One-shot: "Lazos Inquebrantables"

La noche era tranquila en las montañas cuando Tanjiro caminaba por el sendero con su caja de madera en la espalda. El suave crujir de las hojas bajo sus pies era el único sonido, hasta que escuchó algo que lo hizo detenerse. A lo lejos, vio una figura acompañada por una caja similar a la suya.

"¿Quién será?" murmuró Tanjiro mientras avanzaba con cautela.

Al acercarse, vio a una joven que lo miraba con curiosidad. En su espalda, llevaba una caja como la de él, y en sus ojos había un destello de esperanza.

"Hola, soy Tanjiro Kamado," dijo, inclinándose levemente. "¿Tú también eres cazadora de demonios?"

"No exactamente," respondió TN, ajustando la caja en su espalda. "Yo... protejo a mi hermano. Es un demonio, pero nunca ha comido carne humana. Estoy buscando una manera de curarlo."

Los ojos de Tanjiro se iluminaron. "¿En serio? ¡Mi hermana Nezuko también es un demonio que nunca ha comido carne humana! Ella lleva un bambú en la boca y viaja conmigo en una caja para mantenerse a salvo."

TN sonrió con alivio. "Entonces... no estamos solos. Mi hermano Rui es igual. Lleva un bambú en la boca para evitar cualquier tentación, y yo lo mantengo en esta caja durante el día."

Como si entendiera que lo mencionaban, la caja de TN comenzó a moverse. Con cuidado, la joven la abrió y ayudó a salir a Rui, quien se estiró con gracia antes de mirar a Tanjiro y Nezuko con curiosidad. Rui era un demonio de cabello blanco con mechones que recordaban a patas de araña y marcas delicadas en su rostro.

Nezuko también salió de su caja, observando a Rui con ojos grandes y brillantes. Tanjiro notó la conexión inmediata entre los dos demonios. Era como si entendieran lo que significaba luchar contra sus instintos para mantener su humanidad.

"Nezuko," dijo Tanjiro, sonriendo suavemente, "parece que tienes un nuevo amigo."

Mientras los cuatro viajaban juntos, Rui demostró ser un valioso aliado. Con su habilidad para manipular hilos, podía crear trampas para los demonios enemigos y proteger a los demás. A pesar de su naturaleza demoníaca, Rui era dulce y protector, especialmente con TN.

El grupo siguió su camino, enfrentando desafíos pero fortalecido por su unión. TN y Tanjiro compartían la misma determinación de encontrar una cura para sus hermanos, mientras Rui y Nezuko demostraban que, incluso como demonios, podían ser héroes.

El sol comenzaba a ponerse en el horizonte, iluminando el camino por donde caminaban Tanjiro y TN junto a sus hermanos. El aire fresco de la tarde traía una sensación de calma, pero las palabras de TN seguían rondando en la mente de Tanjiro.

"Rui no quiere ser humano. No quiero que lo sea", había dicho TN en voz baja, mientras observaba a su hermano descansar.

Tanjiro miró a TN con una mezcla de preocupación y confusión. "¿Por qué no quieres que sea humano? No es que no lo entienda, pero... ¿no sería mejor si pudiera vivir como una persona normal?"

TN suspiró, mirando hacia el cielo. "Rui... era humano, antes. Tenía una enfermedad mortal, algo que no podían curar, y estaba destinado a morir en nueve días. Pero Muzan lo convirtió en demonio, dándole una nueva oportunidad de vivir, aunque de una forma que nadie desearía. Rui no quiere ser humano de nuevo porque teme que, al hacerlo, su enfermedad lo mataría. Ser demonio es lo único que lo mantiene con vida."

Tanjiro se quedó en silencio, procesando las palabras de TN. "Lo siento mucho", dijo finalmente, su tono lleno de empatía. "Mi hermana Nezuko también fue convertida en demonio por Muzan, pero yo... yo solo quiero que vuelva a ser humana, que pueda vivir sin la carga de esta maldición. No puedo imaginar lo que debe ser tener que luchar tanto para vivir."

TN sonrió tristemente. "Es lo mismo para mí. Lo único que quiero es que Rui sea feliz, aunque eso signifique que se quede como está. Si se volviera humano... me asustaría perderlo. Prefiero que sea un demonio y tenga una vida larga, aunque esté lejos de ser normal."

Mientras tanto, Rui y Nezuko dormían tranquilos bajo la sombra de un árbol cercano. Ambos, aunque demonios, habían encontrado algo especial en la compañía del otro, compartiendo una conexión silenciosa que los unía a través de su sufrimiento común.

Tanjiro se agachó junto a Nezuko, acariciándole la cabeza suavemente. "Lo prometí... te traeré de vuelta a la normalidad, Nezuko. Te lo juro."

TN miró a su hermano con afecto, sabiendo que, al igual que Tanjiro, ella también daría todo por mantener a Rui a su lado, sin importar lo que eso significara.

"Tal vez no podamos salvarlos de la manera que esperamos", dijo TN en voz baja. "Pero mientras sigamos juntos, mientras nos apoyemos los unos a los otros, tal vez eso sea lo único que realmente importa."

Tanjiro asintió, comprendiendo las palabras de TN. "Tienes razón. Aunque nuestros caminos sean diferentes, todos estamos buscando la misma cosa: la esperanza."

Ambos se quedaron en silencio por un momento, mirando a los dos demonios dormidos, sabiendo que, aunque el futuro era incierto, lo que los unía era más fuerte que cualquier fuerza externa. La amistad, el amor y el deseo de salvar a sus seres queridos.

Esa noche, después de haber descansado lo suficiente, los dos grupos continuaron su viaje juntos, sabiendo que sus destinos, aunque entrelazados de manera dolorosa, también les ofrecían la oportunidad de sanar, de encontrar fuerza en los lazos que compartían.

Los pilares, ocultos entre los árboles, escucharon atentamente las palabras de TN mientras conversaba con Tanjiro. Cada uno de ellos, desde su escondite, sentía el peso de lo que se estaba revelando.

"Rui no quiere ser humano", dijo TN, su voz llena de una mezcla de dolor y aceptación. "No lo haría, porque si se volviera humano, su enfermedad lo mataría. Fue Muzan quien le dio una nueva oportunidad como demonio, pero... no sé si esa es realmente una bendición o una maldición."

Tanjiro estaba en shock, sus ojos abiertos de par en par mientras absorbía lo que TN había dicho. "No... ¿pero Rui es un demonio porque lo eligió? ¿Porque lo quiso?" Tanjiro no entendía. Como todos los que habían perdido a alguien querido, él quería creer que siempre había una forma de salvar a quienes amaba.

En ese instante, los árboles se movieron ligeramente y un sonido suave se escuchó. Rui Ayaki, hasta entonces silencioso, se acercó a la conversación. Su rostro estaba impasible, pero sus ojos reflejaban una tristeza profunda. Con una suave exhalación, Rui quitó el bambú de su boca y habló por primera vez en mucho tiempo.

"Gracias", dijo Rui, su voz quebrada, como si estuviera liberando algo que había estado guardando por mucho tiempo. "Gracias, hermanita, por cuidar de mí."

Tanjiro y TN se voltearon, sorprendidos por escuchar a Rui hablar por primera vez. Tanjiro frunció el ceño, tratando de procesar lo que acababa de suceder. "¿Rui? ¿Es realmente tú?"

Rui lo miró, con una mirada que reflejaba tanto resignación como determinación. "Sí. Hace mucho tiempo, tenía una enfermedad mortal. Moriría en nueve días, pero Muzan me dio la oportunidad de vivir... como demonio."

Los pilares, aún ocultos en el bosque, no podían dejar de escuchar. Sabían que esta revelación era crucial, no solo para ellos, sino para todos los que luchaban por salvar a los demonios. El peso de las palabras de Rui llenó el aire, haciendo que el ambiente se volviera tenso.

"Lo que Muzan me dio fue una nueva vida, pero a un precio," continuó Rui. "Ser un demonio, sin emociones, sin control total... pero también sin la amenaza de la muerte. Yo no quería esto, pero no tenía opción. Y aunque a veces desearía que todo hubiera sido diferente, acepto lo que soy ahora."

Tanjiro, escuchando las palabras de Rui, se acercó lentamente. "Entonces, ¿si pudieras, desearías ser humano otra vez? ¿Podrías volver a ser como antes?"

Rui cerró los ojos por un momento, como si estuviera sopesando la pregunta. "Lo desearía. Pero si volviera a ser humano, moriría en poco tiempo. No quiero que mi hermana vea mi muerte. Ella necesita que esté aquí... para siempre, aunque sea un demonio."

TN, quien había estado callada durante la conversación, se acercó a su hermano y lo abrazó con fuerza. "No importa lo que seas, Rui. Eres mi hermano, y siempre lo serás, ya sea demonio o humano."

Tanjiro, tocado por la sinceridad de las palabras de TN, asintió lentamente. "Creo que todos merecemos una oportunidad, una oportunidad para vivir como elegimos. Pero también creo que las personas no están solas en esto, que siempre hay una forma de encontrar un propósito."

Rui miró a Tanjiro, sus ojos llenos de agradecimiento. "Gracias... pero no todos tienen la misma suerte. Algunas personas simplemente... están atrapadas entre dos mundos."

El silencio se apoderó de la escena por un momento, mientras los pilares, ocultos entre los árboles, observaban con atención. Estaban conmocionados, pero también comprendían la complejidad de la situación. No solo Rui, sino todos los demonios que conocían, enfrentaban decisiones difíciles, y muchas veces no había una solución fácil.

Finalmente, el silencio fue roto por Giyū Tomioka, el Pilar del Agua, quien salió de su escondite con su característico aire calmado. "No podemos cambiar lo que fue hecho, pero sí podemos ayudar a quienes aún tienen la oportunidad de elegir."

Los otros pilares, como Mitsuri Kanroji, Shinobu Kocho, y Sanemi Shinazugawa, también se acercaron lentamente, observando a Rui y TN con una mezcla de comprensión y respeto.

"Rui", dijo Mitsuri con una sonrisa cálida, "todos tenemos nuestras luchas. Lo importante es lo que hacemos con lo que tenemos ahora."

Rui asintió, sintiendo el peso de las palabras, y mirando a Tanjiro. "Quizás... todavía haya una forma de cambiar algo. No sé qué será, pero... quiero intentarlo."

Tanjiro, mirando a los pilares y luego a Rui, asintió con determinación. "Juntos, encontraremos una forma. No importa si eres humano o demonio, lo importante es lo que somos dentro."

Así, aunque el futuro seguía incierto, había un rayo de esperanza. Rui, aunque atrapado en su condición de demonio, encontraba consuelo en las palabras de los demás, y el grupo seguía adelante con la firme creencia de que, incluso en medio de la oscuridad, siempre había espacio para la luz.