mi esposo (9)

Las vacaciones habían terminado  era momento de regresar a la escuela.

Nuestro pequeño castaño no estaba muy contento, adoraba estar en su casa, jugando en el patio con Milo, cocinar con Ecarlate, mirar series con Kardia o pasar las tardes platicando con Zaphiri, Krest era muy feliz en su hogar, junto a su esposo y sus cuñados....con su familia, pero desgraciadamente el periodo vacacional termino y era momento de regresar al colegio.

Una verdadera pena, apenas ayer finalmente fueron a nadar, toda una aventura por cierto,  ahora tenía que volver al salón.

Despertó temprano pero no se levantó, se hundio mas en su cama aferrandose a las mantas intentando postergar el momento, no queria pararse pero era obligatorio,  su uniforme colgaba junto al espejo, de mala gana comenzo a vestirse antes de salir miro el crucifijo que se encontraba en su buro, con mucho cuidado lo levantó,  era realmente hermoso, una cruz plateada con "cristales" en el interior,  Zaphiri la habia tallado solo para él, emocionado coloco el hermoso crucifijo  en la corbata, se veía muy elegante, reviso que llevará todas sus tareas y salió a desayunar con su familia.

El desayuno fue ameno, bromas por parte de los bichos, propuestas para las siguientes vacaciones, algunas propuestas para la cena, un desayuno alegre y familiar.

*****

Los estudiantes ingresaban por el portón entre risas y charla, claro que también había algunos apagados que casi corrían al edificio,  intentando ocultar las muestras de "cariño" dejadas por sus esposos en este período vacacional.

Desgraciadamente muchos  eran vistos solo como incubadoras por sus cónyuges, pedazos de carne sin voz ni voto que terminarían muertos después de cumplir su función.

Shion intentaba protegerlos, era muy exigente para permitir la selección de esposos, buscando dar paso solo a monstruos honorables y civilizados que protegieran y amarán a sus niños, pero no siempre lo lograba, al igual que los humanos los monstruos son maestros del engañó y pueden burlar al mejor cazador.

Regresemos al tema.

¡Corre!

Las risas rompieron el tenso ambiente,  los niños y monstruos giraron a la entrada su vista.

Krest llegaba corriendo en compañía de un escorpión azul.

Kardia y él habían pegado la carrera de repente para "ganar", tras ellos llegaron un escorpión dorado y uno escarlata haciendo pucheros por la trampa y segundos después el bicho negro que todos conocían.

¡No se vale! No dijeron que correrían 😫

¡cierto! Tramposos😣

Es su culpa por ser lentos, krest y yo ganamos.😄

Jejeje....ya....no se enojen.😊

Krest reía tímidamente mientras sobaba las cabezas de Milo y Ecarlate.

El rubio estaba abrazado a su cintura hundiendo su cabeza en su vientre cual hijo pequeño que se siente traicionado por su mamá,  por su parte Ecarlate solo lo veía con ojos llorosos.

Ya, no sean melodramaticos, Krest,  buena suerte en tus estudios querida esposa, vendré por ti en la tarde.

...¡Sí😊!

Los alumnos se sorprendieron al verlo llegar con tres escorpiones más, incluso comenzaron a mal pensar ¿Acaso él...?

Pero los murmullos y chismes le importaron muy poco,  solo se dedicó a despedirse de sus bichos, besando la cabeza de Kardia, Milo y Ecarlate mientras les desea un buen día y un ligero piquito a Zaphiri, ya que los niños celosos no permiten más hasta que se casen.

Los bichos se retiran felices, Krest ingresa al edificio ignorando todas las miradas, incluida la de tres jóvenes que bajaban de una limusina y vieron todo.

Todo eso  no le importa, está feliz y nada ni nadie lo va a arruinar.

*****
Pero claro, siempre existen los envidiosos que no se pueden quedar con la boca callada.

******

Pero miren nada más, Krest ¿Ya tienes hijos? Si que estabas urgido, no perdiste  tiempo cierto.

La carcajada de sus compañeros no tarda en inundar el salón, frente a el un chico de rubios cabellos se burla.

¡Que asco! Dejarte tocar por ese... insecto, pero bueno, dudo que algún buen mounstro se interesará en ti, salvó esa cosa.

.....

Cardinale lo mira con superioridad, apoyado por todo el salón, Krest voltea a ver disimuladamente a sus "amigos" pero estos no están interesados en querer ayudar.

Camus mira al frente con una sonrisa de autosuficiencia, se ve que lo disfruta, Degel se esconde tras un libro que cubre todo su rostro, Mystoria no rie, muerde sus labios y mira con timidez parece que quiere decir algo pero el miedo lo vence.

El castaño decide ignorarlos, no está de humor para pelear, desgraciadamente Cardinale no opina lo mismo y continúa presionando, molesto al sentirse ignorado y que sus burlas no causen el efecto deseado.

El rubio no paso unas vacaciones amenas al lado de su prometido por lo que busca con que desquitarse, su rabia aumenta al ver como kres lo ignora, incluso esta a nada de levantar la mano cuando...

¿Que es eso?

Sus ojos azules se topan con un hermoso crucifijo que brilla como estrella en el cuello del menor.

Y esto ..

No lo toques.

Por instinto Krest lleva su mano al cuello para protegerlo, no desea que ese imbecil lo toque, esto molesta a Cardinale, el rubio lo sujeta del hombro y comienzan a forcejear intentando arrebatarle la cruz.

Todo el grupo queda en silenció,  incluido el maestro que habia ingresado hace un par de minutos pero no hizo nada para evitar las agreciones contra el castaño, sin embargo antes de que el rubio logre  tocarlo un destello blanco brinca del hombro de Krest y se arroja contra Cardinale.

¡Ahhhhh!

Cardinale grita aterrado al sentir como su brazo es mordido, intenta aplastar al agresor pero el pequeño escorpión es muy escurridizo, trepa rápidamente por su brazo y brinca a su oreja, la cual aprieta con mucha fuerza.

Todos gritan sorprendidos y algunos asustados, su compañero grita y patalea intentando quitárselo de encima, pero el pequeño es muy ágil, finalmente cae en su cara, apretando con fuerza su nariz mientras levanta su aguijón, Cardinale casi se orina encima cuando esté apunta directo a su ojo izquierdo.

¡Algodón....No!

La suave pero a la vez firme voz de Krest se escucha en todo el salón.

Algunos se espantan al ver esa sonrisa...maliciosa, en la cara del menor, con paso firme se acerca hasta su compañero,  para acto seguido hablar con una voz dulce e intimidante a la vez.

Pequeño travieso, te escondiste en mi ropa...diablillo.

Cardinale estaba congelado, ni siquiera respiraba, sus ojos estaban clavados en ese enorme aguijón que amenazaba con dejarlo tuerto.

Ven aquí bebé...no vale la pena.

Miedo, el aura que desprendía Krest los asusta, si bien su rostro sigue siendo el de un ángel, esa sonrisa siniestra y mirada obscura los aterra, es como ver a un depredador jugando con ellos.

Krest le sonríe, extiende sus manos y el pequeño escorpión no duda en brincar directo a ellas, tan obediente como un perro.

Diablillo....¿Que haces aquí?

Chillidos es lo que obtiene por respuesta.

No es un escorpión pequeño,  abarca perfectamente la palma del humano, tan blanco cual nube pero con un aguijón tan filoso como espada, el animal responde a las preguntas con chillidos mientras se deshace en las manos del humano, para acto seguido girar hacia Cardinale mientras lo amenaza con su cola.

¡Ahhhh! No te acerques.

Aterrado el chico corre a esconderse tras su profesor asegurando que krest lo atacó.

¡que es esa cosa! Krest, aplastalo.

Lumines grita enojado mientras levanta su libro dispuesto a matar al escorpión.

Krest rápidamente lo pega a su pecho buscando protegerlo mientras se aleja de su maestro, no está dispuesto a dejar que lo lastimen.

Lumines le ordena entregarlo pero el joven no accede, mirando retador a su superior, el griterío que se ha formado llama la atención de los demás alumnos y profesores, así como el director.

¿Que esta pasando aquí?

La voz de Shion los asusta, el director les mira molestó.

Señor director....¡Todo es culpa de Krest! Intento matarme con uno de esos bichos asquerosos.

No es verdad, tu me atacaste primero e intentaste robarme.

¡Mientes!

Es verdad señor director,  yo estoy de testigo.

Shion escuchaba las quejas y exigencias de su profesor y alumno, incluso algunos más lo apoyaban pero...

Krest permanecía en silenció, acunando a Algodón contra su pecho.

Los verdes ojos del carnero se clavaron en la figura del menor y... sonrió, Krest se veía más seguro.

Soltó un suspiro y se acercó al joven, mirándole de forma dulce y paternal.

Krest,  podrías acompañarme a mi despacho, por favor.

Sin dejar de proteger a su mascota accedió, tomó sus cosas y se encaminó a la oficina, Lumines y Cardinale estaban por salir tras ellos para seguir sus injurias contra el castaño pero la voz fuerte de Shion y la orden de comenzar la clase los detuvo, así como la amenaza de hablar después de lo ocurrido con su profesor, sabía muy bien que Lumines era uno de los que le hacían bulling al chico y no estaba dispuesto a permitirlo.

Camus, Degel y Mystoria veían con pena y preocupación la puerta, se sentían culpables por no haber apoyado a su amigo...incluso el pelirrojo.

Por desgracia la orden de sus prometidos pesaba más.

No te quiero cerca de ese mocoso rechazado, la pareja de un moustro inferior es solo basura.

Les dolía mucho a sus amigos separarse de él pero....El miedo a ser rechazados les asustaba más.

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Una continuación muy esperada (creo), pobre Krest no tenía la culpa.

Me alegre que Algodón este ahí para proteger a su amo.

Je, la que le espera a Lunines cuando Shion hable con él,  no se la va a acabar.

Nos leemos después 😉

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