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El sol apenas comenzaba a asomarse sobre el horizonte cuando la familia se preparaba para un día importante: el primer día de escuela de S/N. La casa estaba llena de emoción y un toque de nerviosismo. T/N estaba ocupada preparando el desayuno mientras Ukai ayudaba a S/N a ponerse el uniforme, que el niño lucía con una mezcla de orgullo y entusiasmo.
"¡Listo! ¡Mírate, todo un estudiante!" exclamó Ukai, sonriendo al ver a su hijo vestido con el uniforme escolar. S/N se miró en el espejo, haciendo una pequeña pose, y luego rió.
"¡Papá, mamá, mirad! ¡Estoy listo para la escuela!" dijo S/N, saltando de emoción.
Ukai se agachó a la altura de S/N y le dio un cálido abrazo. "Estás increíble, campeón. ¿Estás emocionado por conocer a tus nuevos amigos y maestros?"
S/N asintió con entusiasmo. "¡Sí! Quiero aprender muchas cosas y jugar en el recreo."
T/N se unió a ellos con una sonrisa, sosteniendo una pequeña lonchera que había preparado con esmero. "Aquí tienes, S/N, tu almuerzo. Hay frutas, un sándwich y tu jugo favorito."
S/N tomó la lonchera con una sonrisa agradecida. "¡Gracias, mamá!"
Después de un desayuno rápido y lleno de conversaciones alegres sobre lo que esperaba encontrar en la escuela, Ukai tomó la mochila de S/N y la colocó sobre los pequeños hombros de su hijo. "Vamos, pequeño. No queremos llegar tarde en tu primer día."
El camino a la escuela estuvo lleno de charlas animadas sobre lo que S/N esperaba aprender y las cosas divertidas que podría hacer. Ukai y tú, T/N, compartían miradas cómplices, felices de ver a vuestro hijo tan emocionado.
Al llegar a la escuela, la entrada estaba llena de niños y padres, todos con la misma mezcla de nervios y emoción. S/N miraba a su alrededor con ojos grandes y curiosos. Ukai se agachó de nuevo y ajustó la corbata del uniforme de su hijo.
"¿Estás listo, campeón?" preguntó Ukai con una sonrisa cálida.
S/N asintió, aunque con un destello de nerviosismo en sus ojos. "Sí... pero, papá, ¿tú también viniste a la escuela cuando eras pequeño?"
Ukai rió suavemente y asintió. "Sí, claro. Todos lo hacemos. Y te diré un secreto: es normal sentir un poco de nervios. Pero también es muy divertido. Vas a aprender tantas cosas nuevas y conocer a muchos amigos."
Tú, T/N, te acercaste y le diste un beso en la frente a S/N. "Y si alguna vez te sientes perdido o solo, recuerda que siempre estamos aquí para ti, y que estaremos esperándote para escuchar todo sobre tu día cuando salgas."
S/N asintió con una sonrisa más segura. "¡Está bien! ¡Os contaré todo!"
Ukai se levantó y le dio una palmadita en la espalda a su hijo. "Eso es, pequeño. Ahora, ve y disfruta de tu primer día. Y recuerda, estamos muy orgullosos de ti."
Con una última sonrisa y un abrazo rápido para cada uno de vosotros, S/N corrió hacia la entrada de la escuela, donde un grupo de maestros y otros niños lo esperaban. Ukai y tú os quedasteis de pie, observando cómo vuestro pequeño se unía al flujo de estudiantes.
Cuando S/N desapareció de vista, Ukai suspiró, con una mezcla de orgullo y un ligero toque de melancolía. "Es increíble cómo crecen tan rápido, ¿verdad?"
Le tomaste la mano y asentiste, sintiendo la misma mezcla de emociones. "Sí, pero estoy emocionada por él. Este es solo el comienzo de tantas aventuras."
Ukai te sonrió y te atrajo para un abrazo. "Tienes razón. Y aunque es un poco difícil verlo dar este gran paso, sé que lo hará genial. Es nuestro pequeño explorador."
Ambos os quedasteis un momento más, disfrutando de la tranquilidad del parque escolar y sabiendo que vuestro hijo estaba a punto de embarcarse en una nueva y emocionante etapa de su vida. Y aunque el nido empezaba a sentirse un poco más vacío, también sabíais que cada día estaría lleno de nuevas historias y experiencias para compartir.
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