🎤// Suga.
El instituto es un lugar frío y sin compasión, donde solo hay dos opciones; resaltar, o ser olvidado.
Min YoonGi es un chico de quinto año, uno de los más populares, era tan conocido, que había sido apodado Suga, nunca se supo quien le puso ese nombre, o porqué lo hizo, pero ese apodo le quedó, y así era llamado.
Él odiaba ser conocido, solo quería ser un don nadie, pero luego de haber dado esa presentación de rap en un concurso de talentos, ahora todos lo siguen, no le gustaba eso, y solo lo hizo para demostrarle a un tal Vernon que él era el mejor.
No soportaba para nada a ese idiota, se creía que por ser lindo y venir de Estados Unidos tenía derecho de hacer lo que quiera, y Min estaba dispuesto a demostrarle que no era así, haciéndose respetar, no sólo por él, si no por todo el instituto, luego de que le haya dado una buena golpisa al terminar la presentación.
Ahora camina por los vacíos pasillos vacíos de su colegio, estaba en hora libre, mientras que sus compañeros fueron al patio o a la cafetería, él optó por pasear por el establecimiento.
— N-no tengo nada, lo juro — Escuchó a alguien hablar.
Se arrimó un poco, encontrándose del otro lado del pasillo al estúpido estadounidense, quien tenía acorralada a una chica contra el muro, la cual llevaba su mochila abierta, junto a unos papeles y libros saliendo de ésta.
— Vamos linda, sé que estas en el comité, tienes la clave — Volvió a insistir, tomándola del mentón.
— Déjala en paz idiota, te dijo que no la tiene — Acusó YoonGi, dejándose ver y sonando serio.
— ¿Tu qué, Min? No es tu asunto, vete de aquí — Exigió, volviendo su vista a la muchacha.
— Te dije que la dejes — Repitió, tomándolo del hombro.
El castaño se dio vuelta, dispuesto a darle un golpe por meterse en sus asuntos, hasta que escuchó el timbre del receso, recordándole que los maestros también salían, y debía mantener un perfil bajo, a menos que quisiera ser expulsado.
— Esto no se queda así, Min — Le murmuró al oído, pasando por su lado y chocando bruscamente con su brazo.
— Puedo defenderme sola — Remarcó la muchacha, agachandose a juntar sus cosas.
— Un gracias no me vendría mal, ¿sabes? — Mencionó, ayudándola con sus pertenencias.
— Te las daría si las hubiera necesitado, pero no fue así, así que puedes seguir tu camino, adiós — Finalizó una vez que tuvo todo sus libros en mano, comenzando a irse.
— ¡Ya dime que te sucede, Dahyun! — Exclamó, evitando que se vaya del todo.
— Deberías saberlo, después de todo, tu te fuiste — Sentenció.
Aceleró el paso y se alejó.
Ante dicho acto, el chico golpeó la pared frustrado, pues necesitaba saber qué hizo mal, necesitaba respuestas, y la necesitaba a ella.
Durante el resto de la semana, estuvo tratando de acercarse a Kim, pero siempre aparecían chicas, las cuales se interponian en su camino, y para cuando se lograba liberar de ellas, la rubia ya no estaba.
Estaba a una semana de terminar el instituto, por lo que debía darse prisa si quería recuperarla, hoy sería el día definitivo, si no conseguía hablar con ella, se daría por vencido.
Las clases transcurrieron con total normalidad, hasta que dio el primer receso, y Min corrió al lugar donde sabía perfectamente que la encontraría. Sabía que debía llegar antes que ella, para lograr esconderse sin ser visto, por lo que se dio prisa para hacerlo.
Al cabo de unos minutos, Dahyun entró a la biblioteca, como lo planeó, ésta no se dio cuenta que él estaba sentado en una mesa, escondido detrás de un gran libro.
La siguió sigilosamente hasta que la vio meterse entre uno de los pasillos con estantes, asique sin pensarlo mucho se metió con ella, encontrandola leyendo un libro, completamente distraída.
Tomó el objeto de sus manos y se lo arrebató, para luego tirarlo a otro lugar, acorralandola contra la pared, poniendo ambas manos a los costados de su cabeza.
— Basta Dahyun, no hay escapes, quiero respuestas, ¿que te pasa? — Ella corrió el rostro con el ceño levemente fruncido — ¡Contestame por el amor de Dios!
— ¿Qué quieres que te diga?, ¿que a pesar de que me dejarás aún te amo?, ¿qué lloré más de una semana gracias a ti? Pues felicidades Min YoonGi, oh, perdón, felicidades Suga, ya tienes todo lo quieres, ahora déjame ir — Exigió.
Trató de safarse del mayor, pero éste fue más rápido y la aprisionó contra su cuerpo, dándole un forzado beso.
Ella quiso separarse, por lo que le dio varios golpes en el pecho, con las intenciones de que la dejara ir, pero recuerdos se apoderaron de su mente, haciendo que disminuyera sus fuerzas, y terminara correspondiendo el acto, llevando sus brazos a los hombros del muchacho.
Él la abrazaba por la cintura con fuerza, tratando de que no se vaya, pero una vez que sintió como la menor se relajó, fue soltandola un poco.
— Dime porqué... Te fuiste — Pidió en medio del beso, separándose para verla directamente a los ojos.
Mantenían el contacto visual, y Min se sentía afortunado por tenerla nuevamente tan cerca.
Ella suspiró.
— Una semana después de tu presentación, muchos te empezaron a reconocer, mejor dicho, muchas, y entre esas muchas, hubo un grupo que me dejó en claro que alguien como yo no podía estar con alguien como tú, que lo mejor era que te deje, y como casi no hablábamos, pensé que tu ya lo habías hecho, y era lo mejor para ti, asique solamente me alejé — Planteó, apartando un tanto la mirada.
— Lo lamento, yo jamás quise que pensaras eso, no es que no me acercaba porque no quise, si no porque no pude, toda esa gente idiota no me dejaba en paz, y cuando quería estar contigo, ellos llegaban y-... — Suspiró — Por favor, perdóname.
Kim acarició su mejilla, sonriendo un tanto, con esa sonrisa ladina que sólo era para él, esa que no había visto hace mucho tiempo, hace casi un año, y ahora la tenía frente a él.
Nuevamente se acercó, rozando sus narices, y uniendo sus frentes, para finalmente unirse en otro beso, uno que ambos anhelaban, uno más cálido que cualquier otro que se pudieron dar.
Toma eso como un si, mi querido Suga.
🎤
Nimin_36
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