Amada por todos sus compañeros, Mina era una chica inteligente y muy bonita, caracterizada por su empatia, amabilidad, y habilidad para agradarle a todo el mundo.

A principios de su inicio en el nivel secundario, conoció a un chico; Park Jimin, quien era todo lo que la japonesa quería, era alto, hermoso, inteligente, atleta, amable, con voz angelical, y bella sonrisa.

Trató de acercarse, pero no pudo, sus sentimientos le jugaron en contra, y los nervios de convivir con él, la comían por dentro, haciendo que no pueda acercarse mucho o con mucha frecuencia.

Semanas después de su ingreso al colegio, se enteró que él ya tenía novia, una hermosa novia, chica de cabellos cortos y rubios, sonrisa perfecta, y carisma por donde sea que la mires.

Ah, ella la envidiaba tanto.

Poco a poco, el amor que le tenía al joven, no dejó de ser amor, si no más bien, se tornó en un oscuro color a obsesión con olor a locura.

Lo seguía a donde sea que vaya, siempre trataba de que a su pareja le pasara algo. Fue de ponerle el pie para hacerla tropezar, hasta conseguir a alguien que le decore la casa con huevos y tomates podridos. Su locura cada vez fue aumentando más y más, hasta que finalmente logró su objetivo.

Hizo que se separen.

Estaba tan feliz, al fin su chico podría ser para ella, para ella y para nadie más que sólo ella.

Hoy, en este día, tenía pensado confesarle su amor a Park, lo cual hizo a la salida del colegio, sin pensarlo dos veces, fue lo más directa y sincera que pudo.

— Yo... Yo lo siento Mina, pero no puedo estar contigo — Fue lo único que dijo antes de irse de allí, después de escuchar su honesta confesión.

Dejó a la menor con la rosa roja en la mano, decepcionada de la respuesta que recibió. Pero aún así no se rendiría, ella sabía que él la amaba tanto como ella lo hacía.

Así que esa misma noche, volvería a Park Jimin, su novio oficialmente, sabía que todos le tenían envidia, y que nadie dejaría que estén juntos, por lo que tuvo que idear un plan para poder estar con su verdadero amor.

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Eran las 23:27 p.m.

Faltaba cada vez menos, Mina se miró al espejo una última vez, ese vestido blanco le quedaba tan bonito, y para completar el atuendo, se puso el tul color crema en la cabeza, tomó el ramo de flores, y salió de casa.

Se subió a su auto y fue hasta donde Park la estaba esperando.

"Soy tu amiga de la primaria, esperame en la banca que está cerca del río Han, iré allí a las once y media, a esa hora salgo de mi trabajo", fue lo que le escribió para convencerlo de asistir.

Claramente el muchacho se lo creyó, por lo que fue a esperar a su amiga en el lugar acordado, hace mucho que no se veían y la extrañaba mucho.

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte golpe que recibió en la parte de atrás de la cabeza, cayendo al suelo de inmediato, desmayado.

Myoui tomó a su amado entre sus brazos y con todas sus fuerzas, trató de llevarlo hasta su coche, donde lo guardó en el baúl, si alguien lo veía sentado al lado de ella, harían lo que sea para que se separen.

La chica condució hasta salir de la ciudad, era de noche, nadie estaba despierto a esas horas, lo que significa que nadie la vio.

Conducio hasta que llegó a una playa, la cual estaba completamente vacía, abrió el baúl del vehículo, donde se encontró a Jimin, quien todavía permanecía inconsciente.

Lo sacó de allí, para luego, sacar también la ropa que le había llevado, como él no despertaba, le tocaría ponerle el traje por su cuenta.

Ni bien lo hizo, se tomó unos minutos para apreciarlo. Se veía tan hermoso con ese traje negro y camisa blanca.

Pero entonces, cuando pensó que su plan ya había acabado, su contrario abrió los ojos, encontrándose con la muchacha, la cual llevaba puesto un vestido de novia.

— Hola amor, ya despertaste — Dijo ella, feliz.

Se agachó a la altura del mayor para acariciar su mejilla, pero éste fue más rápido y se alejó.

Sabía sobre ella, sabía que estaba loca y obsesionada con él, por lo que sin pensarlo mucho, se levantó y comenzó a correr, sin saber exactamente a dónde.

Mina no se molestó en seguirlo, solamente jaló el gatillo y vio como el joven caía al suelo.
Seguidamente, fue hasta donde su amado se encontraba, notando que le había dado directo al corazón, ese corazón que sólo le pertenecía a ella.

Lo dio vuelta para poder verlo mejor, ahora era de su propiedad, y nadie podía quitárselo.

Lo levantó del suelo y lo apoyó en su cuerpo, empezando así a bailar en medio de la calle una canción que ella inició a tararear.

Estaba loca.

Loca por él.

Y lo sabía bien.

Pero ahora, Park Jimin era suyo, y nadie los iba a poder separar, nadie iba a impedir que estén juntos. Ella ganó, lo ganó a él.

Siguieron bailando en círculos por la carretera, hasta que vio el sol comenzar a aparecer, así que lo llevó hasta la costa del mar.

— Sabes, Jimin... Siempre estuve loca por ti — Le susurró al muchacho.

Le acarició el rostro y luego lo besó, para así finalmente, empujarlo al agua para que las olas se lo lleven, pero ella no se quedaría ahí sola, no, ella se metió al mar y caminó hasta donde el suelo le permitió.

Se mantuvo en el fondo, hasta que la última burbuja de aire salió.

Ahora estaban juntos, juntos en una mejor vida, juntos para siempre y por siempre.

Tal y como ella quería.

🔮

Nimin_36