Nora, una musa en si.
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En una noche como cualquier otra, frente a sus escritorio se encontraba aquel que describió el mundo. Mirando a su creación con cierta repulsión, sentía perder el tiempo cada vez que repasaba entre sus líneas y reparaba en sus detalles.
Se fastidio del caos en sus párrafos y en lo plano de la pobre caracterización de sus clichés que fingían ser personajes de su pequeño mundillo.
Comprendió que seguir aquello fue causa perdida, todos los desvelos y las veces que prefirió dedicarle tiempo a releer lo que había empezado como un simple hobby, ahora le resultaron una tarea sin propósito. Semejante a llevar una piedra a cuestas.
Con resignación Earl tomo su creación entre sus manos y le aplasto contra si, volviéndola una bola de papel, qué terminó en el fondo de un sesto de basura.
La frustración del día, la falta de tiempo y la incapacidad de pasar al siguiente capítulo, se convirtieron en odio a la que alguna vez regalo sus mejores versos.
Tenía tiempo sin tener una imagen clara de la cual servirse de inspiración. El ritmo palpitante en sus sienes era tenso y se reflejaba en la torpeza de sus últimos textos. Para colmo no ayudaba el semejante olor a cenicero que se impregnó en el cuartucho.
Apagó las luces y se fue a dormir pensando que todo aquello no era para él, Si no para alguien más preparado, de mente creativa y ágiles dedos. Una tarea para quien tuviese más tiempo y talento o al menos no caresiera de buenas ideas.
Pero al estar recostado con la mirada sumergida en la nada, su mente se aferró a algo o mejor dicho a alguien.
De entre todas sus ideas fortuitas, existía una de jactarse de ser la mejor, la única que era perfecta entre todas sus hijas, tenía un principio y un final. Era como la letra de una canción que se negaba a guardar silencio y que a la vez le arrullaba como la dulce tonada de cuna.
Era ella, la inigualable y para nada despreciable Nora. Si imaginásemos que tiene un cuerpo físico, era el de apenas una joven de quizá 16, de cabellos oscuros y rizados, de una figura naciente y a la vez muy bien acuerpada. Pero decir eso sería disparatado, ella era más bien como el lejano recuerdo de un campo en primavera.
La verdad es que Nora era la más hermosa de todas sus hijas, pero a la vez la que más problemas le dio, pues se negaba a quedarse con ese final, tenía para más. La robusta y alegre chiquilla vivía reprimida y casada en apenas 40 mil palabras, abandonada en una repisa sobre el escritorio.
A veces por las noches el escritor sentía como Nora se subía a su cama y se le oía susurrar; Que quería tener más de un amor y conocer las estrellas, fugarse de su nación, montar a un león por el desierto y el mar, navegar por el cielo en busca de una nueva verdad.
Era una soñadora que quería ver los mundos más lejanos y aprender de todos ellos, anhelaba ganar y perder. Propuso al final morir en medio de una batalla contra un incomprendido rival, que si bien era malo, no lo fue por decisión propia. Simplemente lo quería todo, rogaba estar viva, existir más allá del pequeño escrito en el que se encontraba confinada.
Earl trato de ignorarla y cerro con fuerza sus ojos para provocarse el sueño, y así levantarse temprano e ir a trabajar. Pero ella ya se encontraba abrazándolo por la espalda, besando su nuca y mordisqueando con dulzura su cuello.
Era imposible seguir ignorando sus provocaciones. De nada le servía al joven huir al laberinto de sus pensamientos, temía quedar nuevamente ocultó tras las cajas donde se guardan sus desatendidos sueños, donde las dudas y la culpa tejen sus telarañas. Pero incluso paseando entre la biblioteca catedrática de su conocer, se encontraría con aquella joven, Nora de igual manera tenía acceso a su mente, conocía de cabo a rabo cada confuso pasillo.
La mente del delgado joven no llegaba a dar crédito al albedrío que definía a aquella chica. Su modo de actuar, expresarse y hasta de pensar no fueron originalmente concebidos sobre el papel en que la trazo, ella por su cuenta los fue adquiriendo, siendo referencia a grandes obras y escritores que Earl respetaba. Ya no era la misma fantasía que dio sus primeros y temerosos pasos con el clásico Érase una vez, se le percibía más viva que su autor.
Si no la continuo en su momento, fue por dudar de poseer la capacidad de complacer a su caprichosa niña, temía hacerla caer y verla marchitarse sin alcanzar su verdadero brillo. Sabía que nadie la amaría como él, ¿Quién mas podía acompañarla en aquella aventura? creciendo y mejorando a cada paso.
Trato de moverse, pero ella lo jalo y lo enrollo entre sus brazos para quedar íntimamente frente a frente. Sobre su cama estaba tendida ella y el a su lado, admirando la dulce inocencia con la que se entregaba la risueña muchachita.
Nora era hermosa, cálida como el amanecer, de una piel tan suave como el rose del viento. En su mirada se reflejaba la esperanza de un mejor mañana y sus sentimientos eran sinceros.
Con su voz de niña frágil rogó una vez más que él ya no la viera solo como su pequeña, pidió que la quisiera como algo más, ya había crecido. Le rogó a Earl que sin miedo le arrancase el hermoso y ajustado vestido de novia, que desgarrase el encaje blanco para dejarla al descubierto.
Anhelaba con todo su corazón que Earl la tomara entre sus manos y que la recorriera por completo, que la disfrutase por el resto de la noche y que descargarse en ella cada arrebato de pasión que se hubiese contenido antes.
Era suya y él podía disponer de ella como quisiera, había nacido para ser disfrutada una y otra vez, sin culpa ni prejuicios.
Ella era tan diferente a cualquier cosa escrita o imaginada y a su vez aquel joven la adoraba por ser tan simple. Era una musa en si, era lo que él necesitaba aquella noche.
El escritor venciendo sus dudas, se incorporó de un salto de aquella su mullida cama y prendiendo la luz de la habitación tomo el libro del estante, su pequeña clamaba ser escuchada, así que arrancándole el final a su libro el escritor dijo a la nada.
-Nora, cariño ¿De qué color quieres que sea tu león?
Y Nora abrazndole de dió un intenso beso a Earl, para al final tenerlo solo para ella por el resto de la noche.
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Espero disfrutasen de este one shot, no olviden dejar en su comentario y que referencias encontraron.
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