Era una noche tranquila en casa. T/N había terminado de acostar a Haruto, que ya estaba profundamente dormido tras un largo día de actividades. Shoyo había salido a una reunión del equipo de voleibol, un reencuentro que habían planeado desde hacía tiempo para celebrar y recordar viejos tiempos.

Mientras T/N leía un libro en el sofá, el reloj marcaba las 11 de la noche. Justo cuando estaba considerando si debía llamar a Shoyo para asegurarse de que todo estaba bien, escuchó el ruido de la puerta principal abriéndose torpemente. Sus sospechas se confirmaron cuando vio a su esposo tambaleándose ligeramente al entrar en la casa.

"¡T/N! ¡Ya llegué!" exclamó Shoyo, en un tono más alto de lo habitual, cerrando la puerta con un golpe y quitándose los zapatos de manera desordenada.

T/N se levantó, sonriendo con una mezcla de sorpresa y diversión al verlo en ese estado. "¿Todo bien, Shoyo?" preguntó, acercándose mientras él luchaba por quitarse la chaqueta.

Shoyo se volvió hacia ella con una sonrisa amplia, los ojos brillantes por el alcohol. "Sí... sí, todo está perfecto... ¡lo pasé genial con los chicos!" dijo, extendiendo los brazos hacia ella como si esperara un abrazo.

Sin poder evitar reírse suavemente, T/N lo abrazó y notó de inmediato el olor a alcohol. "Parece que te divertiste un poco demasiado," bromeó, mientras lo guiaba hacia el sofá.

"¿Un poco? ¡Nah! Fue genial... hablamos de tantas cosas... de voleibol, de los viejos tiempos... ¡y me dieron mucho de esto!" dijo, señalando una botella imaginaria.

Cuando se sentó en el sofá, Shoyo de inmediato atrajo a T/N hacia él, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura y apoyando su cabeza en su hombro. "Eres tan suave..." murmuró, acurrucándose más cerca. "Te extrañé toda la noche... sólo pensaba en volver y estar contigo."

T/N sintió cómo sus mejillas se sonrojaban ante las palabras y el comportamiento mimado de su esposo. Aunque no estaba acostumbrada a verlo en ese estado, era adorable ver lo cariñoso que se ponía cuando estaba así. "¿Ah, sí? ¿Me extrañaste mientras te divertías tanto con los chicos?" preguntó con una sonrisa juguetona, pasando una mano por su cabello despeinado.

Shoyo asintió enérgicamente. "Sí... aunque fue divertido... no es lo mismo sin ti. Eres la mejor parte de mi día, siempre." Su tono se volvió suave y sus brazos la apretaron un poco más. "T/N... te amo mucho. ¿Lo sabes, verdad?"

T/N sonrió dulcemente y besó su frente, sintiendo su respiración relajarse contra ella. "Lo sé, Shoyo. Y yo también te amo. Pero deberías descansar ahora, estás agotado."

"No... no quiero dormir todavía," murmuró, haciendo un puchero, como un niño que no quería irse a la cama. "Quiero quedarme aquí contigo... y abrazarte toda la noche."

T/N se rió suavemente, intentando no hacer mucho ruido para no despertar a Haruto, que dormía en su habitación. "Podemos abrazarnos todo lo que quieras, pero mañana no querrás sentirte tan mal por haber bebido tanto."

Shoyo suspiró, acurrucándose aún más en ella, como si no quisiera moverse jamás. "No me importa... si estás conmigo, todo está bien."

T/N continuó acariciando su cabello, dejando que él disfrutara del momento. Después de un rato, notó que su respiración se volvía más profunda y regular. "Shoyo," susurró suavemente, pero él ya estaba dormido, con una expresión de absoluta paz en su rostro.

T/N sonrió para sí misma, sintiéndose afortunada de tener a un esposo tan tierno, aunque a veces un poco torpe y despistado. Con cuidado, se levantó del sofá y lo ayudó a acostarse correctamente, arropándolo con una manta antes de apagar las luces.

Al día siguiente, Shoyo se despertaría con una ligera resaca, pero con el recuerdo borroso de lo feliz y seguro que se había sentido al estar con T/N esa noche. Y, aunque probablemente se sentiría algo avergonzado por su comportamiento, T/N le recordaría con una sonrisa todo lo cariñoso que había estado, lo que sin duda lo haría reír.

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