elizabeth vivía.
— Acepta de una vez — habló Dabi bebiendo de la copa.
Tomura se levantó de la mesa sin apartar la mirada de la chica, quién a sus mejillas se tiñeron de carmesí sonriendo con dulzura, su mano tomó de la muñeca al peliceleste guiándolo a través del enorme salón del barco, colocándose bajo del enorme y elegante candelabro de cristal. Los violines comenzaron a sonar en una suave y delicada sonata, que para Elizabeth provocó de un melifluo sonido ante sus oídos. Las parejas a su alrededor comenzaron con la danza.
— Espera —habló él evitando que la de rubios cabellos tomara su mano — si te tocó podría hacerte desvanecer.
Ella soltó una corta y tierna risa. Su mano se aproximó a la de él tomándola para colocarla sobre su cintura únicamente de cuatro de sus dedos, miró de sus rubíes ojos sonriente, provocando que otra vez el joven villano sintiera un odio irracional por la doncella únicamente por verla más y más inalcanzable para él.
— Baila conmigo, tan siquiera esta noche — le susurró dando inició a aquella danza a la que no pudo negarse.
Rápidamente se hicieron dueños de la pista en la que ellos giraban de un lado a otra haciendo ondear aquél vestido azul que la chica portaba, no podía estar más feliz, se creía de una princesa entre las manos de aquel joven que cada vez se convertía en su estrella favorita. Los violines siguieron tocando marcando de la danza, los presentes miraba enternecidos a la pareja que brillaba más y más.
El mundo entonces se esfumó, solo ellos existían y nadie más, para él su mundo se volvió Elizabeth y para ella su mundo se volvió Tomura, y conforme la sonata avanzaba, más se percataban que no podía estar equivocados el creer en que eran su complemento el uno de otro. Hasta que finalmente la melodía de medianoche culminó.
El pecho de ambos jóvenes subía y bajaba por lo agitados que habían terminado tras aquella danza, sus respiraciones eran irregulares, y debido a la cercanía que tenían el uno de otro, sentía de un cosquilleo, fue entonces que Elizabeth ante todo temer dió por terminada la distancia entre ambos, uniendo de sus labios con los secos y ásperos del joven peliceleste en un beso tan inocente, tan tierno, tan dulce que más de a uno conmovió.
— El azul es mi favorito — dijo en cuanto se apartó de sus labios. Él únicamente sonrió.
[...]
— ¡Tomura! ¡Tomura! ¡Shigaraki! — gritó con gran desespero.
Pero a su súplicas nadie acudió, comenzó a sollozar sintiendo de como el nudo subía, sintió de su estómago oprimirse con gran fuerza mientras las lágrimas despedían por sus heladas mejillas, el agua comenzó a subir, sintiendo lo frío que ésta estaba, empezando a cubrir de sus rodillas. La joven comenzó a jalonear intentando liberarse de la soga que a sus muñecas habían atado raspandose de éstas al realizar de tal acción, sintió de su piel arder.
El miedo la invadió completamente, empezando a llorar con más intensidad, no había escapatoria, moría ahogada en completa soledad, y al asumirla la idea, cayó de rodillas contra el suelo apoyando su cabeza contra el tubo al que había sido atada dejándose empapar por la fría agua salada que a la habitación se colaba con gran velocidad.
— ¡Elizabeth!
La joven alzó la mirada soltando de un suspiro aliviada, sus ojos volvieron a brillar al ver a aquel joven parado en el pedestal de la puerta completamente empapado, se enderezó rápidamente, y Tomura se acercó a ella, que con ayuda de su kosei hizo del deterioro de la soga liberando al instante a la chica quien rápidamente se lanzó hacia sus brazos enterrando su rostro en el pecho del villano.
— Vámonos, esto está por hundirse — avisó.
A lo que ella asintió, tomando del brazo al joven empezando avanzar por los pasillos inundando del elegante barco que ahora mismo estaba en su final. El agua comenzó a dificultar su escape, sus ropas empadronadas hacían de más lento su avance, sin mencionar que el volumen del agua aumentaba a cada segundo, y con pánico que el morir ahogados persiguiendoles volvía de un laberinto sin salida a él crucero.
— Shigaraki... Tengo miedo — admitió parando algo agotada.
Él volteó a verla notando de como sus zafiros comenzaron a cristalizarse, saldrían eso era seguro, volvió a tomarla del brazo con cuidado de hacerlo únicamente con cuatro dedos guiándola a través de los extensos pasillos, hasta dar con una escalera, subiendo en medio de tropiezos, con la doncella por delante.
— Está cerrada — avisó casi llorando la chica en cuanto dieron con la rejilla.
Tomura la apartó, haciendo nuevamente uso de su kosei para abrirse paso ante la inminente amenaza que era el aumento del agua, ahora era él quien iba a la delantera trayendo tras suyo a la jadeante joven ya agotada por el esfuerzo.
— Tomura — lo llamó suavemente sin detenerse.
Él joven continuó con el ascenso de las escaleras, notando que mientras más alto subía el caos por los pasajeros eran peor. La gente gritaba y corría por todos lados cegados por el pánico, algunos peleaban de manera brutal por el subir a los botes salvavidas haciendo uso de sus koseis los que podían y les daba de alguna ventaja ello.
Él peliceleste comenzó a rascarse el cuello con brusquedad ante el desesperó, haciéndolo más y más dañino hasta que la cálida mano de Elizabeth lo hizo parar al alejar su mano de su lastimado cuello.
Los rubíes y zafiros se fusionaron en medio de la tragedia de manera breve. Dejó que la chica se acurrucara en su pecho mientras lloraba; el barco comenzó a ladearse y los gritos llenos de horror y pánico de la gente aumento, comenzado de una lucha por la casi nula supervivencia.
— Shigaraki... Gracias por los recuerdos — mencionó.
Él se encorvo un poco besando su frente, tomó su brazo haciéndola subir a la punta, apartando a la gente que por su camino se atrevesaba usando de su kosei para quitarlos de una vez por todas.
— Vas a sobrevivir — le dijo mirándola fijamente a los ojos mientras que hacía del deterioro en la cabeza de hombre que había querido empujarlos para después dejarlo caer por la pendiente — Te lo aseguro.
Ella en medio de escalofríos por la tan baja temperatura trató de sonreír, haciendo de una extraña mueca que fue suficiente para el joven villano continuando con su avanzar hacia la punta buscando de una forma de aumentar de sus posibilidades de supervivencia.
Fue entonces que el imponente crucero comenzó a ser succionado, los gritos se intensificaron, y Elizabeth se aferró al peliceleste con gran fervor. No pasó mucho para que terminarán hundidos en la gélida agua, haciendo temblar los cuerpos de cada pasajero.
Finalmente la joven logró subir a un trozo del barco ahora hundido, su cuerpo comenzó a titiritear por el invernal clima, su pecho dolía horriblemente y ya no sentía de sus piernas, estaba agotada, cansada y al borde de la muerte.
— Tomura — lo llamó en medio de temblores invitándolo subir con ella.
— No p-puedo hacerlo — explicó entrecortado — h-haría de la tabla d-deteriorarse.
— Pero... — sus zafiros se cristalizaron.
— Shh, e-estaré aquí — dijo él intentando calmarla.
Ambos permanecieron en un largo silencio, observando de las estrellas en medio de la desgracia, a pesar de la tragedia el océano parecía estar tranquilo. Con el paso del tiempo, a la joven los párpados empezó a sentirlos pesados, mientras que sentía de como su latir se iba debilitado, reunió de sus pocas fuerzas abriendo levemente sus morados labios.
— Tomura, a-aunque seas un v-villano, s-serás mi héroe f-favorito — empezó a hablar — S-siempre serás mi e-estrella favorita.
Cuando entorno su mirada a él, notó que ya había perecido en medio de las congeladas aguas de aquel tranquilo océano que ahora los arrullaba con el cantó de sus olas.
Sus ojos se cristalizaron, permitiéndose de que la lluvia comenzará sobre sus apagados zafiros mientras que con gran dolor acariciaba la helada mano de Shigaraki que se había cubierto por una fina capa de escarcha.
— Yo... Te amo — dijo en medio de sollozos abrazando el cuerpo inerte del joven mientras ambos flotaban a la deriva.
Creo que me quedó algo mal :'v
Pero bueno, espero que lo haya disfrutado, ya voy a empezar a subir algunos de los pedidos atrasados que tengo y uno del sensual pollo Hawks.
De mientras les dejo otra imagen del Manolo
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