Min estaba sentado fuera de la sala de práctica donde se encontraba Jimin.

Su compañero había sido citado para realizar una presentación de baile contemporáneo con otros artistas, que si mal no recuerda, era para una de las premiasiones que suelen hacer todos los años.

Se estaba tardando mucho, por lo que optó por entrar a asegurarse de que todo esté yendo bien, o para apurar el asunto.

No obstante, grande fue su sorpresa al ver a una chica, solo una entre las que había allí, una de hermosos cabellos negros, piel perfectamente blanca, labios finos y suaves, ojos que lo estaban mirando, su cara que... Aguarden, ¡lo está viendo!.

Un tenue color carmesí se apoderó de sus mejillas, mientras que su corazón comenzaba a acelerarse.

— ¡Hyung! Pensé que ya se había ido — Sonrió su amigo, acercándose a él.

— Oh, no, aún sigo aquí, mocoso, ¿ya terminas? — Preguntó cambiando a su expresión de siempre.

— No se preocupe, haremos un último ensayo completo y podemos volver — Aclaró el rubio — Si quiere, puede quedarse aquí a ver.

— De acuerdo, pero que sea rápido.

Park se sorprendió ante la respuesta, esperaba un "no, vuelve solo a casa" o un "prefiero esperar afuera", así que solamente le sonrió y volvió con el resto de personas para finalizar el ensayo de hoy.

La música inició a sonar, YoonGi depositó su vista en la desconocida muchacha de cabellos negros, obligándose a mantener su boca cerrada, pues la dedicación con la que hacía cada paso lo dejaba si habla.

Luego de tres minutos, que para el joven fueron eternos, la práctica terminó, y la alineación aplaudió, dándose ánimos para cuando deban volver a practicar.

Ella fue con otra chica de cabellos claros a tomar agua, se veía tan bonita.

— ¿Por qué miras tanto a Mina? — Indagó Jimin, haciéndolo sobresaltar.

— ¿Q-quien es Mina? Yo no miro a nadie — Aclaró, llevando sus ojos disimuladamente hasta la muchacha, dándose cuenta que ésta lo estaba viendo.

— Lo que digas, vamos, es hora de irnos.

El resto del camino fue pensado en ella, juraría haberla visto en alguna parte.

— Oye, esa tal... Mina, ¿es solista o está en un grupo?

— Ohh, ya veo, Mina esta en TWICE, el grupo de chicas, las que cantan Cheer Up — Recordó, tarareando el coro de la canción.

El mayor asintió, recordando de quien se trataba — Y por casualidad, tu no tienes, su... Ya sabes, ¿su número?.

— Se lo pasaría, pero no quiero verlo dentro de unos meses entre las noticias de Dispatch — Bromeó.

— ¡No es para eso, idiota! Solo-

— Si si, quiere ser su amigo, blah blah blah, yo se lo paso, no se preocupe — Le guiñó un ojo.

Luego de llegar a su casa, y de tener el número en su poder, dudó en sí enviarle un mensaje a la chica, pues la conoció apenas ese mismo día, así que prefirió esperar un poco más.

Al día siguiente~

— Tu puedes Min, es solo una chica, haz hablado con muchas, una no es nada — Se autoanimo mentalmente.

Tomó la botella de agua, y con pasos que aparentaban confianza, pero por dentro estaban llenos de miedo, se acercó a la pelinegra que estaba haciendo estiramientos sobre una barra.

— Umh, hola — Saludó, llamando su atención — Te vi aquí y, bueno, pensé que tal vez, quisieras algo de, ya sabes, agua — Habló tímido — Vamos tonto, solo le estas ofreciendo agua.

— Oh, hola Sunbae — Dio una reverencia — Gracias por haberse preocupado, justo iba a ir por una — Sonrió, para luego tomarla.

— No hay de que — Hizo una pausa — ¿Qué tal los ensayos? — Anda, trata de sonar confiado, no como un idiota.

— Son fáciles, pero cansan mucho — Admitió tomando un poco del contenido de la botella.

— Ya veo, no se como haces, bailas muy bien, yo probablemente termine en cama luego de bailar así — Confesó, a lo que la contraria se rio levemente.

— Es muy divertido, Sunbae, lo juzgue de otra manera — Admitió, mostrando su sonrisa, sin miedo a robar un corazón.

— ¿Lo dices por los programas en los que salgo? En realidad soy muy distinto, no suelo mostrar mucho de mi frente a las cámaras — Explicó.

— Lo entiendo, a veces te sientes muy-...

— Inseguro de ser tu mismo — Completó la frase.

Ella lo miró con un pequeño brillo en sus ojitos, acompañado de su bella sonrisa, Min sentía que todo iba perfecto.

— ¿Podemos intercambiar números? Me gustaría seguir hablando con usted, siento que me entiende — Pidió ella.

Él sonrió victorioso, al parecer, sólo debió completar la frase de la joven para ganar su corazón, o en este caso, que ella cediera su número celular, incluso si él ya lo tenía.

Tres años después~

Su amistad solo fue creciendo con el pasar de los años, siempre hablaban por chat, pocas veces se veían en persona, ambos eran muy precavidos, no querían meterse en problemas.
Hoy estaban en un parque alejado de la ciudad, uno que a veces solían recurrir.

— Sabes, Min, hoy el cielo está muy bonito — Comentó la ahora castaña.

— No tan bonito como tú — Halagó mirándola.

Ella se volteó a verlo, los dos estaban sentados en una banca el uno al lado del otro, demasiado cerca para ser sinceros.

YoonGi la miraba con dulzura, de la manera que no suele mirar a cualquier persona, y es que en los últimos años, la joven frente suyo se ganó completamente su corazón, lo cual logró impresionarlo, ya que eso no solía pasar.

De pronto, él arrimó su rostro al de la más baja, dejando sus ojos en los labios de ella, esperando que le de permiso, aunque no tuvo que esperar demasiado, ya que ella cortó la distancia entre ambos, uniéndose en un dulce beso.

Los dos se querían, eran sentimientos que sólo ellos sabían ocultar.

Ninguno sabe lo que les deparará el destino, probablemente sigan juntos, al menos hasta que las empresas revelen todo, o hasta que un fotógrafo los exponga.

Hasta entonces, permanecerán unidos, entendiéndose entre sí, queriendose entre sí, como sólo ellos saben hacer bien.

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Nimin_36