#2 Diosa afrodisíaca

------------------------------------------------------
Pareja: Andrelias

Tiempo: Bastante antes de conocerse

Contenido principal: orgías, incesto, romance.

Palabras: 10928 (sin contar la nota esta)

*Sin corregir*
------------------------------------------------------

*PDV AUTORA\LECTOR(A)*

Andrea iba caminando por el bosque de su casa, estaba tratando de bajar su excitación creciente. En algunos días se sentía con unas horribles ganas de masturbarse y/o follar, que la tocarán de muchas maneras.

Volvía a casa, lo había decidido. Iría a follar, o al menos a intentar, a su hermano. Era guapo, bueno, era su mellizo. Esto la exitaba aún más.

Entró al cuarto de su hermano, su madre se había ido a comprar cosas así que podrían hacer lo que quieran y cuanto ruido quieran.

-Argh- gruño su hermano quien se encontraba con el miembro y manos cubiertos de semen.

-Jeje, que travieso, hermanito- dijó ella cruzándose de brazos y recostandose del marco de la puerta. Éste, al verla, quedó paralizado, su adorada hermana lo había visto.

-Y-yo... ¡puedo explicarlo!- ella se quedo callada con una sonrisa.

-¿Quieres que te ayudé?- preguntó con picardía en su voz mientras se acercaba lentamente. Esto... Lo emocionó. Hacía mucho tiempo que la deseaba, quería hacerla suya.

La chica se sentó sobre sus piernas aún con una sonrisa en sus labios. Se dirigió lentamente al cuello de su mellizo. Al llegar lo lamió haciéndolo estremecer, se sentía condenadamente bien.

Bajó hasta llegar a la altura de el miembro de Lion, su hermano. Lamió toda la longitud sacándole un gemido ronco.

Besó la punta mientras masajeaba sus testículos. Lamió la punta para luego meterse toda la longitud en su boca. Empezó a chuparlo moviendo su cabeza de arriba a abajo, acariciando con su lengua lo que podía mientras acumulaba la mayor cantidad de saliva.

No podía hacer nada, se sentía tan débil, parecía que su hermana lo hubiese hecho muchas veces antes, este pensamiento no le prestó mucha atención aunque no porque no le importase.

Al sentir que por la comisura de sus labios escapaba un poco de saliva dejó de chupar y masajear. Secó el miembro de su hermano sin mucho esfuerzo realmente, dejándolo parcialmente seco. Dejó que un poco de saliva cayera al miembro de él haciéndolo jadear y desesperarse a los segundos. Quería sentir la boca de su melliza chupando y lamiendo nuevamente, la sensación de la saliva deslizándose lentamente por su miembro era desesperante.

-Maldita sea, acaba y sigue chupandomela, joder- la miró, ella aguantaba su risa, le causaba algo de gracia ver lo tan desesperado y carente de atención.

Lamió su miembro de manera rápida para luego volverla a chupar, esta vez con más fuerza y rapidez. Él solo gemía, gruñia y jadeaba, tan poco lo volvía loco.

Un fuerte gruñido y semen llenó la boca de la chica, la cual lo tragó algo satisfecha.

Lion se recostó, estaba cansado, dos orgasmos en menos de una hora era mucho no estaba acostumbrado a eso.

-No, no, no, aún no he terminado contigo- negó Andrea para luego quitarse los botones de su camisa mostrando sus grandes pechos. Tiró la camisa a algún lugar de la habitación y se acercó a él- ¿qué? ¿acaso no deseas esto?- no podía y no quería resistirse a la tentación, después de todo, como no aprovecharla, su hermana se le estaba insinuando, no, se había puesto en bandeja de plata, era suya.

Cambió de posición quedando encima de ella para besarla con deseo, con hambre. Tocaba todo lo que se le viniese a la mente. Ella, en cambio, tocaba las partes que sabía que le ocasionaría más placer. Pecho, pelo, espalda, estómago y la 'V', mas no tocó su miembro, solo lo rozaba de vez en cuando.

Quitó su pantalón completamente con su ropa interior. Mordian, lamian, arañaban, apretaban y chupaban cualquier parte.

El calor era palpable en el ambiente. Los gemidos y demás sobraban. Se posicionó entre sus piernas haciendo que su miembro rozara con su vagina, estaba ya hartó de lo demás, quería sentirla.

-Más te vale estar lista, porque no esperaré por tí- la miró con deseo en sus ojos y sonrisa. Ella gruño para volverlo a besar, esta vez de una manera más humeda. Él metió su miembro completo sin pensarlo dos veces haciéndola casi gritar entre el beso.

Empezó a embestirla sin piedad alguna, no iba a ser dulce. Se movía rápida, fuerte y profundamente.

-AHG...LION...más~...AHG- gritaba de placer, su hermano tampoco era pequeño. Entre embestidas movía sus caderas.

Él estaba más que encantado, su hermosa hermana era... simplemente deliciosa. Tan apretada, tan cálida, tan suave, tan... Perfecta. Esos deliciosos gritos y gemidos lo volvían loco, ¿cómo no había hecho esto antes?

Luego de un rato entre embestidas, sudor, gritos, gruñidos y demás llegaron al órganos juntos con sus nombres.

Cayeron con sus respiraciones agitadas, aún así reían, como si acabasen de hacer una travesura. Se miraron, no querían parar aquí. Todo rastro de sueño fue reemplazado por deseo y calor.

Esta vez utilizaron varias poses, ella encima de él, la del perrito, etc. (Son las únicas en las mi cerebro puede pensar ahora, por eso los dejó a su imaginación). Las embestidas jamás bajaron de intecidad, solo aumentaba, si era eso posible

6 veces corridas, ¿cómo habían aguantado tanto? Ni siquiera les importó. Ella estaba muy cansada, pero no podía dejar que su mamá lo descubriera "aunque...", Un pensamiento vino a su mente, "... Mamá podría unirsenos, es bastante joven aún y tampoco puede quedar embarazada, después de todo, se operó".

Estaba demasiado cansada como para seguír y su mamá era demasiado estricta. Tomó su ropa y se dirigió a su cuarto, se baño y vistió para luego caer directamente dormida en su cama.

Su madre había tenido un pequeño inconveniente, solo esperaba que la casa siguiera en pie, esos dos podían causar muchos problemas.

Al llegar soltó un suspiro, aunque se dió cuenta de algo
"...Demasiado silencio" miró a su alrededor, todo estaba en orden. Subió al cuarto de Andrea y la encontró en un sueño profundo, incluso parecía un ángel. Fué a buscar a su hijo mientras pensaba en voz alta.

-Raro que esté dormida a esta hora, suele ponerse a ver unos dibujos japoneses o imágenes... Raras... Yiao, creo que es- abrió la puerta del cuarto encontrándose con su hijo desnudo, la habitación llena de ropa y la cama... Bueno. En eso se dió cuenta de algo, un sostén "... Se parece a uno de los de... No, solo es imposible".

-Ella jamás... Ella es la única chica, aparte de mi, en kilómetros y yo no uso esta talla- su mirada se volvió una vacía, no tenía expresión alguna- es... Imposible... Son hermanos mellizos... - se repetía una y otra vez el que era imposible que sus hijos hubiesen hecho tal barbarie...

Al día siguiente los más jóvenes bajaban las escaleras adormilados. Su madre ya se encontraba en la cocina, más bien en la mesa esperando para hablar con sus... Hijos.

-Buenos días, mamá- saludaron a la vez sentándose frente a ella.

-¿Sucedió algo? Estas muy seria- comentó Lion viendo a su madre. Esta no volteó a verlo, sino que tomó algo entre sus dedos mostrándoles. Lo que vieron los dejó petrificados.

-¿Me pueden explicar como es que esto llegó a la habitación desordenada de Lion? Digo desordena pues parecía que había hecho una orgía en su cama- los miró secamente- no hay nadie en kilómetros- tragaron saliva, no iban a poder escapar de esta.

-M-mamá-- iba a tratar de convencerla pero fue interrumpido.

-Andrea, te vas con tu padre, esta afuera con tus cosas- no la miró. Su voz era autoritaria y tenebrosa, haría temblar hasta a el más temible de los psicópatas.

-Sí-- Andrea iba a reponder pero fue interrumpida por su madre.

-No me hables y llévate esto, cerda- las lágrimas inundaron los ojos de la chica quien se fue con su padre no sin antes darle un beso en la nuca a su hermano quien estaba muy alterado.

El chico fue a su habitación, la limpió y se acostó.

-Esto no puede estar pasando- susurró mientras comenzaba a sollozar.

~Mientras con Andrea~

-Buenas- saludó secamente a su padre, pensaba que la trataría peor que su madre.

-Que fría, soy tu papi, que no me vas a dar un abrazo- estiró sus brazos, esta acción la sorprendió mucho pero la había hecho felíz. Lo abrazó posando su rostro en el pecho de su padre.

-Gracias, papá, pensaba que tú también me tratarias con asco- su padre besó su nuca.

-Claro que no, mi reinita, sabes que yo te amo y no podría tratarte así jamás- la alejó para verla a los ojos. Su amada hija podía ser suya, se había acostado con su hermano después de todo.
Se encaminaron a la casa de su padre en auto, tardarían unas cuantas horas en llegar.

Luego de 2 horas de un viaje silencioso el padre habló, después de todo faltaban 5 horas más. Posó su mano en el muslo de su hija, esto la inquietó un poco aunque esto fuera algo normal.

-¿Qué te había dicho tu madre?- preguntó aún con su mirada en la calle.

-Que era una cerda- suspiró algo triste- aunque no entiendo porque a Lion no le dijo nada, el era el que se estaba masturbando en mi nombre, bueno, eso parecía- se encogió de hombros restándole importancia.- Eso sí, no puedo negar que fuí a su cuarto con esas intenciones- sonrió con malicia. Esto encantó a su padre.

-...Yo creo que eso es injusto, deberían tratarlos por igual, aunque yo no tengo derecho a hablar tú eres mi favorita- le guiñó un ojo algo coqueto, la haría suya, tarde o temprano lo haría.

Rió alegre, le encantaba ser consentida por su padre. No lo iba a negar, hacia años había tenido sueños humedos con su padre, tendría unos 12 años. Ahora tenía 16 y, apesar de pensar que su padre era un hombre muy apuesto, no sentía las mismas ganas que antes.

-Jeje, sí, y me gustas más que mamá, ella es demasiado estricta- hizo un puchero- papi, vamos a Subway, tengo hambre y se me antoja-

-No has comido desde ayer, he de suponer- ella asintió algo avergonzada- bueno, pues vamos. Por cierto, ¿aún te gustan esas cosas?-

-Obvio, el yaoi no es algo que te deje de gustar de la noche a la mañana, es... Simplemente maravilloso- comentó con un brillo en sus ojos- el yuri también es bueno pero lo prefiero en vida real a que dibujos, en más excitante-

-Ni puta idea de lo que hablas- sonrió de oreja a oreja su padre.

-Jaja, yaoi son relaciones homosexuales y yuri relaciones lésbicas, no es necesario que sea sucio pero lo prefiero, como casi todas las fujoshis y fundashis, supongo- al voltear y ver a su padre continuó- fujoshi/fundashi son los amantes del yaoi, lo cual ya te expliqué- le sonrió para tomar su celular y empezar a jugar. Su pecho dolía, odiaba ser separada de su hermano, odiaba la manera en la que su mamá la había tratado. Debía seguir sin importar que, tenía un tiempo por delante, eso era seguro.

Llegaron a un Subway, pidieron, comiero y se fueron, no habían hablado nada más, eso lo había hecho algo incómodo.

El viaje continuó de esa manera aunque de vez en cuando ella cantaba una de las canciones de la radio. El ambiente se relajaba cada vez más, ya no era incómodo.

Llegaron a la casa. Era simple pero muy linda, tenía un porche con un columpio y una hamaca al otro lado. Estaba decorado con flores colgantes, de verdad era hermoso.

Como niña corrió y se sentó en el columpio para comenzar a mecerse mientras reía. Su padre solo la veía con una sonrisa mientras tomaba las cosas de su hija y las llevaba dentro.

Al rato ella entró, lucía algo cansada. Gabriel ya había preparado la comida, lasaña.

-Ñaamm, que rico huele, ¿lasaña?- Gabriel volteó a verla y asintió con una sonrisa en sus labios. Andrea corrió y se sirvió un plato hasta casi desbordar, la comida de su padre era exquisita, sobre todo la lasaña, y más aún con hambre.

Se sentó al lado de su padre quien se encontraba viendo televisión. Comenzó a comer con cara de satisfacción, su padre no podía de dejar de mirar esa expresión, era excitante.

-Andrea... - llamó su nombre haciéndola prestarle atención. Tragó para responder.

-¿Si?- su padre tomó su plato dejándolo a un lado haciéndola poner un puchero en su rostro- pero esta bueno- se quejó. Su padre la atrapó, estaba entre él y el sofa. -ehhhhh, ¿papá?- éste solo sonrió.

-¿Soy diferente a Lion? ¿o es que no me quieres?- hizo un puchero viéndola con ojos tristes, iba a ser suya.

-Eh, ¿qué?- preguntó confundida. Pero a los segundos se dió cuenta de la situación, estaba jodida.

Gabriel solo se limitó a reír. La besó con fiereza. Al principio ella trataba de luchar pero... Su padre besaba condenadamente bien. Le siguió el beso el cual se torno húmedo. Lo acercó más posando sus manos tras su cuello.
Él posó una de las piernas de su hija en su cintura apegandola más a su miembro. Sus besos bajaron a su cuello, el cual lamia y mordía sin piedad. Ella tan solo sacaba gemidos.

Quitó la camisa de la chica con desesperación, lamió uno de sus pechos sin cariño alguno, tan solo deseo. Lo mordió halando no mucho haciéndola encorvarse hacía él.

-Ah~...papá- susurró. En que problema se había metido.

Su padre desabrocho sus pantalos con una mano mientras que la otra se metía dentro de los de su hija acariciando de manera descarada su intimidad. Acarició los labios interiores de su vagina haciéndola gemir más alto. Metió uno de sus dedos moviendolo rápido y bruscamente, su boca continuaba con lo que había hecho antes.

Terminó de desabrochar sus pantalones y procedió a desabrochar los de su hija, estaba harto de no hacer nada. Al terminar bajó hasta su intimidad y lamió todo lo húmedo, mordisqueo los labios exteriores y clítoris para luego meter su lengua sin pedir permiso alguno.

Comenzó a hacer movimientos extraños. Sacarlo, meterlo y retorcerlo, realmente era delicioso.

Volvió a aburrirse. Se posicionó entre sus piernas quitando su camisa y ella su sostén.

Sin preguntar metió su gran miembro dentro de ella.

-AH~- gritó volviéndose a encorvar, esta vez para el sofa.

Se empezó a mover algo suave, aún conservando lo salvaje. Al pasar los segundos fue más y más fuerte moviendo el sofa bastante. El ruido, aunque era molesto, era cubierto por los gemidos\gruñidos de ambos, eran bastante altos.

La sentó sobre su miembro movindola de arriba a abajo con fuerza haciéndola sacar gritos. Sus hombros se encontraban muy raspados, mas ese dolor lo hacía arder. Mordió con fuerza el pezón de la chica haciéndola clavar sus uñas.

-P-papá~...AH~... D- AH- déjame provar algo- su padre, molestó, se detuvo. Ella subió como pudo para tomar algo de una de sus maletas. Al bajar, se sentó encima de su padre y sonrió.

-Te va a gustar este pequeño espectáculo- metió un vibrador en su boca mojandolo completamente. No se había equivocado, le encantaba ese pequeño espectáculo.

Al estar totalmente mojado lo metió dentro suyo. Con gemidos exagerados lo metió completo sentándose sobre el miembro de su padre. Lo encendió y, como se supone, empezó a vibrar. Su padre también sentía el vibrar, era exquisito.

Tomó algo más que había dejado en la mesa, nata. A ambos les encantaba, por eso su padre tendría que comerlo de su cuerpo.

Lo hecho por sus labios hasta bajar a sus pechos. Su padre la acostó quedando sobre ella comiéndose sus labios mientras la embestia con fuerza. Pasó su lengua por su barbilla, cuello hasta sus pechos con descaro comiendo la nata. Al llegar a sus pechos los mordió con algo de fuerza haciéndola gritar. Subió la intensidad del vibrador junto con las embestidas.

Tomó el vibrador fingiendo embestidas. No paró de morder y lamer los pechos de su preciosa hija la cual solo soltaba altos gemidos, se arqueaba y movía sus caderas provocándole más placer a su progenitor.

Luego de un rato anunciaron el orgasmo con un grito de placer. El padre lleno de semen a su hija.
Ella estaba cansada pero él no. Quitó el vibrador para embestirla con igual fuerza por detrás haciéndola gritar por el dolor.

-DETENTE, MALDITO DEMENTE- gritaba mientras se retorcía, una cosa era el vibrador y otra muy distinta su padre. Él no escuchó las quejas de su hija, en cambio, mordió su hombro con fuerza.

Agarró su pierna y la pusó en su cintura aumentando la profundidad y fuerza. Volvió al cuello de la más joven, ella ya estaba estaba empezando a descubrir el placer en todo esto, seguro se volvía una adicción.

Su padre lamió su espalda, su lengua era tibia pero aún algo rasposa.

Con una gran gemido\gruñido volvió a llenar a su hija, esta vez por detrás. Ya estaba satisfecho, aunque no completamente. Otro día volvería a acostarse con ella, vivía con él después de todo.

Ella tomó su ropa y plato de lasaña para subir a su cuarto. Terminó de comer su lasaña, ahora fría, se bañó y vistió. Su cadera dolía, su padre era mucho más salvaje que su hermano, sobretodo a la hora de morder.

-...¿Lo habrán escuchado los vecinos?- vivían en un lugar algo apártado pero aún así tenían unos cuantos vecinos. -espero que no...- con ese pensamiento cayó rendida en brazos de morfeo.

Mientras su padre limpiaba la sala y demás. Al terminar también subió a su habitación no sin antes ver a su hija dormir plácidamente. Se acostó felíz y satisfecho por primera vez en mucho tiempo.

A la mañana todo fue normal, desayunaron y fueron a apuntar a su hija en la escuela más cercana. Luego fueron a comprar algunas cosas para escuela, cuarto y casa.

Llegaron en la noche, a ambos les dolían los pies así que solo llevaron las cosas dentro y fueron a dormir, claro que antes se besaron. Su primer día de escuela era en cuatro días.

~...~

Los días... Bueno, llenos de sexo y palabras, era algo desbalanceado pues había más sexo que palabras, eso sí, no habían probado nada distinto.

Su primer día de escuela había llegado, tenía su uniforme listo. Estaba emocionada, tal vez encontrará a alguien que la amara, sin ser de su familia, claro. También que no se déjase llevar por el físico de ella, el cual atraía a los hombres.

Llegó y todo se volvió incómodo, no sabía la razón. Fue al salón que le correspondía, los estudiantes que se encontraban hablando callaron al verla.

En ese momento sonó el timbre dando comienzo a las horas de clases. El maestro entró mirando de reojo a la nueva estudiante.

-Preséntate y siéntate, no hay tiempo que perder- medio gruño su maestro de Matemáticas. Se paró enfrente para empezar a hablar.

-Me llamó Andrea Nicole Albaladejo Bernard, me gust-- fue interrumpida por alguien del fondo.

-FOLLAR A MI PADRE- todos comenzaron a reír, ya sabía la razón de las miradas.

-Eso es algo, también el heavy metal, yaoi, yuri, hentai, leer y aprender. Soy muy curiosa aunque eso es algo que se nota a primera vista- sonrió haciendo a todos murmurar. ¿Cómo podía decir eso de esa manera y quedarse tan tranquila? De verdad era una puta. Se fué a su lugar aún con una sonrisa apesar de que ya sabía que este tiempo no iba a ser agradable.

Almuerzo, una pesadilla para ella. Las miradas y susurros de la gente la estaban volviendo loca, y tan solo llevaba un día. El resto de las clases también. Tuvo que soportar comentarios vulgares e insultos, no iba a aguantar.

Al llegar a su casa su padre la recibió con los brazos abiertos y una sonrisa. Ella se abalanzó a sus brazos para luego besarlo de una manera salvaje y hambrienta.

-Follame duro- susurró sobre los labios de su padre para volverlo a besar. Su padre la cargo hasta la cocina, era lo más cerca que estaba.

La recostó para quitar los botones de su camisa de manera experta. Ella se quitaba los zapatos con sus pies. Al terminar de sacarse los zapatos su padre quito sus medias, falda y ropa interior en un simple movimiento. Estaba desnuda, ahora era su turno. Quitó sus zapatos, camisa y pantalón junto la ropa interior.

Empezó a masajear su miembro para ponerlo duro de una vez. Al ver lo que su padre hacia bajó para arrodillarse ante él y empezar a lamer su miembro sin ningun tipo de remordimiento. Al ver que ya estaba duro volvió a donde estaba.

Se trepó en el counter, entre las piernas de su hija. Iba a entrar cuando sonó el timbre.

Con molestia abrió la puerta, ni siquiera se había vestido. Al ver los rostros de las tres personas frente a él su rostro mostró confusión.

-¿Qué quieren?- habló mirándolos mal.

-Supongo que estaban a punto de divertirse- dijó el más bajo con una sonrisa- somos maestros de la señorita Albaladejo- al escuchar esto se pusó alerta pero rápido se relajó.

-Pasen, así disfrutan del espectáculo- abrió más la puerta para dejarlos pasar. Entraron encontrando a una chica completamente desnuda quien les sonrió.

Gabriel volvió a acercarse para besar con pasión a su hija haciendo que su erección rozara con su intimidad. Los maestros se pusieron a verlo con sonrisas perversas en sus labios.

La alzó para que entrelazara sus piernas en su cintura. Lo hizo pero en vez de quedar con su trasero encima de la erección lo adentro por su vagina.

Uno de los maestros no pudo contenerse, desabrocho sus pantalones sacando su miembro. Acercó su mano y empezó a complacerse a si mismo con aquel espectáculo. Los otros maestros también sacaron sus miembros pero, en vez de hacerlo solos decidieron unir punta y punta.

El más alto empezó mover su mano complaciendo a ambos. Movía la mano rápido haciendo al otro posar su frente sobre su hombro.

El más alto lo besó lamiendo todos sus labios. Unieron, lamieron y chuparon las lenguas del otro.

Cierta pareja volteó a ver aquel excitante espectáculo.

-Ya entiendo porque te gusta tanto- ambos se acercaron a los maestros quienes se encontraban sumergidos en placer.

-Quiero probar algo, por favor- anunció la chica llamando la atención de los mayores mientras se arrodillaba en el piso.- Hernández(más alto) aquí detrás- este obedeció- Rosado(medio) aquí al frente- también obedeció- Padilla (más bajo) en medio y papá, detrás de él- se pusieron en pocisiones.

Andrea lamió el miembro de Padilla y Gabriel humedeciendolos por completo. Gabriel, ya teniedo su miembro completamente húmedo lo metió dentro del más bajo sacándole un grito.

Hernández se arrodilló detras de la chica para empezar a lamer su entrada metiendo y sacando su lengua. Mientras, Rosado, esperaba a que Hernández terminara su trabajo. Al hacerlo posicionó su miembro dentro de ella en un brusco movimiento. Rosado se metió como pudo entre las piernas de Gabriel y Padilla para poder meterse de una vez.

Los tres estaban dentro de ella y su padre dentro de Padilla. Todos empezaron a embestir a la vez.

Las embestidas fueron en aumentó a cada segundo que pasaba. Gabriel embestia salvajemente a el más bajo mientras que Hernández, Rosado y Padilla embestian con fuerza a la menor.

Todos sudaban y gritaban. Disfrutaban de algo tan delicioso como eso.

Las embestias seguían subiendo y el orgasmo se aproximaba.

El más bajo llegó primero en la boca de la chica llenandola por completo. Luego el más alto llegando atrás. Para finalizar Gabriel, Andrea y Rosado llegaron a la vez, Gabriel dentro de Padilla y Rosado dentro de Andrea.

Todos se separaron. Andrea trago y probó gustosa el semen que se encontraba entre sus piernas. Los mayores observaban con deleite a la chica.

-Prueben, soy suya por hoy- invitó poniéndose en cuatro mientras meneaba su trasero.

Rosado se pusó detrás de ella para empezar a lamer su trasero mientras que Padilla lamia su vagina debajo de ella la cual empezó a chupar el miembro de su padre.

Continuaron durante horas cambiando de pocision y de lugar. Al llegar al 8vo orgasmo Andrea habló.

-Quiero hacerlo con algunas chicas mientras ustedes miran y se masturban, bueno, me basta con una chica.-

-Otro día- río débilmente su padre.

Todos se hayaban acostados en la cama del padre. Sus cuerpos sudados y desnudos rozando las partes de los otros. Así se quedadon dormidos.

~5 meses después~

En la escuela no iba muy bien para ella. Se la pasaban acosandola todo el día. No solo con comentarios sino con golpes.

Ella no había contado sobre esto a nadie a excepción de su hermano con el cual al fin había podido hablar aunque fuese por teléfono.

Estaba en su cuarto leyendo, más bien, imaginando como sería hacerlo con una chica. Tanto tiempo y aún no le daban su deseo.

En eso se abrió la puerta.

-Baja, algunas personas vinieron a verte- ella cansada bajó siguiendo a su padre. Ni siquiera se había puesto ropa interior, solo tenía una camisa negra de Gun n'roses algo corta.

Al bajar se encontró con su hermano y su madre. Ambos la miraron sorprendidos. Había bajado de esa forma aún sabiendo que había visita.

Su hermano se acercó a ella y la besó con deseo y cariño, de verdad la había extrañado. Sus padres tan solo se quedaron mirando con sonrisas en sus labios a sus hijos.

Lion bajo su mano a la intimidad de su hermana sacando un dulce gemido de sus labios. Lamió su cuello mientras metía y sacaba sus tres dedos rápidamente.

-Estas más ancha, que pena- miró a su padre de mala gana el cual solo se encogió de hombro con una sonrisa aún en sus labios. -arrodíllate- susurró en su oido lamiendolo.

-YA BASTA- gritó la madre la cual se había enfurecido, un beso era una cosa y podía perdonar el que la acariciara un poco pero ya se estaban pasando.

Se separaron de golpe un poco asustados.

-Deja que se diviertan- dijo su padre restándole importancia.

-No me digas que puedes llegar a ser tan puta como para acostarte con tu padre- dijó molesta su madre.

-Pues sí, también con tres maestros más pero eso es todo- se encogió de hombros. Apesar de que le dolía tenía que reconocer la verdad, lo era. Lo que hacía era horrible pero... ¿La pueden culpar? Sí, eso era lo peor, la podían culpar. Aunque la segunda vez su padre la tentó, ella no iba con esa intención.

Dicho esto tomó la mano de su hermano y se dirigió a su cuarto, no iban a hacer nada. Tan solo quería saber como lo había tratado la vida en ese tiempo y contar la suya.

Al llegar su hermano la azotó contra la puerta besandola, ella lo empujó molesta.

-Tan solo quería hablar, imbécil- se calló "...yo provoque esto, pero esta bien, no tengo un buen futuro de todas formas, tengo que aprovechar mi recorrido antes de ir al infierno" se abrazó con una mirada perdida. Su hermano la abrazó tratando de consolarla, no había querido dañarla.

-Perdón, soy un calentón de miérda, no quería dañarte, chiquita- besaba su nuca tratando de tranquilizarla. Conocía a su hermana. Ella escondía lo que en verdad sentía por una sonrisa e infantilismo pero cuando pensaba en lo mal que estaba ponía esa mirada, pérdida y vacía. Así había sido desde siempre y núnca en su vida la había visto llorar, una vez cuando tenían 4 años si eso. Incluso su madre decía que de pequeña ella no lloraba que para avisar de algo hacía unos quejidos.

En cambio él simpre había sido un llorón. Lloraba por todo y ella era un soldado inquebrantable, como si antes de nacer le hubiesen dicho que sufriría y que se mantuviera preparada. Simpre había admirado esa fuerza. Ella siempre lo había defendido de todos y lo había consolado cuando lloraba.

Amaba a su hermana, de una manera sana hasta que la vió desnuda, todo se jodió. Desde ese día en la que la había visto acabada de bañar, sin siquiera tener toalla, la empezó a desear como si fuera una simple mujer.

El amor de hermano y admiración seguían ahí pero estaban cubiertos por esa asquerosa lujuria.

Riendo su hermana lo apartó.

-Estoy bien, solo me había molestado, miedica- rió dándole un puño suave en el brazo.

Entraron al cuerto de la chica y comenzaron a hablar. Un rato después su hermano le preguntó algo.

-¿Cómo perdiste tu virginidad?-

-Fuí a una fiesta, me emborraché y.... Me desperté en la habitación de alguien, desnuda y con sangre entre las piernas, poca, si no recuerdo mal-

Continuaron hablando hasta que su madre entró molesta, había estado peleando con Gabriel. Ella estaba segura de que sus hijos se estaban acostando y no quería eso.

Al entrar tan solo los vió sentados en la cama, ambos completamente vestidos y ni un solo reguero más que el usual que dejaba su hija.

-Ehhh- ellos voltearon a verla con curiosidad. De inmediato fruncieron el ceño. Se fue en silencio, no lo podía creer.

-¿Qué te dije?- se cruzó de brazos con arrogancia. Resoplo frustrada, odiaba perder.

Pronto cayó la noche. Todos menos una persona estaban despiertos.

-Mmmh~... papá~... Lion~...- gimio la chica que estaba siendo penetrada por su hermano y padre.

Ya iban en la segunda ronda. Primero fue Gabriel al frente y Lion atrás, luego al revés. Continuaron embiestiendola sin importar nada alrededor, se sentía muy bien.

Al igual que siempre mordian, tocaban, apretaban, lamian y chupaban lo que podían.

La puerta se abrió dejando ver a una mujer, Elizabeth. Al ver la escena quedó estupefacta. Solo era... Delicioso.

Verlos en esa acción de esa manera tan solo la hacía querer unirse. No importaba si se iba al infierno, que se joda.

Lamió tres de sus dedos para luego meterlos por su vagina. Sacaba y metía sus dedos rápidamente contemplando el acto. Quería más. Apretó uno de sus pechos, aún no.

Quitó su camisa, pantalón y bragas. Completamente desnuda abrió más sus piernas metiendo un cuarto dedo haciéndola casi gritar. Ahora si que quería más, sus piernas temblaban. Brincaba fingiendo embestidas mientras apretaba, mordía y lamia uno de sus pechos.

Alguien la había tocado. Al subir la mirada se encontró a Lion con una sonrisa. Éste la besó salvajemente. Agarró sus piernas para entre lazarlas en su cintura y cargarla hasta la cama. La pusó en cuatro frente a Andrea quien tenía a Gabriel dentro.

Lion trajo lo que parecía ser un consolador de dos extremos, bastante grueso y algo largo pero no mucho.

-Tengan, señoritas- se los entregó a ambas el consolador. Andrea lo metió dentro de su vagina viendo a los ojos a su madre.

Elizabeth se acercó metiendo lo que sobraba en la suya. Sus intimidades quedaban pegadas, sus piernas entrelazadas, sus pechos apretados y sus labios rozaban.

Lion rozó su miembro con la entrada de su madre haciéndola gemir. Lo metió de golpe completo.

Elizabeth besó el cuello de su hijo que, a la vez que su padre, empezó a embestir con fuerza haciendo que, con el movimiento, ellas se alejaran y acercarán creando la sensación de estar siendo embestidas por el consolador a la vez.

Juntaron sus lenguas en un beso húmedo. Chuparon, lamieron y acariciaron sus lengues mutuamente. Tocaban sus piernas, pechos e intimidad mientras los otros hacían lo mismo desde atrás. Solo tocaban lo que querían.

Las embestidas, gritos y demás se hacien más fuertes cada vez. El orgasmo estaba apunto de llegar para los cuatro. En unos segundos llegaron juntos con un grito de liberación.

Se separaron para luego acomodarse a dormir juntos.

~...~

A la mañana siguiente Andrea despertó rodeada y con un dolor de cadera ya conocido. Se levantó como pudo y se dió una ducha pensando "VIERNES AL FIN, no voy a tener que madrugar mañana"

Al terminar de prepararse se fué sin hacer ruido alguno. En el trayecto iba pensando en voz alta.

-...No quiero, ya estoy cansada de que me golpeen. Pero no quiero que se preocupen, papá siquiera se ha dado cuenta de los golpes y eso que me ve desnuda casi todos los días- suspiró, estaba cansada de ser tratada de esa manera. Había una escuela algo lejos, lo suficiente como para poder estar en paz de los comentarios y golpes de los repulsión. Al llegar las mismas de siempre la esperaban en la puerta. Al verla se acercaron.

-Hola, puta de mierda, que acaso te acostaste con tu madre anoche, cerda de mierda?- habló una riendo.

-De hecho, sí, y con mi hermano y padre... Otra vez. Fui delicioso hacerlo todos justos- sonrió, las otras la miraban con asco y repulsión. La tomaron del pelo sacándole un quejido. Pero esta vez iba a ser diferente.

Tomó la mano de la chica y le dió una vuelta haciendo que la soltará. Le a propinó un golpe fuerte en la cara dejándola algo mareada.

Las otras dos amigas la iban a golpear pero ella se bajó pasando su pierna por debajo de ellas haciéndolas caer. Se trepó encima de la peor y empezó a golpearla haciendo que sangre choreara de su cara.

La directora pegó un grito al cielo al ver tal escena. Andrea tenía una gran sonrisa de satisfacción en su rostro cubierto con manchas de sangre.

Lo próximo que se sabe es aue Andrea fue expulsada de esa escuela y, al cabo de una semana, fué a la que quedaba algo lejos.

Ya era su primer día. Su hermano y madre se habían ido pero habían dicho que volverían. Estaba nerviosa, no quería que se repitiera lo mismo de siempre.

Estaba llegando tarde en su primer día, genial. Al llegar a su salón correspondiente tocó la puerta.

-Pasé- al entrar vió a muchos chicos y chicas mirándola curiosos pero solo uno llamó su atención. Era un pelinegro de ojos verde... "¿¡¡BRILLANTES!!?". Su piel era muy pálida y usaba espejuelos rectangulares, su porte era elegante y juvenil. A su parecer era simplemente perfecto.

-Me llamó Andrea Nicole Albaladejo Bernard, tengo 16 años. Me gusta el heavy metal, leer, escribir, anime, aprender, idiomas, biología, el silencio, eehhh, bueno, en resumen soy una nerd friki- sonrió tímidamente jugando con un trozo de su pelo. No era por estar enfrente sino por la mirada de el plag humano -nombre dado por ella al verlo- Parecía aburrido, como si no le importase en lo más mínimo.

Fue a un lugar enfrente al lado de la ventana. El maestro prosiguió con la clase durante media hora.

-Bueno, clase, ayer hablé de el proyecto y que hoy asignariamos las parejas, ¿verdad?- todos hicieron alguna forma para decir "sí"- pues, como hay una estudiante nueva pensé en hacerlo individual- comenzaron a hacer bullicio- pero no lo haré no se preocupen- todos comenzaron a celebrar.

Andrea tan solo estaba en su mente "Salte de mi cabeza, imbécil, que seas un dios no significa nada".

-Señorita, ¿me esta escuchando?- preguntó el maestro viéndola, no parecía molesto sino curioso. -entiendo que en su primer día este algo distraída, pero, porfavor, trate de prestar algo de atención- ella asintió con una leve sonrisa- el trabajo lo harás con Ezequiel, el peliblanco-

Se había llevado una decepción, quería estar con Plag. De todas formas tendría que ponerse al día con esto o si no estaría en un problema.

-Todas las parejas júntense para que discutan de que tema quieren hablar, tienen tres para elegir- explicaba a Andrea- pasado, presente o futuro, tienes que escribir al menos 3,000 palabras, créeme, las contaré. Será desde el punto de vista de cada uno, lo que uno piensa y lo que el otro en las mismas páginas, puede ser en computadora- sonrió para que luego los grupos comenzaran a juntarse.

Un peliblanco se sentó a su lado. Tenía un ojo tapado y un moño pequeño, estaba serio, tenía la misma expresión que Plag aunque parecía más interesado.

-Bueno, yo quiero.../ yo quiero...-- hablaron a la vez haciendo sonreír al peliblanco.

-Yo quiero hacer un "reporte" sobre el futuro- continuó ella. Él sonrió con complicidad dando a entender que esa era la que él quería.

-Comenzamos ahora o... ¿Prefieres hacerlo después?- preguntó encogiéndose de hombros. Era una persona seria pero amable y algo relajado.

-Ahora, no hay tiempo que perder-

Empezaron a hacer el trabajo. Sus ideas eran muy parecidas aunque, claro, que habían ocaciones en las que discrepaban.
Le gustaba eso, tal vez podría hacer un amigo. Jamás había tenido uno porque vivían muy lejos de la civilización y en la primera escuela que estuvo, obviamente, no le fué muy bien.

Siempre habían sido Lion, Elizabeth y ella, pocas veces su papá venía. Una vez había salido a una fiesta pero, como ya les conté, no le fué muy bien. Su hermano había tenido una novia por pocos meses a la que se entregó al poco tiempo.

Al fin podría tener un amigo o amiga a la que contarle sus experiencias y pensamientos.

-Que tengan buen día- anunció la hora de cambio. Todos comenzaron a recoger sus cosas y dejar el salón.

Ambos salieron juntos luego de recoger sus cosas. De momento un chico de pelo marrón, rapado a los lados, con muchas pantallas en las orejas, dos pelotitas en una ceja y otras dos bajo el labio inferior, se acercó. Apesar de parecer un chico malo tenía una sonrisa enorme e infantil en su rostro.

A su lado venía un chico extremadamente alto, pálido y sexy, Plag.

-Nos vas a cambiar por ella ¿o que?- preguntó el más bajo bromeando.

-Por supuesto, es más linda que ustedes- rió bromeando.

-Eso es verdad, pero solo más linda que éste, yo soy un rico papasote, mejor que yo nadie- empezaron a reír todos, Plag solo negaba con la cabeza ligeramente mientras reía bajo.

-No, espérate, Plag es más lindo, coño, es un puto dios- susurró esto último provocando que la miraran sorprendidos pues lo habían escuchado. Para, después, empezar a reír a carcajadas.

-LAS CLASES- gritaron todos a la vez mientras corrían riendo a donde se encontraba Plag quien ya iba de camino ignorando a los demás. Al llegar al salón se separaron.

Las clases fueron normal. No habían hablado pués Andrea estaba al frente y ellos atrás. Al cambiar de clases intercambiaban algunas palabras, principalmente bromas.

Andrea acababa de terminar de recoger sus cosas para ir a el almuerzo. Los otros chicos, junto a muchos, no habían terminado de recoger.

-Por cierto, antes le dijiste "Plag", ¿porqué?- preguntó el peliblanco a Andrea al ver que ésta se acercaba.

-No me sé su nombre y se parece a Plag en versión humano- se encogió de hombros sentándose sobre una mesa.

-No me había fijado, entonces quienes somos yo y Ezequiel- preguntó "Malote".

-El burro por delante pa' que no se espante- comentó Ezequiel con una pequeña sonrisa.

-No, querrás decir "El rey" por delante para que deslumbre- sonrió con arrogancia.

-No te quedó- hablaron a la vez Ezequiel y Andrea. "Malote" resoplo frustrado.

-De todas formas, Ezequiel es un ángel y tú eres... Tú, un ser humano normal y corriente- explicó Andrea- si se refieren a apodos, Ezequiel sería Ziel, porque puedo y porque quiero y los otros no me sé los nombres- sonrió con inocencia. Todos habían terminado de recoge así que ya se dirigían para el techo, todos habían traído su almuerzo.
-David y Elías- dijó Ezequiel sin señalar a ninguno.

-Dejame adivinar, David es Malote y Elías es Plag- la miraron raro cuando dijo Malote- Es porque lo parece por fuera, aunque cuando le hablas es un niño arrogante y caprichoso, NAC, así te vas a llamar- sonrió contenta.

-¿Nac?- preguntó medio riendo David (se leé en inglés).

-Siii, Niño Arrogante y Caprichoso- explicó contenta.

-Noooo, yo no quiero llamarme así, llámame... Dios David- hizo con dramatismo haciendo una pausa exagerada antes.

-Eso ni tú te lo crees- comentó Ziel riendo un poco.

-¿Qué? Me lo merezco, soy fantástico-

-Ya, claro, y después-- dejó de hablar al tropezarse por no prestar atención a las escaleras. Elías la tomó por la cintura antes de que cayera.

-Cuidado- susurró en su oído provocando un escalofrío a la chica. Tenía una voz grave, muy
grave y sexy. La ayudó a ponerse de pie, su rostro estaba completamente rojo y su cuerpo temblaba, estaba nerviosa y avergonzada en verdad.

-Jeje... Perdón- pidió, rascando su nuca, aún roja.

-¿Estas bien?- preguntaron los otros dos a la vez.

-Que sí, tan solo me tropecé, además, soy inmune a los golpes- sonrió orgullosa con esto último.

-Menos mal, para la próxima vé por donde caminas- le sonrió Ziel más tranquilo.

Siguieron subiendo las interminables escaleras hasta llegar. Ellos seguían preguntando si estaba bien por que aún se encontraba algo roja, su respuesta núnca cambiaba. Se sentaron para poder comer tranquilos.

-¿De-- iba preguntar por millonésima vez pero fué interrumpido por ella.

-Me lo vuelven a preguntar una vez más y JURO POR LA PUTA MADRE QUE LOS PARIÓ QUE LOS TORTURARE DE MANERAS JODIDAMENTE INIMAGINABLES, CÁLLENSE LA PUTA BOCA DE UNA PUÑETERA VEZ, COÑO- gritó molesta por la insistencia de esos dos.

-Creo que se enojó- susurró "disimuladamente" a Ezequiel, quien estaba a su lado.

-.............. Respirá, no le prestes atención a ese babotas, solo... Respiiiiiraaaa- se trataba de tranquilizar respirando ondo.- Alabado sea el yaoi, oh, gran yaoi, genero japonés, alabado seas- murmuraba a modo de meditación haciendo que los otros la miraran raro- Get scared, gran banda, gran música, Set it off, linsey, grandes músicos, oh gran dioses de la música- no aguantaron más y empezaron a reír a carcajadas.

-No jodas que eres fujoshi- habló Ezequiel mirándola algo divertido.

-...Yuri, hentai, arte, anime, dibujos, alabados sean...- seguía meditando ignorando a los demás.

-...pft- trataba de aguantar la risa tapándose la boca pero se le escapó. -pfft... Hihg.. Pff, JAJAJAJAJA- reía a carcajadas Elías, todos lo miraban en silencio. Ezequiel y David lo conocían desde que tenían 6 años y jamás lo habían escuchado reírse de esa manera. -Dios, esta chica vale su peso en diamantes- reía aún.

-Pues gracias... De todas formas no es bueno hacerme enojar, ni siquiera me enojé, solo me molesté un poco- gateo hasta llegar a Elías y sentarse a su lado como si nada.

-Eres rara- comentó David.

-Te deberían dar un premio nobel, pequeño im--, coff coff, perdón, la tos, pequeño genio- lo miraba con algo de fastidio.- Y sí, soy fujoshi- sonrió.

-Fíjate, cada vez me gustas más, eso sí, seguro no una muy normal, de esas locas, gritonas, mandonas, etc- decía Elías poniéndola nerviosa. No quería que descubriera lo que hacía con su familia. Se alejaría de ella, todos lo harían.

-¿Porque?- preguntó curiosa.

-Porque él es fundashi, aunque no entiendo porque dice eso de que no eres normal- hablaba David.

-Porque sí, tengo muy buen instinto y saben que analizó cada pequeño detalle- en eso el teléfono de Andrea sonó, era su padre. Tomó el teléfono el cual le fue arrebatado por David que lo pusó en altavoz.

-Mi reinita, te llamé para decirte que no voy a estar en casa cuando llegues, tal vez en la noche podamos comer los dos solos. Dime, ¿te va bien en la escuela? No me gustaría que me llamen, de nuevo, y me digan que dejaste a una chica en coma o muerta. No tengo el dinero para eso y sabes que no me apetece pisar un tribunal- hablaba con un ruido extraño en el fondo, como voces. Tal vez estaba en su oficina con algunos en empleados.

-En realidad estoy con unos compañeros-- fué interrumpida por su padre.

-Si vas a hacer una orgía-- los otros trataban de aguantar la risa pero Andrea tenía una expresión seria y algo molesta, sabía lo que iba a pedir.

-Papá, te tengo una pregunta. ¿Siquiera sabes porque casi mato a esa chica?- se tardó unos segundos en responder.

-Pues no, te interrumpió, cogió tu teléfono, eso es lo único que se me ocurre, aunque jamás me fije si tenías golpes en la piel- iba a seguir pero, nuevamente, lo interrumpió.

-Pues solo sé contar hasta el tres- habló. Ella pensaba que los chicos no se darían cuenta pero sí que lo hicieron- de todas formas, estaba cansada de esa pandilla de putas- los otros la miraban con algo de pena pero esto le importaba poco.

-Oh* ah~...tan rico, mmmh, quiero más~* - se escuchó de fondo- perdón, me estaba aburriendo y me puse a ver porno, ¿cómo se llamaba lo que tú ves? Yagoi, algo así-

-Yaoi, trozo de imbécil, y mejor pon porno gay, lo más probable es que no te gusten los "dibujitos"- esto último lo dijo con molestia. No le molestaba que intentasen meterse en su mundo pero sí que lo dijeran mal y lo llamarán de esa manera.

-Más respeto, maldita puta, soy tu padre- la regaño desde el otro lado del teléfono. Le arrebató el teléfono a David y lo pusó en normal molesta.

-Sí, pero bien que te gusta follarme, cabrón, yo soy puta pero ¡tú eres un manipulador, tarado, irrespetuoso, malparido, mujeriego, machista! - casi gritaba, estaba algo lejos de ellos pero al estar alzando la voz lo podían escuchar- ¿¡YO IRREPETUOSA?! ¿Y TÚ? TE FOLLASTE A TU PRIMA Y A MEDIO MUNDO, Y PARA NADA LAS RESPETABAS, ¡NI LOS!, A MI NO ME VENGAS A CRITICAR, HIJO DE TU PUTA MADRE- trataba de repirar, era alguien fácil de agitar y su padre lo había hecho y bastante, pero no de la buena manera.- follaste a tu hermana y a tu hija, follaste con tu hijo y ¿¡QUIÉN SABE A QUIÉN MÁS?! ¿¡TU ABUELA, TU MADRE?! Yo soy una degenerada pero tú no eres para menos, eres peor que yo, TODO EL MUNDO PUEDE DECIR ESO- su padre de verdad estaba molesto, pero tenía que controlarse por estar en una oficina. Salió al techo de la empresa en la que trabajaba mientras ella hablaba, le quedaba cerca y tenía la libertad de gritarle todo lo que quisiera.

-TÚ ME COQUETEABAS, ME PEDÍAS QUE TE LA METIERA HASTA EL FONDO y ¿¡SABES QUÉ?! YO NO ME QUEJABA, BIEN QUE TE GUSTABA GEMIR Y PEDÍAS POR MÁS, ¿¡YO DEGERADO?!-

-SÍ, TÚ yo bien que me pude acostar con mi hermano y padres pero tú, ja, yo no andaba por ahí ACOSTANDOME CON EL PRIMERO QUE SE ME PASASE POR ENFRENTE-

-YO TE MANTENGO EN LA CASA, ME TIENES QUE PAGAR CON ALGO-

-ERES MI PADRE Y YO SOY MENOR, lo que me lleva a que podría denunciarte por violación cuando quiera, "mi papá me obligó a acostarme con él repetidas veces, también me obligó a participar en orgías con hombres mayores y a mi hermano, era muy cruel y brusco, me daño en más de una ocasión, me dejaba mordidas por todo el cuerpo y me obligaba a probar todo tipo de fetiches" ¿qué crees que dirán? perderás tu empleo, tu casa y tu libertad, todo, y yo quedaré como la pobre niña que fué abusada, pobrecita, todos querrán ayudarme, todos me tendrán compasión y a tí te repudiaran. En la cárcel, tengo entendido, que odian a los que se metieron con menores y más si son sus hijos- su padre se había quedado en silencio, ella tenía razón, estaba atrapado, sin salida.

-...maldita- susurró.

-JÁ, ¿pero que te crees? Barajeo siempre mis posibilidades, SIEMPRE... SALGO... GANANDO- empezó a reír a carcajadas, disfrutaba hacer sufrir a la gente, sobre todo si la hacía ganar.

La miraban algo asustados, de verdad no era lo que parecía a primera vista, era una psicópata. Esa chica era peligrosa, a saber lo que había hecho antes.

Elías, sin miedo alguno, se due acercando a ella al ver que finalizó su llamada.

-Albaladejo- la llamó captando su atención. Parecía estar bien, como si nada hubiese pasado.

-Estoy bien, solo quería asustarlo, espero que a ustedes no los haya asustado-

-A ellos sí pero no te preocupes, y tampoco, si te lo estabas preguntando, pensaré demasiado en eso, espero que nos lo digas- le sonrió con sinceridad. Esa sonrisa genuina era hermosa y tierna, tan solo quería que la llenara de besos y mimos, y no de los sucios sino de los cariñosos.

-Jeje, perdón y gracias- rasco su nuca avergonsada- vamos, mejor les explicó y todo eso- Se dirigieron a donde estaban los otros y ella les explicó que ella no era así a menos que de verdad la irritaras (no enojaras). Se quedaron más tranquilos gracias a eso. Hablaron en la media hora que les quedaba, el tiempo había pasado muy rápido.

En las clases nada interesante pasó, lo mismo que la vez anterior. Ya era hora de irse a casa, por eso se dirigían a la entrada.

-Me agradó conocerte la verdad, aunque tú eres la que debería estar más orgullosa de estar al lado de alguien tan grande como yo-

-Cállate. Ezequiel vamos para mi casa, tenemos que terminar el trabajo y será mejor que lo apresuremos- él asintió serio.

-Bueno, en ese caso me voy, que tengan un buen día- se despidió Elías yendo para su casa.

-Me tengo que quedar más tiempo, también quedé con mi compañera- se despidió David con aires de diva.

Ezequiel y Andrea se dirigieron al auto de este.

-Oye, cualquier cosa que te pasé, tanto en la escuela como fuera, dinos, apesar de que hoy sea el primer día de conocernos, me agradas y aún sino me gusta ayudar a la gente en lo que pueda. - explicaba Ziel viéndola a los ojos- Todo esto es porque el año pasado una chica se nos acercó y habló con nosotros. Empezamos a llevarnos bien, exepto Elías, a él no le agradaba. De todas formas, los demás la molestaban por eso a tal punto que... Ammm, uh, se... Se suicidó- tenía una mirada triste en sus ojos, aquello parece que realmente le afectó. Ella, en consuelo, le regalo una sonrisa.

-Oye, no me va a pasar lo mismo que a ella, tengo mucha fuerza y carácter, aunque realmente lo siento- le indicó con la mano a donde debía ir. El resto del camino fue en silencio. -Bueno, llegamos- ambos bajaron del auto. Entraron en la casa que se encontraba en sumo silencio. Buscaron las cosas y empezaron a trabajar.

~...~

Ya Ziel se había ido y su padre había regresado del trabajo. Ni siquiera lo miró, tan solo se sonrió, había hecho un buen trabajo.

Ya era de mañana y se dirigía para la escuela emocionada, sí, emocionada. Tenía una sonrisa de oreja a oreja, quería ver a Elías. Estaba tan emocionada por verlo.

Ya en la escuela lo buscó por todas partes con la mirada pero no lo encontraba. Se fué al salón y se lo encontró allí. Estaba con sus audífonos, murmurando la letra de alguna canción. No había nadie más allí.

Se le acercó en silencio aprovechando para ver cada detañe de su rostro. Tan solo era hermoso, perfecto.

-Buenos días, mi hermoso y apapachable Eliza- rió aprovechando que no la escuchaba.

-Te escuchó ¿sabes?- la miró con un ojo cerrado y una sonrisa en sus labios.

-Ups, hehe, lo siento- rió nerviosa. Le sacó la lengua a modo de burla.

-De todas formas, Buenos días- saludó acomodándose en su lugar.

-¿Que escuchas?- curiosa miró los audífonos.

-Lindsey Stirling, phantom of the opera medley-

-Es buena- él le pasó un audífono para que se lo pusiera y poder escuchar. Estuvieron así un rato. Hablando de lo que se les viniese a la mente. Reían y bromeaban, era un ambiente relajado y que duró mucho...

~...~

Ya había pasado una semana y era hora de decir el proyecto frente a toda la clase aunque había un problema... Ezequiel estaba muy enfermo y no se podía decir el informe solo. Elías también tuvo un pequeño inconveniente, su compañero. Se había quedado en casa y el informe lo tenían que presentar ese día sino era 0 en presentación que era más de la mitad de la nota. También su compañero no había hecho nada del trabajo por irresponsable.

-Albaladejo y Hernández- llamó el maestro. Andrea sabía de la situación de Elías así que decidió hacer un movimiento arriesgado.
-Maestro, el compañero mío y de Elías no estan presentes, por ende estaba pensando en juntarnos y no sacar una mala nota. Nuestros proyectos se pueden mezclar fácilmente pues dice básicamente lo mismo- le explicó con calma.

-Bien, tienen media hora para escribir un informe propio- ella asintió y se sento al lado de Elías.

-Eliza, no me mates pero... Hice que el maestro nos uniera como grupo, tenemos media hora para escribir un informe en conjunto-

-Bien, no quería sacar un 0 solo por un irresponsable, además de que sé que eres alguien responsable, rápida e inteligente. No creo tener que preocuparme de los errores ortográficos y demás- sacó un papel de su mochila. Ella no se esperaba tal respuesta pero la hacia felíz.

Comenzaron a escribir hasta terminar, era mucho, pero hicieron un poco más de lo justo. Dieron el informe haciendo que todos quedasen boquiabiertos por la cruda manera de presentar aquel frío futuro.

Ya habían salido. Habían ido directa mente a un bosque ya que Elías le había dicho que había algo que quería enseñarle. Le había tapado los ojos a mitad de camino así que ahora andaba a ciegas.

-¿Qué acaso no entiendes el concepto de derecho? Camina recto, ni para la izquierda, ni para la derecha, y eso que te estoy guiando- se quejaba pues estaba haciendo que se perdiera cada vez más por estar al pendiente de ella.

-Ya deja de quejarte, tú eres el que se vá para el lado-

Paró en seco al ver el lugar al que la quería llevar. Era un lago fluorescente. Un espacio al que no se accedía, él no sabía la razón, tal vez estaba muy apartado pero sabía que no había nada malo en el agua.

-Ya estamos aquí- le destapó los ojos lentamente mientras sentía sus pestañas rozar con la palma de su mano. Al aclararse su vista quedo paralizada, era hermoso.

Elías tomó un bulto y se fué dentro del bosque. No lo siguió, pero no porque no tuviese curiosidad, sino por respeto. Ella también se cambió pues él antes de entrar le había dado una bolsa. Se pusó un traje de baño de cuerpo completo con unos pantalones cortos.

Elías llegó, tenía una camisa para el sol manga larga y negra, un traje de baño violeta grisáceo poco pico arriba de las rodillas. Su pelo estaba recojido en una coleta y aún conservaba sus espejuelos, apesar de esto último de verdad se veía diferente.

-Me alegro de que te quedé- se acercaba apaso lento esto ponía a temblar a la chica, la ponía muy ansiosa por un beso o que acariciara su mejilla, de tenerlo cerca. - ¿Te parece meternos después? Honestamente, en este preciso momento no me apetece- rasco su nuca. Estaba cerca, bastante cerca.

-Cargame sobre tus hombros- más que una pregunta era una orden.

-No, eso será otro día, te aseguró que te encantará el lugar- se dirigió a un columpio y se sentó. -Vamos, me aparecería hablar un poco más-

Hablaron una hora y media sobre la familia de él, sus gustos, series, mangas, parejas yaoi favoritas, etc. Luego se fueron metiendo poco a poco en el agua hasta llegar a tirarse de uno de los árboles que había cerca. Ya era de noche pero aún no quería despedirse, querían seguir pasando más tiempo juntos.

Estaban en el medio del pequeño trozo de lago abrazados.

-Quédate en mi casa a dormir, siempre me aburro de hablar con las mismas personas en la noche, esos dos aparecen al menos 6 noches a la semana- empezaron a reír. Este ambiente era muy relajado, se escuchaban los insectos de la noche y el azotar leve de las olas. La luna alumbraba un poco bastante esa noche y el brillo del agua se sumaba dando una hermosa iluminación. Los cuerpos de ambos calentandose entre si y sus alientos rozar.

-Bien, de todas formas no quiero ir a mi casa y me apetece seguir hablando. Mañana no hay más clases hasta enero, de verdad ni sé porque me aparecí a finales de semestre- Elías tan solo se limitó a sonreír un poco, le encantaba tenerla entre sus brazos.

Salieron del agua minutos después para secarse y dirigirse al auto.

Ella se había quedado dormida en el camino. Elías volteaba a verla de vez en cuando con una sonrisa en sus labios. Esa chica desde el principio capturó su atención, pero sabía que los otros dos lo iban a molestar con lo mismo.

Llegaron a la gran mansión. La cargó en brazos hasta su habitación. No se había encontrado a nadie. La acostó con sumo cuidado pero su torpeza actuó en ese precisó momento. Se enredó con el cable de la lámpara rompiendola y cayéndose al piso provocando un gran estruendo.

Andrea se levantó un poco alterada encontrándose a Elías tirado en el piso con un pequeño puchero, sin sus espejuelos y un cable enredado en su pie. Se veía algo adorable.

-¿Te encuentras bien?- Preguntó preocupada.

-Ehh, sí, perdón por levantarte, ¿me puedes dar mis espejuelos? Porfavor- se levantó de donde estaba y los tomó para luego ver cuanto aumentó tenían

-Puñeta, pero si estas más ciego que mi abuelo, tengo sus espejuelos, es por eso, él murió antes- explicó nerviosa sin ninguna razón.

-Lo siento, y sí, estoy muy ciego, pero bueno- se los pusó pestañeando para ajustar su vista. Desenredo el cable y se levantó.- vete a bañar, te traeré ropa-

-No apesto, pero gracias- se encogió de hombros. Señaló una puerta a modo de pregunta recibiendo un sí. Se metió y empezó a bañarse.

Luego de un rato salió al cuarto encontrándose un poco de ropa. Unos pantalones de elmo largos y sueltos, una camisa manga larga blanca y ropa interior. Se los pusó y se pusó a buscar a Elías. Lo había encontrado al lado de la puerta esperándola.

Para hacerles esta parte corta hablaron y al rato se quedaron dormidos.

Al día siguiente no hubo nada interesante. Tan solo habían visto varios animes y series.

~...~

Otras dos semanas habían pasado. Cada vez todo iba a mejor, tanto la relación con sus nuevos amigos como con su padre la cual se había vuelto una normal entre padre e hija.

Elías y ella hablaban muchísimo todo el tiempo. Siempre se la pasaban juntos. Reían, festejaban, trabajaban y bromeaban juntos, entre otras cosas. Tan solo tres semanas y ya se habían vuelto mejores amigos. Aunque ambos querían ser algo más era muy temprano. Él jamás la había llamado por su nombre, siempre era Albaladejo.

Ahora se encontraban en una pequeña fiesta entre los cuatro festejando ya el fin de clases y las navidades. Andrea estaba sentada en el sofa viendo nemo junto a David.

-Oye- llamó la atención Ezequiel quien entraba.

-¿Si?- contestaron los dos a la vez.
-Vamos, tenemos que agradecer por algunas cosas-

-Lo que sea- se quejó Andrea levantándose del sofa. David la seguía por detrás.

-Bueeno, yo ckmienzo- habló Ezequiel contentó pues esta era su parte favorita en todo el año- Yo agradezco el haber escuchado a Elías reír a carcajadas y volver a estar sano, también el poder ir a la universidad de una vez, aunque eso es para el próximo año estoy seguro que lo lograré, prefiero decirlo-- lo interrumpió Andrea pues sabía que no se callaria por un buen rato si lo dejaban.

-Yo agradezco el saber como es tener amigos, jamás había tenido aparte de mi hermano pero pues- se encogió de hombros.

-Yo agradezco el poder tener a una fujoshi en el grupo, me estaba cansando de ser al único al que le gustara el yaoi- agradeció Elías con una sonrisa hermosa.

-Yo agradezco el tener a una subdita tan como Andrea, en realidad deberías agradecer que tengas a este papasote por rey- todos lo miraron mal pero el las ignoró- No, pero ahora en serio, agradezco el haber podido pasar tiempo contigo- le sonrió sinceramente. Una sonrisa honesta, no arrogante ni nada, sino una de verdad agradecida.

-No te mueras- suplicaron los tres fingiendo llorar.

-NO ME TOQUE, PLEBEYOS- todos comenzaron a reír a carcajadas. Continuaron hablando un rato. Elías se había ido a servir bebidas mientras los otros hablaban.

-Andrea, ¿quieres?- le preguntó haciendo que su corazón volcará, una felicidad inmensa recorrió todo su cuerpo y unas ganas de gritar por la emoción la inundaron.

-S-Sí- respondió nerviosa. Si tan solo el que la llamará por su nombre la ponía así, no quería saber como la iba a poner escuchar un 'te amo' o algo por el estilo.

Todo continuó normal. Se habían quedado a dormir en la habitación de Elías. Andrea junto a él y David y Ezequiel en unas camas que venían con la cama en sí.

A la mañana siguiente todos se despidieron y se dirigieron a sus casa. En unos días sería noche buena, todos estaban emocionados por eso, sobretodo Elías.

~...~

Era noche buena. Su madre y hermano iban de camino para la casa de su padre y ella.

Tocaron la puerta dando por llegados a su hermano y madre. Ambos al verla tan hermosa seacercaron, habían planeado una noche muy divertida. Ella a cada paso que daban se alejaba algo asustada.

-Porfavor, es noche buena, tan solo quiero estar como una familia normal, sin nada más que una buena cena. Papá y yo preparamos pavo, cerdo, flan de vainilla y-- su hermano la atrapó. Estaba asustada, sentía que estaba traicionando a Elías, no quería, lo amaba de verdad. Tanto que no le importaba si jamás la tocaba o estaba con otra, si se alejaba de ella, tan solo le importaba su felicidad.

Todo esto lo estaba viendo desde la ventana, no escuchaba nada pero estaba más que claro cual era su secreto. No importaba eso pero esperaba que al menos lo hubiese dejado de lado. Elías pensaba que ella gustaba de él, que tenía una oportunidad pero ver esto le debo en claro que no era así. Se fué frustrado, había planeado confesarse esa noche.

Durante un rato Andrea había peleado con ellos para que la soltarán. Lo había logrado pero ahora se hallaba escondida en su cuarto. Su padre estaba hablando con ellos pues sabía que su hija sentía algo por un chico pues se pasaba suspirando y riendo sola, sin siquiera tener el teléfono en mano.

Ella tan solo quería estar con él, tan solo quería estar en sus brazos sintiendo sus besos y caricias, escuchando su cantar para hacerla dormir, quería que esta noche desapareciera para poder estar a su lado.

~...~

Ya era de mañana, se había quedado dormida en su cama pensando en Elías. De verdad pensaba que era tonto pero adoraba esa sensación de felicidad y emoción cada vez que pensaba en él. Esa sonrisa que se le escapaba cada vez que recordaba cuando la había llamado por su nombre, tan solo eso llenaba su corazón de alegría.
Se preparó rápido, había quedado con él al del medio día pen el parque abandonado que quedaba cerca de su casa. Se había puesto algo sencillo. Una camisa de Super Mario manga larga gris, unos pantalones negros y sus conversé altas rojas. Su pelo suelto pero con una bandana roja mostrando todo su rostro.

Llegó al parque, él ya estaba ahí. La miró serio, incluso decepcionado. Eso fue como si dagas hubiesen sido clavadas en su corazón.

-Eli- le sonrió algo asustada.

-Te acuestas con tu familia... Sabes, ayer fuí a tú casa para poder pasar la noche juntos y me encuentro con una escena de verdad desagradable- su corazón se había detenido, esto no podía estar pasando.

-Elías, yo... Lo hacía, con mi hermano y padres pero hace demaciado no lo hago, desde que te conocí, desde la primera vez que ví tus ojos. No quiero ni quería que me miraras de esa manera, duele demasiado. Sé que soy un asco de persona, que soy una puta asquerosa pero porfavor... - quería llorar, de verdad estaba desesperada por su perdón.

-...¿Antes?- preguntó aún no muy seguro.

-Sí, anoche ellos vinieron y se tiraron sobre mi tratando de... Bueno-

-Tan solo espero sea verdad, no me importa demasiado si lo hacias antes, bueno, sí, pero lo puedo olvidar, sin embargo que lo estuvieses haciendo aún me daba asco.- esto la hizo muy felíz, tenía una oportunidad con él.

Sin pensarlo lo abrazó. Lágrimas corrían por sus mejillas, de verdad la había asustado.

-¿Me querrías aún si no soy virgen? No soy una santa, tampoco estoy pura pero... - escuchó como reía levemente reposando sus labios en la nuca de ella.

-Me dá igual, ya te lo dije, te amaría sin importar que... Te amo sin importar que... - Más lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. No podía estar más felíz. Se le había olvidado incluso como repirar, le había dicho que la amaba, sin importar lo que había hecho.- Lo único que me importa es ser el último, además, ¿quién dijo que yo era virgen?-

-¿No lo eres? No te puedo imaginar en esa situación- dijó mientras limpiaba sus lágrimas.

-Nop, aunque tampoco me apetece contarlo ahora- besó su naríz y luego sus labios. Un beso sin malicia, con amor tan solo con la intención de sellar una promesa silenciosa.

Estar para siempre junto

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top