CLICHÉ.
Nota de la autora.
Es el primer one shot que escribo en formalidad así como la primera vez que hago un escrito en tercera persona por lo que pido que puedan comprender si existe algún error y si tienen algún consejo me lo hagan saber :3
PD. No esperen una gran historia, la verdad está re kk.
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Seattle.
Domingo 22 de agosto — 16:00 pm.
Un chico de cabellera castaña regresaba en automóvil a su hogar mientras iba acompañado de dos de sus amigos, todos vestían de traje y usaban gafas negras que ocultaban su rostro.
Al llegar al hogar, el chico castaño se bajó del auto en el que iba y sin expresión alguna se despidió de sus acompañantes
—Estamos para lo que necesites, Jack —mencionó su amigo, Hiccup.
— ¿Seguro que no quieres que te acompañemos? —preguntó la chica pelirroja dentro del auto.
—Tuve suficiente compañía, gracias a los dos —mencionó Jack antes de caminar hacia la entrada de su casa.
—Deberías ir con él —mencionó la pelirroja.
—Mérida, conozco a Jack desde hace años, y por el momento quiere estar solo —arrancó el auto y abandonaron el lugar.
Por su parte, el castaño, entró a su casa y miró la sala de su hogar, oscura y fría. Soltó un fuerte suspiro y se quitó el saco negro que llevaba puesto, al igual que soltarse la corbata y sin más, dejó caer las prendas al suelo.
Caminó en dirección a su estudio, en el último año ese lugar siempre ha sido su refugio del dolor que ofrece el mundo exterior. Se sentó detrás de su escritorio y observó las montañas de papeles sobre él esperando que por arte de magia estos desaparecieran.
Tomó la botella de ron que tenía a su lado y sirvió poco en un vaso, tal vez podría tomar directamente de la botella pero no lo hizo, quería disfrutar cada trago que le hiciera sentir calor en su interior y le ayudará a relajarse de la tensión.
—Sobres y más sobres —se dijo a sí mismo tomándolos—, ojalá fuera cierto las miles de propagandas que mandan —botó todo hacia el cesto de basura que tenía a un lado y tomó un trago de su vaso.
En el silencio de la habitación comenzó a escucharse el timbre de un teléfono, sacó el celular de su pantalón y visualizó en la pantalla el nombre de su padrastro.
— ¿Sí? —contestó.
—Hola hijo ¿Cómo estás? —escuchó en la bocina.
—Estoy bien, gracias por preocuparte —respondió— ¿A qué se debe tu llamada?
—Pensé que necesitarías algo, tú sabes, es la fecha en que... —fue interrumpido por el castaño.
—Sé la fecha que es y estoy bien, cuando necesite algo te llamaré —tomó un suspiro—. Pero si hablas para saber de ella, no vino.
—Lo sé, me enteré de ello, por eso mismo te hablé —tomó aire el otro lado de la llamada— ¿Eso te afecta?
—Me estuvo insistiendo por meses para hacer esto, cosa que yo no quería, todo para que no asistiera —suspiró—. Le importó una mierda.
—Escucha, el cargo de conciencia lo lleva ella, tú no —el chico apretó los ojos escuchando las palabras—. Hiciste las cosas bien así que no debes castigarte por ello.
—No lo creo, si lo hubiera hecho bien, nada de esto pasaría y todo estaría normal —tomó otro trago de su vaso.
—Nunca podríamos saber que iba a suceder. Jack, no es el fin del mundo, es un mal momento, siento que deberías de reconsiderar ir a terapia o algo por el estilo —mencionó su padrastro al otro lado.
— ¡Claro! Tienes razón Norte ¿Cómo no lo había pensado? Ir a una terapia que ni siquiera puedo pagar —acabó su trago—. Tan solo necesito tiempo para esto, quisiera que pudieras comprenderme, pero no has perdido lo mismo que yo.
—Ambos perdimos algo —confesó con cierta nostalgia—, sólo te pido que lo pienses, sabes que si tienes algún problema económico puedes recurrir a nosotros —sugirió.
— ¿Y volver a entrar a más deudas? No gracias, si fuera una situación demasiado importante lo haría, de igual forma te lo agradezco —suspiró el chico y volvió a servirse otro trago.
—Es imposible tratar contigo —tomó aire y cambió de tema—, espero que puedas acompañar a tu hermana, mañana en la noche viene Áster a cenar con su familia a la casa, ella estaría muy agradecida de que estés ahí.
—Veré si no estoy ocupado, trataré de hacer lo posible de ir —bufó el castaño.
—Bien, gracias, cuídate hijo —se despidió el señor y colgó la llamada.
Jack miró la habitación que solo estaba iluminada por una lámpara, el resto era oscuridad. No se molestaba por abrir las persianas o por encender las luces, la vida en la casa no era la misma desde hace poco más de un año.
Se arrastró con la silla hacia su computadora, al encenderla abrió su correo y miró todos los pendientes por hacer así como los próximos trabajos en la semana.
Con pesadez, abrió los programas en su ordenador y comenzó a realizar todo ese trabajo acumulado así como hacer adelantos de otros que tenía. Invitaciones, editar fotos, tarjetas de presentación así como propagandas publicitarias; su trabajo podrá ser mucho para lo que recibe de paga, pero aun así le bastaba para vivir bien.
Así pasaron las horas hasta el anochecer, al abandonar su estudio se dirigió a la cocina para prepararse una semicaliente taza de café y de ahí caminó a la recámara que para vivir solo estaba bastante recogida. Se recostó sobre la cama matrimonial y al terminar su taza de café cayó en un gran y profundo sueño.
Lunes 23 de agosto — 11:30 am.
—Pensé que tardarías más —comentó Hiccup al ver a Jack entrando al lugar—. Pero tranquilo, me hice cargo de entregar los pedidos a tiempo y las máquinas ya están trabajando en los próximos.
—Gracias y disculpa la demora me desvelé trabajando—comentó Jack dejando sus cosas en la oficina compartida—, no creí que pudiera acabar todo.
—Debo admirarte eso, yo solo acabé una parte de todo, quedé muerto —bufó— pero hoy estoy decidido a acabar.
—Deberías —Jack tomó asiento—, tienes bastante tiempo libre ¿no?
—Algo, ayer en la noche el restaurante se llenó de gente, es la quinta vez en el año que pasa eso —presumió animado Hiccup.
—Me alegro por ustedes, se lo merecen —sonrió el castaño— ¿Te parece si vamos por unos tragos para celebrar?
—Me agrada tu pensar —rio poco su amigo— entonces, la casa invita esta noche.
—Mierda, lo olvidé —bufó Jack dando un golpe con su mano en la frente— ¿Podemos dejarlo para otro día?
— ¿Por qué? ¿Sucede algo? —preguntó su amigo.
—Hoy en la noche va la familia de Aster a cenar en casa de Norte —caminó hacia el mostrador por si algún cliente se aparece—, me invitó a cenar ayer.
— ¿Quieres ir? —cuestionó su compañero siguiéndolo al mostrador.
—No lo sé —respondió Jack sentándose en una de las sillas altas— al final es mi hermana, pero será un momento muy incómodo.
—Puedes faltar, puedes decir que tienes demasiado trabajo o que se presentó algo inesperado —sugirió Hiccup.
—Daré excusas como si fuera ejecutivo —rodó los ojos Jack—, parece que tendré que ir sí o sí.
— ¿Vas a rechazar mi oferta? Dije "la casa invita" y es claro que no quieres ir a esa aburrida cena —insistió su amigo.
—No quiero rechazarla, además, no creo que Mérida esté contenta con eso —cuestionó Jack— ¿Recuerdas la última vez que dijiste "la casa invita"?
—No me hagas recordar a Vietnam, después de ese día dormí dos meses en el sillón. —reclamó Hiccup.
Jack sonrió soltando algunas risas, recordaba que hace poco más de 3 años ambos salían para festejar la culminación de sus estudios, al principio escaparon de sus parejas en busca de algún antro o bar, sin embargo, la noche los castigó con todos los lugares ocupados por lo que no tuvieron otra opción que ir al restaurante de Mérida que administraba junto a Hiccup.
—"La casa invita" —imitó en tono burlón Jack— tras esa palabra fuiste echado como perro fuera de la cama y a mí casi me termina Rapunzel.
—No fue nuestra culpa, esa noche nunca pudimos prevenir que todo estuviera lleno —excusó Hiccup— ¿Te parece si cambiamos el trago por una comida?
—Eso suena mejor —sonó la campana de la puerta al abrirse—. Seguimos luego —Jack miró al cliente entrar— ¿Astrid?
— ¡Jack! —Saludó la chica rubia—, tiene mucho que no te veo, ah y hola Hiccup —dijo con indiferencia.
—Lo mismo digo —saludó sonriendo.
—Hola —respondió Hiccup alejándose de ellos.
—Da igual ¿Cómo has estado? —preguntó apoyando sus brazos en el mostrador.
—Estoy bien —respondió Jack—, espero que tu igual estés bien.
—Todo bien —tomó aire—, te preguntarás ¿Qué rayos hago aquí? bien, iré directo al grano Jack —él asintió mirándola con atención—. Ambos son muy buenos en su trabajo, pero tengo más confianza en ti; unas amigas regresarán de Alemania y hemos organizado una bienvenida.
—Entiendo ¿Qué debo de ver yo ahí? —preguntó Jack.
—Arreglos, eso es lo que quiero. He buscado en muchos lugares cosas para decorar ¿Pero sabes qué he encontrado? —Negó el chico— ¡letras con estilo de BabyShower y boda! Pensé en ti porque eres un genio en esto de crear cosas con papeles y cosas así.
— ¿Para cuándo lo quieres? Debo organizarme con los otros pedidos que tengo —justificó.
— ¿Se puede este sábado? —Jack hizo una mueca—, yo sé que no trabajas a presión, pero esto es muy importante para ellas.
—Haré lo posible ¿Si? —Tomó una libreta—, tan solo dime qué quieres exactamente.
—Sabía que lo harías, Jack —dio algunos golpes en su brazo— ¡Te mereces el cielo y la tierra y todo el universo entero!
El castaño se echó a reír junto con su amiga antes de acordar todo para la fiesta.
19:12 pm.
El timbre de la puerta sonó, Jack esperaba afuera de la puerta, vestía de saco negro y camisa azul oscura con pantalones de mezclilla y zapatos negros perfectamente limpios; la puerta se abrió dejando ver a un hombre robusto y alto, con grandes ojos azules acompañados de cejas pobladas y un cabello blanco como la nieve, al igual que su enorme barba.
— ¡Jack! —Gritó emocionado— ¡Muchacho! Llegas tarde.
—Trece minutos tarde —mencionó el castaño comprobando la hora en su teléfono— Si hubieras abierto la puerta a tiempo, hubiera llegado un minuto antes.
—Solo estoy molestando —se hizo a un lado— entra.
Él entró a la casa y respiró el aroma manzana-canela del lugar, era algo característico de su antiguo hogar siempre mantenía un aroma navideño y cálido. Jack se quitó el sacó colgándolo en el perchero y caminó junto con Norte a la sala.
— ¡Jack! —Exclamó una chica levantándose del sofá para ir con el castaño—, pensé que no vendrías.
—Tuve un pequeño contratiempo —sintió el abrazo de su hermana y él correspondió.
—No tienes que disculparte, yo entendería si no podías —la chica finalizó el abrazo y miró a Jack.
—No iba a dejarte sola, Tooth, y es momento de acostumbrarme a este tipo de cenas —rieron ambos.
—Creo que es momento de comenzar —mencionó Helena, la madre de Aster—, es un gusto que puedas acompañarnos —saludó con un beso en la mejilla.
—El gusto es mío —saludó—, ayudaré a poner la mesa.
Caminó a la cocina y con ayuda de Norte llevó los platos a la mesa así como la comida a servir, a pesar de la situación incómoda, hacía un esfuerzo en mantenerse al margen por su hermana. El sueño de su madre era verlos a ambos con una pareja con la cual pasar el resto de sus vidas lamentablemente un accidente automovilístico le arrebató aquella dicha, desde entonces Jack ha estado para su media hermana menor y no podía dejarla sola ahora mismo.
— ¿Y cómo van los planes de la boda? —preguntó Norte una vez que todos estaban cenando.
—Todo va de maravilla —respondió Aster—, tan solo nos hacen falta las invitaciones, hacerle algunos arreglos a la comida y los atuendos.
— ¿Salió defectuosa la comida? —bromeó Caleb, padre de Aster.
—Pequeños detalles —continuó la broma Aster—, podemos decir que todo estará listo para antes de la boda.
—Me alegra escuchar eso —sonrió Norte.
—Oh, pero hablando de eso —interrumpió Tooth—, pensaba que las invitaciones las elaborara Jack.
Enseguida se escuchó una tos seca.
— ¿Perdón? —cuestionó Jack recuperándose de la tos.
—Espero no estés ocupado, pero me gustaría que hicieras las invitaciones de nuestra boda —pidió Tooth—, entiendo si rechazas.
Jack estuvo pensativo y confundido por un momento mirando a los demás, en especial a Aster, él se veía igual de confundido.
—Lo haré —aceptó el castaño soltando un suspiro.
La felicidad se hizo notar en Tooth y en los demás. Al término de la cena y de recoger los platos, Jack se levantó de la mesa dejando atrás al resto que platicaba a gusto para poder dirigirse a la pequeña biblioteca de la casa. Este lugar era una cómoda habitación con tres estantes repletos de libros, unos sillones individuales rodeaban la biblioteca y una ventana en medio de la pared daba una hermosa vista al patio.
Jack caminó a la ventana pasando su mano por los sillones, miles de recuerdos llenaron su mente que lo invadieron de nostalgia.
— ¿En qué piensas? —escuchó una voz femenina detrás de él mientras observaba el patio.
—No estoy pensando nada —respondió y sintió la presencia de Tooth acercarse a él.
—Perdón por lo que pasó —Jack miró confundido a su hermana— ya sabes, las invitaciones, no pensé lo incómodo que sería para ti, aún estás a tiempo de poder negarte yo no me molestaré.
—Escucha, quiero verte feliz y si eso implica hacer las invitaciones está bien, además, no todos los días haces las invitaciones para la boda tu hermana y tu ex mejor amigo.
—Lo sé —Tooth colocó una mano en su hombro—, en algún momento tendrás que perdonarlo.
—Yo lo perdoné, pero no quieras que vuelva a verlo como mi hermano después de tomarse el crédito de mi trabajo —aclaró Jack— lo único que no perdono es que se vaya a casar con mi hermanita —bromeó.
—Hablo en serio, Jack —mencionó sin reír—, sé que esa pintura en el instituto era tu vida entera, pero ya han pasado bastantes años, ¿no crees que es momento de que trataras de hablarle más o relacionarte de nuevo con él?
—Hablas como mamá, te haré caso, solo dame un poco más de tiempo... —pidió Jack.
—Está bien —dijo y se generó en el ambiente un gran silencio.
—Seguro que mamá estaría orgullosa de ti—dijo Jack rompiendo el silencio.
—De ambos —corrigió Tooth y él negó con su cabeza— ¿Por qué no?
—Conociéndola, no creo que haya sentido orgullo por un hijo divorciado —una mueca se marcó en su rostro— seguro estaría decepcionada por la vida que llevo.
—Claro que no, estaría impresionada por tu forma de salir adelante —hizo una pausa—, le hubiera encantado conocer a Christopher.
El corazón de Jack fue golpeado tras escuchar aquél nombre, mordió su labio inferior tratando de contener el sentimiento. En el último año no había sido capaz de volver a decir ese nombre y le sorprendía la forma de como ella podía hablarlo sin problema.
—Perdón —Tooth se disculpó al notar la expresión nostálgica de su hermano—, hablé de más.
—Tranquila —habló con dificultad—, mamá hubiera desbordado amor por él.
Tooth se limitó a asentir mientras Jack trataba de disimular su dolor para seguir con la reunión. Al término de esta, alrededor de las diez de la noche, se dirigió al restaurante de Hiccup y Mérida que al verlo entrar lo recibieron con los brazos abiertos.
— ¿Pasó algo malo? —preguntó Hiccup mirando como Jack se sentaba en unos de los bancos la barra.
—Todo pasó —respondió mirando su mano.
—Déjame adivinar ¿Tequila? —intervino Mérida— Hiccup, por favor. —La pelirroja tomó la mano de Jack— ¿Qué hizo Aster?
—Sé que debo dejarme de actitudes infantiles respecto a Aster, pero no fue el problema, todo esto de la boda de Tooth está poniendo a todos sentimentales —hizo una pausa para tomar un sorbo de tequila que le había sido ofrecido por sus amigos—, Tooth mencionó algo que me abrumó bastante sumándole el día de ayer.
—Ten paciencia, cuando termine el sentimentalismo de la boda todo volverá a su normalidad, créelo —insistió Hiccup—, no estás solo, estamos para apoyarte.
—Además, no puedes predecir el futuro, no sabes que sorpresas pueda traerte —complementó Mérida—, faltan dos meses para la boda, estamos seguros que podrás con lo que se presente.
—Espero ser lo suficientemente fuerte para ello —mencionó terminando su trago— de verdad lo espero.
Alemania
Lunes 23 de agosto — 20:30 pm
Una rubia salía de su oficina cerrándola con llave para comenzar a caminar a la recepción para tomar las tablas donde estaban las altas de sus pacientes.
—Aquí están las altas, doctora —la enfermera entregó las hojas a la rubia.
—Gracias —agradeció tomándolas para firmarlas.
— ¿Tan temprano se irá? —preguntó la enfermera.
—Terminé mi turno, ya hay un cirujano cardiotorácico cubriendo urgencias y mis residentes están pendientes de mis pacientes —comentó terminando de firmar las altas—, apóyalos si es necesario —dejó los papeles en el mostrador.
—No se preocupe, les ha enseñado bien aunque si la hace sentir más tranquila, ellos contarán con nosotros —comentó.
—De verdad te lo agradezco —sonrió la chica—, que tenga buena noche.
Aquella joven salió del hospital camino al estacionamiento para subir a su auto y salir de lugar, conectó su celular al estéreo del auto y dejó reproducir las listas que le eran recomendadas. Manejó hacia su apartamento sin distraerse en el trayecto, el día la había agotado estando en urgencias desde las seis y media de la mañana seguido de cirugías programadas en la tarde y juntas con titulares, ella era de las más jóvenes en ser elegida titular de alguna especialidad médica.
Al llegar a su destino, estacionó su auto y entró subiendo con pesadez las escaleras, eran varios apartamentos, su hermana Anna vivía con su esposo Kristoff en el apartamento donde ella antes vivía, este se encontraba delante de donde vive actualmente. Cuando llegó, dejó caer su bolso y bata médica así como quitarse sus tenis y dejarlos tirados.
—Hola, quisiera pedir una pizza de pepperoni —dijo la chica hablando por teléfono— con extra queso —hubo una pausa— a nombre de Elsa Arendelle, muchas gracias —colgó la llamada.
Caminó a cocina y tomó una de las botellas de vino de la alacena y la abrió sirviéndose en una copa.
—Oh, dulce vino, te necesitaba —recitó Elsa tomando un sorbo de la copa— por fin una noche tranquila, sin pacientes en peligro y cero llamadas de urgencias —caminó a la sala y tomó asiento en su gran sofá—, solo estamos tu y yo —dijo mirando su copa de vino— y la pizza que vendrá pronto.
Dejó el vino y prendió su televisor para mirar alguna serie o película. Así pasó su noche, mirando algo que la entretuviera y que la hiciera reír, llorar o enojarse, siempre hacía eso cada que tenía días libres después del trabajo. Necesitaba algo que la haga sentirse viva de nuevo, algo que la emocionara, y aunque la búsqueda haya sido larga ella nunca se daba por vencida.
Al término de su noche a solas, ya en su cama, ella miraba el reloj que marcaba la media noche, los pensamientos comenzaron a inundar en su cabeza creando mil y un escenarios que hacían sudar y temblar sus manos. Prendió rápidamente la luz en su mesa de noche y se incorporó colocándose un abrigo ligero que la cubriera, salió de su apartamento y se dirigió al de su hermana.
La relación con su hermana era bastante fuerte, que cualquiera de las dos podría entrar al apartamento de la otra sin aviso previo, no importaba lo que podría estar adentro, ellas lo hacían de igual manera; ella entró al lugar y se dirigió al cuarto de su hermana.
—Deberías cambiar la cerradura —dijo Elsa haciendo que la pareja soltara un grito.
— ¿Qué haces aquí? —preguntó su hermana mirándola con ojos entrecerrados.
—Kristoff, sal de la cama, necesito hablar con Anna —ordenó Elsa al chico rubio.
—No voy a salir de la cama —se cubrió la cabeza con las sábanas—, además no tengo nada puesto y este no es tu apartamento.
—No me interesa ver tus miserias Kristoff, necesito hablar con mi hermana y si es mi apartamento ya que sigue a mi nombre.
El chico bufó y se levantó de la cama rodeando su cintura con una de las sábanas.
—Su majestad, la reina ¿Quiere café? —preguntó en tono de burla Kristoff.
—Sí y bien cargado —contestó la rubia acostándose junto a su hermana.
—Como sea —salió Kristoff de la habitación y se dirigió a la cocina.
— ¿Qué sucede, Elsa? —preguntó Anna incorporándose.
—Tengo miedo de regresar a Seattle —confesó Elsa.
— ¿Lo dices por él? —La rubia asintió— no pasará nada, no te ha molestado desde hace un tiempo...
—Ocho meses —interrumpió Elsa a su hermana— ese es el tiempo que no me ha acosado, pero quien me asegura que cuando abandonemos Alemania él no intentará seguirme...
—Desde que su padre le puso un alto no ha regresado —Anna trató de tranquilizarla—, estoy segura que no pasará nada, si llega a acercarse a ti juro que le partiré la estúpida cara a golpes.
—Gracias, pero no quiero ponerte en peligro —Elsa miró pensativa sus manos.
—Cuando lleguemos a Seattle puedes quedarte a vivir cerca de nosotros, así podremos estar al pendiente de lo que suceda —Anna sujetó sus manos— no te dejaré sola.
—Lo agradezco, aunque ¿No crees que ya es tiempo de que ustedes vivan solos? Ya sabes, sin que los interrumpa, deberían comenzar una vida como esposos al fin.
—Habla todo lo que quieras, pero no me voy a separar, punto. —Finalizó Anna y Elsa asintió riendo poco— ¿Quieres quedarte a dormir?
—Creo que ya he molestado bastante —Elsa suspiró levantándose de la cama y Anna la tomó del brazo.
—Te conozco y sé que no estás tranquila como para conciliar el sueño, tienes trabajo en la mañana y no puedes estar desvelada, quédate. —sugirió Anna.
—No vas a rechazar el café —dijo Kristoff entrando a la habitación—, puedes quedarte, yo dormiré en el sillón.
Elsa aceptó con cierta incomodidad, a pesar de tener gran relación su hermana sabía que era demasiado hacer este tipo de cosas, pero el miedo en ella la obligaba estar en esa situación. Ella después de tomar el café, se recostó en la cama y con un abrazo de su hermana cayó en un sueño profundo.
Seattle.
Sábado 28 de agosto — 10:00 am.
—Astrid, llevo esperando horas frente a esta cafetería y no apareces —reclamó Jack apoyándose en su bicicleta.
—Perdóname Jack, tuvimos unas complicaciones en recoger a mis amigas ¿Crees que puedas dejarlas en el buzón del apartamento? Te mandaré toda la información en WhatsApp —contestó la rubia al teléfono.
—Último favor que te hago, espero la información y suerte con tus amigas —colgó.
Sonó un timbre tras unos minutos, el castaño revisó el chat de su amiga y una vez ubicada la dirección, tomó de vuelta su bicicleta y regresó al carril de bicicletas. El ruido de la ciudad, la música saliendo de su audífono izquierdo bloquearon por un momento su concentración al camino que en medio segundo hicieron que perdiera el equilibrio de su bicicleta sin la capacidad de apretar el freno y estampándose con el capó de un auto.
— ¡Dios mío! ¿¡Se encuentra bien señor!? —una voz femenina se escuchó bajando del auto y se acercó en auxilio del castaño.
Jack miró por última vez el semáforo.
— ¡No es tan difícil mirar el maldito semáforo! —Gritó Jack enojado— ¡Por suerte tengo el puto casco!
— ¡Lo lamento!
Jack se puso de pie quitándose el casco.
—Pensé en ayudar, pero veo que no vale la pena por un idiota —confesó la chica.
— ¡Por dios! —Jack miró a la chica sin entender el porqué de su comentario— viene a insultarme después de atravesarse enfrente mío.
—Creo que tienes graves afecciones cerebrales —rio la rubia quitando sus lentes de sol.
— ¿Elsa? —Preguntó el castaño—, sin lentes no te reconocí, hay tantas que tiñen su cabello con tal de obtener lo más rubio posible, pensé que eras una más del montón.
Ambos rieron.
—Estás sangrando, déjame ver —pausó Elsa tomando la mano izquierda de Jack y observó su antebrazo.
—No me di cuenta, solo me pondré unas cuantas gasas y alcohol y quedará listo.
—No lo creo, se ve profunda —comentó Elsa—, necesito suturarte.
—Olvidé que eres la gran médica —golpeó su frente Jack
—No exageres, sube al auto.
— ¿En menos de 10 minutos decides subir a tu auto a una persona que no ves en seis años? —cuestionó Jack.
—Solo sube, este accidente fue mi culpa y hago lo necesario para repararlo.
Un bufido salió de la boca de Jack aceptando subir al auto de Elsa. La bicicleta fue acomodada en la parte trasera del auto.
—Y dime ¿Cómo has estado? — preguntó Elsa manejando.
—He estado mejor otras veces —contestó Jack—, la vida de adulto es horrible.
—Estoy de acuerdo contigo, pero eso nos ha tocado vivir —siguió la rubia.
— ¿Cómo es que estás aquí? ¿No estabas en Suiza? —miró Jack a Elsa.
—Alemania —corrigió— y simplemente tomé un vuelo, no hay más explicación.
—Ja ja, graciosa—burló Jack.
—Relájate, me ofrecieron una buena plaza de trabajo aquí en Seattle, tiempo completo con descansos intermedios, fines de semana libre y un buen sueldo fijo, además un gran laboratorio de investigación, además, no tengo que cubrir urgencias en días festivos —explicó Elsa—, además estaba harta de Alemania ¿sabes? Puede ser un gran país pero aburre hasta cierto punto.
—No es como que Seattle sea tan divertido —alzó los hombros Jack.
—Lo sé, pero, siempre es bueno regresar a donde creciste —una leve sonrisa apareció en el rostro de Elsa—. Te soy sincera, no pensé que seguirías aquí.
—Necesito un buen motivo para querer irme de Seattle —comentó el castaño—, por ahora, creo que estoy bien aquí.
—Debo suponer que las cosas siguen igual que siempre —Elsa miró por un momento a Jack antes de regresar la vista al camino.
—Mérida e Hiccup están casados y Tooth se casará con Aster, no todo sigue igual —comentó Jack—, algunas cosas han cambiado —dijo con cierta nostalgia.
La rubia asintió dándole la razón a Jack, al poco rato, llegaron al hospital donde Elsa estaría ejerciendo su trabajo.
—Vaya que persigues cosas grandes —comentó el castaño mirando el lujoso hospital—, no lo dije con doble sentido.
—No había tomado un segundo sentido hasta que lo mencionaste; gracias y sígueme.
Algunos al reencontrarse después de tantos años ocasiona una gran emoción que podrías estallar, sin embargo, en ellos surgió algo extraño, ambos no pensaban que su reencuentro sería tan cercano era algo que visualizaban a futuro.
—Me alegra bastante volverte a ver —comentó Elsa preparando el equipo para curar a Jack.
— ¿Ah sí? —cuestionó Jack.
—Sí, suena muy tonto, pero recuerdo lo bien que lo pasábamos hace años en la universidad —Elsa comenzó a desinfectar el área para empezar a suturar.
—Te llamaban asalta cunas —bromeó Jack—, era un bebé indefenso y me usabas.
—Sí claro, la gente decía eso creyendo que éramos algo más que amigos —rio Elsa—, para la amistad no hay edad.
—En eso estoy de acuerdo —sonó el timbre de su teléfono—, mierda, seguro es del trabajo —tomó su teléfono mirando en la barra de notificaciones más de 10 mensajes de Astrid— ¿Tardarás bastante?, con el accidente perdí mucho tiempo para hacer una entrega.
—Si no quieres una mala cicatriz puede tardar unos 30 minutos, pero si quieres una marca de por vida con gusto puedo terminar en 5 minutos —comentó la rubia concentrada en su trabajo—, no te preocupes, si no te dan el pago o algo por el estilo yo cubriré los gastos.
—No es la paga, es mi compromiso en entregar las cosas... —suspiró Jack.
Al paso de los minutos.
— ¡Lo mataré después de esto! —gritó molesta Astrid, quien esperaba fuera del edificio de departamentos.
— ¡Espera! ¡Astrid! —La voz de Jack salía del auto y se acercaba hacia la rubia molesta—, no pude contarte por mensaje lo que pasó, pero justo como lo prometí, aquí están los arreglos.
— ¡Poco más de una hora tarde! —Reclamó Astrid— ¡Tienes suerte que una de mis amigas siga fuera!
— ¿Esperas a alguien más, Astrid? —preguntó Elsa apareciendo detrás de Jack.
Los tres se miraron confundidos. En la mente de Jack todo cuadraba, tarde.
— ¡Tú eres una de las amigas que venía de Alemania! —gritó Jack asombrado mirando a Elsa— Y tú, tú organizaste esto.
—Genial, la fiesta está arruinada, Anna está dentro preocupada por no encontrarte —miró amenazante a Elsa— y tú —miró a Jack— pones a trabajar al fin tu grandioso cerebro y recién llegas con los adornos, eres increíble.
—Sí, pero no lo hice intencio... —el chico fue interrumpido por Astrid.
—Cállate, solo era un sencilla cosa y no pudiste, hablaremos después Jack —finalizó la rubia.
Avergonzado, Jack tomó su bicicleta del auto de Elsa y se alejó sin poder volver a despedirse de Elsa, justo como pasó hace seis años.
21:17pm.
— ¡Eres un idiota! —gritó molesto Hiccup.
—¿Qué querías que hiciera? —preguntó Jack con su vaso de tequila en mano.
— ¡Algo! ¡Invitarla a salir era una buena opción! —Siguió su amigo— ¡Qué emoción encontrarla!
—Escucha —tomó un sorbo de tequila—, fue extraño volver a verla, son seis años sin ver a mi mejor amiga, las cartas que envié seguro nunca las recibió y perdí todo contacto con ella dos meses después de que voló a Alemania —justificó Jack.
—No te mientas a ti mismo, Jack —Hiccup miró a su amigo—, ¿qué tal si esto es de lo que hablaba tu horóscopo?
—Sigue con los horóscopos —comentó Jack después de soltar una risotada—, no me miento, jamás fuimos otra cosa más que amigos, me di cuenta de mi atracción por ella ya los últimos meses antes de su partida, pero jamás quise algo con Elsa. Ya me enamoré una vez y quiero tomarme un espacio para estar bien conmigo.
—Rapunzel no es ni será todo en la vida, hermano —replicó Hiccup.
Entre vasos de tequilas y reclamos por ambas partes la noche siguió cayendo cada vez más. De camino a casa, el teléfono de Jack sonó mostrando un mensaje de un número no registrado. Al entrar a casa, abrió la conversación.
____ 22:29pm.
¿Jack?
Frost 22:41pm.
¿Hola? ¿Conozco el número?
____ 22:41pm.
Odio este maldito horario, perdón la molestia, soy Elsa.
Frost 22:42pm.
¿Quién Elsa?
____ 22:42pm.
Elsa Arendelle, conseguí tu número con el teléfono de Astrid.
Me sentí tan apenada por cómo te trató por mi culpa. No sabía en dónde buscarte así que pedí tu número.
Frost 22:44pm.
Entiendo, no debiste molestarte, todo está bien.
Elsa 22:45pm.
No quería causar molestias, Astrid... bueh, ya la conoces.
Frost 22:45pm.
Lo sé, el trato con ella es especial.
Creo que yo debería disculparme contigo, no era la manera de como recibirte.
D
éjame recompensarlo.
Elsa 22:45pm.
¿Cómo?
Jack miró por unos segundos la conversación y el "en línea" abajo del nombre de Elsa, pensando en una buena recompensa para ella, por lo que recordó rápidamente su gusto por la naturaleza y por lugares tranquilos.
Frost 22:46pm.
¿Te parece un paseo por Green Lake?
Elsa 22:47pm.
No estaría mal un paseo tranquilo, ¿te parece a las nueve de la mañana?
Frost 22:47pm.
Sin problema, te veo ahí.
Elsa 22:48pm.
Muy bien; me encantaría hablar toda la noche pero seguramente tienes que dormir.
Jack 22:48pm.
Si quiero estar ahí a las nueve de la mañana debo dormir ya jaja.
Elsa 22:49pm.
Lo sé, jamás fuiste de despertar temprano, ya me las arreglaré para acoplarme al horario.
Descansa, Jack. <3
Jack 22:49pm.
Descansa, Elsa.
Domingo 29 de agosto — 9:15 am.
—Vaya que eres puntual —dijo Jack llegando con 15 minutos de retraso.
—Odio la impuntualidad —contestó Elsa—, no quiero decir que te odio pero, no puedo soportar llegar un minuto después a cualquier lugar.
—Lo sé, oh, te traje algo —Jack, cogió de una bolsa de papel un pequeño ramo de brezos púrpuras, las flores favoritas de Elsa—, pensé que te gustaría tener algo con qué decorar tu apartamento.
— ¡Son hermosas! —Tomó el pequeño ramo—, quedarán perfectas en la mesa de centro. Muchas gracias, Jack. —la rubia, con cuidado de no aplastar los brezos, agradeció con un abrazo a Jack.
—Me alegra que te gustaran ¿comenzamos con el paseo? —preguntó el castaño recibiendo un "si" con el movimiento de la cabeza de Elsa.
El sendero para la caminata estaba apenas lleno, solo había unos cuantos mayores de edad sentados en las bancas del parque o algunos que corrían paseando a sus grandes y pequeños perros.
— ¿Me contarás que pasó con Rapunzel? —preguntó Elsa sacando de sus casillas a Jack.
— ¿De qué hablas? —dijo Jack confundido.
—Con el drama de Astrid, dijo una parte que me tiene pensando demasiado, ella mencionó que desde tu divorcio con Rapunzel ya no eres el mismo —ella hizo una pausa— ¿puedes decirme que sucedió?
—No me gusta tocar el tema, pero el resumen es que las cosas no salieron bien y era mejor acabar la relación para no hacernos daño —respondió Jack—, perdón si no te dije nada de Rapunzel...
—Tranquilo, es mi culpa por no mantener una comunicación cuando me fui de Seattle, ¿hace cuando fue el divorcio?
—Poco más de un año —dijo Jack.
—Debió ser duro...
A lo lejos, como si fuera castigo del destino, se observaba a dos castaños, la chica tenía un lienzo con unos cuantos botes de pintura a su alrededor mientras que el chico leía tranquilamente un libro recostado a los pies de un árbol. Jack se percató de la presencia de Rapunzel.
—En una relación, uno de los dos se lleva la mayor parte del dolor —suspiró Jack deteniéndose por un momento.
Elsa, sin decir nada, sintió una gran pena por su amigo. Hace años, ambos podían confiarse las cosas más íntimas y siempre estaban para los momentos más difíciles; la culpa inundó a Elsa pensando ¿cómo serían las cosas si ella hubiera estado para su amigo en aquel momento?
—Jack, sé que no podrás confiarme todo como hace años, pero tienes mi apoyo, si lo deseas; no conozco toda la historia, pero entiendo que debió ser doloroso para ti, aunque, como lo dijiste, ambos se harían daño y fue la mejor decisión separarse —Elsa apoyó su mano en el hombro de Jack.
—Fueron tantas cosas que pasaron mientras tu no estabas, te necesitaba aquí... —Jack hizo una pausa corta mientras cubría con la palma de su mano el dorso de la mano de Elsa—, me gustaría que todo fuera como antes...
—Si tú me lo permites —Elsa esbozó una cálida sonrisa—, estaré de nuevo contigo.
— ¿Por qué no comenzamos desde cero?, dejemos atrás la universidad y empecemos ahora —sugirió Jack—, te pondré al tanto de todo pero quiero que iniciemos una amistad de nuevo.
—Me parece excelente —aceptó Elsa sonriendo.
Con caso omiso a Rapunzel, ambos siguieron caminando mientras contaban las mejores cosas que habían pasado después de separarse.
— ¿En serio? ¿Hans? —Preguntó sorprendido Jack—, decías que odiabas sus patillas.
— ¡Y las sigo odiando! —Frunció los labios— al principio no era agradable saber que él me seguía junto con su familia pero, debo de admitir que para ser una relación forzada por nuestros padres funcionó bien por un tiempo —Elsa pausó por unos segundos—, no pudimos combinar mi vida de médico y su vida administrativa, a veces tenía que hacer rotaciones nocturnas y él no podía aceptarlo.
— ¿Anna que pensaba de ello? —dijo Jack.
—Lo odió al final, al comienzo lo aceptó y se sentía orgullosa de mí, de haber encajado con él y saber que tenía a una persona con quien pasar el resto de mi vida, ya sabes lo romántica que es Anna —respondió Elsa.
—Ella es igual a Tooth, a veces siento que hablan escupiendo unicornios y arcoíris —dijo Jack riendo junto con Elsa.
—Por cierto ¿Cuándo será la boda de Tooth? —preguntó Elsa.
—En dos meses —dijo Jack—, acabo de recordar, debo hacer las invitaciones.
— ¿Qué se siente que Aster se case con tu hermana? Después de lo sucedido con la pintura —Elsa tomó asiento en una banca del parque.
—Traición familiar —rio Jack—, nada, me alegro por Tooth, es una excelente chica y creo que Aster es perfecto para ella.
—Seguro tu madre también estaría orgullosa —Elsa invitó a Jack a tomar asiento en la banca—, pero estaría enfadada contigo, sentir rencor por una pintura de hace años no es normal.
—No es rencor, Aster tomó crédito de mi pintura y a pesar de haberlo perdonado, no puedo retomar una amistad así de la nada —explicó el castaño sentándose a lado de Elsa— no me sirve de nada tener rencor, el obtuvo ya la beca y la aprovechó, fin.
Jack recordó lo ocurrido hace años, la universidad se encargaba de otorgar becas para estudiantes con talentos artísticos o para aquellos que cargaban con un excelente problema, como Elsa. Aster y Jack, que eran amigos desde niños, estudiaban en grados diferentes, sin embargo, le único quien buscaba la beca era Jack y el día en que los docentes pasarían a evaluar todas aquellas muestras que concursaban, Jack tuvo que ausentarse emergencia, pues su madre había sufrido un terrible accidente automovilístico.
—Aster sabía lo que sucedía y aun así... —fue interrumpido por Elsa.
—Entregó tu trabajo en nombre de él —completó Elsa.
—Sí, nunca buscó la beca sino hubiera hecho su propio trabajo, jamás entenderé que pasaba por su mente —Jack alzó los hombros—, y a pesar de lo que hizo, ha demostrado ser buen hombre para Tooth y solo quiero lo mejor para ella.
—Tienes un buen corazón, eso está más que claro —dijo Elsa como cumplido.
Jueves 14 de octubre — 18:38 pm.
— ¡Auch! —Gritó Jack— ¡Más cuidado Norte!
—Si pudieras dejar de moverte, el saco quedaría listo —reclamó Norte—, debiste probarte el traje una semana antes, no estaríamos apresurados hoy antes de la boda.
—Tuve demasiado trabajo, perdón —dijo Jack.
— ¿Ah sí? Hiccup abre el negocio alrededor de las diez de la mañana y te presentas dos horas después ¿Qué sucede contigo? ¿Te despiertas demasiado tarde? —Cuestionó Norte—, llevas poco más de un mes.
Cómo explicaba que la razón era Elsa, hacer una caminata por las mañanas se convirtió en un hobbie para ambos.
—Algo, estoy tomando unas pastillas para dormir que me dejan tumbado en la cama y me cuesta mucho trabajo despertarme —justificó el castaño.
— ¿Y en las tardes? —Norte se alejó para coger un hilo.
—Eeeh, tomo un paseo —Jack mordió su labio—, me sirve para despejar mi mente y no estar abrumado todo el tiempo.
— ¿Noche? —se acercó Norte a Jack.
— ¿No crees que ya estoy bastante grande como para informarte de mi vida diaria? —el castaño regresó la pregunta.
—Solo quiero una buena razón para entender por qué no te probaste el traje con anterioridad —hizo una pausa—, pero tienes razón, respetaré tu privacidad.
—Gracias.
—Pensaba que era una chica —comentó Norte— ¡Listo! Hemos acabado, retírate el saco.
— ¡Norte! No tengo tiempo para chicas —Jack se retiró el saco y lo envolvió en el plástico de la lavandería— ¿Y que si lo hubiera?
—Nada, estaría orgulloso de ti, más de lo que estoy —contestó Norte mirando con una gran sonrisa a Jack—, pero como no la hay, tendré que mover mis influencias mañana en la fiesta ¡Tendrás a una gran mujer! ¡De eso estoy seguro!
—Deberías actualizarte, son otros tiempos, ya nadie empareja a las personas —Jack tomó sus cosas—, no eres un casamentero.
—Podría ser mi nueva profesión, lo pensaré detenidamente —Norte apoyó una de sus manos en su barbilla— ve a descansar, mañana es un día largo.
23:12 pm.
—Y así fue como Norte seguramente me conseguirá pareja mañana —dijo Jack al otro lado de la llamada por WhatsApp.
—Si entiende que son otros tiempos ¿verdad? —pregunto Elsa recostada en el sillón de su sala.
— ¡Eso mismo dije! Pero lo único que respondió fue "podría ser mi nueva profesión" —bufó Jack, que se encontraba arreglando su ropa.
—Si antes no entendía la mente de Norte menos ahora —rio Elsa junto a Jack—, puedes negarte pero dudo que Norte acepte eso.
—Ya te contaré que sucederá, es una fortuna que mañana pases con tu familia —dijo Jack.
—No creo que sea una fortuna pasar con ellos —pujó Elsa—, a la fecha, mis padres están irritantes por haber cortado con Hans y no están muy contentos por mi decisión de vivir sola.
—Oh vamos ¿tu cuarto sigue teniendo casas de muñecas y pintado de rosa? —Bromeó Jack— ¿Y temes que te llamen "princesita"?
—Si no estuvieran enojados seguro lo harían, y mi cuarto sigue igual como lo dejé —respondió la rubia.
—Oh por dios, sí, es mala idea regresar a vivir con ellos y respecto a Hans, lo superarán.
—Dos años y no lo superan —suspiró Elsa—, tendré que aceptar a vivir como la desgracia de la familia.
—Te entiendo —bostezó Jack—, no quisiera colgar, pero debo dormirme para despertar con menos ganas de matarme mañana.
— ¿Quieres que te recete algún laxante? Así justificas que tienes diarrea y no puedes asistir más que a la ceremonia —recomendó Elsa.
—Soy maldito pero no tanto, ya sobreviviré mañana, descansa.
—Descansa —Elsa colgó.
Viernes 15 de octubre — 10:20 am.
—Estamos hoy reunidos... —comenzaba el sacerdote.
—Jack, mira a la chica de allá —Norte susurró girando la cabeza de Jack en dirección a una chica con mechas azules—, es hija de una de las amigas de tu madre, es una exitosa arquitecta y se llevarían bien ambos, la pasión por el arte.
—Norte, estamos en plena ceremonia ¿cómo se te ocurre buscarme pareja? —preguntó ofendido Jack.
—Piénsalo por favor —suplicó Norte.
—Bueno tal vez... —Jack se detuvo girando su cabeza y sonrió a lo que sus ojos percibían.
Una rubia entraba portando un elegante vestido largo de color azul oscuro, un escote en forma de V con los brazos descubiertos y una apertura vertical a nivel de las piernas
— ¡Jack! —gritó en susurró Elsa— ¿Puedo sentarme? —Jack asintió dejando un espacio para Elsa—, no creí llegar a tiempo.
—¿Pero cómo..? —preguntó confundido Jack sin borrar la sonrisa de su rostro.
—Te explico después —Elsa acomodó su vestido dedicándole una sonrisa a Jack.
Jack, por un momento miró a su hermana en el altar, la cual guiñó su ojo rápidamente antes de regresar la vista al sacerdote.
12:00pm.
—El portero de mi edificio jamás me dijo que recibí una invitación a la boda de tu hermana —explicaba Elsa—, justo cuando salía para la casa de mis padres, me detuvo entregándome el sobre, que por cierto, hermosa invitación es cien por cierto Jack. —rio levemente la rubia.
Todos disfrutaban de los alimentos, el lugar de la ceremonia estaba siendo iluminado con luces de todos los colores y la música se escuchaba de fondo mientras los camareros pasaban a las mesas a atender a los invitados.
— ¡Chicos! —Gritó Tooth emocionada acercándose a la mesa de Jack y Elsa— ¿Cómo la están pasando?
—Bastante bien —contestó Elsa—, eres una novia muy hermosa Tooth —aduló Elsa.
—Sin dudarlo —complementó Jack.
—Muchas gracias a los dos, bien, tengo que ir a saludar al resto del mundo, ojalá se diviertan —Tooth se acercó a Jack susurrándole al oído—, no vayas a arruinarlo con Elsa. Te estaré vigilando.
20:40pm.
— ¿Vendrán por ti? —preguntó Jack.
—Mis padres creen que no asistí con ellos por una urgencia médica y que mi auto se averió—rio nerviosamente Elsa—, llamé a Anna y vendrá por mí, ella me cubre de esto.
—Entiendo, te llevaría pero como verás, no tengo auto —Jack rascó su nuca.
—No te preocupes.
—Me quedaré contigo hasta que Anna llegue —sugirió Jack recibiendo la aceptación de Elsa.
Los invitados salían cada vez más y la música se detenía en el fondo, ambos esperaban de pie a la chica con cabellos anaranjados; en ratos se miraban de reojo dedicándose leves sonrisas nerviosas mientras tambaleaban con sus pies.
— ¡Pero qué hermosa hermana tengo! —Anna gritaba deteniendo el auto enfrente de los dos chicos.
—Deja tus halagos —reclamó Elsa.
—Anna tiene razón —Jack concordó con Anna.
—Jack, me llenas de orgullo —dijo Anna—, Elsa, sube tu trasero decolorado al auto.
—Ya voy —Elsa rodó los ojos y dio la media vuelta para besar en la comisura de los labios a Jack—, me divertí mucho, nos vemos.
—Sí, yo igual... Cuídense... —respondió Jack.
Una vez Elsa dentro del auto, Anna empezó a manejar camino a la casa de sus padres.
— ¿Es acaso lo que acabo de ver? —Anna preguntó de manera divertida.
—Sí ¿Qué tiene? —contestó Elsa ruborizada.
—Me encantan ustedes dos —Anna molestó a su hermana—, papá ha estado haciendo llamadas a tu hospital como loco, tuve que cortar la señal telefónica de la casa y averiar su teléfono para cubrirte, me debes un inmenso favor.
—Lo recompensaré de alguna manera, ahora debo cambiarme ¿Trajiste mi ropa? —Elsa miró la parte trasera del auto— Oh, ya vi —la rubia pasó a los asientos traseros y comenzó a cambiarse, para su buena fortuna contaba con los vidrios polarizados — cuéntame cómo estuvo la reunión familiar
—Aburridamente formal ¿Tú sabías que papá quiere hacer una fiesta de aniversario de bodas?
—Claro que sí, cumplen 25 años casados, aunque seguramente sea más una reunión de negocios disfrazada de fiesta, nuestros padres nunca pierden la oportunidad de hacer negocios —contestó Elsa.
— ¿Cómo es que yo no lo sé? —Preguntó Anna indignada— también soy de la familia.
—Aún no estaba todo en concreto, te íbamos a avisar cuando fuera un hecho —explicó Elsa— supongo que será en unos meses ¿no?
—Dos semanas —dijo la pelirroja dejando boquiabierta a su hermana—, reaccioné igual.
—Seguramente querrán que lleve a alguien ¿No? —preguntó la rubia pasando al asiento delantero recibiendo un "si" de su hermana.
Elsa suspiró profundamente, Agnarr, el padre de Elsa, era bastante exigente en cuando a las relaciones de sus hijas, "la imagen social es lo más importante" Elsa recordó sus palabras de aquellos días siendo novia de Hans Westergaard, pero ¿Cómo reaccionaría su padre si supiera que él hombre perfecto para su hija resultaba ser un abusador?
Sábado 16 de octubre — 8:20 am.
Después de un día de en sueño con Jack, llegaba la pesadilla para Elsa. Lo que debería ser una mañana con huevos estrellados, café, jugo de naranja y pan tostado se volvió una junta de padre e hija.
—Sé que la imagen social es muy importante, pero yo he terminado con Hans y no pienso volver a retomar dicha relación —exclamaba Elsa dando vueltas en la oficina de su padre.
—Es inaceptable Elsa, Hans era el mejor hombre que había conseguido para ti, estuvo dispuesto a seguirte a Alemania mientras concluías tus estudios ¿Es así como me pagas todo lo que he hecho por ti?
—No uses tus ridículos chantajes... ¿Lo mejor para mí? O querrás decir lo mejor para ti, padre. Hans nunca fue el hombre que se presentó a esta casa, no fue el niño que conocí a los seis años; entregué mis mejores años a ese maldito que me terminó pagando mal.
— ¿Pero qué es eso qué pasó? Quiero que me des una buena razón para creer que tu relación con Westergaard no puede tener solución.
Elsa tomó aire profundamente, el nulo en la garganta le hacía imposible hablar. Antes de que Agnarr volviera a hablar, Iduna, su madre, entró a la oficina recalcando que el desayuno estaba listo; Elsa miró a su madre conteniendo las lágrimas suplicando que saliera de la habitación para no escuchar las cosas horribles que saldrían de su boca.
—Estoy esperando tu respuesta, Elsa —insistió su padre.
—No hablaré si mamá está aquí... —Elsa habló con dificultad.
—Tu madre tiene derecho a saberlo —Agnarr puso su mano en uno de los hombros de Iduna.
Elsa cerró su boca.
—Sabía que no tenías justificación —su padre dio la vuelta al escritorio tomando el teléfono fijo— será un gusto tener a los Westergaard en la fiesta.
— ¡Abusaba de mí! — Elsa explotó a la poca presión de su padre. Ambos padres quedaron congelados— ¿Cómo iba a explicarles que la niña que siempre criaron enseñándole que primero es ella y al final ella, era maltratada por su pareja? —Las lágrimas aparecieron en su rosto.
—Elsa... —un sollozo salió de la boca de su madre.
— ¡No era nada agradable tener un horario de llegada al apartamento, no me gustaba tener que avisar cada hora lo que hacía y lo que no hacía! —Elsa tomó un suspiro— ¡Tenía prohibido llegar cansada, porque el muy macho explotaba si no quería tener sexo con él! —Sus ojos azules se dirigieron a los ojos verdes de su padre— ¿Quieres saber las cosas horripilantes que me obligaba a hacer?
—Detente —Agnarr levantó su mano.
— ¿Qué me detenga? ¿Acaso no eres capaz de aceptar la dura realidad? ¿Quieres que te explique cómo después de terminar con él me acosó durante ocho meses con llamadas de amenaza, mensajes grotescos sobre que me haría en la cama, esperarme fuera de mi trabajo y seguirme a cada lugar que iba? —Elsa mordió su labio— ¡Tuve que cambiar de llave y pedirle a Anna que viniera a vivir a un lado mío porque me sentía desprotegida! ¡Puedo contarte de la vez que casi me violaba!
— ¡Basta Elsa! —gritó su padre y después mantuvo su boca cerrada dejando escuchar los sollozos de Elsa e Iduna. Después de unos minutos, volvió a hablar no sin antes soltar un suspiro—, me encanta tu imaginación, siempre ha sido así desde que empezaste a ver series.
— ¿Qué? ¿Piensas que lo inventé? —Elsa cuestionó indignada y molesta— Se supone que eres mi padre y debes creerme.
—Y debo ponerte límites, deja los cuentos y enfócate en la realidad —dijo Agnarr—, que lamentable que involucraste a Anna en esto y alteraste a tu madre sin razón.
—Ja... —dijo Elsa soltando el aire contenido— no puedo creerlo, sabía que podrías ser frío pero jamás creí que fueras un imbécil.
—Te prohíbo que vuelvas a dirigirte así de esta manera —exclamó su padre elevando el tono de voz; Elsa miró a su madre quien se encontraba agarrando sus manos y mirando a su hija con los ojos rojos y llenos de lágrimas.
—Cariño... —Iduna trató de hablar tratando se acercarse a Elsa, sin embargo, salió de la oficina con bastante rapidez.
— ¡Desearía que pudieran apoyarme! Jamás creí que mis propios padres me darían la espalda... —Elsa caminó a la puerta de la oficina, sin embargo, fue detenida por la mano de su padre sujetándole el brazo.
—Te pido que vuelvas a reflexionar sobre tu error, llamaré a los Westergaard y los invitaré a la fiesta, no quiero que hagas tus disparates como estos —Agnarr amenazó a Elsa—, tengo fe en que Hans volverá a aceptar estar contigo, es buen hombre.
— ¿Sabes? En este tiempo solo conozco a un buen hombre y te juro que ese no es Hans —Elsa soltó su brazo del agarre de su padre— ese Jack Frost.
La rubia salió de la oficina y tomando su bolso y llaves salió de la casa de sus padres tomando el auto que Anna le había hecho favor de llevar a dicha casa.
10:17am.
— ¿El pedido de la señora Rodríguez ya está listo? —exclamó Jack a Hiccup desde la computadora del mostrador.
— ¡Ya! ¡Quedó en venir por él hoy en la tarde! —respondió Hiccup desde la pequeña bodega.
La campana de la puerta sonó dejando ver a una rubia con ojos hinchados y los labios mordidos.
— ¿Elsa? —Jack miró a su amiga con preocupación y se acercó a ella—, ¿qué sucede?
—Te necesito... —tartamudeó.
—Espera... ¡Hiccup, cúbreme! —Jack gritó y tomó su chaqueta para salir del local junto con Elsa.
La rubia, con las manos temblorosas pidió que Jack tomara las llaves de su auto y la llevara al lugar que sea. Jack, se ofreció a llevarla al parque donde siempre hacían sus paseos matutinos.
Al llegar, Elsa tomó aire profundamente tratando de relajarse, Jack, le guió a una se las bancas del parque y sobó su espalda esperando el momento en que su amiga hablara.
—Jack... Tú crees en mí, ¿verdad? —Elsa preguntó sin mirarle a los ojos.
—Claro —afirmó Jack.
Elsa tragó saliva.
—Mi relación con Hans fue forzada en un inicio por nuestros padres... ambos son grandes creadores de dinero y para ellos era conveniente unir empresas y no había mejor forma de hacerlo que por una relación —Elsa mordió su labio soltando un quejido de lo lastimado que ya estaba—, cuando viajé a Alemania, Hans por órdenes de su padre me acompañó y vivimos separados un tiempo hasta que comenzamos la relación... no te voy a mentir, todo era color de rosa, regalos, mimos, noches de desvelo... todo era mágico —su labio tembló, señal de que el llanto se acercaba—. Una noche, mientras rellenaba historiales médicos, llegó al apartamento tirando las cosas gritando que estaba harto de no pasar tiempo con él, creí que estaba ebrio pero me equivoqué... Desde aquel suceso, todos los días fueron un infierno para mí, me media el tiempo del supermercado, del trabajo, la hora de llegada y la hora que salía del apartamento, en casi todos los fines de semana me obligaba a tener sexo con él y era prohibido llegar cansada en aquellos días...
Jack, sin saber que decir, decidió limpiar las lágrimas de su rostro.
—Gracias... —sonrió poco— me armé de valor para terminar con él y en lo que un principio lo tomo "bien" poco a poco se volvió en un acoso que duró ocho meses con llamadas, mensajes y regalos amenazantes a la puerta... —sollozó—, yo quería largarme de ahí pero tenía miedo de que me siguiera, por eso le pedí a Anna vivir en un departamento enfrente al mío...
—No sé qué decir... —el castaño dijo rodeando con su brazo a su amiga—, debió ser horrible ese infierno...
— ¿Tú no crees que esto lo digo por imaginación? — Elsa miró a Jack.
—Nunca fuiste una actriz buena —Jack dio un beso en la cabeza de Elsa— ¿qué quieres hacer...?
—Sólo, necesitaba desahogarme con alguien y escuchar que alguien me creía...—Elsa recargó su cabeza en el hombro de Jack.
Ambos se dejaron guiar con el sonido de las copas de los árboles, los niños corriendo y las familias riendo en picnis, Elsa tomó la mano de Jack y dibujó espirales en su mano entreteniéndose.
— ¿Podrías hacerme un favor? —Elsa preguntó sin dejar de dibujar en la palma de Jack—, no estás obligado a aceptar.
—Dime, haré lo posible en ayudarte. —Jack dedicó una sonrisa cálida.
—Yo... bueno, mis padres harán una fiesta con motivo de su aniversario... Y lo único que supe es que invitaría a la familia de Hans —Elsa se incorporó— quisiera que te presentaras como mi pareja de compañía...
—Bueno... debo de hacer unos arreglos, ya sabes, vender mi casa para comprar un traje que llegue a tu altura —bromeó Jack.
—Tonto ¿Aceptas?
—Acepto.
Jueves 28 de octubre — 13:00pm.
—¿¡200 dólares la renta!? —gritó Jack observando la tarjeta del precio del traje.
— ¿Gusta ver más modelos? —ofreció el señor.
—No gracias, supongo que los demás modelos tienen el doble de precio que este... —Jack pasó una mano por su cabello y salió de la tienda.
Jack realizó una llamada a su mejor amigo.
— ¿Lo lograste? —Preguntó Hiccup en un lado de la llamada.
—En mi vida creí que un traje costara 200 dólares, solo renta. —Jack exclamó asustado por el precio.
— ¿Qué harás? —su amigo preguntó.
—No pienso presentarme con un traje que vale menos que esto y que fue remendado por Norte... ¿Qué pensará su familia y los invitados? Seguro que soy un muerto de hambre.
—Aún tienes tiempo de salir del país —sugirió Hiccup.
—Inventaré que estoy enfermo... espero que Elsa me perdone...
Viernes 29 de octubre — 19:40pm.
Jack llegaba de hacer las compras a su casa cuando un carro negro se estacionaba enfrente de su casa. El castaño, dejó caer las bolsas y por instinto subió los brazos.
— ¡Llévate todo! ¡Te daré todo mi dinero, no me mates!
—No te mataré, Frost. —una voz femenina bajó del auto.
— ¿Anna? —Jack miró a Anna, ella lucía un vestido verde oscuro, bastante elegante.
— ¿Qué haces aquí? —el castaño se incorporó tomando la bolsa del súper.
—Pensé que irías a la fiesta, Elsa está esperándote —Anna se cruzó de brazos, detrás de ella, Kristoff bajaba del auto.
—Me encantaría, pero no conseguí un traje adecuado... lo siento, dile a Elsa que lo siento... —Jack suspiró con melancolía.
— ¿Aceptarías ir, si te ofrezco un traje ahora mismo? —Anna preguntó.
—Gracias, pero no quiero causar problemas... es claro que yo no pertenezco a su mundo —una leve risa salió de Jack— No pude rentar un traje de 200 dólares.
—Jack, Elsa tiene mucha confianza en ti y está esperanzada en que te presentarás —Anna suspiró—, no puedo obligarte, tan solo piénsalo y llámame...
Jack pensó detenidamente la situación, su orgullo se vio atacado cuando Anna ofreció darle un traje para asistir a dicho evento "el dinero mueve el mundo" pensó. Al final, no debía pensar en él, sino en Elsa "¿Qué pasaría si Hans le hace daño en la fiesta?" Jack tragó saliva de tan solo pensar en lo que eso le afectaría a Elsa.
—Bien, acepto... por Elsa —Jack miró a Anna, quien ella aplaudió con alegría y junto a Kristoff le entregaron una bolsa negra que contenía un traje.
—Ve a cambiarte, te esperaremos aquí —Kristoff se ofreció a esperar junto con Anna a Jack.
El castaño, entró y rápida y cuidadosamente se colocó el traje, dejó su cabello semi desarreglado, indeciso de aplicarse perfume, pensó en uno que Elsa le encantaba.
20:36pm.
— ¿Es correcto entrar por la parte trasera? —cuestionó Jack mirando el lujoso garaje.
—Si queremos evitar a la multitud, sí. Es increíble que en una gigantesca casa la multitud se concentre en un solo lugar —respondió Kristoff.
—Como sea. Entremos, Elsa es fácil de identificar por su cabello, ve con ella y cuídate de Hans, está cerca —advirtió Anna.
—Esto fue una mala idea... una muy mala idea... —dijo el castaño acobardándose.
—Tranquilo, no tendré forma de agradecerte esto... —Anna abrazó a Jack—, no sabes lo alegre que estoy que Elsa te encontrara... le has devuelto la chispa que perdió hace meses.
Anna se separó de Jack y salió del garaje junto con Kristoff. Suspiró y tomo valor para adentrarse a la casa Arendelle; una vez dentro, miró asombrado el gran salón dentro de la casa, todos portaban elegantes trajes y vestidos, los camareros pasaban entregando copas de bebidas que en su vida se imaginó probar.
—Quisiera romper el frío ambiente de esta fiesta —dijo un hombre con cabello anaranjado al micrófono, todos soltaron una leve risa—, esta canción la bailamos el día de nuestra boda y nos encantaría abrir un baile con la canción. Si me hicieran el favor los músicos.
"¿Músicos? personas normales usarían un equipo de sonido", pensó Jack. En el fondo comenzó a sonar "can't take my eyes off you", el mundo se dirigía con sus parejas a bailar alrededor de la pareja principal.
—Esto es tan The Crown —comentó Elsa apareciendo a lado de Jack.
— ¿Eh? ¿Elsa? ¿The Crown? —preguntó Jack confundido viendo a Elsa a su lado.
—Ya sabes, al fondo se escucha "can't take my eyes off you", Charles y Diana bailando —hizo una pausa—, deberías ver series, por cierto, se ve muy bien señor Frost —Elsa acomodó la corbata de Jack.
—Siempre me duermo viendo series —Jack analizó a Elsa admirando su vestido rojo, justo el color de un rubí, las joyas colgando en su cuello y su cabello suelto cubriendo uno de sus hombros. Sonrió observándola — usted está bellísima, señorita Arendelle —el castaño siguió el juego de la rubia.
La música de fondo seguía sonando.
—Dime ¿Debemos dar un espectáculo? —preguntó Jack tomando aire y guiando a Elsa a la pista del baile.
—Supongo ¿Es en serio que no has visto la serie? Juraría que ese guion lo escuché en un capítulo —cuestionó Elsa apretando la mano de Jack mientras que subía su mano restando por el pecho de Jack hasta llegar al hombro.
—Solo vi un fragmento que pasaron en televisión —ambos rieron poco.
Sus cuerpos siguieron el ritmo de la música, en ratos, el ritmo era lento y en otros rápido, aquello divertía a ambos chicos que combinaban buenos pasos de baile con piruetas y pasos torpes.
—Oh pretty baby —Jack cantaba de forma burlona causando una gran risotada en Elsa— ¿Tan mal canto?
—Un poco —respondió riendo mientras se alejaba y volvía cerca de Jack— pero eso le da un gran toque al baile.
Para ello no existía nadie más que ellos, aunque el resto del mundo preguntaba ¿Quién será aquél chico que baila con la prestigiada primogénita de los Arendelle?
Al término de la música, Elsa guió a Jack a la barra de bebidas de su padre.
— ¿Qué falta? ¿Que encuentre un acuario subterráneo dentro de tu casa? —preguntó Jack una vez llegando a la barra.
—Estuvo en planes de construirse —respondió Elsa dejando a Jack paralizado—, es broma, tonto —la rubia suspiró—, gracias por acompañarme.
—Te seré sincero, estaba a punto de no venir —Elsa arqueó su ceja al escuchar a Jack—, no porque no me importaras, sino, no tenía algo adecuado para presentarme aquí —Jack rio poco— Anna tuvo que darme este traje, tengo demasiado miedo de ensuciarlo.
—Jack, déjate de tonterías, no me hubiera importado que llegaras con tus jeans azules y tus sudaderas o que llegaras con un traje usado o como tú quieras. Me importa tu compañía y que estés conmigo ¿Entiendes? —Elsa tomó las manos de Jack— quítate esa idea de la cabeza que somos diferentes porque somos totalmente iguales ¿Si?
—Cómo tú digas —suspiró Jack— No sé de bebidas más que de tequila y cerveza ¿Me orientas?
—No puedo aprenderme tantas bebidas ¿Ronda de tequila? —sugirió Elsa recibiendo un "sí" del chico.
— ¿Elsa? —un chico de cabello anaranjado se acercó a la barra.
— ¿Eh? Ah Hans —Elsa dio la media vuelta viéndolo— ¿Qué deseas? —recibió el trago de tequila junto con Jack.
—Te he estado buscando después del humillante baile —respondió Hans—, creo que deberías pasar más con nosotros y menos con...
—Jack —el chico extendió su mano sobrante.
—Jack —repitió Hans sin estrechar su mano— Como sea, Elsa, acompáñame por favor.
—Lo siento, pero es de mala educación abandonar a tu acompañante. Dile a mi padre, que por el momento estoy ocupada y hablaré con él cuando me desocupe.
Un gruñido salió de la boca de Hans y tiró del brazo de Elsa forcejeándola.
—Te ordeno que me dejes antes de que comience a gritar, Hans —amenazó Elsa.
—Tú no me ordenas nada —replicó Hans.
Jack con un fácil movimiento separó a Elsa tomando del brazo a Hans.
—No creo que te convenga hacer un alboroto en una fiesta que no es tuya —dijo Jack deteniendo el brazo del pelinaranja.
— ¿Alboroto? Ese lo has creado desde que pusiste un pie en esta casa, quien sabe de qué basurero te rescató Elsa —Hans se soltó del agarre de Jack.
—Al menos mi relación personal no está en peligro. Tienes mucho que perder si haces un escándalo aquí Hans. —dijo el castaño poniéndose enfrente de Elsa.
Hans apretó sus dientes y comenzó a alejarse del lugar teniendo todas las de perder.
— ¿Estás bien? —Jack preguntó a Elsa.
—Estoy bien, gracias —la chica dedicó una sonrisa.
Sábado 30 de octubre —00:15am.
— ¿No crees que ya es hora de detenernos? —Jack preguntó arrastrando las palabras mientras veía como los invitados poco a poco se iban.
—Supongo que sí... —respondió del mismo modo Elsa.
—Bien... —suspiró Jack—, fue un gusto pasar contigo bailando y bebiendo—Jack agradeció.
— ¿Supongo que debo acompañarte a la puerta? ¿O debo pedirte un taxi por cortesía? —preguntó Elsa.
—Mi casa está algo cerca, creo que caminaré, no quiero vomitar el asiento de algún taxi —ambos rieron.
Sin importarles que pudieran verlos, ambos chicos caminaron a la entrada de la casa para despedirse.
—Adiós Els... —Jack se despidió con un beso en la mejilla—, espero nos volvamos a ver.
Elsa no dijo nada, a pesar de su estado de ebriedad, su mente se enfocó en ver a sus padres hablando con los Westergaard.
—Jack ¿Aceptas a invitados en tu casa? —Elsa miró a Jack quien estaba bajando las escaleras de la entrada.
—Claro pero ¿Quién? No me pidas tener a Hans en mi casa, tienen bastantes habitaciones aquí para ofrecerle —Jack exclamó.
—Lo digo para mí, no deseo quedarme en mi casa con él dentro... —Elsa palideció recordando el terror.
Jack lo pensó por un momento.
—Bien, será un gusto tenerte en mi humilde choza —Jack sonrió—, vamos antes de que nos vean y antes de que vomitemos.
Elsa siguió a Jack. Ambos caminaron por las oscuras calles de la ciudad, Elsa usaba el saco de Jack mientras que él portaba la camisa del traje.
(...)
—But now. There's nowhere to hide! Since you psuhed my love aside! I'm out of my head. Hopelessly devoted to you! —los dos chicos gritaban al unísono.
—Shhh, nos van a llevar presos por pensar que estamos locos —Elsa hizo una pausa para dejar de cantar.
—Tienes razón, hemos tenido suficiente de Tiktok —rio Jack— ¡Oh! Mira, llegamos.
Jack abrió la pequeña puerta para dar paso a Elsa, después camino a la puerta principal y gracias a la poca luz abrió con dificultad la puerta de su casa.
—Gracias —dijo la rubia adentrándose a la casa.
—Está todo desordenado, espero te sientas cómoda —Jack entró a la casa y prendió las luces de la sala— yo, dormiré aquí mientras te llevaré a mi habitación, ahí dormirás.
—Puedo adaptarme en un sillón —Elsa dio un vistazo a la sala.
—Puedes pero no te dejaré —Jack tomó la mano de Elsa y la guio al segundo piso donde se encontraba su habitación—, no tengo pijamas para ti, pero puedo prestarte algo.
Llegando a la habitación, Jack sacó de su ropero una de sus pijamas y le dejó en la cama.
—Lis... —decía Jack sin poder acabar. Su cuerpo se paralizó al ver a una rubia quitándose los tacones y bajando el vestido— ¿Qué haces...?
— ¿No es obvio? Me preparo para dormir —Elsa se detuvo por un momento— ¿Puedes ayudarme? No puedo bajar el cierre del vestido.
Jack, lo pensó levemente y con rubor en sus mejillas caminó hacia Elsa y procedió a ayudarle.
—Gracias —Elsa se dio la vuelta tropezando poco dejando caer un poco de su peso en el cuerpo de Jack —Perdón...
—Tranquila... —Jack ayudó a reincorporarla y caminó a la puerta de su habitación—, descansa Elsa.
—Jack... —dijo Elsa.
— ¿Sí? —Jack se detuvo y miró a su amiga acercarse a él.
—Mírame... —Elsa tomó el rostro de Jack en sus manos— mírame a los ojos y quiero que me digas soy o no soy atractiva...
—Yo, bueno... —la cara de Jack se tornó roja completamente—, si eres... atractiva...
— ¿Entonces por qué no me tocas...? —Elsa acercó su rostro al de Jack.
—Elsa, estamos ebrios... no estamos en todos los sentidos... —la respiración de Jack comenzó a acelerarse.
—Entiendo lo que hago y lo que puede suceder... Estoy más cuerda que antes... Por favor, sé que tú también lo deseas y lo he notado desde hace meses...
¿A quién engañaba? Jack sentía todo mucho más allá de la atracción física; Elsa, a pesar de su estado era consciente de lo que sentía por Jack. ¿Qué más daba? Ambos estaban ansiosos de dar un gran paso y ambos estaban libres de compromiso ¿Qué malo tenía eso?
—Te amo Jack... —Elsa susurró cerca de los labios de Jack.
—Mierda Elsa... —pasó sus manos por las caderas de la chica— también te amo...
Jack, dejó llevarse por sus impulsos besando a Elsa en aquellos labios delgados y carnosos, Elsa no lo pensó dos veces y siguió el ritmo del castaño. Los besos no eran para nada tranquilos, eran rápidos y excitantes, las manos de Jack terminaron por bajar el vestido de la rubia, mientras que ella repartía besos por su cuello logrando sacar algunos jadeos por parte de él, desde ahí, ambos sabían que esto no tenía vuelta atrás.
8:30am.
El olor del café recién hecho inundó la habitación, Elsa se despertaba con pesadez en su cuerpo, sabía que Jack no estaba acompañándola ahora mismo sin embargo se encontraba satisfecha por lo sucedido.
Se puso la ropa prestada de Jack y como perro cazador, siguió el olor del café para guiarse en la casa.
—Buenos días ¿Quieres algo para el dolor de cabeza? —Dijo Jack recibiendo a Elsa— toma asiento.
—Buenos días y sí, si lo quiero —Elsa se sentó en uno de los altos bancos de la barra de la cocina.
—No es un desayuno cinco estrellas pero tiene un buen sabor —el castaño sirvió un sencillo desayuno a Elsa.
—Gracias y estoy segura que sí —la chica depositó un beso en sus labios y se dispuso a comer.
Durante el desayuno ambos bromeaban sobre todo lo ocurrido y en veces lloraban de risa, ninguno de los dos creyó hacer tal cosa por el efecto del tequila. Sin embargo, el interior de Jack se removía con fuerza y no precisa por tener que hacer alguna necesidad o por vomitar, sino por cómo contaría su gran secreto a Elsa. Ella le contó su más íntimo secreto que fue lo sucedido con Hans, pero él no contado toda la verdad sobre Rapunzel.
—Jack ¿Te encuentras bien? —al termino del desayuno, Elsa preguntó mirando algo extraño a Jack.
—Elsa ¿Tu único secreto ha sido lo que ocurrió en tu relación con Hans? —Jack respondió con otra pregunta.
—Claro, no tengo otros secretos en mí ¿Por qué preguntas? —Elsa se notó preocupada.
—Creo, que después de lo ocurrido, no debería guardarte secretos...
— ¿Qué? ¿De qué hablas? —Elsa dijo confundida.
—Lo único que sabes es que me separé de Rapunzel porque las cosas no salieron bien con ella ¿Verdad? —Jack miró a Elsa y ella asintió—, bueno... no te he dicho lo sucedido en realidad...
—Soy toda oídos —dijo Elsa con firmeza.
—Los dos últimos años de la universidad me hice novio de Rapunzel, acabando la universidad le propuse matrimonio y todo iba bien, digo, conseguí esta casa y ambos teníamos un trabajo estable—Jack pasó una mano por su cabello— y bueno...
— ¿Después?
—Sígueme —Jack, bajó del banco y caminó a una habitación cerrada con llave, al abrirla dejó ver una habitación casi destruida con cosas para bebés—, esto...
— ¿Tú y ella...? —Elsa insinuó recibiendo un "si" por Jack— ¿Dónde está?
—En el cementerio —respondió Jack dejando a Elsa atónita—, si, no fue la mejor manera de decirlo pero la verdad —Jack entró a la habitación y pasó su mano por el barandal de la polvienta cuna—, después de unos meses de casados estábamos esperando a nuestro primer bebé, todo estaba planeado y marchaba bien, incluso después del parto todo pasó con normalidad —el castaño hizo un pausa—, una noche, ambos nos despertamos por un ruido extraño en el monitor del bebé...
—Tranquilo... —Elsa puso su mano en el hombro de Jack.
—Nos dimos cuenta que se estaba ahogando, rápidamente tomé el auto y fuimos al hospital —rio poco—, increíblemente tenía auto, como sea. Al llegar, los pediatras hicieron lo posible pero solo logramos despedirnos de él, Christopher, así se llamaba. Después de su muerte el matrimonio se fue abajo, Rapunzel solo venía a destrozar cada cosa de la habitación del bebé, gritaba y hacía cualquier cosa por alejarme y es obvio, no era fácil aceptar la muerte de tu hijo. A pesar de ello, traté de hacer lo posible para mantenernos juntos y claro, todo fue en vano, cuatro meses después de lo sucedido llegó a la casa con Flynn diciendo que era su nueva pareja y no sé cuántas cosas más; tuve que vender el auto y ciertas pertenencias para poder pagar el divorcio.
—Lo siento mucho Jack, debió y debe ser algo duro —consoló Elsa.
—Me encuentro bien, es decir, me siento como el gran fracaso de la familia y de mis amigos, pero estoy bien. Amé a Rapunzel y no puedo odiarla por lo que hizo pero no estaría dispuesto a volver con ella ni pelear por ella. No pensé que iba a decir esto, pero me has devuelto esa chispa que perdí... —Jack mordió su labio nervioso por la siguiente reacción de Elsa—, entiendo que quieras alejarte y no querer saber nada de mí o creer que sigo siendo un hombre atormentado por el pasado...
Elsa sin responder, recorrió cada centímetro de la habitación, observando la pared con una pintura seguramente hecha por Rapunzel.
— ¿Por qué no te has desechado de las cosas? —preguntó Elsa mirando la pintura.
—He buscado donde donarlas, pero antes de eso debo repararlas y claramente no he encontrado el tiempo suficiente, además, Rapunzel se pondría como loca si ve que me deshago de las cosas así como si nada —Jack rodó los ojos.
—Veo que te hace la vida miserable, sin ofender —dijo Elsa.
—No te voy a mentir, a veces marca diciendo que cuidado y venda las cosas o como sucedió hace meses, iba a ser un año a que él bebé murió y me obligó a hacer un convivio y cosas así para que al final no asistiera, ni siquiera sé que busca.
—Parece que ella es la que sigue atormentada del pasado, no la juzgo, no he vivido algo parecido a perder un hijo —Elsa suspiró y regresó con Jack— ¿Has pensado en vender todo esto a ella?
—La verdad no —Jack rascó su nuca—, podría plantearlo.
—Podría ser una opción, entiendo que ambos aún puedan estar en duelo pero Rapunzel ya no tiene por qué influir en tu vida en este tipo de decisiones ¿Me explico? —La rubia miró a Jack—, si quieres mi apoyo te lo daré ¿Sí?
—Gracias, creo que esto resultó mejor de lo que pensaba —Jack rio nervioso.
— ¿Creíste que reaccionaría diferente?
—Un poco, pensé que ibas a dejarme y olvidarme, si, suena muy exagerado —sonrió tímidamente Jack.
Domingo 28 de noviembre —15:25pm.
— ¡Mi pie! —gritó Jack riendo.
— ¡Perdón! ¡Tengo dos pies izquierdos! —justificó Elsa.
Timber sonaba en las bocinas que acompañaban a la televisión de la casa de Jack. Ambos hacían una autentica competencia de baile en Just Dance. El mes trascurrido ha sido lo más similar a una vida cómoda y tranquila; tal vez, el éxito de su relación fue la perfecta complementación.
— ¡Ja! ¡Gané! —Festejó Jack.
—Necesito práctica —reclamó Elsa.
—Uy ¿Vas a enojarte? —preguntó burlón Jack.
La rubia dio la espalda cruzándose de brazos.
—Oh, vamos —Jack se acercó a ella.
Elsa, aventó a Jack al sillón colocándose encima de él.
—Es broma ¿Cierto? —el chico miró a la hermosa rubia encima de él.
—Sí —rio Elsa— no me enojaría por perder en un juego —dio un beso en sus labios.
—Eres una manipuladora —Jack reclamó, sin embargo, dejó de hablar al sentir unas manos subiendo por su abdomen debajo de su playera—, aunque no tendría problema en dejarme manipular...
Ambos soltaron una risa juguetona. El sonido de un celular interrumpió el apenas iniciado momento para ambos.
—Creo que es tuyo —Jack estiró su mano y alcanzó las pertenencias de Elsa para poder otorgárselas.
—Gracias querido —la chica besó la mejilla de Jack. De su bolso, sacó su teléfono respondiendo la llamada de su padre— ¿Sí?
—Elsa, necesito que vengas a la casa, debo hablar unos temas importantes contigo —declaró su padre al otro lado de la llamada.
—Padre, estoy ocupada, lo siento. —respondió Elsa.
—Tienes que venir y ahora, tienes una hora. —finalizó Agnarr la llamada.
—Deberías ir —comentó Jack—, no quieres problemas con él.
—Sí, tienes razón —la chica volvió a ponerse de pie y arregló su bolso—, el próximo Just Dance será en mi apartamento.
—A tus órdenes —Jack se puso de pie y la despidió con un beso—, nos vemos luego y suerte con tu padre.
—Gracias por la suerte, adiós.
Elsa, después de ello se dirigió a la casa de sus padres. Al paso de algunos minutos, dejó el auto dentro del garaje y fue en dirección a su padre.
— ¿Padre? Pensé que estarías en tu oficina —Elsa detuvo su andar al ver a su padre en la sala.
—Es bueno salir de la oficina de vez en cuando, toma asiento por favor —su padre dijo firme.
— ¿Qué es eso tan importante que tenías que decirme? —Elsa tomó asiento en el sillón enfrente de su padre.
—Creo que te he educado bien, con buenos valores y principios, aún no puedo creer que no nos hayas informado sobre ese tal Jack —comentó Agnarr.
—Tenía pensado en decirles pasando un tiempo, creí que estabas demasiado ocupado en el trabajo pero ahora veo que estabas ocupado indagando sobre mi vida privada —replicó Elsa.
—Sé que tu madre me habló sobre respetar tu privacidad y decisiones —Agnarr aclaró la garganta—, pero no puedo arriesgarme a poner en juego la empresa ¿Entiendes?
—Y ahí vamos otra vez —Elsa soltó un bufido—; entiendo perfectamente lo que dices y creo que es momento de aclarar esto ¿No crees? Soy mayor de edad y puedo decidir sobre mi vida y no estoy dispuesta a dejar mi felicidad para complacerte a ti, padre.
—Sabía que dirías eso y no he tenido otra opción que ponerte un ultimátum —Agnarr tomó un portafolio de la mesa de centro y lo entregó a Elsa—. Nuestra empresa familiar se ha dedicado a la administración de grandes hospitales, y como hija has podido gozar de ese privilegio, tanto, que eres requerida para cubrir excelentes plazas de empleo —Agnarr suspiró—, sin embargo, todo tiene un costo. Al abrir el portafolio encontrarás una carta que plantea dos escenarios, el primero es dejar a ese muchacho con quien te ves y sigues gozando de los privilegios o rechazas a todo privilegio incluyendo herencia, plazas de empleo en hospitales.
—¿¡Qué?! ¡No puedes hacer eso! —Exclamó Elsa— ¡Entiendo que estés enojado, pero no tienes derecho a hacerme esto!
—Puedo y lo haré —recalcó Agnarr.
—Admito que el renombre Arendelle me ha ayudado bastante en conseguir buenas plazas de empleo, pero no ha sido el cien por cien; esto que he hecho ha sido gracias a mi talento y pasión por lo que hago, no por el estúpido apellido Arendelle —Elsa aventó el portafolio de regreso a la mesa del centro—, no aceptaré esto.
—Piensa bien lo que te dije, tienes como mínimo 48 horas para dar una respuesta —Agnarr volvió a entregarle el mismo portafolio— por favor, tómalo y espero tu respuesta.
Elsa tomó el portafolio levantándose del sillón.
— ¿Qué hice mal para merecer este trato tuyo? —Preguntó—Decías que estabas orgulloso de mí, de lo que he logrado y de lo que soy ¿Por qué una pareja tiene que cambiar eso que pensabas?
Agnarr guardó silencio mirando a su hija. Elsa, sin respuesta, fue al garaje montando su auto y saliendo de la casa de sus padres. Al primer alto de la calle, explotó en llanto apoyando sus manos en el volante, un grito salió desde el fondo de su garganta, la mezcla entre tristeza y frustración incitaban a Elsa a querer arrancar su cabello.
— ¡Mierda! —dijo arrancando.
Su corazón claramente renunciaba a todo con tal de ser feliz, pero por otro lado, sabía lo que era capaz su padre, sabía que le haría sufrir y lastimaría de alguna manera a todos los que la rodean para que en algún momento ella reconociera que estaba equivocada, tan solo de pensar aquello le aterró. Manejó camino a la casa de Jack, sabía que aún se encontraba ahí.
Al llegar, Elsa bajó de su auto y camino a la puerta de él. Después de tocar, Jack abrió la puerta.
— ¿Pasó algo? Tienes los ojos hinchados —Jack miró preocupado a Elsa.
—Necesito hablar contigo... —dijo Elsa con voz quebrantada.
—Bien —el chico se hizo a un lado dejando pasar a Elsa y cerrando la puerta después de ella.
—Tengo que decidir... —Elsa suspiró—, debo escoger entre estar contigo o renunciar a ti...
— ¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Jack.
—Su estúpida riqueza, si escojo no estar contigo yo no seré afectada en mi trabajo ni en nada, pero si acepto estar contigo mi padre me quita todo, hasta la posibilidad de tener trabajo y lo más seguro es que te hará sufrir a ti... —Elsa sollozó— quiero escogerte, eres mi única opción pero no quiero ponerte en peligro a ti o a tu familia, no quiero que mi padre haga algo en contra tuya...
Jack quedó atónito, tan solo miró a Elsa sollozando sin poder hacer nada, todo su cuerpo estaba completamente estático; por otra parte, Elsa no paraba de sentir como cargaba el mundo sobre sus propios hombros, no quería ser responsable de algo más grande.
—Elsa, siéntate... —reaccionó Jack invitando a Elsa a sentarse en el sillón de la sala.
— ¿Qué hago...? —Preguntó la rubia sentándose junto a Jack.
—No lo sé... —respondió.
Elsa recargó su cabeza en el hombro de Jack llorando aún más. Él la amaba y haría lo que fuera para que ella no sufriera "en el amor se han hecho grandes sacrificios" pensó "pero todo ha acabado mal". Jack sabía la respuesta y la solución a esto, esto tendría un precio y sería demasiado difícil de aceptar para ambos.
—Elsa... —Jack tragó saliva—, lo mejor sería separarnos...
— ¿Q-qué? —Elsa limpió sus lágrimas incorporándose mirando a Jack—, estás jugando Jack.
—No —Jack negó—, te amo y quiero estar a tu lado, pero jamás podré darte lo que mereces —tomó las mano de Elsa—, no pienso arruinarte la vida...
— ¡No digas estupideces! —Gritó la chica alejando su mano— siempre te has fijado del dinero y del como vivo, pero eso para mí no tienen nada de interés ¡Nada!
— ¡Entiéndelo Elsa! —Gritó de igual manera Jack—, tu vida entera depende de esto, la cardiología es tu pasión y no pienso que la dejes por mí. Estoy seguro que afuera encontrarás a alguien que llegue al nivel que tu padre requiere, podrás volver a enamorarte y eso te lo aseguro... El dinero no importa, eso es verdad, pero no podemos vivir de esto para toda la vida...
—Ja... No puedo creer que hagas esto —Elsa se levantó y caminó de un lado a otro masajeando sus sienes—, no me sirve tener todo eso si no estoy feliz.
—Nadie vive de la felicidad —dijo Jack, regañándose internamente, jamás quería decir eso, pero Elsa jamás aceptaría dejarlo si él no presionaba.
—En otra vida yo podría ser tu chica ¿sabes? —replicó Elsa.
—No comiences a citar tus canciones, seguramente en otra vida las cosas serían igual o incluso viceversa. Esto me duele igual que a ti, Elsa, poniéndonos en el lado poético no sabría cómo hacer para que mi corazón siguiera latiendo... No quiero esto, pero debemos separarnos por el bien de ambos... ¿Para qué hacernos daño?
—Tú... estás tomando la decisión incorrecta... —Elsa sollozó—, no hagamos esto, por favor...
—Es la decisión correcta, renuncia a mí Elsa y yo renunciaré a ti, no te buscaré y no te llamaré; tienes una vida por delante que debes disfrutarla, en el futuro verás grandes logros que jamás creíste hacer. No seré una piedra en el camino —Jack hizo una pausa para evitar soltar en llanto— esto es todo...
Jack miró atento como Elsa llevaba una mano a su boca mientras gruesas lágrimas resbalan por sus ojos, su corazón se comprimió, se juró mentalmente nunca hacerle daño pero le fue imposible. Esperaba un "te amo" de la boca de Elsa, pero no sucedió, ella tomó sus cosas y salió de la casa sin decir una palabra. Jack miró al techo con un gran resoplido para inmediatamente soltarse a llorar, sintió que cometió el peor error de su vida pero tomó la mejor decisión.
Martes 4 de enero 2022 —9:10am.
— ¿Sí? —Jack contestó el teléfono que interrumpía su desayuno.
—Hola Jack, soy Rapunzel —una voz femenina contestaba del otro lado del teléfono.
— ¿Qué quieres? —preguntó Jack fastidiado.
—No te enojes, yo, pensé en lo que me dijiste hace unos días y creo deberíamos hablar de esto a profundidad ¿Te parece si te invito un café hoy a medio día?
Jack suspiró hondo, hace días, antes de navidad, habló con Rapunzel sobre la posibilidad de vender las cosas del bebé; aquella decisión se debe a Elsa, ella había dado miles de opciones para que él pudiera vivir en paz. Aún después de un mes, Elsa seguía rondando por su mente.
—Claro, dime en dónde nos vemos y estaré ahí —confirmó Jack a la petición de Rapunzel.
12:25 am.
—Llegaste temprano —dijo Rapunzel sentándose enfrente de Jack.
—Odio la impuntualidad —contesto Jack mirando a Rapunzel—, no te odio pero no puedo soportar llegar un minuto después a cualquier lugar que me citan.
—Perdón señor tiempo —bromeó Rapunzel.
Elsa había cambiado por completo su estilo de vida, ahora él odiaba llegar tarde a cualquier lugar.
— ¿Quieres un expreso?—preguntó Jack acordándose de la bebida que acostumbraba Rapunzel a tomar.
—Claro —dijo Rapunzel y Jack pidió uno al mesero más cercano—. Bueno, estuve pensando esto y no estoy muy segura de querer vender todo.
— ¿Por qué no? —El castaño cuestionó—, escucha, no puedo seguir teniendo ahí las cosas, no porque esté harto de tenerlas simplemente no tiene sentido que sigan ahí.
—Lo sé, pero, no creo que sea tiempo— respondió Rapunzel.
— ¿Tiempo? Rapunzel, te he dado más de un año para pensar sobre esto, no puedes seguir así ¿sabes?, tampoco puedo seguir esperándote para que me des respuesta —explicó Jack—, si no me dices que hacer ahora, venderé todo. Invertí ya tiempo y dinero en ello, creo que es lo más justo.
—Jack, no te pongas agresivo conmigo —amenazó Rapunzel—, dame unos meses más.
—No puedo, en serio, tengo vendedores que están interesados en adquirir las cosas, en especial la cuna —Jack suspiró—, Christopher ya no está y no tiene sentido seguir guardando todo. Estás poniéndome trabas en esto, si no quieres que venda las cosas a otra persona entonces llévatelas, te las doy y sin precio alguno.
—Has cambiado —Rapunzel cambió de tema—, gracias —agradeció al mesero quien dejó el café enfrente de ella.
—No cambies de tema por favor, no estoy interesado en hablar otros temas —dijo Jack.
— ¿Qué pasó contigo? —preguntó la rubia.
"Elsa" respondió mentalmente Jack, aquella chica le había cambiado la vida por completo en unos meses. Aún pensaba en ella y siempre se preguntaba sobre qué hará Elsa ahora que no están juntos ¿Le está yendo bien? ¿Lo odia? Elsa le enseño a siempre seguir adelante y no estancarse, y aquello quería ponerlo en marcha, sin embargo, pareciera imposible tratar con Rapunzel.
—Pasó que pensé las cosas bien, quiero de verdad seguir adelante pero no me lo permites, quiero hacer miles de cosas en esa casa —respondió Jack.
—Aún recuerdo cuando podíamos hablar sin necesidad de poner algo de por medio —suspiró Rapunzel—, no puedo asimilar que otra persona tendrá las cosas de nuestro bebé.
—Sé que para ti debe seguir siendo difícil, pero siento que ambos hemos seguido con nuestras vidas sin que él se interponga —reflexionó Jack.
—Lo sé, y aún no puedo creerlo —acertó Rapunzel—, bien, vende las cosas...
—Está bien, dividiremos el dinero en partes iguales —concluyó Jack.
—Sí, pero, solo quiero que me respondas una última cosa, ya que, seguro es será la penúltima vez que nos veamos y la próxima solo será una visita rápida —Rapunzel tomó la mano de Jack.
—Claro, te respondo lo que quieras —él la miró.
— ¿Estás seguro que tú has superado esto? —Preguntó la rubia—, admito que no quedamos bien pero quiero saber si esto lo haces porque de verdad vas a seguir adelante o simplemente no has salido de ello.
—Creo que la misma pregunta va hacia ti —respondió Jack— Porque siempre me diste a entender que jamás lo superaste y por eso no me dabas la autorización a vender las cosas.
—Te responderé primero, yo superé lo nuestro y me costó aceptar que yo fui madre una vez pero al final lo hice. No te daba el permiso porque sentía que me alejaría de aquello físico que aún tenía sobre el bebé y ahora te doy el permiso porque tienes la boca llena de razón, inconscientemente te ponía trabas para que siguieras adelante y ambos hemos continuado sin que él esté en nuestras vidas —respondió la chica.
—Entiendo —Jack bufó—, créeme, te amé y te valoré como nunca, pero todo tuvo un final y me quedo con los buenos momentos que pasamos, yo los superé a ambos a ti y a Christopher, esto lo hago porque quiero darme otra oportunidad —Jack tragó saliva—, dejé ir a la persona que amaba, la persona que me enseño que podía volver a amar, la perdí no por esto sino por otras cosas, pero así como yo creo que ella está rehaciendo su vida, creo que yo también me lo merezco.
—Elsa ¿Cierto? —Rapunzel preguntando dejando al castaño boquiabierto—, tranquilo, los rumores corren, lamento que hayas terminado con ella, sé que fue tu mejor amiga y en su momento tu pareja.
—Sí, si no tenemos otra cosa de qué hablar, creo que es momento de que me vaya, el café ya está pagado, no te preocupes de ello —Jack se levantó de la mesa.
—Jack —Rapunzel lo detuvo—, vuelve con ella, me enteré que su padre la amenazó con quitarle todo, pero sé que ambos si lo piensan y lo intentan lograrán salir adelante. No tengas miedo de sentir que vas a fracasar porque créeme que jamás has fracasado —dijo—, jamás lo hiciste como esposo, como padre y como amigo.
—Gracias Rapunzel... Gracias —Jack sonrió mirando a su ex esposa, aquello le había devuelto los ánimos, pero en su interior, aún sabía que no sería posible, sin embargo, agradecía el comentario lleno de razón de Rapunzel.
Ambos se despidieron de un abrazo y Jack salió de la cafetería. Miró el reloj en su muñeca, marcaba una excelente hora para dar un recorrido al parque e ir a su trabajo. En el camino, sintió ser seguido por un auto, sin tomarle importancia siguió su camino, pero el sonido de un claxon no lo dejaba tranquilo.
Jack se detuvo y vio a un auto detenerse enfrente de él.
— ¿Anna? —Jack preguntó mirando a Anna en el asiento de copiloto.
—Sube —indicó Anna— ahora y sin excusas.
—No, déjame en paz —dijo Jack.
— ¡Ahora Frost! —gritó molesta la pelinaranja.
Jack gruñó y abrió la puerta del copiloto, sin embargo, Anna le indicó que subiera a la parte trasera del auto. Al entrar, encontró a una persona del otro lado del asiento trasero, su cabello café apenas era distinguible dado a la poca luz que dejaban entrar los vidrios polarizados.
—Perdón —Jack se disculpó cerrando a puerta— ¿Me puedes explicar que es esto, Anna?
—Madre, él es Jack, Jack mi madre —respondió Anna.
Un escalofrío bajó por la médula espinal de Jack.
—Señora Arendelle, un gusto —saludó Jack extendiendo su mano.
—El gusto es mío Jack, tranquilo, no actúes con formalidad, hablemos normal y dime Iduna —Iduna miró a Jack— tengo por entendido que estabas saliendo con mi hija.
—Sí, señora, digo Iduna... —Jack golpeó su frente—, tonto —se murmuró a sí mismo.
—Tranquilo Jack, no te va a pasar nada —comentó Anna desde el asiento del piloto.
—Es imposible no ponerme nervioso, parece como si estuvieran secuestrándome —alegó Jack.
—Es una charla rápida —Iduna soltó un suspiro—, sé lo que hizo mi esposo, lamento que te haya puesto en una situación difícil.
—Tan sólo... dígame como está Elsa —pidió el castaño.
— ¿Qué te puedo decir? Sigue trabajando pero parece un muerto viviente, es como si hubieran arrancado su chispa, su alegría, todo.
—No quería que llegara a eso... —Jack frunció los labios—, no lo hice con intención...
—Lo sé, conozco el contenido de ese portafolio, dime ¿Por qué tomaste esa decisión? —pregunto Iduna.
—Creo que fue lo mejor, yo no quería que Elsa fuera perjudicada con algo que tanto le ha costado obtener, supongo que traté de ahorrarle muchos problemas —respondió Jack—, además, no creí que tuviéramos otra solución.
—Sabes que Elsa quería lo contrario y lo sé sin siquiera que ella me lo contara —Iduna se acomodó en el asiento—, Agnarr es un hombre bastante orgulloso como para aceptar que Elsa puede valerse por sí misma con o sin apoyo de la familia o de alguna pareja, y así lo ha sido desde que era niña, es demasiado independiente.
— ¿Por qué usted no ha hecho algo? Hasta donde sé, el papel de una madre es defender y apoyar a sus hijos —Jack replicó.
—Tienes la boca llena de razón —un semblante melancólico apareció en el rostro de Iduna.
—Lo siento, y-yo...
—Tienes razón, no hice algo por ella —pausó un momento—. Pero tengo una solución a esto, espero que estés dispuesto a hacerlo.
— ¿Qué? —Jack preguntó confundido. De un momento a otro, el auto se estacionó dentro de la casa de los padres de Elsa— ¿Qué estamos haciendo aquí?
—Si estás dispuesto a pelear por Elsa, hazlo y la mejor forma es que hables directamente con Agnarr, no te dejaré solo, haré todo lo que tenga a mi alcance para convencer que no tome represalias con ustedes, pero quien debe convencerlo eres tú.
—No creo que pueda... —Jack miró sus manos—, las cosas tan solo se complicarían.
—Podemos dejarte solo si lo necesitas —Anna sugirió.
"¿Será correcto? ¿Qué tal si empeoro más las cosas?" pensó Jack "Aunque también pueda ayudar al próximo que se acerque a Elsa".
—Puedo intentarlo —tragó saliva Jack.
Ambas mujeres sonrieron cálidamente a Jack, al bajar del auto, Iduna guió a Jack hasta la oficina de Agnarr, con dos toques en la puerta, Iduna abrió la puerta dejando ver a un hombre leyendo una gran cantidad de papeles.
—Agnarr —dijo Iduna adentrándose a la oficina.
— ¿Sí? —preguntó sin dejar de mirar los papeles.
—Necesito algo de tu tiempo, y no acepto un "no" por respuesta —la voz de Iduna era fuerte sin dar paso a una discusión.
Agarr bajó los papeles y concentró su atención en su esposa; Iduna dejó pasar a Jack quien entró con temblor en las piernas y sentía como su estómago se revolvía.
— ¿Qué hace él aquí? —preguntó Agnarr levantándose de su asiento.
—Solo vengo a hablar —respondió Jack—, si es que usted me lo permite.
—Por supuesto que no, mi tiempo es preciado y deseo invertirlo de manera fructífera —dijo el pelinaranja.
—Agnarr, se trata de nuestra hija —intervino Iduna.
— ¡Ella está perfectamente bien! —Gritó Agnarr—, le tomará tiempo volver a su vida normal, es cuestión de ser pacientes con ella.
—No hay peor ciego que el que no quiere ver —dijo Jack—, no sé cómo puede estar tan calmado cuando su hija está sufriendo.
—Eso es por tu culpa, debiste dejarla en paz desde el primer momento en que se vieron —replicó el hombre—, tan solo trato de protegerla.
— ¿Protegerla de quién? No soy ningún ladrón, narcotraficante o violador ¿De quién la protege? —Cuestionó el castaño—, sé perfectamente que Elsa es capaz de ver por sí misma, no necesita de nadie que la cuide o la vigile.
—Cómo padres haces grandes sacrificios por tus hijos. Cómo padre, tienes que hacer todo para que tu hijo siga por el buen camino y eso he hecho hasta ahora, no me arrepiento de nada.
—No creo que usted esté haciendo un sacrificio ni oriente a su hija. Perdí a mi madre hace mucho, pero en el tiempo que ella vivió jamás se interpuso en mis decisiones y si me equivocaba ella estaba ahí sin la necesidad de juzgarme o castigarme por lo que hice. La obligación de un padre es proteger a su hijo, es ver por él, no cuartar su vida —defendió Jack—. Si tanto cree que la protege ¿Qué hizo estaba cuando ella le confesó lo vivido con Hans?
—Te prohíbo que me hables así —amenazó Agnarr.
—Lo siento, pero no puede prohibirme nada, no soy alguien de su familia para que usted pueda callarme —Jack tragó saliva—, amo a Elsa y podrá obligarla a que se aleje de mí de cuantas formas quiera pero eso jamás hará que la deje de amar.
—No eres de su clase —Agnarr soltó una risa—, tan solo mírate muchacho.
— ¿Cuál es la necesidad de unirla con alguien de su clase? ¿Negocios? ¿Para qué quiere unir acciones con otra empresa que va a quitarle la mitad de su dinero? Ya que todo será compartido ¿No? —Cuestionó Jack—, ¿Tiene miedo que no pueda darle una vida de calidad a Elsa? Déjeme decirle que si pensaba eso, está en un error, su hija es independiente y conociéndola no dejará que nadie la mantenga a ella, ni siquiera tengo pensado en mantenerla porque sé de lo que es capaz.
—Mi hija se merece algo mucho mejor.
— ¿Creé que lo mejor para ella es unirla con un violador y abusador? ¿Qué pasará cuando ese hombre no se controle y explote? Si usted no la defendió en su momento menos hará algo por ella cuando suceda eso. No seré el mejor partido, pero jamás le pondría una mano encima a Elsa sea por celos, envidia o enojo —el castaño miró al pelinaranja—, ¿Cuál es la necesidad de hacerle sufrir?
—Apoyo a Jack, Agnarr. Les diste todo a nuestras hijas y míralas ahora, son todo lo que alguna vez quisimos para ellas —Iduna caminó hacia Agnarr—, mi amor, no puedes tener el control de ella, acepta que Elsa no depende de ti, tan solo quiere tu apoyo.
— ¿Crees que él le puede dar felicidad? ¿A caso ya lo viste? —Reclamó Agnarr—, tengo fé que encontrará a alguien más.
—Jack es buen muchacho y si Elsa es feliz con él, no tengo nada más que pedir —contestó Iduna—, no la defendí en muchas ocasiones y me arrepiento y jamás podré corregir mis errores; pero ahora pienso hacer algo por ella.
—Es una tontería esto —comentó Agnarr—, no te acerques a Elsa.
— ¿Qué dice? ¿Qué me acerque? —Jack preguntó.
—No lo hagas, deja a mi hija en paz —amenazó Agnarr al castaño—, si lo haces, Elsa sufrirá las consecuencias.
—Escuche, cometí un error en no contarle a Elsa mis sentimientos desde la universidad, cometí otro error en dejarla ir pensando que no podía pelear por ella como ahora lo hago... no pienso tener otro error, no pienso perderla, porque fue la única persona en el mundo que ha recuperado mi chispa y color en esta vida. No me importa ser humillado por ustedes o por cualquier otra persona, pienso estar a su lado y tenga por seguro que estaré ahí para enfrentar cualquier problema de usted —Jack caminó a la puerta de la oficina—, debo irme, Elsa está a punto de salir de su turno y no pienso perderle.
Jack salió de la oficina dejando a Agnar con la boca abierta. Para la buena suerte del castaño, Anna estaba cerca quien rápidamente aceptó llevar a Jack al hospital donde trabajaba Elsa.
— Ya estamos por llegar —chilló Anna emocionada.
— ¿Hice mal? —preguntó Jack.
— ¡Claro que no! ¡Estoy tan feliz por ustedes! —gritó Anna.
—Elsa me odia, lo sé —dijo Jack con voz temblorosa— ¡Ah, odio los malditos nervios!
—Respira hondo —Anna trató de tranquilizar.
—Respiraré hondo una vez acabando esto...
Al llegar al hospital, Jack tomó valor y bajó del auto rápidamente para entrar a la recepción, pidió un pase de visitante y aún con tiempo recorrió la sala de espera y los consultorios en busca de Elsa, preguntando a cada persona con bata o traje médico.
— ¿La Doctora Elsa Arendelle? —preguntó Jack a un camillero del lugar.
—Atiende una consulta en urgencias —respondió el hombre.
Con un "gracias", Jack corrió al área de urgencias y entre todas las camas buscó a la rubia.
— ¿Jack? —una voz femenina aparecía a su lado— ¿Sucede algo? ¿Te ves agitado?
El castaño, al darse la vuelta encontró a la chica responsable de esta ocurrencia, los nervios lo paralizaron por completo, que solo pudo sentir el suave tacto de la mujer quien lo llevaba a una camilla.
— ¿Jack? Responde —Elsa hacía típicas preguntas de rutina.
—Elsa, Elsa —Jack detuvo la mano de la chica que intentaba sentarlo en la camilla— Y-yo...
— ¿Necesitas una consulta? —preguntó Elsa.
—Elsa no puedo vivir sin ti... —soltó Jack—, es algo idiota venir a buscarte a tu trabajo para decirte esto, pero no puedo permitir que pase otro día sin que lo sepas. No puedo vivir sin ti Elsa...
—Jack... no... —Elsa intentó alejar su mano.
—Eres la única persona que me hace sentir todas las cosas que yo creía que nunca podría volver a sentir con nadie, cometí un gran error y me arrepiento y estoy haciendo lo posible para arreglarlo. Fui un tonto pensar que podría poner lo material antes que lo sentimental y ahora estoy más que decidido para hacer todo contigo... —Jack puso la mano de Elsa en su pecho.
—Sabes que esto no puede ser... no es posible —Elsa apretó los labios.
—Lo sé y antes estaba asustado por todo lo que podría pasar si aceptabas seguir conmigo, pero ahora no... Elsa, no me importa ser humillado por tu padre o tus amigos, no me importa en absoluto sufrir cada consecuencia... —Jack acaricio la mejilla de Elsa—. Quiero estar contigo, quiero estar acompañándote en cada paso que des, cuando tengas un éxito o fracaso quiero estar ahí para ti para abrazarte y darte todo mi apoyo incondicional... —Jack rió nerviosamente—, deseo que seas la persona que me obligue a ver series y hacer las cosas más tontas del mundo...
—Pero mi padre... —Elsa susurró dejando deslizar unas lágrimas por su rostro.
—Está enojado, hablé con él —Elsa abrió la boca a la respuesta de Jack—, no está nada contento, pero si me lo permites, te acompañaré para enfrentar todos los problemas... No pienso dejarte ir de nuevo, no por tercera vez...
Ambos se quedaron en silencio, tan solo era escuchable la respiración acelerada de Jack y los sollozos de Elsa. Pareciera como si el resto del mundo se hubiera detenido, pero la verdad, es que solo observaban la escena tan inusual que causaba la pareja.
— ¿Estás seguro de esto? —Preguntó Elsa mirando a los ojos de Jack— ¿Estás seguro que no te arrepentirás?
—Podré arrepentirme de otras menos de esto —respondió el castaño con un suspiro—, perdóname de mis tontas acciones...
—Siempre te perdonaré —ella dedicó una dulce sonrisa—, dijiste todo lo que quería escuchar.
Sin pensarlo, Elsa atrajo el rostro de Jack para unir sus labios con los de él, alcanzaban escuchar gritos y aplausos al fondo lo que generó una risa en ellos.
—Somos tan clichés... —susurro Jack.
—Amo que lo seamos—respondió Elsa besando la mejilla de Jack.
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Yo sé, es un asco :"v pero espero que a algunos les haya gustado :3
Gracias a todos los que me apoyaron y me dieron ánimos a terminar este mini proyecto :3
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