Era una tranquila noche en casa de los Hinata. El reloj marcaba casi las nueve y el pequeño Haruto estaba a punto de irse a la cama. Su madre, [TN], estaba en la sala, recogiendo algunos juguetes y ordenando el lugar. Shoyo Hinata, su esposo, estaba fuera por un viaje de entrenamiento con su equipo de voleibol, como sucedía a menudo debido a su carrera profesional.

Haruto apareció en la sala, frotándose los ojos somnolientos. [TN] le sonrió, dejando de lado lo que estaba haciendo. "¿Listo para dormir, pequeño?" le preguntó con ternura.

Haruto asintió, pero había una sombra de preocupación en sus ojos. [TN] notó su expresión y se arrodilló para estar a su altura. "¿Hay algo que te preocupe, cariño?"

El niño dudó un momento antes de hablar. "Mamá, ¿por qué papá no está siempre en casa?" preguntó, sus ojos llenos de una curiosidad sincera y una pizca de tristeza. "¿Era así cuando tú eras niña? ¿Tu papá también estaba siempre trabajando?"

La pregunta hizo que [TN] se quedara pensativa por un momento. Sabía que Haruto extrañaba a su padre y que sus ausencias podían ser difíciles de entender para un niño de su edad. Le tomó un segundo encontrar las palabras adecuadas.

"Cuando yo era pequeña, mi papá también trabajaba mucho," comenzó [TN] con una sonrisa suave, tratando de consolar a su hijo. "Pero, como tu papá, siempre encontraba tiempo para estar conmigo cuando podía."

Haruto frunció el ceño, pensando. "¿Te sentías sola cuando él no estaba?"

[TN] asintió ligeramente. "A veces, sí. Pero siempre supe que él me quería mucho, incluso cuando no podía estar en casa. Y cuando estaba, hacíamos cosas especiales juntos, como ir al parque o jugar juegos."

Haruto miró al suelo, procesando la respuesta. "Yo también quiero que papá esté más en casa. Me gusta jugar con él."

[TN] sintió un tirón en su corazón. Acarició suavemente el cabello de su hijo y lo abrazó. "Lo sé, cariño. Papá también te extraña mucho cuando está fuera. A veces, su trabajo lo lleva a lugares lejanos, pero lo hace porque ama lo que hace y quiere darnos lo mejor. Y siempre que puede, vuelve a casa para estar con nosotros."

El niño se acurrucó contra su madre, buscando consuelo. "Pero quiero verlo más..."

[TN] lo apretó con cariño. "Y lo verás, Haruto. Papá siempre vuelve, y cuando lo hace, trata de hacer que cada momento cuente. Además, siempre podemos hablar con él por teléfono o videollamada. ¿Te gustaría hablar con él antes de dormir?"

Haruto levantó la mirada, sus ojos brillando con un poco más de alegría. "¿Podemos?"

"Claro," respondió [TN] con una sonrisa. Se levantó y tomó su teléfono, marcando el número de Shoyo. Tras unos tonos, la voz alegre de Shoyo llenó la habitación.

"¡Hola, equipo Hinata! ¿Cómo están?" dijo con entusiasmo.

Haruto se acercó al teléfono con una sonrisa tímida. "Hola, papá. Te extrañamos."

"Yo también los extraño, pequeño," respondió Shoyo, su voz llena de calidez. "Prometo que cuando vuelva, haremos algo especial. ¿Qué te parece un día entero en el parque, solo tú y yo?"

La cara de Haruto se iluminó. "¡Sí! ¡Me encantaría!"

[TN] observó la interacción con una sonrisa. Sabía que, aunque las ausencias de Shoyo eran difíciles, su familia siempre encontraba formas de mantenerse conectada. Después de un rato más de charla, [TN] ayudó a Haruto a despedirse de su padre y lo acompañó a su habitación.

"¿Te sientes mejor?" le preguntó mientras lo arropaba.

Haruto asintió, abrazando su peluche favorito. "Sí, mamá. Gracias por llamar a papá."

[TN] le besó la frente y apagó la luz. "Buenas noches, cariño. Te amo."

"Yo también te amo, mamá," murmuró Haruto antes de cerrar los ojos.

Mientras se retiraba de la habitación, [TN] sintió una mezcla de alivio y gratitud. Sabía que no siempre sería fácil, pero estaba decidida a asegurarse de que Haruto entendiera el amor y la dedicación de su padre, sin importar cuán lejos estuviera. Juntos, como familia, siempre encontrarían la manera de estar unidos.

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