no soy tu... puto.

🔞
Advertencia.
Escenas de sexo implícito, le lenguaje fuerte, leer bajo su propio criterio.

***

-¡Ahhh, más, más!

El golpeteo en el aula era acompañado de un coro de gemidos y súplicas así como gruñidos bajos.

-¡Ahí, dame ahí!

-....ok...

Podía sentir como su pene era tragado una y otra vez por esa pequeña cavidad, siendo apretado de tal forma que lo hacía gruñir cuál bestia en celo.

Algo en su interior explotó, logro sentir como sus testículos se calentaban y ese ardor subía hasta la punta de su polla, pero no era el único su compañero había alcanzado el orgasmo, ese pequeño cuerpo se había arqueado debido al placer regando su semilla en su abdomen manchando su camisa mientras el diminuto agujero lo exprimía de una forma tan exquisita que no pudo aguantarse y termino llenando con su leche toda la cavidad.

El salón estaba vacío, pero limpio un poco para que no se dieran cuenta de lo que ahí paso.

Cuando giró a ver a su compañero este ya se había acomodado la ropa y se dirigía a la salida por lo que se apresuró a seguirlo.

-oye, Krest, te gustaría ir a....

-nos vemos.

Ni siquiera lo dejo hablar, Krest se alejaba sin mirarlo, soltó un suspiro y se encamino a su siguiente clase, ya debería estar acostumbrado a ese trato tan frío por parte del castaño, después de todo lo que ellos tenían era solo sexo y nada más.

Ingreso al salón tomando asiento.

-¿Otra vez?

Un pelirrojo le miraba con el ceño fruncido mientras cruza sus brazos.

-(suspiro) es la última vez, lo prometo.

-si, claro, eso mismo dijiste la vez pasada y la pasada y antes de esta, ya hasta perdí la cuenta, Zaphiri ya mándalo al diablo antes de que te metas en problemas.

Miro a Lugonis, tenía razón, estaba comenzando a enamorarse y eso terminaría muy mal, mejor lo terminaba ahora que...bueno...la verdad...¡Ni siquiera sabía que tenía que terminar! ¡No eran nada! No eran novios ni amigos con derechos, ya que no eran ni amigos o compañeros, la verdad solo se veían cuando Krest lo arrastraba a un lugar solitario solo para coger y al terminar se iba, esa era su única "relación".

-no te preocupes, esta vez lo voy a cumplir, ya no volveré a verlo....lo prometo.

Lugonis sonrió y abrazo a su compañero, era lo mejor, conocía a Zaphiri de toda la vida y sabía que tarde o temprano saldría herido por culpa del ninfómano ése.

******

Pero como inicio todo este lío te estarás preguntando, bueno, todo paso hace tres meses aproximadamente.

******

Zaphiri sabía muy bien quien era Krest Diamont, todos los sabían.

Un lindo doncel de segundo año, muy guapo, listo, mejor alumno de todo el plantel, mejor jugador de ajedrez y consentido de los profesores, admirado por muchos y deseado por más, pero lo que más llamaba la atención de este pequeño eran los chismes que corrían sobre su persona.

¡Krest tenía un libido insaciable! Ese pequeño y serio niño era realmente un adicto al sexo que parecía siempre estar en celo, muchos formaban parte de sus "conquistas", alumnos de su salón, otros salones y grados, incluso de otros planteles y algunos profesores, la verdad el gran número de leyendas que se contaba sobre su persona eran cientos, más no se podían confirmar ya que Krest no parecía ser de ese tipo, siempre serio y arrogante, incluso veía a sus compañeros con desprecio, incluído aquellos que aseguraban ser su amante en turno, lo veías siempre solo o estudiando, la verdad Zaphiri siempre creyó que esas cosas eran patrañas, mentiras creadas solo para desprestigiar al menor, almenos eso creia hasta que...confirmo que no.

Ese día el bicho caminaba por los laboratorios buscando a su compañero Aeras, no había nadie en el pasillo, parece que había llegado tarde, estaba por regresar cuando un ruido proveniente de una de las aulas captó su atención, creyó que su compañero estaría ahí por lo que entró sin tocar....grave error.

-lo....lo siento.

Los colores de le subieron al rostro y no tardó en cerrar la puerta para salir corriendo de ahí.

Adentro se encontraba Krest, recargado en la mesa del profesor mientras uno de sus compañeros, Rasgado, lo penetraba con fuerza, aunque esto solo fue hasta antes que Zaphiri abriera la puerta, por qué después de eso perdió toda la fuerza.

El bicho no dijo nada a nadie, la verdad es que estaba muy sorprendido, decidió olvidarlo y dejarlo como mala experiencia.

Dos semanas después, cuando ya ni se acordaba del tema, una sorpresa lo atacó en la biblioteca.

Cómo odiaba las clases de redacción, era pésimo para ello, siempre comete faltas de ortografía, no sabe cómo ordenar sus ideas y plasmarlas, la verdad si lograba pasar la materia era gracias a la ayuda de Lugo, por desgracia el pelirrojo esta enfermó y no vendrá en toda la semana.

El bicho está recluido hasta la esquina, entre dos anaqueles llenos de libros de química, no se sienta al frente ya que le da miedo la bibliotecaria que tiene cara de ogro come niños, tampoco le gustan las mesas grandes dónde los chicos se ponen a platicar en lugar de estudiar, incluso por eso usa audífonos para bloquear un poco el sonido aunque no esté escuchando nada, la luz fuerte de la entrada y el tragaluz le molesta, él es más de espacios cerrados y obscuros, todo parece ir bien hasta ahora, el cuento que desarrollar no le está quedando tan mal ...bueno ...casi ... que tan creíble es que un escorpión mutante, con poderes y un Ki de 100 000, inicie una guerra contra la raza humana solo porque se acabaron las manzanas y su secuas sea un tejón con complejo de pollo....¡Mierda! ¡Era pésimo! ¡Estúpido Lugonis y su salmonelosis! Él le dijo que comer ensalada de verduras le haría daño, mejor se hubiera comido los tacos de carnitas que sugirió, pero no, tenía que comer sanó.

El bicho borro su historia y volvió a iniciar de cero...esto iba pa' largo.

Estaba tan metido en su tarea que ni se percató de la pequeña figura que estaba a su lado y llevaba más de cinco minutos hablando, al menos no hasta que sintió un fuerte jalón de cabello.

-¡Óyeme idiota, te estoy hablando!

-¡Hay,hay,hay!

Enorme fue su sorpresa al encontrarse a Krest Diamont parado frente a él.

El castaño fue a amenazarlo por si se le ocurría decir lo que vió, Zaphiri inmediatamente le aclaro no le importa lo que hiciera con su vida, el podía acostarse con quién quisiera, no diría nada y no era necesario llegar a la violencia. Krest acepto no muy convencido, se retiró de ahí a una mesa al lado para hacer su tarea, claro que no dejaba de ver al moreno cada tanto, esto puso nervioso al bicho que no tardó en guardar sus cosas y salir corriendo de ahí, dejando inconcluso el párrafo dónde el tejón se empecinaba en comer tortitas de maíz quebrado y poner un huevo.

Por varios días Zaphiri se sintió vigilado...¡Y así era! Krest había empezado a seguirlo, el moreno empezó a asustarse ya que; tras miles de películas de terror, gore, crimen y animés, no se necesita ser un genio para saber que los asesinos más violentos y despiadados son aquellos que no lo parecen, dígase doncel bajito y frágil con cara de no mató ni una mosca, es obvio que el chico no le había creído y parece ser aún le guarda rencor por interrumpir el momento y tal vez quiera matarlo.

Pero digamos que Krest tenía otros planes.

-odio el taller de jardinería ¿Porque diablos me apunté?

-para complacer a tu mamá, sabes que adora las plantas.

Lugo solo hizo un puchero, maldice los ojitos de cachorro de su mamá Albafica que lo obligaban a hacer cosas.

-¿Te vaz?

-hoy no tengo entrenamiento, así que te espero para regresar juntos.

-¿De verdad?

-por su puesto

Okidoki! Gracias Zaphiri, entonces me voy, no tardó.

-esta bien.

No tardó en darle un fuerte abrazo y salir corriendo a su taller, odiaba regresar solo a casa.

Zaphiri solamente río y se encamino a la parte más alejada del jardín para dormir un ratito o jugar en su celular, lo que pase primero.

La tarde estaba agradable, no hacía mucho calor o frío, no había viento y el cielo tenía un bonito color, el bicho dejo su mochila a un lado, se recargo en un árbol y comenzó a cerrar los ojos Lugonis tardaría unas dos horas en regresar por lo que podría soñar un ratito, coloco sus manos tras su cuello y cerro los ojos, preparándose mentalmente para cuando el pelirrojo regrese y se empiece a quejar de todas las veces que se espino con las rosas, parece que esas flores de verdad lo odiaban.

Más no pasaron ni cinco minutos antes de sentir como alguien se sentaba de golpe arriba de él.

-¡¿Que diab.....

¡Santo escorpión dorado! Krest Diamont estaba arriba de él mirándole de manera tétrica, el bicho le miro con un deje de miedo...¡Carajo porque dejo el taser en su mochila y no en la bolsa del saco! ¡Ahora iba a morir!

-hola...Zaphiri.

-....ho....la...

-veo que haz cumplido tu palabra, no le haz dicho a nadie ¿verdad?

-¡Claro que no! Te dije que no lo haría, no tengo porque ir difundiendo chismes.

El moreno le miro enojado por la desconfianza, ok, tal vez no se conocían pero el era un hombre de palabra.

Krest le miro sorprendido, por lo general todos los que lo descubren siempre le acaban chantajeando con una buena cojida, pero Zaphiri ni siquiera le dirigía la mirada en los pasillos o había hecho un intento por acercarse.

El chico soltó un suspiro mientras pensaba, parece que podía confiar en él.

-disculpa...podrías bajarte.

-¿Eh?

Quería reír, Zaphiri estaba completamente rojo y con una cara de espanto, Krest decidió molestarlo un rato.

-no...¿Porque? ¡No te gusta que te monte!

La manera tan sensual y traviesa en que lo dijo hizo al bicho tragar grueso, estaba por reclamar pero el castaño comenzó a "jugar", Krest empezó a balancear sus caderas, restregando su culo sobre la pelvis del moreno, Zaphiri sintió como su cuerpo comenzaba a despertar y eso le asusto.

-¡¿Qué diablos haces?!¡Bájate!

-¡Nop!...mmm...se siente bien, me preguntó, cuan grande la tienes.

-krest bajate, no quiero problemas con tu novio.

-ah, no..no es mi novio, solo es un idiota al que le debía un favor y...¡Ah! Ya se está poniendo dura.

Krest no tardó en abrir su pantalón y bajar el cierre, liberando su erección que comenzaba a despertar.

-valla Zaphiri, estás muy bien dotado y eso que no está del todo firme, déjame ayudarte.

El castaño rápidamente la metió a su boca y comenzó a chupar cual paleta, Zaphiri apretó los dientes, quería empujarlo pero...si lo mordía, estaba por recordarle que estaban en un lugar público y podrían ser descubiertos...pero no sería así, las clases ya habían terminado y la mayoría de los alumnos ya se habían ido, solo quedaban algunos clubes y uno o dos maestros, Krest lo sabía, por eso se había acercado a hablar con el moreno y que esté se fuera al lugar más apartado dónde casi nadie iba...¡Fue perfecto!

-¡Quiero probarla!

El castaño le empujó para volverlo a acostar, ya que Zaphiri se había sentado, rápidamente bajo su pantalón y boxer y no dudo en auto penetrarse.

-¡Ahhh, está muy grande!

Carajo, Zaphiri si que sabía ocultar muy bien sus atributos, Krest ya se había empalado un par de veces sin preparar pero el bicho si que estaba "gordo", comenzó a rebotar deleitándose con el grosor, la dureza y el tamaño ¡Sacrebleu, que buen espécimen!

Zaphiri ya no tenía ni puta idea de lo que había pasado y como llego a esto, a la mejor si se quedó dormido y esto era un sueño, de ser así solo espera no hablar entre dientes y alguien esté cerca.

El castaño lo cabalgaba cada vez con más fuerza, sus manos se apoyaban en el pecho del moreno, el cual se sentía muy duro y trabajado, tal vez le quite la camisa.

-¡Ahhhhh!

No tardó en soltar un gemido más alto, el bicho había sujetado sus caderas y ahora lo recibía alzando la propia aumentando la penetración, ahora Krest podía sentir que tocaba las estrellas.

Unos cuantos embistes más y el castaño ya no podía, sus brincos comenzaban a perder impulso, en un rápido movimiento Zaphiri intercambio posiciones, ahora Krest estaba tumbado en el pasto con la espalda arqueada y sus brazos extendidos, sus piernas descansaban en uno de los hombros del moreno que seguía penetrando en una posición un tanto incomoda pero satisfactoria.

El bicho no tardó en sujetar la polla del castaño y comenzar a estimular, ya estaba rígida y chorreando líquido pre seminal por lo que no tardó en alcanzar el orgasmo.

Krest chillo al sentir como se corría en la mano de Zaphiri, pero eso no era todo, ese desgraciado seguía dándole con tal fuerza y velocidad que sentía lo iba a partir.

Por primera vez en su vida Krest había alcanzado el orgasmo antes que su amante y estaba satisfecho, tuvo que pasar otra ronda y otra corrida de parte del castaño para que Zaphiri al fin se dignara a regalar su semilla, mientras el se encontraba en cuatro gimiendo cual perra en brama.

Con trabajo Krest logro pararse y Zaphiri le ayudo a acomodar su ropa, estaba por disculparse pero el castaño no lo dejó, con paso torpe se alejo de ahí sin dirigirle una mirada o palabra, Zaphiri estaba en blanco ¡Que mierda acaba de pasar!

Cuando regreso al patio se encontró con Lugonis que ya lo estaba buscando, ya habían pasado las dos horas y él ni enterado.

El bicho decidió olvidar esa bizarra experiencia y seguir con su vida, ahora se sentía como un maldito violador.

Pero si bien esa era su idea, Krest tenía otra cosa en mente.

Pasaron tres días cuando Krest se lo volvió a encontrar de "casualidad". Acaba de terminar su clase de biología y decidió ir al baño a lavar sus manos, ya que habían disecado una rana, todo normal, seguía clase de álgebra y después arte, secó sus manos y se encamino a la salida, más antes de tocar la perilla está se abrió, dejando entrar al pequeño Diamont.

Zaphiri se quedó congelado y no sabía que hacer, desde "eso" no habían vuelto a hablar y...

Pero Krest si sabía lo que quería, no en balde habría esperando hasta que el moreno se encontrará solo.

El castaño cerró la puerta con seguro y guió al bicho hasta el lavabo.

-Krest ¿Espera qué?

-vamos, solo vamos a hacerlo un ratito.

-¡Qué! ¡Estás loco! Estamos en los baños de la escuela y no vamos a...

-¡Zaphiri!...o me coges en este instante o te juro que te armo un escándalo, voy a salir gritando que me intentas violar y te puedo asegurar que los profesores me van a creer a mí.

El bicho le miro incrédulo ¿No sería capaz?....¿Cierto?

-anda Zaphiri, vamos a divertirnos un rato si...acaso no te gusto la vez pasada.

¿Que no le gustó?...¡Mierda! Le había gustado tanto que ya hasta lo fantaseaba, el bicho decidió seguir su juego, parece que sin proponérselo se había convertido en el amante en turno de Diamont.

-¡Hay!

Krest soltó un grito cuando Zaphiri lo tomo de la cintura y lo sentó en la barra del lavabo, si quería una cojida le daría la mejor de su vida.

Comenzó mordiendo su cuello mientras una de sus manos se encargaba de estimular un pezón y la otra acaricia su muslo. La boca fue bajando hasta chupar el otro pezón, succiona y muerde buscando endurecerlo aún más, mientras su mano comienza a masajear la polla del menor.

Krest gime cuando Zaphiri comienza a mamarsela, chupando desde los testículos hasta la punta, la cual abre poco a poco con su lengua, no se equivocó, Zaphiri era un amante increíble, con una sola caricia y todos sus poros se activan, algo que nunca le había pasado.

En minutos Krest ya se encuentra con sus piernas rodeando la cintura del mayor, mientras sus manos se sujetan a su cuello y su boca se dedica a gemir. Zaphiri lo tiene empotrado en la pared, follando con fuerza, esas grandes y ásperas manos lo sujetan de sus glúteos, pellizcando de vez en cuando y dando una que otra nalgada, Zaphiri lo hizo gemir y correrse unas tres veces, lleno su agujero de manera tal que incluso cuando se baño esa noche el semen aún escurría en sus nalgas.

De esta manera, cada que Krest tenía ganas, por lo general era cada tres o cuatro días ya que su cadera quedaba muy adolorida debido a la intensidad del moreno, el galo buscaba a su compañero para darse un buen polvo.

****

Pero esto terminará

*****

-¿Zaphiri?

-....

-¿Estás bi....

-estoy bien, vamos.

Y pese a saber que terminaría lastimado parece se había retirado muy tarde.

El bicho cruzo el patio sin mirar atrás, en una esquina, alejada de todos, Krest se encontraba hablando con Ilias, el cual deslizaba la mano por las piernas del menor mientras lo acorrala contra la pared, para después Krest tomar su mano y llevarlo a quien sabe dónde.

Dolía, mucho, parece que al final no se alejo rápido como creyó, pero hasta ahí llegaba, ya no sería más el vibrador de Krest, no importa cuánto le quisiera y lo...amara.

La escuela termina y Zaphiri y Lugonis se dirigen a su casa, el pelirrojo ve con preocupación a su primo,  no hacía falta ser un genio para saber que está sufriendo, sabía que ese maldito enano no era bueno para él, pese a ello intenta animarlo.

-y....¿Cuánto le cobrabas al enano?

Pero no lo hace muy bien que digamos.

Zaphiri le mira con cara de " es enserio"

- lo...lo siento yo....

Más la carcajada no tarda en brotar de sus labios, logrando aligerar el ambiente.

-Lugo por favor...lo hacía por el amor al arte.

Responde el moreno mientras pasa su brazo por el cuello del menor y comienza a reír.

Esto hace sonreír a Lugonis, que no tarda en  pegarse más a él.

-tarado, ni para hombresuelo sirves...¡Zaphiri tenemos que comer, nada de amor al arte!

Los primos se alejan riendo.

Va a doler, cierto, pero el dolor es parte del amor y la vida, esto se supera y se sigue adelante y Zaphiri es lo que hará, seguir adelante, con suerte conocerá a alguien que solo lo quiera a él y no le use solamente como juguete sexual.

Algún día...

******
*****
*****

Ese Krest es todo un loquillo.
Una verdadera pena lo que dejó ir.

Pero yo sigo con una duda muy importante.

¡¿El escorpión mutante y su fiel amigo con transtorno de pollo habrán conquistado al mundo?!🤔

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