🎈//14 De Febrero.

Oh, el amor, las calles y las tiendas siempre están decoradas con corazones y flores cuando se trata del día de San Valentín, ¿y a quién no le gusta? Es simplemente hermoso.

Jóvenes enamorados tomados de la mano, caminando, dándose regalos, besos, abrazos, las cosas típicas que una pareja hace el 14 de febrero.

— ¡Tae, aquí estoy! — Gritó Tzuyu al ver a su amigo llegar.

— Hola, ¿cómo estás? — Preguntó al estar cerca de ella, revolviendo los cabellos de la castaña.

— Mal, porque no tengo pareja para San Valentín — Puchereo un poco.

Ambos eran amigos de la infancia, pero durante los últimos dos años, Zhou se había enamorado del peliazul, pero a pesar de todas las indirectas que le tiraba, jamás captaba ni una sola, ella no perdía las esperanzas de salir con él, pero tampoco se daba cuenta que su amigo era... Algo tonto.

— No te preocupes, San Valentín no es sólo para estar con parejas — Recordó, dedicándole una bonita sonrisa.

— Si pero-... — Suspiró — Olvídalo, hoy se abrió un parque de diversiones, ¿quieres venir? — Consultó emocionada.

— Claro — Aceptó sonriente.

Tzuyu lo tomó de la mano, y lo empezó a llevar casi a rastras, no porque él no quería ir, si no porque la chica quería llegar rápido.
Pero antes de cruzar la calle, Kim se dio cuenta que su amiga llevaba los cordones desatados, por lo que se agachó a atarlos por ella, logrando que el corazón de la menor revoloteara.

— Ay, mira cielo, ¿recuerdas cuando eramos jóvenes y hacíamos eso? — Habló un viejito.

Los jóvenes se dieron vuelta a verlos, encontrándose con dos ancianos, al parecer casados, quienes los miraban con ternura, Tae estaba dispuesto a decirles que sólo eran amigos, pero Tzuyu se le adelantó.

— Gracias — Dio una reverencia, y volvió a caminar con TaeHyung a su lado.

— ¿Por qué no les dijiste que no salimos? — Indagó confuso.

— Para... Para que vean que el amor aún existe — Mintió con una sonrisa.

— Pero si-

— ¡Ya llegamos! — Exclamó una vez estuvieron en el dichoso parque, interrumpiendolo.

Ambos vieron con asombro todo lo que les estaba rodeado, juegos por doquier, puestos de comida, y los infaltables goblos de corazones, más varias atracciones que luego visitarían una por una.

Pasaron por un juego donde debían ensestar una pelota de basquet en un aro, y ganaban de premio un oso panda.

Tenían tres intentos, de los cuales dos ya habían fallado, hasta que Kim lanzó la bola, y como por arte de magia, cayó dentro del cesto, ganando así un oso que media alrededor de 15 centímetros.

— Ten, acéptalo como el regalo de San Valentín que tu pareja te dará algún día — Cedió el mayor, dándole el peluche a la chica.

— Oww, gracias — Esta lo tomó en sus brazos — Ven, vayamos a la cabina de fotos — Pidió.

Nuevamente, arrastró al chico hasta llegar a dicha máquina, donde iniciaron a sacarse varias fotografías. Ésta vez Zhou aprovechó el momento, y en la última foto, le dio un beso en la mejilla a su amigo.

Salió de la pequeña cabina a esperar que estuvieran sus fotos, mientras que Kim estaba esperando que el color rojos de sus mejillas se fuera, ¿que le estaba pasando?, ¿desde cuándo se sentía así por un simple beso en la mejilla?.

Salió por fin, y se encontró con la menor comprando dos helados, uno de fresa y el otro de vainilla, sus sabores favoritos, él se acercó y tomó uno de los conos.

— ¿Cuánto es? — Consultó ella al vendedor, sacando su cartera para pagar.

— La casa invita, estamos regalando helados a las parejas, solo por hoy, así que disfruten — Explicó el hombre.

— Gracias p-...

— Gracias, señor — Interrumpió Tzuyu, dando una reverencia.

Tomó de la muñeca a Tae y lo arrastró fuera del parque de diversión, pero esta vez en serio lo arrastró, al parecer se había enojado, y el pobre chico no entendía nada.

— Oye, ¿que tienes? — Preguntó una vez ella lo soltó.

— ¿Qué, qué tengo? — Parecía a punto de explotar — Tu estas ahí como... ¡Cómo si te molestara que digan que somos pareja! — Admitió por fin.

— Pero Tzuyu, nosotros no somos-...

— ¡Date cuenta, por el amor de Dios!, ¡¿acaso no entiendes que me gustas?! — Soltó como si nada.

El enojo que la consumió, hizo que soltara el secreto que guardó con ella hace dos años, y al darse cuenta de eso, tapó su boca al instante, pero finalmente bajó sus hombros rendida.

— Olvidalo, de todas formas ya no importa — Murmuró.

Le entregó el oso y el helado, y pasó por su lado, se sentía avergonzada, había arruinado su amistad solo por no haber podido aguantar un poco más, sabía que debía haberse callado y ya.

No miraba nada a su alrededor, sólo quería llegar a casa.
Iba abrazada a sí misma, tratando de contener sus lágrimas, pero la bocina de un auto la sacó de sus pensamientos, éste logró frenar a tiempo y por suerte no pasó nada.

— Oye chico, cuida a tu novia, casi la atropello — Mencionó una señora.

Zhou no entendía a quien le hablaba, por lo que se dio vuelta, encontrándose con TaeHyung, quien estaba a unos centímetros de ella.

— Nosotros no-...

— Gracias — La interrumpió Kim.

El mayor la tomó de los hombros y la sacó de la calle, cruzando a una pequeña plaza, la misma en la que ellos solían jugar de pequeños.

Atravesaron el lugar en silencio, caminado uno al lado del otro, hasta que repentinamente, el muchacho tomó de la muñeca a su amiga, y la llevó hasta uno de los columpios.
Ella lo miró confundida, pero él desvío su mirada a la pequeña hamaca, por lo que entendió y se sentó en una de ellas, el mayor se fue por atrás, tocando con delicadeza la espalda de la menor, para así, iniciar a empujarla.

Cada vez que iba más alto, ella soltaba una risa, hasta que finalmente los dos comenzaron a reírse fuerte, eso le traía recuerdos de su infancia, de cuando se escapaban del cuidado de sus madres e iban a jugar en ese sitio.

En cuanto el juego se detuvo, Tae se puso frente a la chica, la cual aún se reía, pero al verlo frente a ella, disminuyó un tanto su risa.

De un momento a otro, recordó lo que le había dicho antes, asíque borró su sonrisa, y se paró, dispuesta a irse, pero ni bien pasó por al lado del muchacho, este la tomó del antebrazo y la giró, dándole un repentino beso.

Era el primero que la chica daba en sus 17 años, por lo que no sabía que hacer, asique solo se dejó llevar por los suaves labios de su amigo, llevando sus manos a los hombros del más alto.

— ¿Esto significa que somos novios? — Preguntó ella una vez se separaron, sin borrar la sonrisa que se le había formado.

— Tómalo como un; eres mi novia — Afirmó arrimando su rostro al de ella, rosando sus narices.

— Lo tomó como un ahora somos novios — Volvió a repetir, uniéndose nuevamente en otro beso.

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Nimin_36

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