18. Manipular
Personaje: Tamaki Amajiki, Todoroki Shōto, Shinsō Hitoshi, Bakugou Katsuki, Mirio Togata, Aizawa Shōta y Eijirō Kirishima.
Advertencia: la verdad no tengo idea de que pueda resultar de esta madre :v
Tal vez cosas subidas de tono
◼️◼️◼️◼️◼️
Camina con la frente en alto y la espalda erguida, con su mano derecha lanzó su largo camino albino de una manera tan coqueta que captó la atención de más de uno; se fue abriendo paso entre los aglomerados pasillos del instituto siendo el centro de atención de todos a su paso. Sonrió con gran arrogancia al ver a todos verla únicamente.
Su nombre era el más sonado en toda la academia, era la chica considerada como la más bonita, la más sexy y más interesante de todo el instituto. Popular en todos los grados y bachilleratos por igual, una verdadera reina, y ella al saberlo todavía se hacía más del rogar.
Odiosa, arrogante, manipuladora, mentirosa, farsante, interesada y zorra eran las palabras más comunes que se decían de ella sí una mujer hablaba de la albina. Y así era, aquel odio en aumento por todas féminas de colegio solo alimentaban su tan alto e inalcanzable ego.
Giró en uno de los pasillos para dirigirse a su casillero, éste estaba algo desolado y de las pocos transitantes, todos volteaban a ver de su tan esbelta figura, alimentando más y más el autoestima de aquella chica tan odiada.
— Shina — se giró hacia el dueño de aquella voz mirándolo con gran repudio.
— No me busques, no me hables, no me mires ¿Te queda claro? — se apresuró a hablar antes de que el pequeño joven pervertido dijera algo más — Ahora, largo.
Pero el chico no hizo caso, volvió a abrir la boca para hablar cuando apareció el joven de notables problemas de ira, y al enano no le quedó de otra más que alejarse al ver al rubio mirarlo tan fríamente. A la albina el semblante de repudio le cambio con gran velocidad al ver a aquel popular estudiante de la clase de héroes.
— Katsu — dijo coqueta, se aproximó a él.
— ¿Qué haces, fea? — dijo él en su habitual tono.
Ella rió levemente, pasó sus dedos índice y medio por el brazo y cuello del rubio cenizo para finalizar enredando sus brazos en el cuello de este, pasando sus largos dedos por el cabello del explosivo chico, éste soltó de un suspiro.
— Te ves estresado — mencionó mirando a sus ojos rubíes.
Él sonrió de manera ladina, y ella supo inmediatamente que había caído ya, así que volvió a reír, bajo su mano al tonificado pecho del rubio y desabrochó dos de los botones de su camisa, mientras que hacía lo miraba fijamente a los ojos mostrando de su atrevimiento.
— Necesito distraerme — confirmó él.
— Lo que necesitas es de un buen oral, Katsu — contestó en tono sensual.
La observó hincarse pasando sus manos por encima de su pantalón, tocando de una zona bastante sensible para el estudiante, para después empezar a bajar del cierre con gran lentitud y el rubio únicamente jadeó.
•
•
•
— ¿Crees que no me doy cuenta de lo que haces?
— Pero profesor — habló entre un tono suplicante y coqueto siguiéndolo por el pasillo.
El hombre de desalineada imagen se giró a ella con una mirada hostil mientras su cabello se elevaba por encima de las leyes de la física, la ojiazul chasqueó la lengua, ante sus ojos no era más que una vulgar niña, desvió la mirada con notoria molestia. El cabello de Aizawa permaneció en lo alto, el adulto se acercó a ella tomándola por los hombros viéndola fijamente, sin descuidarse en ningún momento.
— Déjalo de una vez, no te hace ningún bien — su hostilidad se disipó un poco en un intento por hacerla entrar en razón.
Ella se zafó del agarre del profesor, alejándose por el pasillo, está frustrada consigo misma, quería gritar, quería llorar, el idiota de Shōta era el primer hombre en decirle que no a uno de sus caprichos, y eso le enfurecía. Siguió caminando con las manos empuñadas hasta que se topó con uno de los estudiantes que en su lista de “Estudiantes Atractivos” ocupaba de un alto puesto. Entonces el coraje que el azabache le había hecho pasar desapareció de manera inmediata, acomodó de su uniforme, y arrojó su cabello atrás mientras se acercaba a él tal como lo hace un cazador a su presa.
— Ishida, que coincidencia toparme contigo — dijo en cuanto notó la presencia de la fémina.
— Lo mismo digo, Todoroki — sonrió con gentileza, observó que guardaba de sus cosas — ¿Puedo acompañarte?
— No tengo problema — contestó devolviéndole de una corta sonrisa.
Shōto le ofreció de su brazo, a lo que ella se tomó de él gustosa, apoyando su cabeza en el hombro del bicolor complacida, y mientras avanzaban para salir de la edificación, notó de Momo y sus compañeras observarla, la pelinegra con un especial toque de ira en su mirada, provocando de una sonrisa en la albina, que no dudó en aprovechar de la situación soltando del brazo del mitad albino, mitad pelirrojo y darle de un beso en los labios.
Y Aizawa que observó la escena desde un tercer punto desaprobó la acción de la niña.
•
•
•
— ¿A qué se debe tu visita, querido Kirishima? — preguntó mientras mentía de sus cuadernos en su mochila negra cubierta de pins de sus bandas favoritas de Rock y K-Pop.
El pelirrojo sonrió de nueva cuenta apoyado en uno de los escritorios vacíos del aula mientras esperaba a que guardará de sus cosas. Se terminó por sentarse en la paleta de la butaca esperando a la albina, viéndola con gran cariño.
— Un hombre no puede dejar sola a una dama — explicó.
Ella volvió a reír.
— Tu kosei es el endurecimiento por lo que tengo entendido — sacó plática la joven.
— Así es, puedo endurecer todo mi cuerpo para protegerme y... — hablaba animado cuando fue interrumpido.
— ¿Me darías de una demostración? — cuestionó de manera seductora.
Y para cuándo volteó hacia la joven, la vio poner su pecho sobre una de las butacas manteniendo de su bien formado trasero por lo alto, mostrando de su entrada al pelirrojo quién de inmediato se excitó, su rostro se coloró por completo al verla en tan comprometedora posición, más sin embargo, nunca se negó. Acercándose, posó de sus manos en los blancos glúteos de la chica agarrándolos fuertemente, ella jadeó ante su frío tacto, para acto seguido la penetró sin siquiera un juego previo.
•
•
•
— Eres muy ruidosa — se quejó su compañero de clase pelivioleta.
Ella le sonrió de manera ladina, acomodó su cabello albino tras su oreja mientras su respiración seguía de manera irregular, trató de controlarse antes de hablar, el color carmesí seguía en sus mejillas, tenía calor, y mucho, entonces pensó quizá debió ir a buscar a Todoroki en vez de Hitoshi.
— Oh lo siento, dejaré de fingir que me complaces — le dijo con cierta burla.
El de púrpuras orbes reguló, tomó de las temblorosas piernas de las chica, alzandolas hasta sus hombros, aumentando de sus penetraciones, y ella reprimió de un gemido ante la fuerte estocada.
— Haré que te tragues tus palabras.
Y en cuanto calló, aumento la velocidad en sus penetraciones haciendo de delicioso choque de piel con piel; la albina se mordió el labio intentando callar, era cierto que Shinsō era de los mejores chicos de con todos con los que se había metido que lo hacía tan bien. El pelimorado comenzó a morder su cuello blanco al momento que sus estocadas las acompañaba introduciendo un dedo moviéndose en círculos, oyendose únicamente de lascivos sonidos por la mezclyde fluidos.
— L-lo haces t-tan rico — dijo en medio de jadeos.
•
•
•
— Te he dicho, Ishida, que ésto que haces no te dejará ningún bien.
Se cruzó de brazos rodando los ojos, nuevamente tenía de la misma plática con Aizawa, y tal como la vez anterior, su cabello negro se mantenía elevado mientras platicaba o más bien le reprendía por exactamente la misma razón.
— Si no me va a querer, entonces alejese de mi camino — dijo gélida.
El azabache suspiró con cansancio llevándose una mano a la nuca pensando con que palabras continuar para hacerla entrar en razón de una vez por todas, para cuando finalmente halló de las palabras correctas abrió sus labios para hablar, pero dos jóvenes de tercer grado fueron más rápidos a él, y la albina terminó alejándose en medio de ambos chicos con una amplia sonrisa.
No pasaron más de tres clases cuando al dirigirse a sala de maestros, vió de la chiquilla correr tomada de la mano de Togata dirigiéndose a uno de los armarios de limpieza, no tenía que ver más para saber en que resultaría aquella pequeña escabullida.
Sin embargo, lo que sí le sorprendió completamente fue, que ese mismo día ya por la salida, le tocó encontrar a Shina a punto de desvestir a Tamaki en una de las aulas vacías, pero ese hecho no era sorprendente, lo que lo era fue el que Aizawa al haber bajado la guardia en tal momento, acabo de igual manera que un sinnúmero de hombres usados por la albino, cumplido de uno de sus más anheladas fantasías, el de realizar un trío, haciendo que Amajiki usará de su kosei en en la realización del acto.
◼️◼️◼️
Sé que quedó rarísimo este Oneshot, pero Weno
Mejor les dejo una galería
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top