Nothing Left To Say


(Advertencia: SonicXShadow but humanos)

Toco la parte central de su pecho siento la cálida aura que desprendía que hacía que fuera tan agradable abrazarlo durante las noches de invierno o en los momentos más íntimos. Como lo era este. Justo ahora. Jamás se había sentido raro observándolo dormir después de todo no le quedaba mucho por hacer luego de que él se durmiera cayendo en un pesado sueño del que a veces era difícil sacarlo.

Ya había contemplado mucho el cuerpo de su pareja. O dicho de una manera certera; ex pareja. Termino con el abrazo escurriéndose como pudo y se sentó en el borde de la cama, recibiendo así todo el brillo del sol que se colaba entre las oscuras cortinas. Estaba harto de tan relación toxica que había permitido que se formara entre ambos; le atosigaba la manera en la que le pedía dejar a todos sus conocidos por él, asegurándose de que no recibiera llamadas incluso, cansado de su insistencia a la hora de saber a dónde iría y con quien estaría, incluso si solo iba a la esquina para comprar cigarros debía saberlo. Y finalmente exasperado por el hecho de que cada discusión terminara sobre el colchón con tan solo el simple roce de las yemas de sus dedos sobre sus labios húmedos por lágrimas culposas y falsas. Lo tenía prácticamente a su merced y en su mano.

No podía decir exactamente cuando había comenzado todo.

Noto una mano cálida y suave escudriñar por debajo de su camisa y rodear su cuerpo produciéndole una sensación sumamente contraria a los pensamientos que cruzaban fugazmente por su mente. Pero aun así permitió que su cuerpo fuera jalado hacia atrás para dar paso a los brazos que nuevamente lo rodearon; dejándole una clara vista a unas iris de color verde brillante que intentaban a toda costa adivinar y atinar a sus pensamientos. Dejo que besara pacientemente sus labios.

– ¿En qué piensas tanto? – abrió nuevamente sus ojos al oír la voz suave de quién mantenía su cuerpo rodeado con sus brazos y lo mantenía embriagado con su temperatura corporal.

– Pienso en como dejarte. – respondió en seco, manteniendo vista fija sobre sus ojos que solo escanearon una vez más su rostro antes de empezar a pasar sus dedos entre su ya desecha trenza azabache.

– Siempre dices lo mismo Shadow. – respondió en calma, dejando escapar una ligera risa. – Siempre es lo mismo... – repitió.

– Esta vez es diferente, créelo o no si deseas. – una mano paso por encima de su pecho, comenzado así su repetitivo acto de supresión ante sus decisiones.

– ¿Y en que es diferente esta vez? – aproximo más su rostro al suyo, rozando sus labios contra los suyos dejando una mordida en estos.

Estaba cansado de esto pero, ¿Por qué entonces pedía internamente por más? ¿Por qué su cuerpo lo traicionaba sucumbiendo una y otra vez a los mismos roces cada vez que intentaba huir de quien lo oprimía tanto? ¿Por qué era tan doblegable? Observo el rostro sonriendo complacido de su captor, quien disfrutaba de su falta de apego a las propias palabras que salían de sus labios. Despojo parte de su pecho levantando la camisa que lo cubría, dejando un riguroso sendero de besos que marchaban desde su tórax hasta su mentón.

– No puedes dejarme. – afirmo en un susurro apacible moviendo sus piernas hasta quedar a horcajadas sobre su cuerpo. – Sabes que soy el único que logra entenderte, consolarte y complacerte. – dejo un beso en sus labios por cada palabra que pronuncio.

– Tú solo me estas controlando. – aparto su rostro como pudo lejos del suyo y sujeto sus muñecas. – Me estas manteniendo solo para. Cada vez que quiero poner fin a esto evades ofreciéndome sexo. Las cosas no funcionan así, así no es como debería entenderse una pareja. – tomo su expresión descolocada como muestra de que su guardia estaba baja ahora y empujo su cuerpo a un lado. Permitiéndole así levantándose finalmente. No perdió tiempo y camino por el pasillo calzándose sus zapatos que había dejado anteriormente por ahí. Escucho los pasos apresurados a sus espaldas mas no se detuvo.

– Shadow no puedes dejarme ¡Te necesito! – lo escucho exclamar mientras evitaba cualquier contacto y tomaba un bolso para llenarlo con las pocas pertenencias que tenía en ese apartamento. Tomo las llaves de su motocicleta y abrió la puerta. – Por favor quédate.

– Lo lamento Sonic, pero ya no hay nada que decir.


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