Perfecto [GoldFred]
Perfecto, así es como cada chico se creía a si mismo.
Ambos eran un par de egoístas ególatras, que aunque lo negaran, necesitaban uno del otro.
Justo ahora se encontraban en el cuarto del rubio oscuro, mas preciso, su cama.
Habían tenido una de sus tantas noches de pasión, uno pensaría que ambos están acurrucados bien abrazados.
Pero la realidad era otra, cada uno se daba la espalda, como si el contrario no existiera.
Cada uno perdido en sus pensamientos.
Fred, se regañaba así mismo por el sentimiento en su pecho, ese sentimiento que se prometió así mismo no tener con el chico que tenia detrás.
Gold, el trataba de convencerse de que no se estaba encariñando con su "amante", después de todo ese había sido el trató.
Ambos eran tan orgullosos como para admitir que lo que comenzó como un simple trato se estaba volviendo una "linda" relación.
Y es que, en un principio sólo se trataba de sexo, no era más que eso, satisfacer el uno al otro.
Pero al parecer ambos rompieron la única regla de su juego, "no enamorarse", ambos se regañaban mentalmente, era obvio que se iban a enamorar.
No se quedaría como, sólo sexo por toda la eternidad.
Tenían que enfrentar la realidad, pero les aterraba, ninguno había tenido una relación alguna vez, así que esto sería nuevo para ambos.
También estaba la parte del orgullo, ninguno cedería a confesarse primero.
Fred se volteó, viendo frente a sí, la espalda de su "pareja", esta tenía un par de rasguños, causados por él.
Tal parece que el rubio percibió aquella mirada, pues se volteó dando frente al azabache.
Ambos se miraron, expectantes, esperando a que el contrario dijese palabra alguna, cosa a la que ninguno se atrevía.
Después de un, muy, largo rato ambos suspiraron derrotados, aún acostados se acercaron el uno al otro, estando a una distancia prudente el menor hablo.
-Creo que tanto tu, como yo, sabemos lo que está pasando-
El rubio solo asintió.
-y es momento de afrontarlo-
Volvieron a quedar en silencio, Fred tenía un nudo en la garganta que no le permitía seguir, y Gold simplemente no tenía palabras.
-escucha-
De pronto la profunda voz del mayor rompió el silencio.
-tu y yo sabíamos que esto pasaría-
El azabache asintió con la cabeza mirando a los ojos de su contrario.
-ambos sabemos, que no somos los mejores en esto de las relaciones, pero no veo otra opción...-
El mayor sin decir nada se posicionó sobre el azabache, acorralando lo contra la cama.
-Fred...-
El nombrado posó sus brazos sobre los hombros de su mayor.
-Gold-
El rubio oscuro se acercó más a su sumiso.
-¿serias mi amante?-
-claro que si-
Ambos unieron sus labios, por fin, en un acto de amor.
Y es que, así como eran ellos, así sería su amor, Perfecto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top