Bajo la Lluvia
~~Bajo la Lluvia~~ R+18
Solo me faltaba eso. Ayer había sido el cumpleaños de Makoto y fue un día inigualable; fuimos a la playa, nadamos un poco ya que Mako le tiene pánico al mar, y pasamos la noche en un hotel... Uff, una noche que tendré en mi mente por unos meses. Está mañana volvimos, técnicamente él durmió todo el camino sobre mi regazo en el jeep de regreso, algo bastante tierno y sexy.
El hecho es que me acaba de llegar un mensaje una entrevista para una Academia Internacional de Natación; ya mi hombro ha mejorado y me han visto muchas Agencias y Academias. El problema es que es para ahora, y no quiero despertar a Makoto... Se ve muy cansado. Pero es mi obligación ir, sino mis posibilidades de viajar con Makoto por el mundo, disminuirán.
Me decidí a bañarme y vestirme, todo en total silencio para no despertar a Tachibana, quién dormía medio desnudo en la cama.
-Más tarde vuelvo, cariño. Descansa- Susurré lo más bajo posible cerca del oído del castaño, luego besé su frente y lo arropé hasta los hombros para que durmiera cálidamente-
Balbuceó un poco por mi gesto y, antes de que yo saliera de la casa, abrazó la gran almohada que estaba a su lado, una almohada que envidio ya que yo debería estar ahí, mimando a mi pareja, besándolo.
Caminé hasta donde me habían citado, un centro comercial que estaba a unas cuadras de mi casa. Llegué y espere en la cafetería que me mandaron, no quería durar mucho, Makoto estaría preocupado, y quería ver su adorable rostro en ese estado.
Al rato, una muchacha de cabello amarillo y ojos negros, vestida con traje de falda, se me acercó...
-Yamazaki Sousuke?- Preguntó la jovial chica, regalándome una sonrisa cuando asentí a su pregunta. Luego le indique que se sentara delante mío-
Se presentó con el nombre de Shinkiyu Yukki, luego se sentó donde le había indicado; sin rodeos, empezó a hablar sobre la prestigiosa Academia de Natación y sus beneficios en la vida si llegaba a aceptar el contrato, cosa que me ilusionaba... Makoto estaría viviendo dentro de poco en San Francisco, allá están las mejores universidades, y la Academia que me llamó en la mañana, era de esa ciudad.
*Narra Makoto*
Estaba durmiendo tan bien! Pero mis ojos se abrieron solos y no pude seguir durmiendo. La noche de ayer fue inolvidable, Sousuke fue tan tierno y a la vez tan salvaje, una noche de cumpleaños que atesorare en mis recuerdos, y más con el hecho de que aún me duele la cintura y un poco las piernas... En fin, ahora que me doy cuenta, donde está mi pelinegro? Desperté abrazando a una almohada.
Su nombre se hizo presente en la alcoba en mi voz, un ligero suspiro que pronuncie por quererlo a mi lado, abrazándome o haciéndome sonrojar por sus sinceros y pervertidos comentarios acerca de mi cuerpo o mis acciones.
Decidí levantarme lentamente, estirando mi espalda y sintiendo como los huesos de la cadera me sonaba, eso me dolió un poco y me hizo recordar lo que pasó en la noche.
Rato después...
Ya estaba bañado y vestido. En un rato supuse que Sousuke llegaría y, antes de ello, terminé de leer uno de mis libros. Luego saldría a comprar algunas cosas que le gustaría comer.
*Narra Sousuke*
La muchacha hablaba y hablaba, fijando en mí una rara mirada, quizá coqueteando. Ya estaba hartándome un poco de su actuación, no me gustaba que las mujeres actuaran así cuando les gusta alguien; no digo que sean todas, varias son tímidas o carismáticas, pero no este tipo de chicas...
-Sabe algo Señorita Shinkiyu? Ahora hay alguien importante en casa, y no ha dicho nada que me haga aceptar su propuesta- Dije con seriedad al ver que la joven no hablaba de más que de lo bien que se veía mi físico-
-Señor Yamazaki... Piense bien lo que dice- Dijo en tono ligeramente retador al momento de pararse después de mi, eso me hizo dudar de su profesionalismo ya que se me estaba acercando-
-Con su permiso- Formulé con mi semblante frío y mirando sus ojos, notando como se detenía, quizá la asuste-
Me di la vuelta y salí del lugar, pero un agarré en mi brazo me detuvo e hizo que volteara. Sin poder chistar, la representante de la Academia plantó sus labios rojos en los míos.
*Narra Makoto*
Llegué al lugar donde tenía que comprar algunas verduras pero, antes de entrar, volteé mi vista a la esquina que estaba por pasar y, dejándome en shock, vi como una rubia besaba a... Sousuke...
-Esto no... puede ser...- Murmuré para mi mismo y caí en cuenta que mi novio se estaba besando con otra chica-
No estuve ni 30 segundos ahí cuando ya me estaba devolviendo por donde vine... Esto no lo termino de creer... Sousuke me engaña...?
No podía ni imaginármelo, y las lágrimas ya empezaban a acumularse en mis ojos, cada vez caminaba más rápido, hasta llegué a correr... No procesaba lo que había ocurrido.
*Narra Sousuke*
Eso me había agarrado desprevenido, pero sin pensarlo dos veces, alejé a esa tipa de mi cuerpo con agarrarle los hombros a la rubia. Mostré una mueca de desagrado y limpié mi boca con un par de dedos, viendo como estos quedaban manchados de rojo, notando como la rubia se indignaba por mi acción.
-Eso no fue bueno- Dije con seriedad- Y como dije..., tengo a un chico esperándome en casa, el cual besa mil veces mejor que tu- Comenté con una cínica sonrisa y me retiré con cierta rabia por haber venido-
Dirigiéndome hacia la salida del Centro Comercial, vi a un joven moviéndose rápido entre la gente. Me pregunté que le habría ocurrido pero, cuando el rostro del chico volteó para ver su camino..., vi el claro rostro de Makoto a través de unos lentes..., y estaba llorando.
Oh mierda... No me digas que...
Salí corriendo detrás del castaño, sin embargo, la gente se acumulaba evitando mi paso. Ahora si me estaba alterando, de seguro había visto a la muchacha besarme, eso no es bueno... Tengo que explicarle. Makoto es muy susceptible.
Ya cuando por fin logré llegar a la entrada del centro comercial, ya no había huella de Makoto, ni siquiera alguien visible entre los árboles del parque o en las calles pintorescas que se pareciera a mi castaño.
-Joder...
*Narra Narradora*
Makoto corrió lejos del lugar, no soportaba lo que había visto, ni lo creía... Sousuke le estaba siendo infiel? Justo después de su cumpleaños. De verdad nada podía ser peor.
Click... Click... Click click...
-Creo que si puede ser peor...- Sollozó el castaño al detenerse luego de haber corrido cuadras y cuadras. La lluvia había llegado en un mal momento y sin misericordia, lluvia continua-
Makoto pasó una de sus manos por su cuero cabelludo e intentó parar de llorar, pero fue inútil; su mente no dejaba de repetir aquella escena y, de alguna forma, agradecía que sus lágrimas podían camuflarse con la lluvia.
-Por qué... Sousuke?- Se preguntaba el joven que aún poseía sus lentes de lectura. Sus ojos verdes estaban nublados pero sabía que andaba caminando por la calle vacía bajo la lluvia-
Llegaron a pasar las horas mientras Makoto caminaba por las desoladas calles y un Sousuke preocupado recorría los parques y tiendas donde esperaba que su novio estuviera. La lluvia no lo ayudaba, no quería que a su castaño le pasara algo.
-Donde estás, Makoto?- Se preguntaba el pelinegro de ojos aguamarina mientras se peinaba el cabello hacia atrás en señal de frustración, que Makoto andara solo en medio de la lluvia era riesgoso-
Era desesperante saber que tu pareja posiblemente estuviera desanimada y estaba en un lugar que desconoces..., todo por culpa de un malentendido que no debió ocurrir.
Pasaba la tarde y seguía lloviendo. Sousuke se encontraba empapado hasta los zapatos; hacía ya una hora que estaba recorriendo nuevamente el parque. Esperaba encontrar al castaño pronto. Agarró su celular por quinta vez y mantuvo el número uno presionado, luego apareció una imagen de Makoto apareció en la pantalla del móvil, indicando que estaba llamado a esa persona. Los pitidos pausados sonaron, no, retumbaron en los oídos del pelinegro; esos pitidos que le ponían nervioso, quizá porque su castaño podría no contestarle...
Sin embargo, se escuchó la lastimosa voz de Makoto al otro lado del teléfono; Sousuke se detuvo en seco y, luego de pasar sus dedos por el puente en señal de tranquilidad, tomó una bocanada de aire para hablar...
-Makoto, donde estás?!- Preguntó el ojiclaro con su mirada clavada en el suelo. Su cuerpo se estaba congelando pero quería saber dónde estaba su pequeño nadador ya que posiblemente también estuviera bajo la lluvia-
-Sousuke... No quiero hablar contigo...- Comentó el castaño con la voz quebrada, preparándose para colgar el teléfono-
-Makoto... Tengo que...- El pelinegro se vio interrumpido por la voz del contrario, el joven que estaba al otro lado del teléfono-
-Nada, Yamazaki!- Calló Makoto al nombrado, claramente dolido y estresado por el recuerdo de la mañana del mismo día- No quiero hablarte! Quiero estar solo... Yo... Te odio!- Sollozaba el castaño mientras apretaba el celular entre su mano-
-Makoto... Dónde estás?- Preguntó la voz más fría de Sousuke, sabiendo que su pareja estaba peor de lo que esperaba-
-No te interesa! Voy a colgar...!- Dijo el ojiverde con la voz entrecortada- Vete con esa señorita del centro comercial...- Murmuró el nadador antes de colgar la llamada-
Sousuke suspiró pesado, ahora estaba más irritado. Siguió caminando, esta vez más rápido ya que esperaba que su castaño no fuera a ser lastimado por alguien...
*FlashBack*
-Hace 2 años-
-Ojitos... Despierta- Susurraba un moreno al oído de su pareja. Ambos dormían acurrucados con el otro, pero el de ojos aguamarina se había despertado primero-
-No quiero...- Balbuceaba el castaño al acurrucarse más en el pecho de su novio, era una mañana fría-
-Pero hay que ir a comprar algunas cosas...- Murmuraba el azabache mientras acariciaba y peinaba los cabellos del nadador-
-No iré...- Negó el chico menor, quien bostezo con pereza al necesitar calidez-
-Eres un dormilón...- Arropó Sousuke a su novio y le besó la cabeza con cariño- Iré yo solo a comprar... Viendo todos esos gatitos en las tiendas..., te iba a comprar uno- Comentó el mayor con un tono fingido de nostalgia-
-Pero... Pero yo quiero uno...- Alzó la mirada aquel castaño, mostrando también lo cansado que estaba por una intensa noche-
-Eres una ternura...- Rio el azabache antes de abalanzarse sobre el contrario para besarle-
-Ya no te quiero...- Dijo un sonrojado ojiverde al mirarle a los ojos con un puchero-
-Cierto... Tu me amas- Presumió el mayor y, con una sonrisa triunfante, besó los labios de su pareja, siendo correspondido al instante-
Luego de aquel dulce beso, Sousuke se hizo a un lado para que el castaño se levantara. Este se colocó de pie con cierta dificultad y agarró la chaqueta de su dominante la cual estaba al lado de la cama, se la colocó, se estiró y se encamino al baño.
-Lindo trasero...- Comentó el moreno con picardía sin quitar la mirada del trasero de su sumiso y violable nadador, según sus opiniones-
Makoto frenó su paso, totalmente avergonzado por aquel comentario, pero para provocar más a su pareja, mostró el perfil de su rostro obviamente colorado y pasó su mano con timidez por su cabello. Sabía que eso afectaría a su pelinegro, cosa que no se hizo esperar...
-Me voy a bañar contigo..., y no podrás caminar- Canturreó el mayor al caminar rápido detrás de su sumiso, rodeándole la cintura con sus fuertes brazos-
-Eres un pervertido...- Murmuró el castaño con unas ligeras risitas saliendo de sus labios. Luego dejo caer su cabeza hacia atrás, sintiendo el hombro de su novio y aquella piel bien trabajada pegando en su espalda-
-Ya me quiero bañar... - Suplicó el de ojos aguamarina, susurrando esto en el oído del más bajo-
El ojiverde rio leve y prosiguieron su camino al baño para ducharse..., y pasó lo que tenía que pasar; un Makoto adolorido y cansado, y un Sousuke enérgico y alegre. Este último aun así logró que su pareja le acompañase a comprar, aparte que quería una cita en un hermoso lugar donde sirven unos desayunos muy ricos, sería un buen detalle.
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Pasó el rato y la pareja salió de la casa hacia uno de los centros comerciales cercanos; ahí estaría el local de desayunos y la tienda de donde necesitaban algunos elementos. Al llegar, Sousuke caminaba tranquilo junto al castaño, agarrados de las manos y arruinando las esperanzas de algunas chicas que pasaban a su alrededor, otras sonreían por el feliz noviazgo, pero Makoto moría de pena mientras caminaba un paso más atrás que el moreno.
Primero fueron a desayunar y luego a comprar lo que tenían qué... Pero, en un momento, en un par de minutos que Sousuke se distrajo por ver unas revistas de deportes, el castaño había desaparecido de su vista, y de sus alrededores. Amablemente le pidió al joven de la tienda que guardara sus compras, este aceptó, y luego salió de la tienda con cierta inquietud. Su mirada recorrió el lugar momentáneamente, buscando algo inusual o distinto... Fue entonces que uno de los pasillos a los que se les tenía que hacer mantenimiento se cruzó por sus narices.
-Makoto...?- Se preguntaba con seriedad el azabache mientras se encaminaba al desolado pasillo-
Sus nervios cada vez lo hacían ir más rápido, sentía que una parte de él se estaba despedazando y esa no era una buena señal. Se detuvo en medio del oscuro pasillo que, por muy raro que pareciera, toda la gente le hacía caso a los carteles de no pase; su vista recorrió el lugar, y un ruido sordo lo guió por las sombras. En el espacio que había entre dos tiendas, un tipo se le estaba montando a su pareja...
-Malnacido...- Murmuró Sousuke con rabia y, sin ser escuchado y acercándose en silencio, agarró al tipo de la camisa para estrellarlo contra la pared-
Era un joven, quizá de la misma edad que Makoto, pero eso no cambiaba el hecho de que el de ojos aguamarina lo acabara a golpes en ese mismo instante. Al final el tipo salió corriendo del lugar con la cara golpeada y quizá una costilla rota. Sousuke hubiera seguido al chico de no ser porque el sollozo de Makoto se escuchó...
El mayor se dio la vuelta para ver en que condiciones estaba el castaño; este estaba con la camisa rota y la mirada baja, también se notaba un poco adormilado. El de ojos agua se acercó con su semblante serio y se arrodilló frente a él, viendo como este se alejaba un poco, tal vez por instinto; Sousuke rápidamente se quitó su camisa, quedando así en una franela sin mangas, y se la puso al ojiverde.
-Yo... Yo no...-Balbuceaba el menor en un hilo de voz. No sabía cómo explicar su debilidad al momento, no recordaba mucho pero sabía que un muchacho estaba sobre él y no conseguía las fuerzas para quitárselo de encima-
-Hueles a cloroformo...- Murmuró el mayor al acercarse más a su pareja para alzarle la mirada, posando un par de dedos en la quijada de este para que le quitara las lágrimas de la mejilla.
-Yo... No pude reaccionar... Disculpa...- Dijo en un hilo de voz el ojiverde. No sabía a qué se refería su novio al decirle que olía a cloroformo y eso le preocupaba-
Sousuke, por su lado, escuchando lo culpable que se oía la voz de su sumiso, pasó sus manos suavemente por las mejillas de este, notando la ligera mueca de dolor que hacía el ojiverde por el toque. Makoto estaba triste y molesto consigo mismo, por no haberse defendido, sin saber que el pañuelo que le habían puesto con sutileza sobre la boca, contenía un medicamento somnífero. El azabache, viendo como Makoto lloraba un poco más, lo abrazó con cariño y fuerza, demostrando lo aliviado que estaba de haber llegado a tiempo, pero sintiéndose miserable por el posible golpe que su sumiso pudo haber recibido en su cachete.
-No fue tu culpa... No tienes que llorar. Ya estoy aquí- Susurraba el pelinegro mientras escuchaba los sollozos de su novio. Sintió como los brazos del menor lo abrazaban con necesidad, el castaño estaba muy asustado al no poder reaccionar del todo, y ahora su héroe lo había rescatado de la casi violación que pudo haber ocurrido-
*Fin del FlashBack*
*Narra Sousuke*
Volver a una situación así era lo que menos quería ahora. No quiero volver a ver a mi castaño llorar, pero ahora el bastardo que lo está haciendo sufrir soy yo. Mierda! Ayer fue su cumpleaños, esto no puede estar pasando, tengo que seguir buscando a Makoto hasta la hora que sea...
Camine un rato más por el parque, ya debería ir a buscar a otro lugar. Ya me estaba encaminando hacia la salida cuando, en un reflejo, volteé mi vista... Y, ahí, a paso lento, un castaño con lentes entraba por la otra esquina del parque.
Makoto...
No esperé mucho y corrí hacia mi novio, mi ángel, mi vida, mi todo... No soportaba saber que lloraba por mi culpa. La lluvia cada vez se intensificaba y me hacía tropezar un poco, pero no caí por suerte; al ya estar a unos centímetros de Makoto, agarré su brazo y lo giré, mire sus ojos y lo abracé lo mejor que pude.
-Eh?- Escuche su ligero balbuceo ante mi acción, claramente conmociobado por lo repentino del asunto-
-Makoto... No era mi intención que esto pasara. Solo quería estar contigo- Dije rápido y apresando más al chico que estaba entre mis brazos-
*Narra Narradora*
-Sousuke...-Se escuchó la templada voz del más bajo- Su-Suéltame...! No te quiero...!- Forcejó el ojiverde con pocas fuerzas, sentía el calor del cuerpo de su pareja a pesar de que estuviera empapado, pero su orgullo lo quería alejar-
-No te voy a dejar!- Dijo con seriedad el mayor, tratando de tranquilizar a su pequeño nadador- Aunque digas que no, yo te amo y tu a mí- Reafirmó el mayor al aflojar un poco el agarre, notando como los músculos del contrario se relajaban y sentía su corazón latir a mil por hora-
Makoto volvió a estallar en llanto y se recostó en el hombro de Sousuke, sus ojos y mejillas estaban rojos, y las gafas que llevaba puestas lo hacían ver más indefenso y adorable. El azabache permanecía con sus brazos alrededor del menor, tratando de que se calmara, agradecía que nada le hubiera pasado a su sumiso pero nuevamente una parte de su ser, se sentía estrujada y culpable.
Luego de un par de minutos, el mayor agarró la mano de su novio y, viendo lo cansado que estaba este, se encaminó hacia la casa... Necesitaba solucionar los problemas o perdería la confianza del castaño.
Al llegar, Makoto trató nuevamente de escaparse de la mano del ojiagua, sin embargo, este no dejó que se alejara.
-Suéltame, Sousuke- Pidió el castaño con su vista baja, tratando de liberarse de la mano del contrario la cual le sujetaba la muñeca-
Sousuke, con su semblante sin expresión, agarró la otra muñeca del ojiverde, atrayéndolo más a sí.
-Suéltame por favor...- Pedía el más bajo al mirar a los hipnotizantes ojos de su pareja. Sus ojos empezaban a lagrimear y sus fuerzas estaban bajas, se sentía cansado-
-Yo te amo- Habló el moreno para callar al menor- Si fui a la entrevista..., es porque no quiero estar tan lejos de ti cuando te vayas a San Francisco...- Soltó con aceleración el azabache mientras pegaba de la pared a su nadador, mostrando lo frustrado que estaba-
-Sousuke...- Trató de interrumpir Makoto, claramente estaba impresionado por la confesión de su dominante-
-Yo... No esperaba que la representante me besara. Nunca te dejaría, Makoto!- Concluyó el moreno que, hasta ahora, miraba los ojos verdes del contrario, ahora su cabeza reposaba encima del pecho de este-
Makoto escuchaba las sucesivas respiraciones del ojiagua, cada vez se hacían más lentas y el agarre a sus muñecas se aflojaba. Ya no era duda lo que sentía el castaño, sino culpabilidad. Como pude dudar de él? Era lo que pensaba el menor con tristeza...
-Per-Perdóname...-Dijeron los dos al mismo tiempo. Sousuke alzó su mirada en lo que Makoto la desviaba-
Sousuke sentía el corazón en la boca, solo miraba el sonrojado rostro de su novio y las lágrimas que caían por sus mejillas. No sabía que decir, esperaba que el castaño hablara...
-Debí escucharte.. Tenía miedo de perderte, no pensé lo que dije... Perdóname- Sollozó al volver a bajar su mirada, deslizándose por la pared hasta llegar al suelo, haciendo que el ojiagua hiciera lo mismo-
-Makoto... Yo me enamoré de ti desde que Rin nos presentó, te amo desde que te robe tu primer beso en la última competencia de relevos, te he amado hasta ahora y siempre te amaré, Makoto Tachibana- Declaró el moreno al poner sus manos a cada lado del rostro del castaño-
El ojiverde dejó escapar una última lágrima, y una tierna sonrisa se posó en sus labios. Eso le había relajado y animado bastante, por lo que su mano se posó sobre una de las manos del mayor, eso tranquilizó también al azabache, provocando que soltara un ligero suspiro.
-Yo...no te odio- Susurró por último Makoto, sintiendo como el ambiente se volvía más... Reconfortante-
El ojiagua sonrió ligero y, luego de rodear la cintura del más bajo, besó sus labios suavemente. Estos correspondieron al momento, cada vez intensificándose más. Pero, como necesidad humana, se despegaron lentamente para retomar aire. Se miraron, Sousuke pasó su brazo por debajo de la rodillas del castaño, y así lo cargo tranquilamente; se dirigió a la alcoba y sentó al menor en la esquina de la cama.
-Si te quedas con esa ropa, te podrías resfriar- Comentó el más alto mientras le quitaba la camisa a su novio-
-Pero tú también...- Trató Makoto de hablar, no había pensado en la posibilidad de enfermarse... Ahora le preocupaba el moreno-
Sin embargo, Sousuke besó con rapidez al castaño, tumbándolo en la cama juguetonamente. Así, el ojiagua prosiguió con la labor de desaparecer la camisa de Makoto, mientras este trataba de hacerle lo mismo con cierta torpeza.
Al final, los besos se humedecieron y Makoto se encontraba sobre las piernas de su dominante, después de todo, este quiso que así fuera.
-Y si te enfermas?- Comentó el menor con nerviosismo, en eso, Sousuke aprovechó para morder una de sus pezones, sacándole un gemido ahogado-
-Eres muy provocador... Si me enfermo, me alegra que seas tú quien me cuide- Contestó con sinceridad el moreno en lo que mordía el cuello de su sumiso-
El castaño no lograba articular palabra alguna, su corazón estaba acelerado y Sousuke no dejaba de toquetearlo con su lengua. Este, disfrutaba que ya todo hubiera vuelto a la normalidad; no soportaba ver a su nadador sufrir, después de todo, fue la persona que lo salvo de tanta soledad al final de la secundaria.
Sousuke, por su lado, apegaba más al menor de su abdomen pars tener más accesibilidad al cuello del ojiverde. Lo único que quería, era que ese día fuera borrado de sus mentes, pero aun así sabría que Makoto se tendría que ir de su lado en menos de un año... Quizá por pensar en ello, sus besos se detuvieron y solo abrazó el cuerpo del sumiso, brindándole más calor. Makoto disimuló su preocupación ante la acción de su novio, fue entonces que alzó la vista de este para mostrarle una tierna sonrisa...
-Eres parte de mi... Lo sabes?- Comentó el castaño en lo que se acercaba al rostro del moreno, solo para pegar su frente con la de él, sabiendo que con la mirada le hablaba-
Sousuke soltó una ligera risilla unos segundos después y capturó los labios del ojiverde con rapidez y suavidad; disfrutaría de lo que quedaba de la noche. Entonces, en movimientos rápidos, sacó los pantalones y boxers de su pareja en lo que lo volvía a acostar en la cama, aun sin liberar sus labios del ahora apasionado beso. Mismas acciones hizo en sí mismo: se deshizo de sus jeans y de sus boxers, dejando a la vista su miembro, el cual pedía atención inmediata.
-Hoy..., podrías ser un poco más gentil que anoche? Por favor- Pidió con cierto aire de éxtasis en el aire aquel castaño que, claramente, quería algo más-
-No te prometo nada- Murmuró el pervertido azabache al roce de labios con su ojiverde. Su mirada tenía ese inusual brillo de emoción, pero su semblante apenas dejaba ver una sonrisa... Esa sonrisa que demostraba victoria y aquella que había enamorado al castaño-
Esta vez lo besos bajaron al cuello blancuzco de Makoto, Sousuke marcando su territorio con marcas rojas y ligeros mordiscos que no desaparecían en menos de dos días. El ojiverde solo dejaba escapar su voz, ya no le daba tanta pena como hacía un año atrás, ahora su voz solo era callada con besos.
-No aguanto, Makoto...- Avisó el ojiagua con su voz grave e intensamente sensual-
-Sou... Sousuke... Es-Espera...- Pidió entre gemidos el menor, pero un gran intruso se adentró en su entrada, provocando que se viniera al segundo-
Un agudo y doloroso gemido salió de su garganta, Sousuke tenía tiempo que no lo penetraba con esa fuerza. La única reacción que pensó, fue rodear el cuello de su dominante y besarlo en busca de un poco de seguridad; el moreno no se negó a la acción y elevó un poco el cuerpo del castaño. Había sido muy brusco.
-Eso...dolió, Sousuke- Dijo en un hilo de voz Makoto al separar el beso por un momento, escondió su rostro en el espacio entre el cuello y el hombro de su novio, y trató de calmar su respiración-
-Perdona... No me moveré hasta que lo digas- Prometió el azabache sin dejar de sostener a su pareja de la cintura. Mordió con fuerza su labio inferior debido a que su sexo se sentía apretado en el interior del castaño-
Pasó un minuto quizá, y Makoto volvió su vista a los ojos aguamarina de su pareja solo para darle el permiso de moverse. Este, sin pensarlo, empezó su penetración con lentitud y profundidad, sacándole suspiros y jadeos al ojiverde, los cuales, la mayoría, solo decían su nombre. Ahora, ese pequeño momento de dolor se había convertido en placer, las embestidas de a poco aceleraban y el miembro del moreno pegaba contra la próstata del ojiverde.
-De verdad adoro ver lo pervertido que eres...-Gruñó con sensualidad Sousuke en lo que agarraba las piernas del sumiso para abrirlas más, teniendo más libertad de adentrarse en él-
-Ma... Ah! Malo!... Ah- Gemía y suspiraba el menor sin alejar su vista de Sousuke-
Este último sonrió levemente pero con cierto aire de victoria. Amaba que Makoto fuera tan tierno en todo momento, solo le gustaba ver lágrimas de alegría o placer deslizarse por las mejillas del menor y, a pesar de todo, le gustaba cuando lo provocaba con esa adorable mirada verdosa.
-Te amo- Murmuró el dominante en un tono frío y estremecedor, antes de besar los rosados labios de su nadador-
Makoto correspondió gustoso con el beso y, cuando su novio embistió en esa zona sensible dentro de él, arañó la espalda del moreno sin querer...Había sido una pequeña descarga de frío que traspasó su espalda para que se viniera. Ahí, sus adentros apretaron la hombría del contrario y, en lo que este embestía un par de veces más, se corrió en el interior del castaño, escuchando un agudo y templado gemido salir de aquella dulce boca.
-Ah! A-Ah...!- Gimoteó el menor e inmediatamente se aferró a la espalda del azabache-
Un par de graves suspiros provinieron de la boca del mayor, luego sacó con cuidado su miembro del ojiverde, escuchando un quejido de su parte...
-Makoto...-Llamó Sousuke a su sumiso en lo que se recostaba a su lado-
El nombrado ya empezaba a dormirse, pero alzó con levedad su mirada. En ese instante, el ojiagua le robó un beso, muy pequeño, cariñoso y juguetón beso.
-Yo te amo más- Concluyó el castaño con una sonrisa risueña. Un segundo más, cerró sus ojos y se dejó caer en brazos de morfeo-
Sousuke rio en un susurro. Arropó a su pareja con la manta y se acomodó para acurrucarlo entre sus brazos y pecho, cosa que no tardó mucho; Al rato, el sueño empezaba a vencerlo, y un ruidito muy adorable lo despertó por un instante...
Achis...!
Makoto había estornudado tal cual gatito, luego se acurrucó en el pecho de Sousuke en busca de calor y prosiguió con su sueño, se había enfermado tal vez?.
-Parece que yo te cuidaré a ti, mi pequeño nadador- Se burló el azabache al abrazarlo mejor y terminar de cerrar sus ojos, como no enamorarse de un dulce como Makoto?-
---Fin---
Taaaan!! Holaaaa! He aquí yo con un sensual SouMako x3 Esta pareja es hermosa. Shipeo mucho a los de Free!
Ahora una pregunta... Se acuerdan de...?
Besos! Los quiero! Respondan lo que crean que es la respuesta! Por cierto... FELICES 2K LECTURAS!!!! LOS AMO!!
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