Hazel Grace

Mi vida se resumía a pasar todo el día encerrada en casa, visitas al médico, y vivir para mis tratamientos, aunque últimamente todo lo que hacía era para complacer a mis padres sin creer realmente que me ayudaría.

Asistí al grupo de apoyo en el "corazón de Jesús" porque mi madre me obligó, pero no esperaba recibir ningún tipo de ayuda, ni mucho menos encontrar a alguien que cambiaría mi vida por completo.

Creí que lo mío era quedarme sola, hasta qué de pronto como estrella fugaz apareció en mi vida Augustus Waters llenando de alegría esos días contados en nuestro pequeño infinito.

Con su sonrisa encantadora y su agradable sentido del humor logro hacerme vivir nuevamente, notando los diminutos detalles de la vida como mirar el cielo nocturno.

Gracias a el volví a sonreír, cada día me levantaba emocionada por verlo o hablar con él. A su lado me sentía totalmente renovada, más fuerte, llena de energía, con ánimo de vivir.

Sabía que el amor era un grito en el vacío y qué el olvido es inevitable, no obstante eso ni me impidió que me enamorara de Guss como cuándo sientes que te estas quedando dormida, primero lentamente y luego de golpe.

Nos volvimos tan cercanos que le compartí mis más profundos secretos, el conocía mis anhelos y temores, cosas que nadie más conocía, así como entregarnos cuerpo a cuerpo, convirtiéndonos en uno sólo.

Cómo toda historia de amor la nuestra morirá con nosotros, y aunque Guss se fue yo la sigo manteniendo con vida hasta qué mis pulmones dejen de respirar, y el mundo olvide qué siquiera existimos.

La vida no es una máquina de conceder deseos, al final todos perdemos aquello qué más amamos. Nunca aprendí a olvidar, en Guss encontré un amor qué nunca superé, por el aprendí a reír pero también lloré. Lo he buscado en tantos lados pero no lo encontré, pero en Dios yo tengo fe para que le diga qué por él yo todo lo intente, incluso seguir con mi vida cuándo ya no tenía motivos para continuar.

Es tan difícil no extrañarlo, esa manera de querer no la he vuelto a conseguir y aunque no viajo sola lo sigo amando igual que ayer.

Dicen qué el tiempo encuentra el modo de arreglar las cosas, de sanar las heridas pero cuándo hablo con el tiempo en el lugar vacío de los deprimentes columpios en mi jardín me pregunta por ti, lo desahogo ¿En dónde estás? Aún te adoró.

Nadie ocupa tu lugar, y aunque jamás volviste lo intente todo por ti. No hay nadie nunca en tu lugar, y aunque jamás volviste lo intente todo por ti.

Mi vida está por terminar en pocos meses, y continuo peleando por quienes amo porque soy una granada y es mi deber tener el menor número de víctimas posibles. Aunque sigo creyendo que todo él mundo debería tener un amor verdadero y debería durar cómo mínimo toda la vida.

https://youtu.be/eHctgG6CVMY

Me siento orgullosa por haber actualizado cuatro semanas seguidas. 👌