•|Reencuentros
Rachel sopló sus manos para calentarlas, realmente eran días fríos y se le había olvidado ponerse los guantes. Sujetó un mochila mientras seguía caminando, el camino a su escuela era largo pero tranquilo y calmado lo suficiente como para pensar algo o descansar un poco.
En el caso de Ray es para pensar algo.
—¡Rachel! —una de sus compañeras se unió a ella caminando a su lado.
Ray volteó pero no dijo nada, simplemente siguió caminando.
—¿Puedo preguntar algo? —vio como Rachel hizo un pequeño gesto con la cabeza —a veces te veía con un hombre... Últimamente parece que vienes sola.
—Entiendo a donde quieres llegar —Rachel paró y volteó a verla —era... Realmente no sé que éramos, un día cuando volví a casa ya no estaba, así de simple.
Respondió para después seguir caminando, con la bufanda que llevaba cubrió su boca junto a su nariz, en ese mismo momento Rachel tenía una expresión de tristeza. Habían sido un par de semanas, los catorce días más insoportables de su vida, al no saber el paradero de Zack. Tampoco sabía las razones de porqué la dejó pero supuso que tenía muy buenas razones.
—¿Y cómo te sientes al respecto? —le preguntó la chica volviendo a caminar a su lado.
—Regular... —Desvío la mirada para que su compañera no viera sus ojos cristalizados, las lágrimas en ese momento no eran su mejor amiga.
—Entiendo... ¿era una persona muy importante para ti no?, parecían ser muy unidos...
—Algo así... —respondió Rachel mientras caminaba más rápido.
Volteó a su derecha ya que había sentido algo y vio a alguien que se parecía a Zack, se talló los ojos y dio un suspiro, estaba pensando demasiado en él, eso la afectaba mucho. Realmente le quiere.
—¿Sucede algo Rachel? —preguntó la chica mientras la miraba.
—Nada importante —respondió ella y siguió caminando —Tú no te sueles ir por aquí...
—Es que quería hablar contigo —dijo ella sonriendo.
Rachel asintió y siguió platicando con ella, parecía buena chica. Cuando llegó a la escuela entró casi a un infierno, desde que Zack había desaparecido de la noche a la mañana le costaba demasiado concentrarse sin pensar cómo estaba o qué hacía, incluso porqué se fue. Suspiró no le fue tan difícil ya que al parecer había encontrado una nueva amiga.
Rachel se encontraba en la sala, había dejado la mochila y en el pido para buscar a Zack. Quería darle una buena noticia pero no lo encontró por ningún lado. Incluso su habitación estaba intacta, no tan desordenada como normalmente. Ray suspiró tal vez sólo había salido a comprar algo y ella llegó en el justo momento.
Se sentó en el sillón a esperar, pero conforme pasaba el tiempo se iba preocupando más y más.
No lo sospechó pero Zack realmente no volvió, encontró una nota en si habitación que no había visto antes, parecía la letra de un niño de 5 años pero al parecer Zack hizo mucho esfuerzo para escribirlo. “Pronto" era la palabra que se encontraba escrita ahí. La felicidad que Rachel tenía al empezar el día se terminó esfumando al darse cuenta que la razón de su felicidad había desaparecido.
Desde ese día Ray comenzó a dormir en la habitación de él sólo por el simple hecho de que no quería sentirse sola pero comenzaba a pensar que se estaba volviendo una tonta obsesión.
Cuando Rachel salió de la escuela, caminó lento lo menos que quería era llegar a casa y ver que estaba realmente sola.
—Hey Ray —escuchó a sus espaldas.
El corazón de Rachel comenzó a latir rápido sólo de imaginar las posibilidades, tenía miedo de voltear no quería ver a quien sea que estuviera ahí. Se quedó congelada, dio una pequeña vuelta, lenta, lo reconoció al instante.
Sus ojos no podían soportar, el nudo en su garganta era obvio, le temblaban las piernas volver a ver a Zack después de dos semanas era realmente un sueño.
—¿No dirás nada?, dame aunque sea un maldito abrazo —Zack río.
Cuando Rachel reaccionó prácticamente se lanzó a abrazarlo, casi tira a Zack. Toda la gente de al rededor los estaba viendo, se convirtieron en el centro de atención.
Ray en los brazos de Zack se encontraba llorando, manchando la ropa que el llevaba en ese momento, mientras el acariciaba su cabello, ella lo estaba abrazando fuertemente parecía no querer dejarlo.
—Ray qué te parece si vamos a un lugar donde no haya tanta gente mirándonos para hablar bi...
Se vio interrumpido por Rachel que los sujetó de la cara y lo besó.
—Te daré todos los besos que desees, ahora sé una buena chica y larguémonos de aquí —le murmuró a Rachel en el oído mientras se separaba y ya agarraba de la mano.
Ella asintió con una gran sonrisa e ignorando a las personas que los estaban viendo, comenzaron a platicar. Ray realmente tenía mucha preguntas.
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