Era una tarde relajada en casa de Ukai Keishin. Tú, T/N, estabas en la cocina preparando una merienda para la familia, mientras S/N, de tres años, jugaba en la sala de estar con algunos de sus juguetes. Ukai estaba en la sala con su hijo, revisando algunos materiales de voleibol y disfrutando de un momento tranquilo juntos.

De repente, sonó el timbre de la puerta. Ukai se levantó, curioso por saber quién podía ser. Al abrir la puerta, se encontró con una figura familiar, que lo sorprendió gratamente.

"¡Hinata!" exclamó Ukai, sonriendo ampliamente al ver al famoso jugador de voleibol. "¡Qué sorpresa verte aquí!"

Hinata Shoyo, con su característica sonrisa brillante, saludó a Ukai con entusiasmo. "¡Hola, Ukai-sensei! Pensé en pasar a saludar. Escuché que estabas en la ciudad y quería aprovechar para verte y conocer a tu familia."

Ukai lo invitó a entrar, y Hinata se adentró en la casa con energía. Tú, T/N, saliste de la cocina al escuchar la conversación y te sorprendiste al ver a Hinata.

"¡Hinata! ¡Qué agradable sorpresa!" dijiste, ofreciendo una cálida bienvenida. "Es un honor tenerte en casa. ¿Quieres algo de beber o comer?"

Hinata aceptó la invitación y se sentó en la sala, donde S/N estaba jugando. Al notar al visitante inesperado, S/N se acercó tímidamente.

"Hola, ¿quién eres?" preguntó S/N, mirando a Hinata con curiosidad.

Hinata se agachó para estar a la altura de S/N y le sonrió con amabilidad. "Hola, soy Hinata. Soy un amigo de papá y también juego al voleibol. ¿Te gusta el voleibol?"

S/N asintió, sus ojos se iluminaron. "Sí, me gusta. ¡Papá me enseña a jugar a veces!"

Hinata se rió y se inclinó hacia S/N. "¡Qué bien! Si quieres, puedo mostrarte algunos trucos de voleibol y jugar un poco contigo."

S/N, emocionado, asintió rápidamente. "¡Sí, por favor!"

Ukai observó con una sonrisa mientras Hinata y S/N se dirigían al patio trasero, donde había espacio para jugar. Tú preparaste una merienda y te uniste a ellos, trayendo algunos bocadillos y refrescos.

Hinata empezó a jugar con S/N, mostrándole algunos movimientos básicos y animándolo con entusiasmo. "¡Eso es, S/N! ¡Gran pase! ¡Sigue practicando así!

"

S/N estaba encantado, siguiendo las indicaciones de Hinata con gran interés y energía. Mientras jugaban, Ukai y tú os sentasteis en el porche, observando y disfrutando del momento.

"Me alegra ver que están pasando un buen rato," dijiste con una sonrisa. "Hinata realmente tiene una forma especial de conectar con los niños."

Ukai asintió, mirándolos con orgullo. "Sí, es genial. Siempre ha sido así, tanto en la cancha como fuera de ella."

Después de un tiempo jugando, Hinata se unió a vosotros para la merienda. Todos se sentaron alrededor de la mesa, compartiendo risas y charlas mientras disfrutaban de la comida.

Hinata estaba encantado de conocer a la familia de Ukai y de ver cómo se divertía con su hijo. "S/N es un gran chico. Seguro que le irá muy bien en el voleibol si sigue practicando."

S/N, sentado en su silla con una gran sonrisa, respondió: "¡Gracias, Hinata! ¡Espero ser tan bueno como tú algún día!"

Hinata rió y le dio una palmada en la espalda. "Estoy seguro de que lo serás. Solo sigue trabajando duro y divirtiéndote."

La tarde pasó en un ambiente alegre y cálido, con Hinata compartiendo historias sobre sus experiencias y jugando con S/N. Fue una visita especial que no solo alegró a S/N, sino que también fortaleció los lazos entre viejos amigos.

Cuando llegó el momento de despedirse, S/N abrazó a Hinata con cariño. "¡Gracias por venir, Hinata! ¡Fue muy divertido!"

Hinata le devolvió el abrazo y le dijo: "¡Gracias a ti, S/N! Fue un placer conocerte y jugar contigo."

Ukai y tú acompañasteis a Hinata hasta la puerta, agradeciéndole por su visita. "Realmente apreciamos que hayas venido. Fue un día muy especial para nosotros," dijo Ukai, estrechando la mano de Hinata.

"¡De nada! Siempre es un placer ver a viejos amigos y conocer a sus familias," respondió Hinata con una sonrisa.

Con una última despedida, Hinata se marchó, dejando atrás una tarde llena de risas y buenos recuerdos. Ukai y tú mirasteis a S/N, que aún estaba emocionado por el día, sabiendo que había sido una experiencia que recordaría con cariño.

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