Akainu


El sol brillaba en el cielo cuando la protagonista se encontró cara a cara con Akainu, el almirante de la Marina. Él era un hombre imponente y temido por muchos, pero a ella no le importaba. Lo amaba con todo su corazón.

"¡Akainu! ¡Por fin te encontré!", exclamó ella emocionada.

Akainu la miró con una mezcla de sorpresa y desconfianza. "¿Qué quieres?", preguntó en un tono severo.

"Quiero decirte algo importante", respondió ella con determinación. "Si fueras mi novio, no dañarías a Portgas D. Ace si yo te lo pidiera, ¿verdad?"

Akainu frunció el ceño. "¿Por qué mencionas a ese pirata?", preguntó con desdén.

"Pero él es el hermano adoptivo de mi amigo Luffy", explicó la protagonista. "Y yo no quiero que le pase nada malo. Si fueras mi novio, confiaría en ti para que lo protegieras".

Akainu la miró durante un momento, tratando de leer sus pensamientos. "No hables tonterías", dijo finalmente. "Como almirante de la Marina, mi deber es capturar a todos los piratas y llevarlos ante la justicia. Incluso si fueras mi novia, eso no cambiaría".

La protagonista se sintió desilusionada al oír esto, pero no se rindió. "Pero si me amas, ¿Cómo puedes dejar que le hagan daño?", preguntó con tristeza.

Akainu suspiró. "No se trata de amor o de sentimientos. Se trata de hacer lo correcto. Si Portgas D. Ace ha cometido un crimen, debe pagar por ello".

La protagonista sabía que tenía razón, pero aun así no podía aceptarlo. "Pero tú y yo podemos cambiar el mundo", dijo con esperanza. "Juntos podemos hacer que la justicia sea más justa".

Akainu la miró con una expresión dura. "La justicia no necesita cambiar", dijo. "Lo que necesita es ser aplicada de manera implacable. Si no puedo contar contigo para apoyarme en eso, entonces no podemos estar juntos".

La protagonista sintió un nudo en la garganta. Sabía que Akainu tenía razón, pero no podía evitar sentirse decepcionada. "Lo siento", dijo con tristeza. "No puedo cambiar lo que siento. Pero siempre te amaré, aunque seas mi enemigo".

Akainu la miró durante un momento, sintiendo una extraña mezcla de rabia y compasión. "Vete", dijo finalmente. "Antes de que cambie de opinión".

La protagonista asintió con la cabeza y se alejó, con lágrimas en los ojos. Sabía que su amor por Akainu era imposible, pero aun así no podía dejar de sentirlo. Y mientras caminaba hacia el horizonte, sabía que nunca olvidaría al hombre que había robado su corazón.

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