King x lectora

Hola aqui mi primer One-shot a pedido de @Natali-sama  Espero que te guste. n.n y lamento la tardanza.

Deuda de vida 

Todo comenzó cuando él te salvo en la gran batalla de Liones, para él fue otra víctima salvada de las garras de la muerte. Para ti, una deuda de vida, el te salvo y tu se lo debías.

-Puedes dejar de seguirme.- te dijo King por séptima vez, y tú otra vez negaste.

-King-sempai, no puedo realizar lo que me pides.- le respondiste, otra vez.

-Esto ya se está tornando incomodo.- comento él en voz baja.

-Ya debería de estar acostumbrado.

-Si fueras más atenta, esto no hubiera ocurrido.- susurro mientras empezaba a caminar, y tú lo seguiste.

Seguiste caminando detrás mirando el suelo. En un descuido, de los tantos que tenias, perdiste a King.

-King-sempai...- Pronunciaste inconscientemente.- ¡King-sempai!- Te alarmaste, mientras corrías a buscarlo.- ¡Como pudo ocurrir de nuevo!- Viste a una pareja caminando cerca de ti y no dudaste en preguntarles.- Disculpen, ¿No han visto aquí a unos de los pecados capitales?- Preguntaste cuándo llegaste a ellos.

-No, no hemos visto a ningún por aquí.- Respondieron.

-Ohh, gracias.- Te despediste, bueno, ahora te tocaba buscar por todo Liones en busca de King.

Estuviste buscándolo un buen rato, corriendo de aquí para allá, ni siquiera sabias porque te preocupabas tanto, al final el no quería que lo siguieras. Pudiste observar su cabellera naranja cruzar la esquina que tenias al frente, una sonrisa se dibujo en tu rostro al encontrar tu objetivo, no dudaste mas y corriste a esa dirección. Al cruzar la esquina el estaba ahí, pero estaba con la chica de sus sueños, Diane, una hermosa gigante que ahora es estatura promedio. No pudiste evitar sentirte mal, la presión en el pecho regreso y tu solo agitaste tu cabeza y te dirigiste hacia ellos. Aun tenías una deuda que pagar.

-Hola Diane-chan.- Saludaste alegremente, o eso era lo que se notaba. En realidad tú no odiabas a la gigante o algo por el estilo, era lo contrario, tú la apreciabas mucho.

-Hola _____-chan.- Te devolvió el saludo.

-Ohh, parece que no podre tener una caminata a solas con Diane.- Susurro King, pero lo lograste escuchar

(.......)

Tu dormías plácidamente en lo que te parecía la almohada que llevaba King de arriba para abajo, su regalía. Mientras King se encontraba en la taberna junto a Meliodas y Ban que por alguna razón no estaba ebrio.

-Capitán, necesito su ayuda.- Dijo King.- Es sobre _____- Meliodas se giro interesado, prestándole toda su atención a King.

-¿Quieres conquistarla?-

-¡Capitan!- Le regaño el.- Sabe que a mí la que me importa es Diane.

-Pero ella también es muy atractiva, además parece interesada en ti.

-En-serio.- Tartamudeo mientras se sonrojaba, dándole un toque extremadamente tierno.

-Ehhh.- coloco una sonrisa picara.- Parece que también a ti te gusta.

-Capitán, nos salimos del tema.

-Está bien, dime en que quieres que te ayude.

-Quiero que finjan ser unos enemigos y que me ataquen, así _____ me salvara y ya no me deberá nada.

(.......)

-Espero que hoy sea un día normal.- Sobreactúo King.

-¿pasa algo malo?- Preguntaste.

-¿Porque lo dices?

-Te noto nervioso.

Apareció delante de ellos una enorme y horrenda criatura. Se comenzó aproximar hacia ellos velozmente.

-El capitán hiso un gran trabajo.- pensó King impresionado con el disfraz del "capitán".

-King-sempai, cuidado.-Gritaste, mientras lo movías a otra dirección.

Sacaste tu espada, lista para luchar. Contraatacaste su golpe con tu espada. Sus golpes eran fuertes, King iba a ser golpeado, pero tú lo protegiste y recibiste su golpe. Pero al parecer fue mucho para ti, al final pagaste la deuda arriesgando tu vida. Terminaste inconsciente ante el impacto. King te observo atónito, ese no era su plan.

(......)

Ya comenzabas a despertar y el dolor en tu cuerpo se hizo presente, soltaste un quejido al querer levantarte, pero igual lo hiciste. Empezaste a observar el entorno, estabas en una de las habitaciones del bar. Los recuerdos vinieron a ti, te desanimaste un poco al saber que ya habías pagado la deuda, pero aun así sonreíste, pudiste salvar a King. Empezaste a acercarte a la puerta, justo cuando ibas a agarrar la perilla te detuviste al escuchar a King detrás de esta hablando.

-Por tu culpa esta así de herida.- Escuchaste a Meliodas decir.

- Y yo como iba a saber que ese no eras tú.- Te confundiste ante sus palabras.

-Bueno, lo que tú querías ya está cumplido, ella pago su deuda.

-Tienes razón, ya no me va seguir de nuevo...

Te alejaste de la puerta en pasos lentos, ya habías escuchado suficiente. Querías salir huyendo de ahí, te sentías obsoleta y estúpida, como un estorbo.

-Como uno de los grandes pecados capitales me iba a necesitara a mí, una aprendiz de caballero sagrado.- Pensaste.- Fui una estúpida.

Querías salir corriendo de ahí, viste a tu alrededor a ver si encontrabas alguna prenda de ropa y la encontraste.

-Espero que la princesa no se enoje si agarro su ropa prestada.- susurraste mientras comenzabas a colocártela.

Al parecer ya había acabo de hablar King y Meliodas, porque King estaba entrando en la habitación. Tu lo más rápido que pudiste te dirigiste a la ventana de la habitación, en ese momento la adrenalina comenzó a recorrer tu cuerpo y con ello el dolor también. Saltaste de la ventana y caíste en el techo del bar y de ahí volviste a saltar, hasta caer en el suelo. Al levantar la mirada en dirección a la ventana viste a King observándote, los dos se quedaron mirando fijamente, hasta que tú te giraste y comenzaste a correr en dirección a Liones. Mientras corrías tenias la esperanza de que King te persiguiera, que te diera explicaciones, o por lo menos te preguntara el porqué de tu huida, pero nada de eso sucedió.

(......)

Ya habían pasado dos semanas desde que no veías a King, ya las heridas de tu cuerpo habían mejorado, pero no las de tu corazón. Te alegra y te deprime pensar que ahora estará mejor sin ti, sin un estorbo.

Te colocaste tu ropa y saliste al mercado para comprar comestibles. Viste King caminando a tu dirección. Reaccionaste cuando él te tenia agarrado de la mano. Sentías como tus mejillas tomaban color y tu corazón latía rápidamente. Al llegar a un callejón, donde no transitaba nadie te detuviste en seco y el contigo.

-Que es lo quieres, King.-hablaste seca y sin pronunciar el sempai a lo que el se sorprendió y se entristeció un poco.

-¿Por qué te fuiste de la taberna así?

-Mi deuda ya estaba pagada, no tenía nada que hacer ahí.

-No me mientas.

-Era lo que tu querías no, por eso mandaste a Meliodas, pero al parecer el plan no te salió bien.- Sentías como la voz se te quebrabas con cada palabra que decías.

-Ya me lo había imaginado.- susurro el.- Pero, déjame explicarte, eso fue un error.

-No quiero seguir escuchándote.- Te diste la vuelta y te dispusiste a marcharte pero el te detuvo y te aprisiono contra la pared, captando toda tu atención.

-Por favor, déjame explicarte.- susurro el muy cerca de ti y después se alejo.

-Está bien...- Accediste.

-Cometí el error de creerte un estorbo y ahora me arrepiento. Le había dicho al capitán que me ayudara a pagar tu deuda, pero las cosas no salieron como yo creía que saldrían, tu resultaste herida y me culpo por eso.- su voz sonaba triste.- Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y yo te perdí a ti y no sabes cómo me arrepiento.

-King...- fuiste interrumpida.

-¡¿Me perdonarías?!- cerro fuertemente sus ojos mientras pequeñas lagrimas se asomaban por sus ojos.

-Claro que si King-sempai.- sonreíste y también apretaste los ojos, evitando que tus lagrimas escaparan.

-Pero eso no es todo, después de que te fuiste sentí un vacío en mi corazón, y logre entender que es lo que siento por ti, algo que pensé que sentía por Diane...- Se detuvo y tomo una gran bocanada de aire.-Estoy perdidamente enamorado de ti.

Tus ojos se abrieron sorprendidos y te abalanzaste a él para poder abrazarlo a lo que le correspondió un poco tímido.

-A mí también me gustas King.- Le susurraste en la oreja después de abrazarlo.- Siempre quise hacer esto King-sempai.

Te separaste un poco y juntaste sus labios con los tuyos, sintiendo esos suaves labios por fin unirse con los tuyos, a los segundos el también reacciono. El con torpeza y nerviosismo coloco sus manos en tu cintura, mientras disfruta cada segundo de aquel beso algo torpe, pero hermoso, con movimientos totalmente guiado por sus corazones.

¡Fin!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top