Serval. (encuentro)
Ya pasaban de las ocho y se dispuso a cerrar su pequeño negocio, era un día muy tranquilo y casi no hubo gente por lo cual mejor aprovechará su tarde leyendo un rato.
Krest vivía solo desde hace cinco meses, desgraciadamente sus padres habían muerto en un accidente de tráfico y no tenía a nadie más, por lo cual se vio en la necesidad de abandonar la escuela y dedicarse a su negocio familiar, una pequeña cafetería.
No tenía muchos clientes ya que el lugar donde se encontraba no era muy...seguro, al menos ya no. Para desgracia de la gente últimamente había muchos asaltos y negocios de drogas, un cartel parece se había mudado ahí por lo que la paz del lugar se vio truncada, incluso muchos de sus vecinos y conocidos ya se habían ido o estaban por hacerlo. Su familia había planeado lo mismo pero, por desgracia, ese accidente trunco sus sueños y ahora el menor estaba atrapado ahí y solo.
La noche cayó y con ella la obscuridad y el silencio.
En una cama un joven de recién cumplidos 18 lloraba amargamente mientras abrazaba con fuerza la almohada de su madre, desde que perdió a sus padres acudía todas las noches a su alcoba en busca de consuelo.
Los extraño tanto.
¿Que hacer?
Habían decidido que se mudarian a Francia, de dónde su madre era, pero ahora, todos sus ahorros se fueron en el funeral, el negocio no estaba produciendo lo suficiente más que para pagar las cuentas y no podía vender ya que nadie quería comprar ahí.
¿Que podía hacer?
¡Krooomm!💥💥
Fuertes ruidos se escuchaban afuera, se oía como personas corriendo y..
¡Bang!💥
Y disparos, una serie de disparos se escuchó después.
Esto aterró a Krest que no tardó en apagar la luz y esconderse en las mantas, quería llamar a la policía pero, ya lo habían hecho antes y está nunca llegaba.
El ruido duró un par de minutos, más no fue lo único, también se escucharon unos gritos y...
¡Crash!💥
El fuerte sonido de cristal rompiéndose lo alertó, en especial porque se escuchaba en la parte de abajo de su casa...¡Dónde se encontraba la cafetería!
¡No!
Con todo el terror del mundo se paró corriendo y fue directo a las escaleras que comunicaban con la parte baja, armado solo con un palo de escoba y temblando como gelatina.
El pasillo estaba obscuro y no se escuchaba absolutamente nada, con mucho miedo y apretando con fuerza su "arma" bajo los escalones hasta la puerta, se armó de valor y quitó el seguro, solo daría una mirada rápida y si veía a alguien cerraría y subiría corriendo a esconderse.
Estaba obscuro, no se oía absolutamente nada, trago grueso y busco a tientas el interruptor, un haz de luz iluminó el lugar. Todo parecía en orden, la reja estaba cerrada, las sillas y mesas estaban en su sitio, lo mismo que la planta en la entrada, nada parecía fuera de su lugar.
Que extrañó...tal vez fue mi imaginación.
Krest dejo el palo de escoba y se adentro más al local, No, nada fuera de lugar salvó...
Sus ojos se abrieron al ver los restos de vidrio en el suelo. La ventana estaba rota, era la única en ese sitio, ubicada a un costado de la entrada, el castaño se asusto y alivio al mismo tiempo, estaba muy alta y era pequeña, lo suficiente para que solo un niño pudiera ingresar, también estaba a tres metros, muy alta a su criterio.
De seguro arrojaron una piedra.
Lo más probable, no sería la primera vez, su padre hizo muchos corajes por ello ya que esos vándalos gustaban de romper los cristales, se supone iban a ponerle protección pero, decidió limpiar y después a la cama, por fortuna todo el ruido había parado por lo que esos tipos ya se fueron, recogería los vidrios y después...
Pero al girarse se encontró con una enorme sorpresa...¡Un gato enorme estaba escondido entre el refrigerador y la pequeña alacena dónde guarda las escobas.
¡Eso no era un gato! Era demaciado grande para serlo, casi tanto como un perro, aunque tampoco era una pantera....¿Oh si?
El felino de pelaje obscuro y ojos obsidiana le miraba fijamente, era muy delgado y sus orejas largas y puntiagudas, su cuello era largo y estaba adornado con un collar plateado y una piedra preciosa, pero lo que más aterró a Krest fueron esas garras y los colmillos del animal que eran muy grandes a su parecer, le miraba furioso y gruñía con fuerza.
El castaño no sabía que hacer, se había congelado en su sitio y...¡El animal se había parado!
Camino lentamente hasta el humano, mirándole desafiante todo el tiempo, este intento volver a tomar la escoba pero el felino fue más hábil, de un salto lo derribo colocando sus patas en sus hombros, Krest grito aterrado y adolorido, la fuerza del animal era mucha, pesaba aún más de lo que aparentaba.
Lo miro por unos segundos, estaba aterrado, las lágrimas que bajaban de sus ojos y el aroma de miedo lo confirmaban, una última olida a su cuello y se bajó, camino hasta una esquina donde comenzó a lamer su pata, tenía una herida de bala la cual sangraba mucho.
Temblando Krest logro sentarse, mirando con miedo ¿Que era? ¿Una pantera? ¿Un jaguar? ¿Un tigre? Dudaba que fuera alguno ya que su tamaño no era tan grande pero....
De improviso el enorme gato fijo su mirada en la puerta abierta, aquella que conectaba con la casa, de un brinco se paró y hecho a correr a las escaleras, Krest parpadeo unos segundos antes de pararse y salir corriendo detrás de él, al llegar arriba no lo vió por ningún lado, volvió a armarse con su fiel escoba y empezó a buscarlo, no había nada en la sala y el baño, su habitación estaba cerrada, miro esperanzado la ventana, tal vez había escapado como entro, rompiendo un vidrio, pero para su desgracia las ventanas del pasillo estaban intactas así qué...
¡Crash!💥
Ruidos en la cocina lo alertaron, fue corriendo hasta ahí, encontrando al intruso.
El gato estaba parado en sus patas traseras, devorando los restos de la cena que aún quedaban en la olla.
¡No! ¡Bajate, Shu,Shu!
Pero los quejidos de Krest sirvieron de nada, solo gruño y continuo devorando la comida sin darle importancia a las quejas del menor, cuando acabo de comer siguió inspeccionando la casa, paso a un lado del humano que solo dio un brinco y se pegó a la pared, continuo su recorrido hasta llegar a una habitación abierta entro y comenzó a oler todo.
Krest lo veía desde el marco de la puerta abrazando con fuerza su escoba ¿Que tenía que hacer? Llamar a la policía o a control de animales.
¡Hey, no!
Se enojo al ver como el gato se trepaba a la cama de sus padres y comenzó a amasar las mantas, para acto seguido acostarse.
¡Bajate de ahí! ¡Gato malo, malo!
Un gruñido salió de su trompa al sentir como las cerdas de la escoba picaban sus costillas. Krest intentaba retirarlo con la escoba, mientras el gato comenzaba a gruñir molesto.
¡Quítate! ¡Estás ensuciando todo de sangre!
.....😾
¡Bájate!
....😾 (No)
¡Obedece!😡
.....😾(¡que no!)💥
¡Ahhh!😱
Las garras salieron a relucir, con solo un movimiento la escoba termino partida por la mitad, pero no fue todo, el animal se paró amenazante y el chico salió corriendo despavorido. En cuanto salió del cuarto la puerta se cerró y el seguro de esta no tardó en escucharse...¿?🤨....un momento...ese gato...¡Lo dejo afuera!....😠
¡Hey, abre la puerta! ¡Maldito animal! ¡Salte de mi casa!😠
....😾 (¡Ya cállate y deja dormir al prójimo!)
Toda la noche el castaño estuvo golpeando la puerta, pero el gato no se fué...ni esa noche ni las que siguieron.
*****////
(Dos semanas después)
Buenos días 😴
Un adormilado Krest se asomaba a la cocina, tenía que preparar el desayuno para él y su...¡Indeseable inquilino!
Para su desgracia no se había podido deshacer de ese enorme Serval. Ya había buscado por Internet que clase de animal era y resultó ser un Serval, o almenos era el más parecido ya que este era un poco más grande de lo normal y totalmente negro.
No importo cuanto intentará deshacerse de este, simplemente no lo lograba, la policía no le creyó cuando les dijo, incluso lo tacharon de loco, los de control animal...
Si, ajá, tiene un Serval en su casa, una de las mascotas más extrañas y caras...y quiere deshacerse de él ¿Cierto?...y dice que llegó por arte de magia....¿Verdad?
....😑....
Tampoco ayudaron.
Al final Krest acepto dejarlo vivir ahí...no es que tuviera muchas opciones.
Y la compañía era... agradable.
Za-Zaphiri...ya está el desayuno.
Pero seguía teniendo miedo de este😨
Le costó un poco atinarle al nombre, en especial porque...bueno....los animales no hablan...¡Pero si que son chocantes!😣...o almenos este lo era. Se ayudó gracias al carisimo collar que tenía en su cuello, un zafiro azul, casi negro, adornaba el accesorio.
Por medio de señas Zaphiri le dió a entender su nombre, después de que se canso que le llamara gato ¡Gato esto! ¡Gato aquello! ¡Que molestó!😾 El pobre de Krest se ganó una buena cantidad de zapes con esas pomposas patas, pero al final, después de todo un día de esfuerzo, logro atinarle al nombre.
Bien, vamos a revisar tu pata.
....😾(no)
Zaphiri ¡Obedece!
....😿(bien, gracias).
El disparo que había recibido en su pata le dejo un gran agujero, en principio Krest se asusto e intento llevarlo a un doctor...¡El puto gato no cooperaba para nada!😡 Parece que entendía perfectamente todo lo que el decía, pues en cuanto le mencionó la palabra veterinario ¡Le dió tremendo zape para después negar con la cabeza! ¡Veterinario no! Por lo que no le quedó de otra más que curarlo el mismo, no le gustaba que fuera dejando rastros de sangre en toda su casa, suficiente con la primer noche.
Voy a aplicar desinfectante, o.k.
....🙀
Y pese a su tamaño y carácter...¡Era un miedoso de primera! Krest sonrió y procedió a desinfectar con alcohol, le daba mucha risa la cara de sufrimiento que Zaphiri hacia, sus gestos eran muy graciosos, cuando terminó lo vendo y después se fueron a desayunar.
Había aprendido que Zaphiri era un Serval muy caprichoso y mimado, el no aceptaba la comida para gatos ni carne cruda, prácticamente tenía que cocinar como si se tratara de una persona y darle doble ración, así como una manzana en cada alimento, era su fruta preferida...raro, siempre pensó que el kiwi era la fruta predilecta de los gatos.
Bueno, es hora de abrir, quédate quieto y no rompas nada, entendiste.
....😼 (Ya vete a trabajar y déjame dormir)
El minino lo miro para después acostarse en el sofá, Krest no dijo nada más y se fue al trabajo, ese gato en ocasiones parecía humano.
Toda la mañana se la paso preparando pequeños postres para el día, no mucho solo lo que creía se venderá, después de todo no puede desperdiciar, en especial ahora que ese gato gruñón vive ahí.
Aún se preguntaba ¿De dónde salió?
Es obvio que debe pertenecer a alguna persona rica, el collar que trae lo demuestra, pero...¿A quien?
Comenzaba a atardecer y el frío empezó a calar los huesos a esto le siguió una llovizna repentina, no fue tan malo ya que gracias a ello tuvo un poco de gente, la cual buscaba refugiarse de la lluvia y algo caliente.
En un momento les traeré su pedido.
Gracias.
Ya eran las siete de la noche, Krest preparaba un par de capuchinos irlandeses junto con unos waffles salados, todo bien hasta que...
¡Ahhh!
El grito de la chica lo asusto, al girarse se encontró con la sorpresa de que Zaphiri estaba ahí.
El Serval había bajado a ver, aburrido porque no había nada interesante en la tele y ya tenía hambre.
¡Zaphiri quieto! Descuide no hace nada.
La chica se relajo, así como su acompañante, la verdad es que el minino asustaba a primera vista.
Por su parte Zaphiri los vio con indiferencia, al igual que a una pareja de amigos que estaba en otra mesa y un chico solitario en la barra, trono la trompa y decidió ignorarlos, para acto seguido caminar dónde Krest.
(Snif, snif)
El aroma del café y el waffle le llamo la atención.
¡Zaphiri no!
El Serval intentaba comerse la orden y Krest hacia un esfuerzo sobrehumano para alejarlo, algo imposible ahora que se había parado en sus patas traseras alcanzando con facilidad la charola con los alimentos. Los comensales miraban confundidos la pelea entre el castaño y su mascota, más no pudieron evitar reírse cuando esté le dió un zape al menor mientras lo reprendía con furiosos gruñidos.
¡Maldito gato mimado! ¡Ten!
Enojado, y en vista que ya lo había babeado, Krest dejo la orden en la única mesa libre en la esquina del local. Grande fue la sorpresa para los clientes al ver cómo ese enorme gato se sentaba en sus cuartos trasteros sobre una silla y comenzaba a tomar un poco de café mientras veía con superioridad al dueño.
Lo lamento mucho, en un momento les prepárate otra orden.
Se disculpó el castaño muy apenado con sus clientes, estos aceptaron sin ningún problema, la verdad a todos les hizo gracias la pequeña pelea de esos dos, se notaba que ese gato era un consentido, en especial cuando comenzó a maullar exigiendo más comida, no se calmo hasta que Krest le trajo una manzana picada.
Paso una hora y los clientes salieron del lugar, ya había terminado de llover y era hora de cerrar.
Zaphiri no puedes comerte la comida de los clientes, tampoco puedes entrar en la cafetería cuando quieras, quédate arriba hasta que yo vuelva ¿Entendiste?
Krest regañaba a su traviesa mascota mientras aseguraba las puertas y procedía a acomodar las sillas y limpiar un poco.
Está de más decir que al felino le importaba un pepino lo que dijera, solo le veía aburrido como caminaba de un lado a otro.
Cuando terminó subieron a la casa, se quedaron en la sala viendo una película. Desde que Zaphiri llegó ya no se sentía tan triste y solo. Ok los primeros días había estado muy asustado de que el felino le hiciera algo, pero con el paso de los días...ahora estaba seguro que no lo lastimara.
No comas tantas palomitas, te va a hacer dañó
Sentados en el sofá, uno en cada extremo y con un gran tazón de palomitas en el centro, los ojos azules veían como ese gato se empaquetaba toda la botana...¡Parece barril sin fondo!😑 Lo dejo pasar, no importa cuánto lo regañe, ese gato gruñón siempre hace lo que quiere.
Los bostezos comenzaron a salir de su boca, hoy fue un día atareado y estaba muy cansado, lo último que recuerda haber visto fue cuando Liam Nelson encontró al hombre que secuestro a su hija en Francia, después de eso se quedó dormido pero... juraría que le pareció ver una silueta muy alta en la obscuridad.
Krest despertó a la mañana siguiente...¡En su cama! Cubierto por las mantas y sin sus zapatos...¡¿A qué hora se fue a acostar?! No recuerda haberlo hecho...¿Oh, sí?
Que raro... juraría que me dormí en la sala.
No le dió importancia y se paró a trabajar, tomo ropa limpia y se encamino al baño, al llegar....¡Tocó la puerta!
¡Oh, si!
Resulta que ese maldito gato incluso sabía ir al baño, la primera vez que lo vio y escucho el sonido de la palanca se quedó con el ojo cuadrado, ese jodido animal estaba más educado que muchos amigos que él tenía...¡Incluso sabía usar la regadera!
Se escuchó el típico click de la puerta y Zaphiri apareció, bostezando con fuerza mientras deja al descubierto sus filosos colmillos.
Buenos días Zaphiri ¿Cómo amaneciste?
Una ligera caricia en su cabeza y ya, el minino no deja que lo toque por más tiempo, salvó cuando cura su pata. Krest entra al baño para arreglarse mientras Zaphiri se acuesta en su cama.
Pese a que está cachorro...¡Krest pesa mucho!
Zaphiri se estira en la cama y espera, tiene hambre y es momento de que su...¡Sirviente! Lo alimenté.
Tuvo suerte mientras escapaba de esos humanos tan locos, encontró un escondite cálido y seguro, o algo así, su único habitante era un cachorro humano y este era muy fácil de manejar.
Su pata ya estaba casi curada pero descansaría otro poco, antes de buscar a su clan.
Continuará....
********////
********////
*******////
Iniciamos otra historia nueva.
No será muy larga, tal vez cuatro o cinco capítulos a lo mucho.
Ojalá les guste.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top