Querido Jefe
Judy
Alistar Krei un Genio, millonario, Playboy filántropo, y desgraciadamente mi jefe quien me da un trato inhumano.
Además de ser un despota, arrogante, y un mujeriego depravado. Cómo con Liv Amará la ex empresaria en sus días universitarios o con su breve romance con la tía del líder de los grandes héroes hace menos de un año.
Simplemente él es el tipo de persona que nadie quisiera tener como marido pero aún no sigo comprender en el momento que me enamoré de ese soberbio hombre.
No sé si fue porque odio conseguir trabajo, por su intensa fortuna que posee o por aquella encantadora Navidad que pasamos junto con mi familia.
Desde entonces algo en el me hizo verlo de otra manera, además de que nadie de mi familia se trago ese cuento que mi jefe me acompaño a mi casa, con mi familia y en Navidad. Por más que les di la misma explicación hicieron caso omiso y le dieron una cálida bienvenida a la familia, aunque Krei pensó que era su forma habitual de comportarse.
Recuerdo que pase todo el fin de semana roja como un tomate y tensa como un muerto. Aunque claro mi jefe al igual que la mayoría de hombres es tan ciego como un topo que no se ha percatado de mi repentino cambio de actitud, mi cambio de vestimenta, o mi ligero coqueteo que tengo con él.
Me llevo como medio año darme cuenta de mis sentimientos hacia Krei, pues era demasiado confusos incluso para mí misma. Y cuando los comprendí, fue que empezó mi jugada pero después de todos mis intentos fallidos empezaba a darme por vencida y pensar que me quedaría sola, porque siempre en el amor me ha ido mal que no era de sorprenderse que otra vez sucediera el mismo patrón.
Pero una ardua tarde de trabajo, justo a las 7:00 pm mi jefe me llamó a su oficina. Suponía que era para un informe o una petición ridícula pero lo que nunca me imaginaba era encontrarlo sentado en su escritorio bebiendo y llorando.
Ver a una persona como él en ese estado era algo que no se veía todos los días, y lo que más me sorprendió fue su humanidad que emanaba. Debajo de esas capaz de arrogancia había una persona como cualquiera y eso es algo que ni todo el dinero del mundo podía cambiar.
Pero no podía quedarme hay parada, así que salí rápidamente de mis pensamientos y me concentre en articular alguna palabra antes de que el lo notará pero claro disimulando mi asombro.
- Me llamo señor. Fue lo único que se me ocurrió decir.
- Claro que si Judy, acércate por favor.
Me había llamado por mi nombre, cosa que nunca hacia, definitivamente estaba ido, pero aún así me acerque hacia él.
- Le sucede algo señor, ¿quiere que llame a alguien en específico?
- No, sólo te llamé porque necesito la compañía de otro ser humano y no tengo a nadie más que tú.
Sólo asentí y me acerque a su lado sin decir más, lo deje desahogarse libremente. Al poco rato desde que empezó a llorar, le di unas palmadas la espalda y brindándole palabras de aliento.
Cuando se calmo creí que se habría acabado pero lo que pasó después me dejó sin aliento.
Sentada a su lado el se acero a mi tanto hasta juntar sus labios a los míos, impactada ante tal acto solo me quedé como estatua. Pensando en que su acción fue debido a lo borracho que estaba, pero aún así la sensación que sentí me fascino.
- Judy, me dijo tomándome de las manos. Eres la única persona en mi vida que realmente aprecio, y no solo como mi asistente más leal sino como algo más.
No sabes lo arrepentido que estoy de haberte tratado mal durante muchos años, es que no conozco otra cosa. Pero a pesar de eso siempre me has tratado con respeto. Y me preguntó ¿si puedo ser digo de tu perdón?
- Señor Alistar ¿es verdad todo eso? Porque la verdad era difícil de creer ver a una persona tan sinica arrepentirse de repente por años de desprecio y humillación.
-Claro que si Judy. Me lo dijo con una mirada de completa sinceridad qué era difícil dudar de él.
-si, fue lo único que pude atinar a decir antes de que nuevamente se acercara a mí, solo para juntar nuestros rostros en un casto beso que está vez correspondi. Fue tan magnífico, mejor de lo que había imaginado.
Así nos continuamos besando, cada vez más intensos. Tanto que mejor me senté en su regazo para gozarlo más. Y ahí fue que los besos se volvieron más apasionados y fueron subiendo de nivel.
El bajo hasta mi cuello y comenzó a depositar unos besos en él, se sentía tan placentero que quería que continuará aunque a la vez me preguntaba si era lo correcto. Pero sentir su cuerpo tan cerca del mío no tenía precio alguno, que mejor decidí seguir mis instintos.
Y así poco a poco las prendas se fueron desprendiendo, nos entregamos uno al otro, los gritos de placer que el me hacía dar eran espléndidos, así como el verlo disfrutar de mi, y fue así que pasamos una noche apasionante en aquella oficina que se convirtió en nuestro nidito de amor en más de una ocasión.
Luego de ese encuentro pasional las cosas cambiaron, cada que iba a su oficina a dejar un documento o aviso, Alistar me lanzaba una mirada pícara que usualmente terminaba con caricias de por medio.
Al principio sólo satisfacismos nuestros placeres como amantes pero lentamente nuestra relación mejoraba. Él me invitaba a cenas románticas, salíamos a pasear, en eventos de la empresa me llevaba pero no como asistente sino como acompañante. Y tiempo después me invitó a vivir en su mansión como toda una pareja formal.
Y la Navidad siguiente nuevamente me acompaño a mi hogar natal pero está vez con nuestra relación oficial y nuestro más reciente compromiso. Lo que alegro a toda mi familia de que al final encontrará a una persona especial
Luego de varios meses de planeación nuestra boda se llevó acabo con todos los lujos posibles. La prensa tenía críticas diversas pero todos coincidían en algo: "se alegraban que el egocéntrico millonario al fin encontrará el amor". Y no era un amor por conveniencia o una completa farsa, sino uno puro y sincero que no fácil se encuentra.
Y así fue que ese enamoramiento que tenía a mi jefe, se convertiría en el más apasionado y verdadero amor.
Después se todo ahora soy la señora Krei, y eso es algo que nadie puede cambiar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top