Sentado en una de las mesas de aquel viejo bar, YoonGi apreciaba como aquella chica de cabellos castaños cantaba una hermosa canción, horrible para su gusto, pero aún así ella le daba ese toque que la volvía linda, hasta y podría decirse que hermosa.

— Ya estoy de vuelta — Avisó su amigo, Jungkook, quien regresaba del baño — ¿Verdad que mi Noona canta hermoso? — Presumió a su pareja, viendo a la chica en el escenario, y sonriendo como bobo.

— He oído mejores — Se encogió de hombros, tomando un sorbo de la bebida en su mano.

— Oye, la semana que viene cumpliremos dos años de novios, ¿qué crees que le guste? — Consultó el pelinegro.

— No lo sé, es tu novia no la mía — Respondió con indiferencia.

— Si te pregunto es para que me ayudes, no para que me ignores y me mandes a la mierda indirectamente — Bufó el menor.

—  ¿Y qué más quieres que te diga?, no hablo mucho con ella, tal vez le gusten los vestidos y maquillaje, no sé — Contestó.

— ¿Vestidos y maquillaje? — Hizo una pausa — ¡Buena idea!, iré ya mismo a una tienda de aquí cerca, tal vez vendan esas cosas, ¡nos vemos luego! — Se despidió.

Él tomó sus pertenecientes y salió corriendo del lugar, dejando a Min solo, quien se quedó a escuchar como la balada se terminaba por completo.

Entonces pagó lo que ordenó, también se levantó, y fue a los vestidores.

Golpeó la puerta, e ingresó luego de oír un pase, por parte de la joven.
El peliblanco entró al pequeño cuarto, y abrazó por la espalda a la dueña de sus suspiros.

— Te luciste hoy en el escenario, Nay — Admitió, depositando un beso en su cuello.

— Gracias por venir a verme — Dijo ella, dándose la vuelta y quedando enfrentada con el joven.

— Cada día que pasa te ves más linda — Le susurró al oído.

— Y tu cada día que pasa me gustas más — Habló de igual manera, usando un tono más juguetón.

— Termina con Jeon — Pidió repentinamente el muchacho.

— ¿Qué?.

— Hazlo, admitelo, yo soy mejor que él en muchos sentidos, si sigues siendo su pareja, no voy a aguantar las ganas de decirle sobre nosotros y-

— Esta bien, ya entendí — Interrumpió — Lo haré luego, ahora, ¿que te parece si jugamos un poco? — Habló con voz melosa, paseando sus manos por el pecho del más alto.

— Cuando quieras — Cedió

Él se acercó, y unieron sus labios en un beso acalorado, de la misma manera que venían haciendo hace un año y medio, desde el momento en que el pelinegro los había presentado a ambos.

Ninguno se percataba de que alguien los estaba viendo desde la entrada, alguien mejor conocido como el novio de Im.

Éste solo observaba como su amigo acorralada a su pareja contra aquel tocador, haciendo todo lo que él alguna vez también hizo, sin siquiera notar su presencia, y fue allí cuando se dio cuenta que ella jamás lo amó, que siempre quiso a su amigo, y no a él.

No se molestó en hacer algo al respecto, solo cerró lentamente la puerta del camerino, y se fue, pues sabía que aquí el tercero era él. Y los terceros siempre están demás.

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Nimin_36