Era una noche tranquila en la casa de los Hinata. Haruto estaba en su habitación, preparándose para ir a dormir, mientras [TN] estaba en la cocina, terminando algunas tareas antes de la noche. Shoyo Hinata había estado en el extranjero por un torneo, y aunque la familia estaba acostumbrada a su ausencia, siempre mantenían la esperanza de que pronto regresaría a casa.

El teléfono de [TN] sonó de manera imprevista, interrumpiendo el silencio. Al ver el número del entrenador de Shoyo en la pantalla, su corazón dio un vuelco. Se preguntaba qué podría ser tan urgente. Contestó con voz nerviosa.

"Hola, [TN]. Soy [Nombre del entrenador]. Tengo malas noticias sobre Shoyo," comenzó la voz al otro lado de la línea, su tono grave y serio.

El corazón de [TN] se aceleró. "¿Qué ha pasado? ¿Está todo bien?"

"No, lamento decirte que Shoyo ha tenido un accidente en el extranjero. Ha sido un accidente grave, y actualmente está en coma en el hospital," explicó el entrenador con tono de pesar. "Lo siento mucho, pero necesitaba informarte de inmediato."

Las palabras se sintieron como un golpe cruel. [TN] se quedó paralizada, la mente nublada por la preocupación y el miedo. "¿Qué? ¿Cómo? ¿Está en peligro?"

"Sí, está en una condición crítica. Los médicos están haciendo todo lo posible por estabilizarlo, pero la situación es delicada. Necesitamos que vengas lo antes posible," dijo el entrenador. "Haré todo lo que pueda para mantenerte informada."

[TN] colgó el teléfono, temblando, con lágrimas en los ojos. Sabía que tenía que mantener la calma por el bien de Haruto, pero no sabía cómo darle la noticia a su hijo.

Se dirigió a la habitación de Haruto, encontrándolo ya en la cama, listo para dormir. Se sentó a su lado, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

"Haruto, hay algo importante de lo que tenemos que hablar," dijo [TN], tratando de mantener la voz tranquila.

Haruto se incorporó en la cama, mirando a su madre con curiosidad. "¿Qué pasa, mamá?"

[TN] tomó una respiración profunda, luchando contra las lágrimas. "Papá ha tenido un accidente en el extranjero. Está en el hospital y está en coma."

Haruto frunció el ceño, sin comprender del todo. "¿Qué significa que esté en coma?"

"Significa que él no está consciente y los médicos están trabajando para ayudarlo a despertar," explicó [TN], su voz quebrándose. "La situación es muy seria, y necesitamos ir a donde está para estar con él."

Las palabras golpearon a Haruto como una ráfaga de viento frío. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras sus labios temblaban. "¿Papá va a estar bien?"

[TN] trató de mantener una voz alentadora, aunque su corazón estaba destrozado. "No sabemos aún. Los médicos están haciendo todo lo posible, y vamos a estar allí para él. Lo más importante es que estemos juntos como familia y le demos todo nuestro amor y apoyo."

Haruto comenzó a llorar, el miedo y la tristeza reflejados en su rostro. "¡No quiero que pase nada malo! ¡Te extraño tanto!"

[TN] lo abrazó con fuerza, sintiendo el peso de la angustia de su hijo. "Lo sé, cariño. Yo también lo extraño. Pero tenemos que ser fuertes ahora. Papá necesita que estemos allí con él, y juntos podemos enfrentar esto."

Haruto asintió, abrazando a su madre con toda la fuerza que tenía. "¿Cuándo vamos a ir a verlo?"

"[TN] acarició el cabello de su hijo. "Vamos a preparar nuestras cosas y viajar en cuanto podamos. Necesitamos estar allí para mostrarle a papá cuánto lo amamos y apoyarlo."

Mientras preparaban su viaje, [TN] y Haruto se enfrentaron a una noche de emociones intensas, intentando mantenerse fuertes el uno para el otro. La preocupación y el miedo estaban presentes, pero también había un profundo sentido de amor y esperanza.

Al llegar al hospital en el extranjero, la familia Hinata se encontró con un ambiente lleno de tensión y esperanzas. [TN] y Haruto esperaron en la sala de espera, su corazón pesado con la incertidumbre. Sabían que el camino por delante sería desafiante, pero estaban decididos a estar al lado de Shoyo en cada paso del camino.

La espera fue interminable, pero la familia Hinata se aferró al consuelo de estar juntos. Su amor y apoyo mutuo eran el pilar en el que se sostenían mientras enfrentaban la tormenta inesperada.

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