La noche había caído, y el gimnasio de Karasuno estaba casi en completo silencio, salvo por el suave sonido de los pasos de ambos entrenadores. T/N, y Ukai Keishin habíais estado trabajando hasta tarde para preparar un evento especial para los jugadores, y ahora el lugar estaba iluminado solo por las luces tenues.

Ukai estaba revisando algunos documentos mientras tú terminabas de guardar el equipo. Aunque el trabajo había sido extenuante, había algo en el aire que hacía que la noche se sintiera mágica. Una vez terminaste, te acercaste a Ukai, que estaba concentrado en sus notas.

"Creo que hemos terminado por hoy," dijiste con una sonrisa cansada. "El gimnasio está listo para el evento."

Ukai levantó la vista, y al ver tu expresión relajada y tu sonrisa, su rostro se iluminó. "Sí, ha sido un día largo, pero valió la pena. No podría haberlo hecho sin tu ayuda."

Te apoyaste en la mesa cerca de él, mirándolo con afecto. "Me alegra que hayamos podido hacerlo juntos. Me he dado cuenta de que, a pesar del trabajo, siempre es un placer estar a tu lado."

Ukai sonrió, y sus ojos mostraron una ternura que solo tú conocías. "Sabes, T/N, cuando empecé a trabajar contigo, no esperaba que este tiempo se volviera tan importante para mí."

Tu corazón latió con fuerza al escuchar sus palabras. "¿De verdad? Para mí también ha sido algo especial. Siento que hemos creado algo más que una simple colaboración."

Ukai se levantó y dio un paso hacia ti, su mirada fija en la tuya. "Creo que lo que hemos construido va más allá de un simple trabajo. A veces, en medio de todo el estrés y la presión, he encontrado paz y felicidad en estar contigo."

Tomaste su mano, sintiendo la calidez de su toque. "Yo también he encontrado esa paz contigo. Todo esto ha significado mucho para mí."

Ukai se inclinó lentamente, y tú hiciste lo mismo, hasta que finalmente vuestros labios se encontraron en un suave y tierno beso. El contacto fue dulce y lleno de la promesa de lo que vendría.

Cuando se separaron, Ukai sonrió con una mezcla de satisfacción y amor. "No hay mejor manera de cerrar el día que con un momento así. Gracias por ser parte de mi vida, tanto en el trabajo como en lo personal."

Te abrazaste a él, sintiendo una profunda conexión. "No hay de qué. Estoy agradecida por cada momento que hemos compartido."

El gimnasio, que normalmente estaba lleno de ruido y actividad, ahora se sentía como un refugio tranquilo donde dos corazones se encontraban en un sincero y profundo entendimiento.

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