Sí, Soy Dramático

~~Sí, Soy Dramático~~


   En cuanto Tristán se vio en su habitación, dejó a Johan sobre la cama matrimonial que había allí para que el chico continuase con su sueño. Más sin embargo, el muchacho se despertó con el entrecejo fruncido, sintiendo como el frío se calaba por sus huesos y viendo después como su pareja, el alto castaño de traje negro, se encaminaba a tomar una ducha.

   Johan hizo un pequeño mohín, quiso entrar a la ducha con su Alfa, pero suponía que éste estaba lo suficientemente cansado como para aguantarle. Así que suspiró en silencio y se acostó boca abajo, abrazando la almohada para simular que estaba acompañado en la cama. El de ojos claros y cabellos teñidos de gris pensaba demasiado, no le gustaba molestar y no estaba acostumbrado a mostrarse cariñoso.

   De vez en cuando Johan recordaba el día que empezó a trabajar para Logan, se había metido en muchos problemas y el mayor había decidido no matarle con la condición de que trabajara para él. Era obvio el aceptar, en ese entonces sus cabellos estaban teñidos de negro con puntas azules, era muchos más joven y necesitaba el dinero para pagar la renta de su departamento, sobretodo porque casi nadie aceptaba que trabajase por ser un Omega.

   Johan tenía una historia larga, muchos tropiezos y drama que prefería no recordar, pero al entrar al cartel de Logan, el muchacho se vio envuelto en un mundo muy extraño donde todos le hablaban como si se conociesen toda una vida, donde los Betas de malos ceños se reían de sus malos chistes, donde los Alfas le trataban como un hermano. Y así fue que llegó a conocer a Tristán, el hombre con los peores humores que había conocido, el de mejor puntería con un revolver, el que le miraba desde lejos cada que estaba en grupo.

   Tristán era uno más de los subordinados y, a pesar de aún no ser el Jefe de organización, Johan llegó a pensar que era el hermano menor del Jefe debido a lo atentos que eran entre ellos. Eso de algún modo le había llenado de celos, pues quería que ese malhumorado muchacho de cabellos castaños se riera de sus chistes, de sus ocurrencias, quizá que llegara a algo más.

   Recordar ese sentimiento de querer tenerle cerca, abrazarlo y que solo lo mirara a él, era algo que a Johan le pintaba las mejillas, porque lo veía como una meta que lograr, y lo había logrado. Había provocado con su insistencia que Tristán reparara en él, que estuviese pendiente de él, logró robarle un beso y salir corriendo, ese había sido el inicio de sus juegos, y con ello Tristán terminó por caer.

   Con la almohada entre sus brazos y la cabeza escondida, Johan recordó sus escapadas en medio del trabajo, recordó los regaños que Tristán le daba, recordó los besos que Tristán le daba con el simple fin de provocarle y dejarle con las ganas. Johan amaba esos besos, pero ahora quería un beso cariñoso para olvidar todo lo que había ocurrido la noche anterior, para olvidar el miedo y volver a ser fuerte como usualmente se mostraba.

   El chico alegre había cambiado un poco, tenía que ser más frío si quería que le tomaran en serio, era el menor del lugar, quería ganarse su puesto. Pero aun así tenía miedo, tenía el corazón acelerado por los nervios, temía que en algún momento arruinara todo.

   Fue en medio de todos sus pensamientos revueltos que un pesado cuerpo cayó sobre el suyo. Johan sintió como se hundía en la cama y rio ligero al sentir pronto las manos del Alfa rodear sus caderas, el castaño no llevaba camiseta y estaba sudado, su respiración erizó la piel del Omega y le hizo ruborizar.


—¿A cuántos mataste hoy?— Preguntó divertido, un poco somnoliento, el de ojos claros. El mayor clavó en su nuca un beso, después acarició la zona con sus labios y Johan no pudo evitar morder su labio.

—A muchos— murmuró—. Solo pensaba en tu rostro llorando mientras disparaba, en tus manos temblorosas y en el hecho de que no estaba para ti, para abrazarte.— Tristán era un romántico genuino, de esos poetas ocultos que podían decir las cosas más hermosas cuando estaban enamorados. Eso era lo que Johan pensaba.

—Y yo no podía dejar de pensar en ti— el menor, con un rápido movimiento, dejó contra la cama al Alfa y se recostó sobre su pecho, sin ser capaz de mirarle—. Todo lo que practiqué para no tener miedo, todas las peleas, todo se me olvidó y no vi otra salida que llamarte.

—Hiciste lo correcto, pequeño— Tristán besó su frente y acarició con suavidad los cabellos teñidos—. No sé qué hubiese pasado si no hubieses llamado, pero fuiste el primero en avisar— Tristán alzó la mirada de Johan—, no sé qué hubiese pasado si llegaba a la mansión y encontraba tu cuerpo en el suelo, creo que me volvería loco.

—No digas esas cosas— Johan se sonrojó por completo y quiso desviar su mirada, cosa que el castaño no permitió.


   Entonces el mayor se acomodó mejor hasta llegar a los labios del teñido para besarlos, Johan aceptó con suavidad el beso que empezaba, ese beso que el de ojos claros tanto había deseado. Sonreía durante la muestra de afecto, dando pequeñas pausas al tacto entre labios, cosa que provocaba al Alfa, pero éste terminó por tomar el rostro del teñido con una de sus manos, le miró con detalle y le acarició.


—¿Te arden los ojos?— Tristán notó lo rojos que estaban, eso quería decir que el chico había llorado mucho, Johan asintió nervioso—. ¿Por qué no le dices a Logan que no quieres seguir en esto?

—Creo que no estaría tranquilo en casa sabiendo que tu estás arriesgando tu vida— se apresuró a responder Johan—. Quiero estar contigo en todas las batallas, saber que pude salvarte o que tu me salvaste a mi, o que ni siquiera nos veamos, pero saber que estás bien y cerca de mi.— Johan hizo un ligero puchero.

—Eres muy dramático— rio Tristán y picó la mejilla del menor, enternecido—. Ey, ya que estás despierto, ¿te quieres bañar conmigo?— Johan asintió, sin notar aún que su pareja estaba solo en boxers. El mayor rio con respecto a la timidez del Omega, y lentamente empezó a quitarle la ropa.


   A diferencia de Logan y Misha, Tristán prefirió bañarse en la tina y tener encima de Johan, acariciándole la espalda y contando por milésima vez las pecas que decoraban sus hombros. Éste, por otro lado, enjabonaba con cuidado el cabello castaño de su pareja, lo peinaba con la espuma y evitaba que el jabón se deslizara hacia sus ojos.

   Era un momento tan tranquilo que ninguno de los dos tenía algo que decir, simplemente la pasaban bien con la compañía del otro. Sin embargo, Tristán podía escuchar las risillas de Johan gracias a las locuras que hacía con su cabello, una ligera carcajada salió de sus labios y terminó por abrazar al Omega en busca de tenerle más cerca. Johan se sintió apenado y cayó sentado contra el pecho del mayor.


—¿Por qué te enamoraste de mí?— Se preguntó en un murmuro el Alfa, sintiendo como el de cabellos teñidos le rodeaba en un abrazo igual. Luego le vio alzar la mirada, el chico sonreía.

—Primero solo quería que te rieras de mis chistes— comenzó Johan, delineando con disimulo la clavícula del Alfa—, luego quise que te fijaras en mí cada que hacía algo mal, aunque no esperaba que te ofrecieras a ayudarme, cosa que hiciste— rio dulce el muchacho de cabellos teñidos—, después empecé con un truco de magia: decirte de vez en cuando que me estaba sintiendo mal, y u me buscabas y veías si era cierto. Siempre caíste en la misma trampa— con sus brazos, rodeó el cuello de Tristán quien ya se arrepentía de haber preguntado—. Y después te besé, era el toque final, necesitaba saber si todo lo que había hecho había valido la pena.


   Tristán esperó en silencio la continuación de Johan, el chico había hecho un gran plan con el solo propósito de enamorarle. Había sido muy listo, había tenido buenas técnicas, o tal vez le conoció tan bien que le resultó fácil.


—No estaba seguro de qué pasaría después de ese beso— rio nervioso el Omega, sintiendo como las caricias en su espalda bajaban lentamente para apegarlo al cuerpo ajeno—. Esperé detrás de la empresa unos minutos, me arrepentí de no haber tenido mi suéter conmigo y quise devolverme, pero te vi saliendo y supuse que me buscabas. Así que esperé a que me encontraras— Johan se acercó tentador a los labios del castaño y sonrió suave—. Cuando me encontraste, tus mejillas estaban rosadas pero tu mirada seguía siendo dura y fría. Entonces me pegaste contra la pared, me tomaste del cuello y tuve que ponerme en puntillas, pensé que me regañarías, pero terminaste besándome.


   Las mejillas de Tristán estaban pintadas de rosado, su ceño neutral y su mirada brillante, Johan adoraba ver al Alfa así, enternecido e ilusionado con sus historias. Sin embargo, el mayor quiso desviar su mirada al sentirse analizado por su pareja, quiso evitar mirarle y volver a ser el chico rudo al que nadie podía leer. Johan, por otro lado, le tomó con suavidad del mentón y acarició sus hombros.


—Fue un beso apasionado, que me robó el aliento, el mejor beso de todos los que he recibido— y Tristán frunció su ceño, cosa que a Johan le dio gracia porque su comentario había sido adrede—. Oh, debí contarte antes— Johan se vio impresionado y Tristán, evitando molestarse, espero a que el Omega hablara, llevando sus manos a los glúteos del menor—. Mi primer beso me lo dieron en sexto grado, un niño me lo robó mientras yo hacía mis tareas. Fue divertido verle correr.


   Tristán mantuvo su semblante neutral e inexpresivo mientras Johan soltaba una ligera carcajada, sabía que no debía tener celos de un niño de sexto grado, pero Johan era su tierno Omega, su pareja y a quien de verdad amaba. Y Johan, que sentía como su pareja evitaba molestarse, se acercó su oído en busca de provocarle mucho más que antes.


—El hecho es que logré mi meta, la cual era tenerte para mi solito— y terminó por morder el cuello del mayor, logrando que el castaño ahogara un gruñido—. Ese beso entre nosotros se prolongó y tu me arropaste con tu chaqueta, cosa que me dejó sin habla y embobado, no sabes cuando quise quedarme contigo esa noche, viendo las estrellas. Con el tiempo empezamos a escaparnos solo para besarnos, para reírnos, te contaba mis días, tu me contabas los tuyos, empezamos a ser mucho más unidos, me contaste tus secretos, yo no sabía qué confesarte porque mi vida era demasiado tranquila y aburrida.

—Y con todo eso, supe que eras la persona indicada— sonrió por fin el Alfa—, supe que no solo eras mi Omega, sino que eras la persona con la pasaría el resto de mi vida— Tristán se aproximó con cautela a los labios del muchacho teñido—. Supe que harías de mi un gran desastre, un hermoso desastre que disfrutaría por toda mi vida.

—No vuelvas mi seducción de algo romántico— lloriqueó el Omega, sus mejillas se habían pintado de rojo y su ceño se frunció—. Me enamoré de un poeta y yo pensando que era un chico malo.— Refunfuñó.

—¿Eso no te gusta?— Tristán sabía usar su romanticismo como un arma de provocaciones, sabía endulzar el acto, mientras que Johan era la chispa que hacía que se mordiera los labios, el apasionado.

—Me siento engañado— desvió la mirada el teñido, sintiendo así como la hombría del Alfa pegaba contra la suya—. He sido vilmente engañado por tus hermosos ojos y tu seductora voz, y ahora vienes y muestras tu lado romántico para acabar con mi existencia— Johan hacía un drama, algo que hizo de Tristán mostrara una pequeña sonrisa pícara—. Pero me encanta— terminó por reír.

—Recuerda que sigo siendo el chico malo, pequeño— vaciló el mayor y se tomó la libertad de rozar sus labios—. Puedo ser tan malo como tu desees.— Y con esa frase, Johan perdió por completo la cabeza y sus sentidos se agudizaron.


   El Omega bajó su cabeza apenado, tragó saliva y bajó sus manos hasta esconderlas en el agua. Tristán bajó igual su mirada y rio ligero por lo que había causado, se sintió victorioso pues ya estaban a mano. Mordió su labio y se acercó inexpresivo al rostro apenado del menor, capturó su mirada y sonrió leve, cosa que dejó en blanco la mente de Johan.

   Johan frunció su ceño y sin poder evitarlo, se acercó al castaño para finalmente besarlo. El mayor se deleitó en labios ajenos los saboreó y, sin que el teñido se diese cuenta de sus movimientos, tomó su miembro entre su mano. El menor gimoteó durante el beso, su cuerpo tembló y pronto sintió como la hombría de su pareja crecía contra su vientre. Johan se vio sin habla, su boca estaba siendo invadida por la lengua de Tristán y su miembro empezó a ser estimulado por la mano ajena.


—Tris... Tristán— jadeó bajo el teñido, temía que su voz se descontrolara, temía que la situación pasara a mayores en un lugar así—, ¿Podríamos esperar hasta estar en casa?— La voz de Johan salía como suspiros de su boca, se sentía sensible y su pareja solo se dedicaba a acariciarle.

—¿No te sientes cómodo aquí?— Se quiso burlar el mayor sin poder detener el vaivén de su mano, entonces Johan tomó igual su miembro y el Alfa ahogó un jadeo.

—Aquí no podré gritar tu nombre— suspiró el Omega contra el oído del castaño y éste, sintiendo como su miembro era estimulado, pegó su frente contra el hombro del teñido—. Y tu no podrás tomarme como es debido.

—Tienes un buen punto— rio ligero el mayor—, pero tenemos que terminar con este problema— ser refería a sus erecciones—, así que mueve tu mano— y con su mano sobrante, el Alfa se dedicó a jurungar los pezones del teñido, el cual hacía lo posible por acallar sus gemidos.


   Johan hizo lo posible por continuar con el vaivén de su mano alrededor del miembro de Tristán, pero el hecho de que este igual le masajeara y al mismo tiempo se deleitara con sus botones, era algo que el Omega no podía soportar tan fácilmente. Tristán conocía cada una de sus debilidades, el Alfa sabía cómo volverle loco, pero Johan no dejaría que el mayor ganara.

   Así que tomando fuerzas, el teñido aceleró un poco el vaivén de su mano hasta emparejarlo con el vaivén de Tristán. Sin embargo, acercó una de sus manos a su boca en busca de acallar por completo sus sonidos, cosa que el castaño notó de inmediato y por lo cual succionó con más ganas el botón del menor.


—E-Eso duele...— gimoteó bajo Johan, y sin querer apretó el sexo del Alfa, cosa que lo hizo gruñir—. Perdón.


   Tristán no reparó en ello, simplemente dejó los erectos pezones de Johan en paz y se aproximó a besarle. Su mirada era misteriosa, tal cual lobo feroz, y Johan se mostraba como una presa demasiado deliciosa para sus fauces, así que no tendría problema en devorarle a besos.

   Ambos aceleraron el vaivén de sus manos mientras el beso se intensificaba. Johan estaba perdiendo la lucidez y Tristán el control, el agua de la bañera mejoraba el momento por ser fría y hacer contraste con sus cuerpos calientes. Tristán se dedicaba a conocer por milésima vez la cavidad bucal de Johan y éste, cayendo a temblores y excitación, no podía luchar contra ello, contra su debilidad por ser besado por el Alfa de castaños cabellos y ojos oscuros.

   Pronto sus manos aceleraron, pronto una fuerte corriente fría recorrió sus espinas, pronto el agua se vio manchada. Johan perdió sus fuerzas y terminó recostado contra el hombro del mayor en lo que intentaba recuperar el ritmo de su respiración. Tristán, por otro lado, dejó que el agua se fuese por el drenaje y se puso en con cuidado mientras sostenía entre sus brazos al Omega que parecía somnoliento.


—Te atacaré— comentó cansado el teñido, viendo de reojo como el mayor abría la llave de la ducha. El agua tibia cayó sobre los dos como lluvia—. Te atacaré y te voy a dominar. Espero que lo recuerdes cuando lo haga.

—Esperare ansioso— rio suave el castaño y sintió entonces como las manos del de ojos claros se pasaban a sus cabellos para lavarlos.


   (...)


   Tras una noche tranquila y abrazados, Johan se despertó gracias al frío que entraba por la ventana. Se acurrucó entre las sábanas y el cuerpo a su lado le acobijó con sus brazos, Johan miró entonces a Tristán quien le pedía que volviese a dormir, y rio suave al verle tan cansado. El Omega se sentía feliz, a salvo, sin preocupaciones, eso provocó que quisiera acariciar el rostro de su amado chico malo.

   Pero en ese momento, cuando alzó la mano para tomar la mejilla del Alfa para acariciarla y tal vez darle un beso, el muchacho reparó en su mano. En su dedo había un delgado anillo plateado, con algunos detalles y brillante. Johan estaba seguro de que eso no estaba allí antes, sus ojos se aguaron ligeramente.


—E-Ey...— intentó despertar al mayor—, despierta, tonto.


   Tristán abrió los ojos con pesadez y se fijó en el teñido, quien aún miraba atento la argolla en su dedo. El castaño sonrió suave y sacó su mano de entre las cobijas para acariciar la mejilla del de ojos claros. En ese instante, Johan notó que su pareja igual llevaba un anillo.


—Qui-Quiero que sepas que me negaré— los ojos del Omega empezaron a llorar, y Tristán se vio casi impresionado, pues suponía que era una broma—. N-No me casaré contigo hasta que me hagas una deliciosa cena en casa y me cargues hasta la cama— regañó de forma infantil—. Des-Después te diré que sí y nos besaremos— dijo aún sin mirarle. Y sí, soy muy dramático.


   Tristán respiró profundo, calmado, y asintió con su cabeza. Johan quería evitar el llanto de alegría, quería mantener su ceño fruncido, pero Tristán se aproximó a secar un par de lágrimas que se habían escapado de sus ojos. Y una nueva ronda de besos y risas empezó entre ellos, porque Tristán tenía había planeado pedirle matrimonio a Johan desde hacía meses y ahora, con lágrimas en los ojos, el Omega había aceptado pasar el resto de su vida a su lado.


   (...)


  — ¿Se casarán?—  Misha se mostró ilusionado mientra comía sus galletas junto a Charles, sonrió animado, pero luego se volvió a Logan quien cocinaba al lado de Tristán—. Me quiero sacar contigo, Logan ¿Me aceptas?— el Omega de rojos cabellos sonrió mientras abrazaba a Charles.


   Logan miró a su pareja, se veía inexpresivo mientras Misha le dedicaba una gran sonrisa. Entonces secó sus manos con un pañuelo y se acercó intimidante al menor, Tristán y Johan quisieron salir de allí. Pero el Alfa tomó con cuidado la mano de Misha, éste se vio confundido y su corazón empezó a latir muy rápido.

  

— Trato hecho.— Murmuró el de cabellos azabaches en lo que colocaba un anillo en el dedo del pelirrojo y Misha, con sus labios temblando por las inmensas ganas de llorar, saltó hacia él en un gran abrazo.


   ---Fin---

   Perdonen que sea tan corto, galletitas. No pude aguantarme hacer como un Extra de la pareja secundaria del Shot anterior, estos me parecieron muy tiernos, ¿A ustedes les gustó?

   Espero escribir más seguido para los Shots, espero seguir teniendo su apoyo.

   Besos.

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