muzan x rui and rui x senjuro
Título: "Entre la Lealtad y la Incomodidad"
En una sala oscura iluminada apenas por una lámpara de papel, Rui y Enmu se encontraban frente a Muzan. El aire estaba cargado de tensión. Ambos demonios sabían que estaban bajo el escrutinio del Rey de los Demonios, y cualquier error podía costarles la existencia.
Muzan observó a Rui, quien llevaba un manto que cubría su delgado cuerpo. Su mirada penetrante se clavaba en el joven demonio como si pudiera leer sus pensamientos más profundos. Rui, a pesar de ser fuerte, sentía un nudo en la garganta.
"¿Esto es lo que esperabas de mí, Muzan-sama?" preguntó Rui, con una voz temblorosa, mientras ajustaba su manto. Su apariencia estaba calculada para parecer impecable y elegante, pero también cargaba con un aire de vulnerabilidad que Muzan encontraba fascinante y útil.
Enmu, quien estaba sentado al lado, observaba la situación con una mezcla de curiosidad y temor. No estaba seguro de qué pretendía Rui con su pregunta, pero sabía que cualquier reacción inapropiada podría ponerlos a ambos en peligro. Cuando Muzan no respondió de inmediato, Enmu se inclinó hacia Rui y susurró: "No creo que te esté ignorando, creo que te está evaluando... como siempre lo hace."
Rui no respondió al comentario. En cambio, sus ojos se llenaron de determinación mientras sostenía la mirada de Muzan. "Haré lo que sea necesario para cumplir su voluntad. Lo prometo."
Muzan finalmente habló, su voz suave pero llena de autoridad. "Entonces demuéstralo. Pero recuerda, la utilidad es lo único que importa. No tengo paciencia para los débiles."
En ese momento, Douma entró en la sala, llevando un abanico con aire despreocupado. "¡Ah, qué reunión tan interesante!" exclamó, con su característico tono juguetón. "Rui, Enmu, parece que Muzan-sama tiene grandes expectativas para ustedes. ¿Cómo planean cumplirlas?"
Rui frunció el ceño, irritado por la interrupción, pero antes de que pudiera responder, Muzan levantó una mano, silenciando a todos en la sala. "Douma, si no tienes nada valioso que aportar, sugiero que te retires."
Douma se encogió de hombros, fingiendo decepción. "Qué cruel, Muzan-sama. Solo quería ver cómo se desarrollaba todo esto." Dicho esto, se giró y salió de la habitación, dejando atrás un aire de incomodidad.
Después de la reunión, Rui y Enmu fueron llevados a una misión para demostrar su lealtad. Mientras caminaban por un bosque oscuro, Enmu no pudo evitar reírse entre dientes. "Rui, ¿te diste cuenta de cómo Douma intentó meterse en problemas y falló? Es tan predecible."
Rui, que seguía meditando sobre las palabras de Muzan, solo murmuró: "Douma puede ser un idiota, pero no debemos subestimarlo. Al final, todo lo que importa es nuestra utilidad, ¿recuerdas?"
Los dos demonios continuaron su camino, decididos a cumplir con las expectativas de Muzan, pero en el fondo, cada uno sabía que la verdadera batalla no era solo contra los cazadores de demonios, sino también contra las expectativas imposibles de su amo.
Mientras Rui y Enmu continuaban su misión, se toparon con un grupo de cazadores de demonios en un claro del bosque. Los cazadores, alertados por la presencia de demonios, desenfundaron sus espadas con determinación, listos para luchar. Rui y Enmu intercambiaron una mirada rápida; sabían que debían ser estratégicos para evitar cualquier fallo frente a Muzan.
"Déjamelo a mí primero," dijo Rui con una voz fría pero seductora. Dio unos pasos hacia adelante, dejando que la luz de la luna iluminara su delicada figura. Lentamente, Rui deshizo el nudo de su manto, dejando que cayera al suelo y revelando su kimono transparente. Su presencia era hipnótica, su figura impecable, y hasta su ropa interior, visible bajo el tenue kimono, parecía parte de una danza cuidadosamente calculada para desviar la atención de los cazadores.
Los cazadores vacilaron, algunos enrojeciendo al ver a Rui, incapaces de apartar la mirada. "¿Qué... qué está haciendo?" murmuró uno, sintiendo que su determinación flaqueaba ante aquella extraña mezcla de inocencia y peligro.
"¿Qué pasa? ¿Acaso están temblando de miedo?" dijo Rui con una sonrisa burlona mientras avanzaba lentamente, cada paso diseñado para parecer delicado, pero calculado para sembrar desconcierto. "¿Es esta la fuerza de los famosos cazadores de demonios? Patético."
Detrás de Rui, Enmu observaba la escena con diversión. "Oh, Rui, eres realmente un espectáculo para los ojos. Pero creo que es mi turno de actuar." Con un movimiento rápido, Enmu lanzó su habilidad, llenando el claro con una suave niebla que envolvió a los cazadores. "Duérmanse, pequeños mortales," susurró con una sonrisa maliciosa.
Los cazadores comenzaron a tambalearse, sus ojos cerrándose mientras caían en un profundo sueño. En sus sueños, Enmu manipulaba sus mentes, mostrando imágenes de victorias falsas, familias felices y deseos cumplidos. Mientras tanto, Rui se acercaba a los cuerpos inmóviles, observándolos con una mezcla de superioridad y lástima.
"Son tan débiles," dijo Rui, levantando el rostro de uno de los cazadores con la punta de sus dedos. "Y pensar que creían que podían enfrentarse a nosotros."
"¿Qué hacemos con ellos ahora?" preguntó Enmu, su tono lleno de curiosidad mientras caminaba entre los cuerpos dormidos. "¿Los dejamos vivir para que lleven un mensaje de advertencia, o simplemente los eliminamos?"
Rui reflexionó por un momento antes de responder. "No. Dejémoslos vivir, pero asegurémonos de que recuerden este momento como una derrota. Muzan-sama quiere cazadores debilitados, no muertos. Que su miedo les paralice más que cualquier herida física."
Con esas palabras, Rui y Enmu se alejaron, dejando atrás a los cazadores sumidos en un profundo sueño, sus mentes atrapadas en pesadillas que no podían comprender del todo. Los dos demonios sabían que esta victoria no solo era un paso hacia el cumplimiento de su misión, sino también una forma de demostrar a Muzan que todavía eran útiles, incluso después de haber caído de su gracia.
Los cazadores, aún tambaleantes tras despertar de la pesadilla inducida por Enmu, se reunieron con el Patrón, Kagaya Ubuyashiki, en la mansión de los cazadores de demonios. Todavía aturdidos por la experiencia, intentaron explicarle lo que habían presenciado, pero las palabras parecían no ser suficientes para describir lo que habían vivido.
"Patrón," dijo uno de los cazadores, bajando la mirada con vergüenza, "nos encontramos con un demonio... completamente diferente a los que hemos visto antes."
Kagaya, siempre paciente y sereno, asintió lentamente, escuchando con atención. "Describan lo que vieron con calma. Cada detalle es importante."
El cazador respiró hondo antes de continuar. "Era un chico... pero su apariencia era... hipnotizante. Tenía un peinado extraño, como si su cabello estuviera diseñado para parecer patas de araña. Su piel era pálida y perfecta, y llevaba un kimono transparente. Lo peor... lo que más nos desconcertó... es que se podía ver claramente su ropa interior, unas... unas bragas."
El salón quedó en silencio. Algunos de los pilares que estaban presentes no pudieron evitar fruncir el ceño o levantar una ceja, mientras otros, como Sanemi y Rengoku, intercambiaron miradas de desconcierto.
"¿Bragas?" repitió Sanemi, incrédulo. "¿Estás diciendo que un demonio estaba paseándose así... y los dejó completamente inmóviles?"
"Sí," intervino otro cazador, todavía sonrojado por la humillación de su derrota. "Era... extraño. Atractivo, pero aterrador. Sus movimientos eran calculados, como si supiera exactamente cómo desestabilizarnos. Y luego apareció otro demonio, con una sonrisa burlona, que nos hizo caer en un sueño profundo."
"Eso tiene que ser Rui," murmuró Mitsuri, el Pilar del Amor, quien conocía historias sobre un demonio de aspecto andrógino con una apariencia impactante. "Es un demonio peligroso, pero... también tiene fama de ser manipulado por Muzan. Tal vez esto sea parte de un plan mayor."
"Un demonio con esas características no actúa por su cuenta," dijo Gyomei, el Pilar de la Roca, mientras movía las cuentas de su rosario. "Muzan probablemente lo envió para desmoralizarlos. Los demonios saben que no somos inmunes al engaño y la confusión."
Kagaya levantó una mano, pidiendo silencio. "No podemos subestimar a este demonio ni a su compañero. Rui y Enmu, si son los que ustedes describen, están ejecutando una estrategia que va más allá de la violencia directa. Pero lo que más me preocupa es lo que dijeron sobre su ropa... bragas, como mencionaron. Esto no es una elección al azar. Tal vez están usando su apariencia para desarmar a sus enemigos emocionalmente."
Tanjiro, que estaba presente, escuchaba con atención mientras recordaba la crueldad de Muzan hacia sus propios demonios. "Si Rui y Enmu actúan así, es porque Muzan los obliga a hacerlo. Pero no debemos olvidar que incluso los demonios, por despiadados que sean, fueron humanos una vez."
"Entonces, ¿qué propones, Tanjiro?" preguntó Rengoku con curiosidad.
"Debemos estar preparados para enfrentarlos, pero también para entenderlos," respondió Tanjiro con determinación. "Si logramos capturarlos, podrían darnos información valiosa sobre Muzan. Y si hay una posibilidad de redimirlos, no debemos ignorarla."
El Patrón asintió, satisfecho con la respuesta de Tanjiro. "Así es. Rui y Enmu son piezas importantes en el juego de Muzan. Pero incluso las piezas más fieles pueden volverse contra su amo si encuentran un propósito mayor."
Los Pilares Reaccionan a Rui
Los Pilares llegaron al lugar tras sentir la presencia demoníaca de Rui. El joven demonio, con su característico cabello blanco en forma de patas de araña y sus ojos de heterocromía, se paró frente a ellos con una calma casi provocativa.
Rui, con una sonrisa tranquila, deshizo el nudo de su manto con elegancia. La prenda cayó suavemente al suelo, revelando su kimono transparente que apenas ocultaba su figura delgada pero perfectamente proporcionada. Bajo la tenue tela, era evidente el diseño de su ropa interior, lo que añadía un aire inesperado de vulnerabilidad mezclada con descaro.
Tokito, que se mantenía casi siempre indiferente, sintió un calor repentino en el rostro. "¿Por qué me estoy sonrojando? Esto no tiene sentido..." pensó mientras desviaba la mirada, incómodo.
Tanjiro, siempre respetuoso, intentó concentrarse en mantener la compostura, pero su rostro estaba tan rojo como su cabello. "¡Esto es inapropiado! ¿Por qué se viste así en medio de una pelea?"
Zenitsu, como era de esperarse, estaba al borde del colapso. Sus ojos se abrieron como platos y murmuraba entre dientes, "¡¿Un demonio así de lindo?! ¡Esto es injusto! ¡No puedo pelear contra alguien tan... así!"
Mitsuri, conocida por su sensibilidad hacia las cosas bellas, no pudo evitar sonrojarse también. "Es tan... hermoso," pensó, aunque su mente luchaba por enfocarse en el deber. Sin embargo, la confusión era evidente en su rostro.
Sanemi chasqueó la lengua, claramente molesto. "¿Qué demonios está pasando aquí? ¡Es solo un demonio! ¡Dejen de actuar como si estuvieran viendo algo extraordinario!"
Gyomei, siempre calmado, cerró los ojos y comenzó a orar, murmurando: "Señor, dame fuerza para lidiar con estas distracciones mundanas..."
Rui, consciente del impacto que estaba teniendo, se limitó a sonreír. "¿Qué pasa, cazadores? ¿Acaso no pueden concentrarse? Es curioso cómo la belleza puede ser un arma más poderosa que cualquier espada." Su voz era suave, pero cargada de un matiz burlón.
La tensión creció en el ambiente mientras Rui continuaba observando a los pilares, como si disfrutara de la incomodidad que había provocado. La batalla aún no había comenzado, pero Rui ya parecía tener la ventaja en un juego psicológico inesperado.
El Encuentro con Enmu y las Consecuencias
Mientras los pilares seguían observando la inquietante escena de Rui, la figura conocida como Enmu apareció de repente, su presencia perturbadora y su expresión grave llenaron el aire. El demonio de rostro pálido y cabellera oscura se acercó con paso firme, sus ojos fijos en Rui.
"Rui," dijo Enmu con un tono frío, dejando escapar una pequeña sonrisa sarcástica. "Deja de hacer el idiota. ¿Es que no entiendes lo que has causado?"
Rui, sorprendido por la aparición de Enmu, levantó una ceja. Su usual actitud desafiante no se desvaneció, pero algo en la mirada de Enmu lo hizo retroceder, aunque solo un poco. Rui siempre había tenido una relación compleja con su compañero, pero la tensión que ahora se sentía era diferente.
"Mueren por ti, Rui," continuó Enmu, visiblemente molesto. "Muzan te quitó el puesto de Luna Inferior 5 por tus idioteces. ¿Qué demonios hiciste?" La ira de Enmu se veía en sus ojos, pero también había algo más, una frustración. "Provocaste que Muzan tuviera 7 paros en su corazón y 7 paros cerebrales... Eso no fue divertido en absoluto. Solo sangró por la nariz y la boca. ¿Te parece gracioso?"
Rui observó a Enmu con una mezcla de desdén y algo de arrepentimiento. La verdad es que no había esperado consecuencias tan graves. "Lo siento... no sabía que lo tomarías tan mal," murmuró Rui, cruzando los brazos. Pero había algo en su tono que indicaba que, en el fondo, no lamentaba tanto sus acciones.
Enmu suspiró, dando un paso hacia Rui y tomándolo de la mano con más fuerza de lo necesario. "Lo que me molesta no es tanto que hayas causado ese desastre... Es que, al final, Muzan sigue siendo un idiota que te tiene como su Luna favorita. Y sabes que eso me irrita."
Rui, por un momento, pareció sorprendido por la confesión. "¿Celoso?" preguntó, con una sonrisa irónica.
"Lo admito," respondió Enmu, sus ojos entrecerrados. "Muero de celos, Rui. Pero al menos ahora tienes mi apoyo. Vamos, dejemos que estos cazadores sigan su camino. Hay más que podemos hacer... y más secretos que guardamos. Aunque a veces, te deseo que tomes las cosas más en serio."
Los pilares, que observaban desde lejos, intercambiaron miradas de desconcierto y sorpresa. La información que Rui tenía, más que cualquier otra cosa, parecía ser la clave para entender los planes de Muzan. Sin embargo, había algo en la relación entre Rui y Enmu que complicaba las cosas.
Mitsuri, siempre empática, murmuró: "¿Qué se supone que debemos hacer? ¿Deberíamos matarlos o...?"
"Si los matamos, perdemos una oportunidad," respondió Gyomei con calma. "Rui es el favorito de Muzan, si conseguimos que nos hable... podríamos obtener información crucial."
Tanjiro, a pesar de su irritación por la provocación de Rui, estaba preocupado. "¿Realmente podemos confiar en alguien como él?"
Sanemi, con su actitud ruda, intervino. "¡Eso no importa! Lo que necesitamos es obtener lo que queramos de él, luego ya veremos qué hacer."
"Hay algo extraño en su relación con Enmu," dijo Tokito en voz baja, mirando a los dos demonios mientras se alejaban. "Lo que sea que estén planeando, seguro que no lo sabemos todo."
Así, mientras Rui y Enmu se alejaban, el conflicto entre los cazadores y los demonios tomaba un giro aún más complicado. Los pilares sabían que obtener información de Rui podría ser vital, pero también se preguntaban si su verdadero interés estaba en revelar los secretos de Muzan... o si sus propios sentimientos hacia Rui y Enmu complicarían aún más las cosas.
El Confuso Triángulo y la Verdad Revelada
La atmósfera era tensa mientras los pilares, en su mayoría sorprendidos, se reunían alrededor de Tokito, quien había dejado caer una bomba bastante inesperada. La seriedad de su rostro contrastaba con el tono ligero de su comentario al final. Sin embargo, todos comprendieron que Tokito, aunque de manera un tanto bromista, estaba tocando algo muy delicado y peligroso.
"¿Qué pasa si Muzan está enamorado de Rui?" Tokito preguntó en voz baja, mirando a cada uno de los pilares con una expresión grave. La idea era tan desconcertante que incluso los más impacientes, como Sanemi, se quedaron en silencio, procesando lo que Tokito acababa de sugerir.
"Eso lo complicaría todo," dijo Mitsuri, su rostro se tensó un poco mientras pensaba en lo que implicaría para la situación. "Si Muzan siente algo así por Rui, eso cambia por completo la dinámica. Rui no es solo su Luna Inferior favorita, sino que podría tener una conexión mucho más profunda con él."
"Y si Senjuro, el hermano de Rengoku, también está involucrado, eso lo hace aún más complicado," añadió Gyomei con una mirada pensativa. "Si lo que dices es cierto, que Senjuro también mordió a Rui... Eso solo puede indicar que hay más entre ellos de lo que hemos visto."
Tokito asintió, su mirada aún fija en el suelo. "Sí, vi a Muzan morder el cuello de Rui en una ocasión... y luego, otro día, vi a Senjuro mordiendo su hombro izquierdo. Los dos parecen tener un tipo de... posesión sobre él."
Sanemi frunció el ceño, su voz dura y molesta. "Eso no suena nada bien. ¿Cómo es posible que Rui esté tan... atrapado entre esos dos? Y si ambos están tan involucrados con él, ¿qué significa eso para los cazadores? No podemos permitir que eso siga."
Tokito, al ver la preocupación de todos, añadió con una sonrisa burlona pero aliviadora, como para suavizar la tensión: "Yo, bueno, yo le mordería el otro hombro... Pero es solo una broma, ¿eh?" Su risa nerviosa trató de romper el ambiente tenso, pero sabía que las palabras que acababa de compartir no eran para tomarse a la ligera.
Los pilares intercambiaron miradas. La situación estaba más complicada de lo que jamás imaginaron. La conexión de Rui con Muzan no solo lo ponía en peligro como una Luna Inferior, sino que también estaba relacionado con la compleja relación que tenía con Senjuro, hermano de uno de los pilares más fuertes, Rengoku.
"Esto puede volverse mucho más peligroso para todos nosotros," dijo Kyojuro Rengoku, su tono de preocupación evidente. "Si los lazos entre Rui y estos dos crecen más, podríamos estar jugando con fuego."
"Lo que necesitamos es que Rui nos diga todo lo que sabe, pero también debemos ser cautelosos," dijo Mitsuri. "Si realmente hay algo más entre él y los dos, eso podría cambiar su lealtad hacia ellos... pero también podría ponernos en una posición aún más arriesgada."
Tokito suspiró, sus pensamientos claramente ocupados con el problema en sus manos. "Solo espero que podamos entender cómo Rui se siente al respecto, antes de que todo esto se vuelva demasiado peligroso."
Los pilares sabían que ahora tenían que actuar con cautela. Los sentimientos involucrados, las alianzas y las lealtades no solo eran complicadas entre los cazadores y los demonios, sino que también se entrelazaban con pasiones personales y sentimientos de posesión. Rui estaba atrapado en una red de emociones y relaciones difíciles de comprender completamente.
"Lo mejor será que tengamos más cuidado con él... y con ellos," concluyó Gyomei, sabiendo que cada movimiento debía ser cuidadosamente planeado.
Mientras los pilares comenzaban a trazar sus siguientes pasos, el futuro de Rui se volvía aún más incierto. ¿Sería capaz de liberarse de los lazos que lo ataban a Muzan y Senjuro? ¿O seguiría atrapado entre las sombras de estos dos poderosos seres?
La Revelación del Sol y el Conflicto de Sentimientos
El día estaba claro y soleado, una luz brillante que iluminaba todo el paisaje. Los pilares, quienes habían estado vigilando en silencio, no esperaban lo que sucedió a continuación. En una pequeña colina cerca de donde se encontraban, vieron a Rui, inmune a la luz solar, caminando sin preocupación, como si el sol no tuviera poder sobre él.
Pero lo que realmente los dejó sin aliento fue lo que sucedió a continuación: Rui y Senjuro se acercaron el uno al otro, su cercanía se volvió más evidente a medida que se besaban apasionadamente en la boca. Los pilares se quedaron congelados en su lugar, observando la escena con asombro. Senjuro, quien había sido un aliado, ahora parecía más íntimamente vinculado a Rui de lo que habían imaginado.
Rui, como siempre, llevaba su kimono negro, pero esta vez era aún más revelador: el tejido del kimono era transparente, dejando al descubierto sus bragas moradas. La imagen fue demasiado para algunos de los pilares, especialmente para Tokito, quien desvió la mirada rápidamente, su rostro algo sonrojado.
Sanemi, por otro lado, observó con una mezcla de frustración y celos. "¿Qué está pasando aquí?", gruñó entre dientes, mientras sentía que su paciencia comenzaba a agotarse. ¿Cómo era posible que un demonio como Rui, a pesar de ser un enemigo, tuviera tal influencia sobre Senjuro, el hermano de Rengoku?
Mitsuri se mordió el labio, sus pensamientos y sentimientos completamente confusos. Aunque se preocupaba por lo que representaba Rui, también no podía evitar sentirse atrapada entre la culpa y la preocupación. "Esto es... esto es más complicado de lo que pensaba," murmuró, mirando la escena con una mezcla de incredulidad.
"Lo que esto significa..." comenzó Kyojuro Rengoku, su tono serio, "es que nuestra misión ahora es más peligrosa. Si Senjuro está tan unido a Rui, hay más en juego que solo la lucha contra Muzan."
En ese momento, Rui y Senjuro rompieron el beso, y Rui, notando que los pilares los observaban, se levantó con una sonrisa descarada. "¿Qué miran? No he hecho nada malo," dijo Rui con un tono desafiante, su actitud provocadora evidente.
Los pilares estaban atrapados entre su deber y las emociones que esta escena despertaba. ¿Deberían seguir persiguiendo a Rui como una amenaza? O, ¿deberían tratar de entender la naturaleza de su relación con Senjuro y cómo eso podría afectar la lucha contra Muzan?
Senjuro, por su parte, miró a los pilares con una expresión seria. "No lo entienden," dijo con voz baja, pero firme. "Rui no es un enemigo, y si me preguntas, nunca lo será."
Los pilares intercambiaron miradas. La situación había cambiado más de lo que imaginaban, y ahora, más que nunca, tenían que decidir cómo manejar la creciente relación entre Rui y Senjuro y las implicaciones para todos ellos.
La Provocación de Rui
Rui, con su sonrisa juguetona y su mirada desafiante, observaba cómo los pilares reaccionaban a sus palabras. El silencio que siguió a su declaración fue denso, pero lleno de incomodidad.
"Senjuro necesita ir al cuarto", dijo Rui de manera casual, como si estuviera hablando del clima, mientras daba un paso adelante. Luego, sacó un cordón con un movimiento deliberado, observando con diversión cómo los ojos de los pilares se fijaban en él, algunos de ellos visiblemente incómodos.
"Y sobre lo de ayer...", continuó Rui, su tono ahora más burlesco, "Lo que hicimos fue... cómo lo dijeron antes... sexo. ¿Recuerdan? Aun me duelen las piernas", añadió, estirando su cuerpo de manera exagerada y lanzando una mirada hacia los pilares.
Las reacciones no se hicieron esperar. Tokito, siempre tan calmado, parpadeó varias veces, claramente desconcertado. "¿Qué...?" murmuró, sin saber cómo reaccionar, su rostro ligeramente sonrojado.
Zenitsu, con sus nervios al límite, trató de cubrir su rostro, claramente avergonzado, mientras sus pensamientos corrían en círculos. "¡No puedo creer que estés diciendo esto tan abiertamente!" exclamó, su voz quebrándose por la vergüenza.
Mitsuri, por su parte, no pudo evitar sentir una mezcla de confusión y molestia. Aunque había una parte de ella que sentía empatía por la relación entre Senjuro y Rui, lo que estaba sucediendo en ese momento era demasiado para procesar de golpe. "No es... algo que se deba decir así," dijo, su tono titubeante, pero firme.
Sanemi, furioso por la situación, apretó los dientes y levantó una mano como si fuera a atacar, pero se detuvo, tomando una respiración profunda. "¿Sabes qué, Rui?", dijo, su voz temblando con una mezcla de ira y desdén. "A veces, eres demasiado para manejar."
Rengoku, con su habitual serenidad, frunció el ceño, pero no dijo nada de inmediato. Su mirada estaba fija en Rui, tratando de discernir la verdad en sus palabras y la naturaleza de la relación entre él y Senjuro. "No deberíamos juzgar, pero necesitamos respuestas. Este comportamiento no es algo que podamos ignorar."
Rui, viendo las reacciones de los pilares, simplemente se cruzó de brazos, disfrutando del caos que había desatado. "Lo que haga Senjuro o lo que yo haga no les concierne", dijo con una calma inquietante. "Pero... sé que esto es mucho para ustedes. Después de todo, soy el favorito de Muzan. ¿Eso no les molesta?" agregó con una sonrisa mordaz, disfrutando de la incomodidad que se había instalado entre ellos.
Los pilares se quedaron en silencio, algunos claramente luchando por procesar lo que acababan de escuchar. La línea entre el deber y las emociones personales comenzaba a desdibujarse, y mientras algunos querían enfrentarse a Rui, otros se sentían atrapados por la complejidad de la situación. El peso de la información que Rui había soltado, junto con su comportamiento cada vez más impredecible, dejó a los pilares en un estado de incertidumbre.
Rui observó las reacciones de los pilares con una sonrisa fría, disfrutando del caos interno que estaba generando. Cada palabra que decía estaba cargada de un significado profundo, como si estuviera revelando una verdad que cambiaría todo lo que conocían.
"¿Sorprendidos?", dijo Rui en tono tranquilo, su voz resonando en la habitación con una confianza que heló el aire. "Lo que no saben es que soy inmune a las katanas. No pueden cortarme, no importa cuán afiladas sean. Todo gracias a mi habilidad para copiar las habilidades de las seis lunas superiores, incluida Nezuko, Nakime, Enmu y, por supuesto, Muzan. Mi poder es más vasto de lo que imaginas."
Los pilares, atrapados en el shock y la incredulidad, se quedaron en silencio por un momento. Las palabras de Rui retumbaban en sus mentes, una amenaza que parecía mucho más real ahora que estaba acompañada por esa fría serenidad.
"Y no solo eso", continuó Rui, ahora mirando a cada uno de ellos con una sonrisa mordaz, "Tengo una habilidad natural que me permite manipular hilos. Con esto, puedo controlarlo todo a mi alrededor, desde las personas hasta el ambiente. ¿Pueden imaginarse lo que eso significa?"
Las reacciones de los pilares fueron diversas. Tokito, siempre calmado, no pudo evitar tensarse ante la revelación. Sabía que Rui era peligroso, pero esto superaba todo lo que había anticipado. "¿Cómo es posible que puedas hacer todo eso?", preguntó, su tono lleno de asombro y desconfianza.
Tanjiro, sintiendo la presión de la situación, intentó mantenerse firme, pero su rostro reflejaba la creciente preocupación. "Si realmente puedes hacer todo eso... ¿qué significa para nosotros?"
Mitsuri, siempre optimista pero también algo sensible, miró a Rui con una mezcla de incomodidad y confusión. "Esto es... demasiado. No sé si puedo creerlo", murmuró, dudando de la naturaleza de lo que Rui acababa de revelar.
Rengoku, siempre el más sereno, se mantuvo firme, pero incluso él no pudo ocultar una sombra de inquietud en sus ojos. "Esto cambia todo. Si puedes copiar las habilidades de las lunas superiores y manipular hilos, no sabemos qué tanto puedes hacer en un combate."
Sanemi, sin embargo, no pudo contener su frustración. "¡Esto es absurdo! No importa lo que hagas, no vas a ganar. No voy a dejar que un demonio como tú haga lo que quiera", gritó, pero la duda en su voz traicionó su ira.
Rui se rió suavemente ante la reacción de Sanemi. "¿De verdad piensas que puedes detenerme? Todos ustedes son tan predecibles... y tan frágiles. Pero no se preocupen. No estoy aquí para destruirlos, aún. Quiero ver hasta dónde llegan antes de que todo esto se derrumbe."
El Enfrentamiento Interno
Con esta revelación, la tensión entre Rui y los pilares llegó a un punto álgido. Los pilares sabían que enfrentarse a él sería extremadamente difícil ahora que tenía tantas habilidades a su disposición, y la sensación de peligro inminente comenzó a invadir la sala.
"Si vamos a detenerte", comenzó Rengoku, su voz firme, "debemos entender cómo funcionan tus habilidades. Necesitamos una estrategia, no podemos simplemente atacar a ciegas."
Rui sonrió ante su respuesta. "Eso es lo que me gusta escuchar. Pero... no será tan sencillo. Aunque intenten atacarme, solo serán un juego para mí."
Pero lo que Rui no esperaba era la determinación que aún quedaba en los pilares. Aunque sabían que el desafío era abrumador, no estaban dispuestos a rendirse. A pesar de sus miedos, los pilares comprendían que debían hacer todo lo posible para detener a Rui y proteger a los inocentes que aún quedaban.
Un Giro en la Historia
Mientras la situación entre Rui y los pilares alcanzaba su punto máximo de tensión, un pensamiento oscuro cruzó la mente de Rui. Si los pilares se convierten en un verdadero obstáculo, entonces podría ser hora de cambiar la jugada. Pero lo que no sabía era que algunos de los pilares, como Rengoku y Mitsuri, ya habían comenzado a idear un plan para contrarrestar las habilidades de Rui.
La historia estaba por tomar un giro inesperado, en el que los pilares y Rui se enfrentarían no solo a una batalla física, sino también a una guerra psicológica que definiría el destino de todos.
Rui y Senjuro caminaron por el sendero, sus pasos en armonía mientras se adentraban más en el bosque. La tranquila tarde parecía ajena a la tensión y las luchas que se desataban alrededor. Rui, con su usual aire enigmático, caminaba ligeramente por delante, disfrutando de la compañía de Senjuro, quien parecía relajado, aunque su mirada inquieta no podía ocultar sus pensamientos.
"Es raro, ¿no?", dijo Senjuro, rompiendo el silencio mientras observaba a Rui caminar. "A veces, me pregunto si algún día podremos vivir sin que nos persigan. Ya no quiero ser un cazador, no quiero seguir luchando contra lo que soy. Quiero ser como tú, Rui."
Rui, al escuchar esto, giró la cabeza lentamente, sus ojos brillando con un fulgor extraño. "¿Ser como yo?", preguntó con una ligera sonrisa. "¿Un demonio?"
Senjuro asintió, su tono serio. "Sí. No quiero seguir siendo lo que fui antes. Los cazadores, el conflicto constante... todo eso me está desgastando. Tú, Rui, eres fuerte. Quizá es hora de unirme a ti, a tu lado. Convertirme en algo más, en un demonio, y estar a tu lado... también ser un demonio a la altura de Muzan."
La declaración de Senjuro hizo que Rui se detuviera en seco, mirándolo fijamente. No era la respuesta que había esperado, pero al mismo tiempo, le parecía más predecible de lo que pensaba. El poder y la inmortalidad de los demonios eran atractivos, y Rui no podía evitar sentir una mezcla de satisfacción y sorpresa ante la revelación de Senjuro.
"Entonces... ¿quieres ser parte de nosotros? ¿Parte de mí?" Rui le preguntó, con una expresión intrigada, pero también un tanto juguetona. "Pero recuerda, Senjuro, lo que eso significa. Si te conviertes en demonio, no habrá vuelta atrás."
La Obsesión de Muzan
Mientras tanto, en la oscuridad de un rincón apartado, Muzan observaba desde las sombras, su mirada fija en los dos jóvenes. Sus pensamientos eran profundos y complejos, y su mente no podía dejar de trabajar mientras analizaba la situación.
"Senjuro...", pensó Muzan, su voz interior cargada de intriga y celos. "Siempre he estado al tanto de su potencial, pero nunca imaginé que llegaría a esto. Él realmente quiere convertirse en un demonio, en mi segundo novio, y en el de Rui. Quizá esto podría ser beneficioso para todos nosotros. Un nuevo aliado que respalda nuestras intenciones... Si Senjuro acepta esto, si acepta ser parte de nuestro mundo, podría fortalecer nuestra posición."
En su mente, Muzan trazaba planes y estrategias, viendo cómo Senjuro podía encajar en sus propios deseos y cómo Rui podría jugar un papel importante en este enredo. ¿Qué pasaría si Senjuro realmente se uniera a ellos, no solo como un aliado, sino como algo más? La idea de tenerlo a su lado, junto con Rui, como su pareja y compañero, se filtraba en los pensamientos de Muzan. La poderosa conexión entre Rui y Senjuro, además de sus habilidades, podría ser la clave para su propia ambición.
"Esto no será fácil", pensó Muzan, sus ojos brillando con una oscura satisfacción. "Pero si Senjuro realmente quiere unirse a nosotros, entonces tiene que aprender a aceptar su nuevo lugar. Ser parte de nuestro mundo, ser parte de mí, no es algo que se da sin sacrificios."
Los Pilares Observan en Silencio
A lo lejos, los pilares, quienes ya habían comenzado a seguir a Rui y Senjuro desde que se separaron del grupo, presenciaron todo en silencio. No estaban seguros de qué hacer con esta nueva revelación. Sabían que Rui no solo era un demonio, sino que había un vínculo profundo entre él y Senjuro, y ahora Muzan parecía estar más involucrado que nunca.
Rengoku, mirando la escena desde un lugar oculto, frunció el ceño. "Esto podría ser un problema... Si Senjuro se une a ellos, perderemos una de nuestras mejores armas."
Sanemi, con su temperamento explosivo, no podía dejar de murmurar para sí mismo. "Esto es insostenible. No podemos dejar que eso suceda."
Tanjiro, quien también había observado, miró hacia la distancia. "¿Realmente creen que Senjuro hará algo así? No quiero que pierda su humanidad. Rui lo está arrastrando por un camino peligroso."
Mitsuri, visiblemente preocupada, agregó: "Tenemos que detenerlos antes de que sea demasiado tarde."
Pero lo que ninguno de los pilares sabía era que el destino de Senjuro ya estaba en manos de Rui y Muzan, quienes ahora eran piezas clave en un juego mucho más grande.
Los Celos de Daki
Daki observaba a Rui desde la distancia, su mirada entremezclando desprecio y envidia. El demonio caminaba con su usual confianza, su kimono transparente morado ondeando ligeramente con el viento, dejando entrever sus bragas blancas, que parecían un elemento deliberado en su atuendo para acentuar su sensualidad.
"Es increíble," murmuró Daki, cruzando los brazos con frustración. "Mientras yo lucho por ganar un poco más de su atención, Rui simplemente camina bajo el sol como si fuera un ser divino. ¡Y encima, Muzan-sama no deja de mirarlo! ¿Qué tiene él que yo no tenga?"
Gyutaro, siempre cerca de su hermana, suspiró. "Daki, sabes que Rui tiene algo especial. Es diferente. Incluso Muzan-sama lo reconoce como el demonio perfecto."
Daki chasqueó la lengua, llena de resentimiento. "¡No es justo! Soy más fuerte, más hermosa, pero él... Él siempre roba la atención con esa apariencia delicada y esos aires de misterio. ¡Hasta su ropa interior se vuelve un tema de conversación!"
Enmu: El Intermediario Sarcástico
Mientras tanto, Enmu, quien parecía disfrutar observando las tensiones entre los demás, se acercó con su habitual sonrisa burlona.
"Daki, querida," dijo Enmu con una voz melosa, "deberías calmarte un poco. Los celos no te sientan bien. Además..." Se inclinó hacia ella con un tono más bajo pero claramente provocador, "¿realmente crees que Muzan-sama dejaría que algo le pasara a Rui? Después de todo, es su favorito. Aunque claro..."
Enmu hizo una pausa teatral, como si saboreara lo que estaba por decir. "No puedo evitar preguntarme cuándo Rui terminará con ese dolor de piernas del que tanto se habla."
Daki parpadeó, confusa por un momento, antes de captar el doble sentido en las palabras de Enmu. Su expresión se transformó en una mezcla de disgusto y vergüenza. "¡Enmu! ¿Cómo te atreves a decir algo así?"
Enmu se encogió de hombros, sin dejar de sonreír. "Solo estoy diciendo lo que todos estamos pensando, querida. Rui tiene un lugar especial en el corazón de Muzan-sama, y, bueno, no todos podemos aspirar a eso."
Rui: La Indiferencia del Perfecto
Mientras tanto, Rui permanecía ajeno a las disputas y comentarios. Su enfoque estaba en otro lugar, en una mezcla de autocomplacencia y estrategia. Sentía los celos de Daki y las bromas de Enmu, pero no le importaban. Sabía lo que valía y el efecto que tenía en todos, incluido Muzan.
"Déjalos hablar," pensó Rui mientras ajustaba su kimono, dejando que la tela transparente acentuara aún más su figura. "Al final, Muzan-sama siempre me elegirá a mí."
Muzan: Una Presencia Vigilante
En las sombras, Muzan observaba la escena con una expresión inescrutable, sus ojos fijos en Rui. Aunque sus pensamientos eran un misterio, era evidente que Rui ocupaba un lugar especial en su mente.
"Rui... mi creación perfecta. Su inmortalidad bajo el sol, su belleza y su habilidad lo hacen incomparable. Incluso entre las lunas superiores, nadie puede igualarlo. Quizá... es momento de que ocupe un lugar más cercano a mí."
Un Desenlace de Tensión
Las interacciones entre Rui, Daki y Enmu continúan, mientras Muzan mantiene sus propios planes en secreto. ¿Cómo reaccionarán los demás demonios cuando la preferencia de Muzan por Rui se haga aún más evidente? Y más importante, ¿qué implicaciones tendrá este favoritismo para la relación entre Rui y Senjuro?
Los celos, las bromas y las tensiones no hacen más que aumentar, enredando aún más las complejas dinámicas entre los demonios y sus lealtades hacia su líder.
Daki observaba desde la distancia, con una mezcla de asombro y celos, mientras Muzan le apretaba el muslo a Rui. La escena parecía sacada de un teatro bizarro. Rui, con su usual kimono transparente que dejaba ver sus bragas, soltó un gemido que resonó en la habitación.
"¡Ah...!" Rui dejó escapar el sonido, una mezcla entre dolor y sorpresa, mientras intentaba mantener su compostura.
Enmu, que estaba sentado cerca, levantó una ceja y se inclinó hacia adelante, confundido. "¿Qué fue eso? ¿Una tortuga agonizando o un gato enfadado?"
Douma, que nunca perdía la oportunidad de burlarse de la situación, soltó una carcajada tan fuerte que parecía que se le iba a salir el aire. "¡Eso no fue ni una tortuga ni un gato! ¡Fue una mezcla perfecta de los dos! ¡Rui, eres un artista incluso cuando gimes!"
Daki, claramente irritada, cruzó los brazos y bufó. "No entiendo qué ve Muzan en ti, Rui. ¿Por qué siempre eres el centro de su atención? No es justo."
Rui, recuperándose un poco de la escena, miró a Daki con una sonrisa ligeramente burlona. "Tal vez porque soy único, Daki. Tal vez porque soy el demonio perfecto."
"¿Perfecto?" replicó Daki, rodando los ojos. "¡Perfectamente irritante, eso sí!"
Mientras la tensión entre los demonios crecía, Muzan simplemente ignoró sus comentarios. Su enfoque permanecía en Rui, como si estuviera analizando cada movimiento, cada reacción, con una precisión casi clínica.
"Esto no es un juego para mí," declaró Muzan finalmente, con una voz fría y autoritaria. "Rui es más que un simple demonio; es la clave de nuestra evolución. Y no permitiré que nadie interfiera."
Las palabras de Muzan hicieron que la sala quedara en completo silencio. Incluso Douma dejó de reír por un momento, aunque todavía tenía una sonrisa en el rostro.
Rui, por su parte, simplemente desvió la mirada, sabiendo que su posición era tanto una bendición como una carga. "Espero que sepas lo que estás haciendo, Muzan," pensó para sí mismo, sintiendo el peso de las expectativas sobre sus hombros.
Tokito, que había llegado al bosque en misión de reconocimiento, se escondía detrás de un árbol, observando la escena en completo silencio. Al principio, no podía creer lo que veía: Rui, en su característico kimono transparente que dejaba ver sus bragas, soltando un gemido inesperado mientras Muzan apretaba su muslo con una mano.
"¿Qué demonios estoy viendo...?" murmuró Tokito, completamente sonrojado, sus ojos apenas asomándose por el tronco.
En el claro del bosque, las Seis Lunas Superiores estaban reunidas, con Douma y Akaza en una discusión usual, Daki cruzada de brazos en evidente disgusto, y Kokushibo observando la escena con un silencio pétreo. Enmu, sentado sobre una roca, estaba riéndose bajo, como si estuviera disfrutando del espectáculo.
"Eso sonó raro," comentó Enmu con una sonrisa traviesa. "¿Qué fue eso, Rui? ¿Estás practicando sonidos de animales?"
Douma, entre risas, añadió: "¡Parece que Rui tiene talento para imitar cosas raras! ¿Un gato o una tortuga? No puedo decidir."
Rui, visiblemente avergonzado pero tratando de mantener la compostura, se apartó de Muzan ligeramente, arreglándose el kimono con rapidez. "¡No es lo que piensan! ¡Fue... un reflejo!"
Daki chasqueó la lengua, claramente molesta. "¿Por qué siempre tienes que ser el centro de atención, Rui? No entiendo por qué el Señor Muzan siempre está tan cerca de ti."
Tokito no pudo evitar tensarse al escuchar aquello. "Así que Muzan... ¿está interesado en Rui? Esto es extraño..." pensó, mientras intentaba decidir si debía intervenir o seguir observando.
Muzan levantó la mirada, consciente de la incomodidad que su acción había causado en algunos. "Basta de juegos," dijo con frialdad, ignorando las risas de Enmu y Douma. "Estamos aquí para planificar el siguiente paso. Rui y los demás serán clave para eliminar a los cazadores y cumplir mi sueño."
La atmósfera cambió de inmediato. Los demonios dejaron de reír y se centraron en Muzan, aunque Daki todavía lanzaba miradas celosas hacia Rui.
Tokito, desde su escondite, comenzó a retroceder lentamente, sus pensamientos llenos de confusión y preocupación. "Si Rui está tan cerca de Muzan, tal vez podamos usarlo para obtener información. Pero esto se está volviendo demasiado extraño... ¿Por qué Rui tiene ese poder sobre él?"
Mientras Tokito desaparecía entre los árboles, Rui miró a Muzan con una mezcla de respeto y resignación. "Espero que esta vez no me falles, Rui," dijo Muzan con una mirada penetrante. "Eres más importante de lo que crees."
Rui asintió en silencio, mientras el bosque quedaba en un tenso silencio, con los demonios esperando la próxima orden de su amo.
Tokito regresó rápidamente al cuartel de los pilares, aún atónito por lo que había presenciado en el bosque. Sabía que la información que traía era crucial, aunque un tanto incómoda. Después de todo, lo que había visto era algo que nunca esperó presenciar, especialmente en lo que respectaba a Rui y la relación con Muzan.
Al llegar, se encontró con los otros pilares en plena conversación. Giyu Tomioka, Mitsuri Kanroji, Obanai Iguro, Sanemi Shinazugawa, Gyomei Himejima, Kyojuro Rengoku, Tengen Uzui, y Shinobu Kocho estaban reunidos, junto a Tanjiro, Kanao, Zenitsu y Aoi. Todos parecían concentrados, pero al ver a Tokito entrar tan alterado, supieron que algo importante estaba por decirse.
"Tokito, ¿qué pasa?" preguntó Giyu con su tono serio, percibiendo que algo no estaba bien.
Tokito, visiblemente incómodo y ruborizado, intentó encontrar las palabras correctas. "Es... es sobre Rui," comenzó, mirando a todos los presentes, "y Muzan."
Los pilares se miraron entre sí, sorprendidos por la mención de esos nombres. "¿Qué sucedió?" preguntó Mitsuri, inclinándose hacia adelante con interés.
"Lo vi... en el bosque," continuó Tokito, "Rui estaba con Muzan. Estaban... haciendo algo muy extraño. Muzan le apretó el muslo a Rui, debajo de su kimono. Y Rui... Rui gimió." Tokito trago saliva, sintiéndose incómodo al revivir la escena en su mente.
Hubo un breve momento de silencio, en el que todos los presentes digirieron la información, algunos en estado de shock y otros claramente desconcertados. Sanemi, que generalmente era impulsivo, se adelantó con una expresión mezcla de sorpresa y molestia. "¿¡Qué!? ¿¡Eso es lo que viste!?"
"Sí," respondió Tokito con un suspiro, dándose cuenta de lo difícil que era transmitir esto, "y no solo eso. También vi a Rui con Senjuro en una ocasión similar, pero con una... energía muy diferente. Senjuro parece estar mucho más cercano a Rui de lo que pensábamos."
"Eso no suena bien," murmuró Shinobu, frunciendo el ceño. "Si Rui tiene esa relación tan extraña con Muzan, eso podría complicar mucho nuestra misión."
Kanao, que escuchaba atentamente, miró a Tanjiro. "¿Qué opinas, Tanjiro? Esto está fuera de lo que esperábamos, ¿no?"
Tanjiro se mostró pensativo, apretando los puños. "No quiero imaginar qué más pueda estar pasando con Rui. Él es importante, pero si está tan vinculado a Muzan... ¿qué deberíamos hacer? ¿Cómo podemos salvarlo?"
Kyojuro, como siempre, se mantuvo tranquilo y optimista. "Lo que vimos no cambia nuestra misión. Si Rui sigue siendo uno de los demonios más poderosos, debemos encontrar la forma de detenerlo, incluso si está bajo la influencia de Muzan. Lo importante es que tenemos que entender su debilidad."
Tengen Uzui, siempre directo, agregó: "Si eso significa enfrentar a Muzan o incluso a Senjuro, entonces será lo que tengamos que hacer. Pero necesitamos saber más."
Obanai, que rara vez hablaba, intervino con una mirada penetrante. "Esto cambia las cosas, pero no debemos perder la calma. Podemos usar esta información a nuestro favor. Si Rui es tan cercano a Muzan, probablemente tenga más información que nos sirva."
Zenitsu, temblando un poco, intervino con una pregunta, más preocupada por la situación que por la información revelada. "¿Eso significa que Rui puede... estar bajo control de Muzan?"
"Es difícil de decir," respondió Mitsuri, "pero si Rui tiene algún poder que lo haga especial para Muzan, tal vez esté siendo manipulado, aunque no podamos asegurarlo aún."
La tensión en la sala aumentó, y Shinobu alzó la voz: "No podemos permitirnos subestimarlos. Tenemos que estar preparados para lo que venga. Si realmente Rui tiene esa relación con Muzan, puede que aún haya algo de humanidad dentro de él. Pero eso no significa que debamos bajar la guardia."
Los pilares intercambiaron miradas de determinación. Todos sabían que tenían que actuar con cautela, pero también sabían que si Rui era un riesgo, debían detenerlo antes de que causara más daño.
Tanjiro respiró profundamente. "Debemos salvarlo, pero si no podemos, entonces debemos detenerlo. Aunque sea difícil, tenemos que hacerlo por el bien de todos."
Kanao, con una mirada firme, asintió. "Si conseguimos más información, tal vez podamos encontrar una forma de liberar a Rui de la influencia de Muzan."
La conversación continuó, pero todos sabían que el destino de Rui estaba ahora más entrelazado con el de Muzan y sus oscuros secretos, y que lo que estaba por venir podría poner a prueba su valentía más que nunca.
Tokito y los demás pilares estaban aún más confundidos y preocupados por lo que acababan de escuchar. El hecho de que Senjuro, el hermano de Rengoku, hubiese hecho lo mismo que Muzan a Rui solo complicaba aún más la situación. Aunque Senjuro no estaba vinculado a Muzan como tal, el hecho de que hubiera realizado un gesto similar, como apretar el muslo de Rui, dejó a todos con muchas preguntas.
"Esto se está volviendo aún más complicado," murmuró Giyu Tomioka, mirando pensativo al grupo. "Si Senjuro está haciendo lo mismo que Muzan... ¿es porque también está siendo manipulado, o hay algo más que no sabemos?"
Mitsuri frunció el ceño. "No entiendo. ¿Por qué Senjuro haría algo así si es un cazador? No parece tener la misma oscuridad que Muzan, pero... ¿acaso Rui lo está influenciando?"
Shinobu cruzó los brazos. "Rui es un caso raro. No es como otros demonios, y sus relaciones con Muzan y ahora con Senjuro son... preocupantes. No podemos dejar que este comportamiento se continúe sin investigar más a fondo."
Tanjiro, quien había estado callado hasta ese momento, finalmente habló. "Senjuro... no puede ser que esté actuando por su propia voluntad. Si está imitando lo que hace Muzan, tal vez hay algo más que no estamos viendo. Pero también, Rui... es un demonio raro. Tal vez tiene un poder sobre Senjuro que aún no entendemos completamente."
Zenitsu, aún preocupado, dijo: "Es cierto. Si Senjuro es tan cercano a Rui, tal vez hay algo de él que lo está controlando, o tal vez Rui tiene alguna forma de influir en él. No entiendo todo esto."
Tokito suspiró, algo frustrado. "Yo vi todo lo que sucedió, y lo que me queda claro es que Rui tiene algo que atrae a los demás, algo que no comprendo. No es solo que sea inmune al sol o que sea poderoso. Es algo más... su comportamiento es tan... extraño."
Obanai Iguro intervino, con su tono directo. "Lo que está pasando con Rui no es normal. Pero no podemos olvidarnos de nuestra misión. Si eso significa que tenemos que detenerlo o salvarlo, lo haremos. Pero necesitamos más información sobre él y sobre cómo detener a Muzan de una vez por todas."
"Exacto," dijo Kanao, mirando a Tanjiro. "Si hay algo que nos une a todos aquí, es que tenemos que hacer lo correcto, sin importar lo difícil que sea."
Los pilares intercambiaron miradas de determinación, pero sabían que se enfrentaban a algo mucho más complejo de lo que esperaban. Rui no solo era un demonio, sino un demonio con el poder de influir en quienes lo rodeaban. Y si Senjuro seguía su ejemplo, las líneas entre el bien y el mal parecían desdibujarse aún más.
"Deberíamos seguir vigilando a Rui," dijo Giyu con firmeza. "Si hay alguna oportunidad de salvarlo de la influencia de Muzan, debemos aprovecharla. Pero también tenemos que estar preparados para actuar si la situación se vuelve más peligrosa."
Los demás estuvieron de acuerdo, y aunque la incertidumbre seguía presente, todos sabían que debían estar alertas para lo que vendría. La situación con Rui y Senjuro se había vuelto mucho más compleja, y cada paso que daban podía llevarlos más cerca de descubrir la verdad o llevarlos a una confrontación aún mayor con Muzan.
La situación en el bosque se tornó tensa y extraña cuando Rui, con su peculiar y descarada actitud, comenzó a molestar a Daki nuevamente.
"¿Sabes, Daki?" dijo Rui con una sonrisa arrogante mientras ajustaba su kimono transparente, dejando al descubierto su figura. "Yo soy más sexy que tú. Además, no solo como carne... también disfruto de otros fluidos especiales de machos." Hizo una pausa dramática y se giró ligeramente hacia donde los pilares estaban escondidos. "Por cierto, hay un pilar joven por aquí del que planeo probar su... leche."
Tokito, al escuchar esas palabras, se puso tan rojo como un tomate, mirando hacia otro lado con evidente nerviosismo. Su comportamiento llamó la atención de los demás pilares.
"¿Tokito... estás bien?" preguntó Giyu con cautela, aunque él mismo parecía un poco incómodo por la situación.
Mitsuri, roja de vergüenza, susurró: "Rui es... muy atrevido, ¿verdad? ¿Cómo puede decir algo así en voz alta?"
Sanemi bufó, claramente irritado. "Ese demonio no tiene vergüenza. Solo está jugando con nosotros, buscando provocarnos."
Rui, mientras tanto, giró sus ojos heterocromáticos hacia los pilares con una sonrisa traviesa. "Oh, ¿los pillé espiando? ¡Qué descarados son ustedes, pilares! Aunque... no me sorprende que no puedan apartar la vista de alguien como yo." Dio un giro coqueto, su kimono ondeando mientras miraba directamente a Tokito. "Especialmente tú, pequeño. ¿Te has preguntado alguna vez cómo sabe la leche que tanto proteges?"
Tokito dio un paso atrás, claramente incómodo pero tratando de mantener la compostura. "¡Cállate, demonio!" dijo con firmeza, aunque su rostro seguía enrojecido.
Los pilares, ahora plenamente conscientes de que Rui los había notado, salieron de su escondite, preparándose para cualquier cosa. Kyojuro fue el primero en hablar, tratando de restaurar algo de seriedad. "¡Rui Ayaki! No sabemos qué estás tramando, pero no permitiremos que juegues con nosotros o con ninguno de nuestros compañeros."
"¿Tramando?" Rui dejó escapar una risa ligera, colocando una mano en su cadera. "No estoy tramando nada, Rengoku. Solo estoy diciendo verdades incómodas y disfrutando del espectáculo. Ustedes los cazadores son tan fáciles de provocar."
Daki, sintiéndose eclipsada por Rui, intervino con un tono molesto. "¡Cállate, Rui! ¡No eres más sexy que yo! ¡Eres solo un demonio mimado que cree que todo gira a su alrededor!"
"¿Celosa, Daki?" Rui respondió con una sonrisa aún más grande. "No te preocupes, siempre hay alguien que te encontrará atractiva... aunque, bueno, no tantos como a mí." Luego se giró hacia los pilares nuevamente. "Entonces, ¿van a seguir espiándonos o quieren unirse a esta pequeña reunión en el bosque?"
Sanemi, con un visible tic de irritación en su ceja, murmuró: "Este demonio está pidiendo que lo cortemos en pedazos."
Sin embargo, Giyu levantó una mano, indicando que debían mantenerse calmados. "Rui sabe que estamos aquí y está jugando con nosotros. Pero no debemos caer en sus provocaciones. Mantengamos nuestra misión en mente."
Mientras tanto, Rui simplemente disfrutaba del caos que había sembrado, cruzando los brazos y observando con satisfacción cómo los cazadores debatían cómo proceder. En su mente, sabía que tenía ventaja, no solo por su inmunidad al sol y las espadas, sino también por su habilidad para manipular emocionalmente a quienes lo rodeaban. Para él, esta era otra victoria en su juego de poder contra los cazadores.
Los pilares, tras evaluar la extraña y provocadora actitud de Rui, decidieron que era mejor retirarse por el momento. Sabían que enfrentarlo en ese instante, especialmente cuando estaba acompañado por otros demonios, podía ser una trampa mortal. Además, el comportamiento de Rui había generado demasiadas distracciones entre los cazadores.
Giyu tomó la delantera y murmuró: "Es más seguro retirarnos. Rui está jugando con nuestras emociones. Informaremos todo al líder."
Mitsuri asintió, todavía sonrojada por los comentarios de Rui. "Sí... lo mejor será analizar esto con calma. Rui no parece ser un demonio cualquiera, y si lo subestimamos, podría ser nuestra perdición."
Sanemi, aunque frustrado, accedió. "Está bien. Pero juro que la próxima vez que lo vea, no dudaré en atravesarlo con mi espada."
Kyojuro miró a su hermano Senjuro, quien estaba junto a Rui, y apretó los puños. "Hablaré con el maestro Kagaya sobre Senjuro. No entiendo qué lo ha llevado a acompañar a ese demonio, pero no podemos dejarlo así."
Con esa resolución, los pilares se retiraron del bosque, regresando a la Mansión de los Cazadores de Demonios para reportar la situación al líder, Kagaya Ubuyashiki. Cuando llegaron, Kagaya los recibió con su habitual calma, escuchando atentamente cada palabra.
"Rui Ayaki es más peligroso de lo que pensábamos," comenzó Giyu. "Es inmune al sol y a nuestras katanas. Además, parece disfrutar manipulándonos emocionalmente. Incluso mencionó habilidades que podrían superar a las de otras lunas superiores."
"Y no solo eso," añadió Mitsuri. "Senjuro, el hermano de Rengoku, estaba con él. Parecía estar bajo alguna especie de influencia, pero no sabemos si es voluntaria o si Rui lo está controlando de alguna forma."
Kagaya cerró los ojos, reflexionando sobre lo escuchado. "Rui es un caso excepcional. Su inmunidad al sol y su comportamiento lo hacen único entre los demonios. Además, si Muzan está interesado en él, podría ser un punto clave en nuestra estrategia contra él."
"¿Estrategia?" preguntó Sanemi con desconfianza. "¿Está diciendo que no debemos matarlo?"
Kagaya sonrió levemente. "Por ahora, no. Rui es más valioso vivo que muerto. Si logramos acercarnos a él, podríamos obtener información crucial sobre Muzan y las Lunas Superiores. Sin embargo, eso no significa que deban bajar la guardia. Rui es astuto y sabe jugar con sus oponentes."
Kyojuro se adelantó, preocupado. "Maestro Kagaya, con todo respeto, estoy preocupado por mi hermano. Senjuro parecía estar... cerca de Rui. ¿Qué debemos hacer al respecto?"
"Observaremos de cerca," respondió Kagaya. "Senjuro aún tiene su propia voluntad. Si decide quedarse con Rui, debemos respetar su decisión por ahora, pero eso no significa que lo abandonaremos. Mantendremos nuestras opciones abiertas."
Los pilares asintieron, aunque algunos seguían sintiéndose incómodos con la situación. Rui no solo representaba una amenaza física, sino también una psicológica. Ahora, debían enfrentarse a este nuevo desafío con cautela y estrategia.
Kagaya escuchó atentamente las palabras de Tokito y no pudo evitar una leve sonrisa de comprensión ante la ingenuidad del joven. Con su habitual calma, respondió:
"Tokito, aprecio tu entusiasmo por encontrar soluciones, pero necesitamos un enfoque más estratégico y menos... personal."
Mitsuri, con el rostro completamente rojo, intervino rápidamente para cambiar el tema. "¡Sí, definitivamente necesitamos otra idea! Rui es astuto, y dudo que algo tan directo funcione con él."
Sanemi, cruzando los brazos, bufó. "El demonio claramente disfruta jugando con las emociones de los demás. Si queremos sacarle información, debemos ganarnos su confianza sin caer en sus juegos."
Giyu intervino con su tono característicamente serio: "Rui se siente especial, único, y es probable que esa sea la clave. Si lo hacemos sentir importante, quizás podamos atraerlo a nuestro lado. Pero esto debe hacerse con cautela; cualquier error podría llevarlo a traicionarnos o, peor aún, alertar a Muzan."
Tengen Uzui chasqueó los dedos con entusiasmo. "Entonces, hagámoslo llamativo, extravagante. ¿Qué tal si le mostramos que estar de nuestro lado le da más libertad y poder que servir a Muzan? Si lo tentamos con algo mejor, podría interesarse."
Kyojuro asintió, aunque su preocupación por Senjuro aún era evidente. "Es una buena idea. Rui parece valorar su independencia, especialmente ahora que sabemos que es inmune al sol. Quizás podamos convencerlo de que nosotros no lo vemos solo como un demonio, sino como alguien único."
Kagaya tomó la palabra de nuevo, consolidando las ideas. "Entonces, el plan es claro: debemos apelar al ego de Rui y a su deseo de libertad. Mostrémosle que estar con nosotros no solo lo protege de Muzan, sino que también le da la oportunidad de ser verdaderamente libre. Sin embargo, esto requiere paciencia. No podemos presionarlo; debemos dejar que la idea crezca en su mente."
Tokito, aunque algo frustrado porque su idea fue descartada, asintió lentamente. "Está bien... pero alguien tiene que acercarse a él directamente. ¿Quién será?"
Los pilares intercambiaron miradas. Finalmente, Giyu propuso: "Lo más lógico sería que alguien con una actitud tranquila y controlada lo haga. Rui parece responder mejor a quienes no se intimidan fácilmente."
"Yo lo haré," dijo Mitsuri, levantando la mano. "Quizás mi amabilidad lo haga sentir más cómodo. Además, puedo hablar con Senjuro y ver si él está dispuesto a ayudarnos."
Kagaya aprobó la decisión. "Entonces, Mitsuri será nuestra emisaria. Pero recuerden, todos debemos estar listos para cualquier eventualidad. Rui es impredecible, y Muzan podría aparecer en cualquier momento."
Con el plan establecido, los pilares comenzaron a prepararse, conscientes de que convencer a Rui no sería tarea fácil. Mientras tanto, Rui y Senjuro continuaban disfrutando de su tiempo juntos, ajenos a las estrategias que los cazadores estaban desarrollando.
Mitsuri, con su característico tono suave y compasivo, se acercó a Rui mientras este se encontraba sentado bajo la sombra de un árbol. Con cuidado, comenzó a hablar:
"Rui, quiero que sepas algo. Todos nosotros sabemos que eres diferente, especial. Eres más que un demonio, y es evidente que incluso Muzan lo sabe. Pero también sabemos que Muzan es un maestro manipulador. ¿Realmente crees que te ve como algo más que una herramienta? Él controla, usa y desecha a quien no le sirve. No quiero que te pase eso."
Rui la observó en silencio durante unos segundos, su mirada calculadora pero serena. Finalmente, soltó una leve risa, aunque no parecía maliciosa.
"Muzan me liberó de su control hace tiempo. No soy como los demás demonios que necesitan que los controle directamente para obedecer. Pero... incluso si estoy libre de su control, eso no cambia el hecho de que lo amo. Y también amo a Senjuro. Ambos son importantes para mí, aunque de maneras diferentes."
Mitsuri parpadeó sorprendida, su rostro mostrando una mezcla de confusión y empatía. "¿Entonces, por qué sigues con Muzan si sabes que puede ser peligroso?"
Rui se encogió de hombros, su expresión cambiando a una más seria. "Porque ser peligroso no significa que no pueda ser amado. Muzan es cruel, sí, pero también es fascinante, poderoso... y ha hecho cosas por mí que nadie más hizo. Y Senjuro... él es cálido, amable. Lo opuesto a Muzan, pero igual de importante para mí."
Antes de que Mitsuri pudiera responder, Rui agregó con un tono más juguetón: "Y sobre lo que mencionaste antes... no voy a dar información sobre Muzan, ni permitir que Tokito intente algo tan ridículo como lo que sugirió. No necesito ese tipo de persuasión."
Mitsuri se ruborizó, claramente incómoda por la mención de la propuesta de Tokito. "¡Ah, claro que no! Nadie aquí quiere obligarte a nada, Rui. Solo queremos ayudarte a ver que estar con Muzan puede ser peligroso, no solo para ti, sino también para Senjuro."
Rui la miró fijamente, como si estuviera evaluando sus palabras. Finalmente, suspiró. "Lo pensaré. Pero no prometo nada. Y si intentan algo contra mí o contra Muzan, me defenderé, Mitsuri. Recuerda eso."
Mitsuri asintió, comprendiendo que, aunque había logrado abrir una pequeña puerta en la mente de Rui, convencerlo completamente sería una tarea monumental. Mientras se alejaba para reunirse con los otros pilares, sabía que el vínculo de Rui con Muzan y Senjuro sería difícil de romper, pero también que, en el fondo, Rui deseaba algo más que el caos que había conocido hasta ahora.
Mitsuri regresó al grupo de los pilares y al patrón Kagaka, con una expresión preocupada pero determinada. Sabía que la información que había obtenido de Rui era crucial, pero también sabía que la situación con él era complicada.
"El patrón Kagaka, los pilares... Rui está libre del control de Muzan. No está bajo su influencia directa, pero sigue siendo leal a él. Él me dijo que está enamorado tanto de Muzan como de Senjuro", explicó Mitsuri, mirando a todos. "Sin embargo, también mencionó algo importante... que no dará información, a menos que... bueno, que Tokito no sea virgen."
Los pilares intercambiaron miradas confundidas y un tanto preocupadas, no por la revelación sobre Rui, sino por lo que implicaba esa última parte. Tokito, quien estaba escuchando en silencio, se sonrojó al escuchar lo que había dicho Rui.
"¡No! ¡Eso no es cierto!" exclamó Tokito, con una mezcla de vergüenza y defensiva. "¡Mi... mi ganso está intacto! Esto es solo una broma de Rui, no me voy a dejar envolver por ese tipo de cosas. ¡Será para mi futura pareja!"
Los pilares se miraron unos a otros, algunos con expresiones divertidas, pero otros con preocupación. Kyojuro Rengoku fue el primero en hablar.
"Si Rui está realmente enamorado de Muzan y Senjuro, tenemos un problema mayor en nuestras manos. No podemos simplemente ignorarlo, ya que podría ser una pieza clave en los planes de Muzan. Pero también tenemos que manejarlo con cuidado, ya que es obvio que está emocionalmente involucrado y eso hace que sea más complicado conseguir lo que necesitamos de él."
Kagaka, el patrón, mantuvo un rostro serio. "Esto cambia las cosas. Rui no es solo un demonio que se puede eliminar o manipular fácilmente. Necesitamos encontrar una manera de obtener la información que buscamos, pero sin presionarlo demasiado. Si está tan profundamente involucrado con Muzan y Senjuro, podríamos tener que utilizar una estrategia diferente."
Tokito, aunque avergonzado, comenzó a pensar en la situación. "¿Qué tal si utilizamos otro enfoque? Rui parece estar más dispuesto a interactuar con nosotros si no lo atacamos directamente. Tal vez si lo hacemos sentir que le entendemos o que no estamos aquí para hacerle daño, podríamos obtener lo que necesitamos sin forzarle a hacer cosas que no quiere."
Mitsuri asintió, viendo la razón en lo que Tokito decía. "Eso podría funcionar, pero debemos ser cuidadosos. No podemos permitir que Muzan o Senjuro se enteren de nuestras intenciones. Rui podría ser nuestra oportunidad de ganar ventaja sobre ellos, pero también podría ser nuestra perdición si no manejamos esta situación con delicadeza."
Con el plan parcialmente trazado, los pilares se prepararon para decidir cuál sería el siguiente paso. Sabían que Rui no sería fácil de manejar, pero también sabían que era clave para frenar a Muzan y su influencia. Mientras tanto, Tokito seguía con su tono defensivo, pero también consciente de lo que implicaba la situación.
"Bueno, será lo que sea necesario", pensó para sí mismo, mirando a Rui, quien seguía siendo un misterio tanto para ellos como para Muzan.
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