Regina Gio, una joven empresaria de Japón, era mujer exitosa quien a pesar de haber perdido a sus padres en su adolecencia, se tuvo que mudar con sus abuelos a Japón en donde luego de una alocada fiesta que paso con sus primos no supo luego de tanto alcohol que fue lo que paso, pero luego de unos meses en Japón tuvo la ligera sospecha de lo que pudo haber ocurrido y ante sus abuelos aquel suceso fue imperdonable para ellos y sin mas la echaron de casa, con todo y su problema a la calle.

Con algo de esfuerzo y dificultad, la joven albina salio adelante por sus propios esfuerzos y sin la ayuda de nadie, ni siquiera le pidió ayuda a sus tios maternos y paternos, y luego de 12 años se volvió una mujer fuerte, pero tras la sorpresiva llegada de su querida prima a pedirle ayuda, para salvar a su hermano de algo que su pequeña prima decía ser su culpa.

Tras estudiar a fondo el caso había encontrado la manera de librar a su endemoniado primo de un matrimonio forzado, pero también era consciente que para efectuar su plan debería exponer a la luz su secreto, secreto que le tomo un tiempo asimilar y juntar los hilos, por lo que sin mas hablo del plan no solo con su consejero y cuidadores en esos últimos 12 años, sino con otra persona muy importante.

Su hijo

Tras luego de contarle toda la situación, el acepto sin la menor duda y solo provoco los nervios y miedos de su madre que ella ante todos pudo ocultar o eso creía, en especial pudo camuflar bien sus verdaderos sentimientos por su demonio primo.

En donde una vez que la verdad se revelo y antes de que el plan se efectuara y dejara de ser una farsa, ambos confesaron lo que realmente sentían por el otro, aquello que paso entre ambos, en una noche de mucho alcohol, esa pasión carnal del momento no era ningún error, ya que de ese momento nació su adoración de ambos, si bien para el demonio le seria difícil ganarse a su hijo, estaba dispuesto a todo aun si negatividad de ser odiado eternamente por el y no lo culpaba, no estuvo en su vida por 12 largos años.

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Habían pasado ya 6 meses desde el plan de impedimento de boda arreglada y forzada para Satoru Synclair, así como el anuncio de su matrimonio con Regina Gio, alias Bruja, donde aquello sorprendió a sus padres pero lo que los dejo de piedra era saber sobre el hijo de ambos, sin bien Leonardo, padre de Satoru le decía que tendría algún hijo perdido en el mundo nunca espero que fuera verdad, ahora tanto Cordelia como el disfrutaban a sus queridos nietos, ya que luego de su anuncio de matrimonio la feliz pareja adopto a un par de gemelas sin hogar y de tan solo 5 años, ambas estaban solas en él mundo y se habían encariñado con Satoru y Regina y fueron ellas quienes les pidieron que las adoptaran, quienes aceptaron con gusto. Pero ahí no acababa la cosa, Regina tenia otro hijo, un hijo postizo o adoptado como a veces le llamaba, el joven que era dos años mayor que su hijo y el mejor amigo de este, era huérfano de madre y casi de padre debido a que su padre, un hombre de negocios y política solo le interesaba eso y tras la muerte de su esposa se alejo de todo lo que la recordaba y entre eso estaba su hijo, de no ser por los cuidados de la albina quien sabe que hubiese sido de el.

Por lo que así la vida de Satoru dio un giro de 360° grados, de soltero paso a ser padre de 4 hijos; aun dada la situación de Hanazaki el lo había aceptado como su hijo ya que fue el único que acepto a su hijo como tal, y es para menos, ya que su hijo era una viva copia de el solo que albino y si alguna vez pensó tener hijos siempre tuvo el temor que fuera excluido y temido en su infancia como el y parecía ser que no se equivocó ante su temor así como las historias que su mujer le contaba sobre la infancia de Kobayashi, alias Yoshi, y nuevamente se lamentaba de haber estado ahí para apoyarlo y ayudarlo, y mas que todo cuando este trato una vez de suicidarse, aquello no solo fue horrible para su madre sino también para él y sus abuelos.

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Ya luego de todo aquello, si bien para Satoru fue un verdadero desafío ser padre, con Lina y Luna, alias patitas no fue tan difícil eso si con aquel par debería tener cuidado y eso si la sobreprotejeria igual o peor que con Grecia. Pero parecía ser que con Yoshi aun tenia un largo camino que recorrer pero estaba dispuesto a recorrerlo, por el y su familia.

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Esa fría mañana de octubre, ambos adultos seguían durmiendo sin saber lo que estaban haciendo sus hijos, Hanazaki y Kobayashi estaban preparando el desayuno y vigilando a Lina y Luna, las cuales estaban haciendo unos dibujos para su papi, ya que ese día era muy especial.

Era el cumpleaños de su papá.

Por ese motivo todos estaban colaborando para darle un feliz cumpleaños, y no es que se llevaran mal, solamente que siendo sinceros Yoshi y sus hermanas no sabían que darle con exactitud por lo que aquello era idea de Hanazaki, ellos preparaban la comida mientras las menores la tarjeta de felicitación. Una vez tenían todo arreglado, tomaron todo y se dirigieron donde sus padres, las pequeñas abrieron la puerta del cuarto con sumo cuidado de no hacer el menor ruido posible, mas sin embargo su madre los escucho y fue la primera en incorporarse y regalarle una sonrisa a sus bebés y con un simple gesto les indico que pasarán a lo que ellos obedecieron, Lina y Luna reían suavemente mientras se acercaban a su madre muy emocionadas, así como se tapaban con sus manitas su boca para callar suavemente sus risas para no despertar a su papi, quien no tardo mucho al escuchar pequeños susurros a su alrededor y cuando despertó se llevo una gran sorpresa al ver a Yoshi cargar una bandeja de comida así como un pequeño rubor en su pálida piel.

Gemelas: Buenosh diash papi~  -dijeron las pequeñas mientras se subían a la cama a colgarse de el con una sonrisa.

Satoru: Ohayou -saluda con una sonrisa para luego ver el delicioso desayuno hecho por los chicos.

Hanazaki: esperamos que sea de su agrado, Satoru-san -dice colocándole una taza de café, además seria raro llamarle "padre" aun cuando no era nada suyo sino de su mejor amigo.

Satoru: gracias...-responde.

Gemela: ¡Papi! ¡Felish Cumpeaños!~ -gritaron emocionadas ambas pequeñas con una sonrisa adornando su sonrisa, derritiendo a su padre, quien las abrazo con cariño.

Los chicos se sentaron a los costados de la cama, mirando como el cumpleañero estaba siendo comido a besos por las menores de la familia así como de vez en cuando este les daba de comer un poco de sus pancake y no solo a ellas sino también a su amada e hijos mayores, en donde el albino aceptaba casi a regadientes ya que sentía mucha pena al hacer aquello.

Luego de desayunar todos, fue la hora de dar los regalos, Luna y Lina le dieron a su padre sus dibujos y tarjetas hechas por ellas a su padre quien tan solo verlos lo mato de ternura y abrazo a las pequeñas patitas, Hanazaki le dio un reloj de pulsera, nada costoso pero muy bello a lo que el agradeció el gesto, la albina le dio muchos besos y mimos y finalmente era el turno de Yoshi.

Kobayashi: ...te lo doy luego...-dice desviando la mirada y saliendo de ahí, en donde sus hermanas fueron detrás de él, seguidos del castaño, dejando a los adultos solos.

Satoru: *suspiro*...el me odia...-dice con cierta pesadez al ver la manera en que su hijo desvío su mirada de el.

Regina: no es verdad...solo dale tiempo...-decía de manera suave mientras lo abrazaba.

Satoru: ...-suelta un largo suspiro mientras se deja mimar, no es que fuera pesimista ni nada pero durante esos meses, su hijo siempre le decía padre, de una forma respetuosa y casi distante, y eso sin duda alguna le hacia creer que no lo perdonaba por no estar en su vida en esos 12 años.

Luego un rato, ambos adultos salieron de la cama a tomar un baño y arreglarse para ir a casa de los padres de Satoru donde se llevaría a cabo una pequeña reunión en su honor. Cuando salieron los cuatro menores estaban ya listos y esperando en la sala y sin tanto preámbulo partieron a casa de los padres de Satoru, en donde no mas llegaron las felicitaciones no se hicieron esperar para Satoru quien fue felicitado de varias maneras por sus primos, mientras las gemelas fueron apresadas por los brazos de su abuela y Yoshi y Hanazaki escaparon victoriosamente y fueron al jardín con Nagare.

La fiesta fue ligeramente tranquila de no ser por Jun y Mike junto a sus ocurrencias, pero era divertido ya que las risas no se hacían esperar, de vez en cuando Satoru buscaba con la mirada a su hijo quería que en ese día pudiera llevarse bien y convivir como padre e hijo, una vez lo localizo lo vio hablando con Jim y Kyle así como este reír de manera suave, ver aquellas facciones de su hijo lo sorprendía y entristeció al no ser el que provocara aquellas expresiones en el susodicho.

El albino menor al notar la mirada del mayor bajo la mirada y se fue de ahí, provocándole tristeza a su padre, pero no le duro mucho tras sentir los brazos de la bruja, estaba consolándolo ya que si bien le diría las mismas palabras que en la mañana sabia perfectamente que ella se echaría la culpa de lo sucedido y el no quería verla triste por eso.

El día paso tranquilo y sin problema alguno, Satoru había salido al jardín a tomar aire, se sentía algo sofocado con las payasadas de Jun, se sentó en uno de los bancos de ahí y se dedico a mirar el cielo, no paso mucho hasta que escucho unos pasos acercándose, giro su rostro y para su sorpresa era Yoshio, el cual al parecer traía algo detrás de el.

Satoru: ¿Que ocurre? -pregunto tranquilamente para empezar una conversación.

Kobayashi: tío Jun me estresa...-respondió con honestidad mientras soltaba un suspiro y se acercaba un poco mas a el.

Satoru: bienvenido al club -responde con una sonrisa, y tras eso ambos quedaron en sumo silencio, ninguno sabia que decir para romper silencio y cuando lo iba alguno a romper ambos hablaron al mismo tiempo, provocándole un pequeño rubor al menor- adelante, dime que ibas a decirme -le dice otorgándole la palabra.

Kobayashi: yo...bueno...la verdad...-no encontraba las palabras exactas para decir lo que quería por lo que frustrado suelta un pequeño grito de molestia junto a una maldición para luego un poco mas tranquilo se pone frente a el y le entrega lo que estaba cargando, era un pequeño cofre , se veía antiguo pero era muy bonito.

Satoru miraba curioso el cofre que su hijo le entregaba, mientras lo toma pregunta que era.

Kobayashi: abrelo y lo sabrás...-respondió suavemente así como miraba para otro lado.

El mayor hizo caso a sus palabras y abrió el cofre, al hacerlo y mirar su interior mas intriga le dejo al ver un montón de sobres dentro ella, miro de reojo a su hijo y viendo que este no lo veía decidió mirar el contenido de aquellos sobres llevándose así la mayor de las sorpresas. En el interior de ellas habían dibujos y cartas, con una caligrafía algo torpe en algunas pero con el tiempo mejor, leía el contenido de cada una y a medida que lo hacia sentía su mirada nublarse, debido a como iniciaba aquellas cartas...

Querido papá, feliz cumpleaños...

Aquellos sobres...un total de 12, todas ellas eran para el, felicitándolo en su cumpleaños o navidad, notando por el color de las paginas, y por el buen cuidado supo que han debido estar en aquel cofre muy bien cuidadas esos últimos 12 años, siguió leyendo el contenido de las cartas y a medida que lo hacia sus lágrimas fluían debido a las palabras escribas, le contaba todo lo que había vivido día a día desde su niñez hasta su adolecencia, sus experiencias desde la mas grande hasta las pequeña, así como su tristeza y miedos y su idea de acabar su pequeña existencia, el contenido variaba de buena a mala y viceversa, pero a pesar de eso siempre finalizaba con un...

Quiero verte, papá...

Luego de terminar de leer la ultima carta levanto su mirada hacia Yoshi, llevándose como sorpresa ver que el lo miraba fijamente, su rostro estaba adornado por un pequeño tono carmín y de sus orbes rojos como los de el fluían sin control finas lágrimas, así como se encontraba mordiendo su labio inferior para callar un llanto, sin importarle nada se levanto de su lugar botando el cofre junto a las cartas e ir a abrazar a su pequeño hijo quien acepto gustoso el abrazo de su progenitor.

Kobayashi: eres un tonto...-decía con la voz ligeramente quebrada mientras se aferraba a el-...te tardasteis demasiado...estúpido padre...-volvió a decir.

Satoru: gomen...-fue lo único que podía decir, después de todo el no sabia de su existencia sino hasta hace poco.

Kobayashi: no te guardo rencor...-se apresuro a decir-...ni a ti ni a mamá, te perdone hace mucho...-decía ocultando su rostro en el pecho de su padre.

Satoru: ¿No me odias? -ve como este niega con su cabeza- entonces...¿Porque me evitas con la mirada? -pregunto curioso.

Kobayashi: no lo hago...solo me avergüenza decir lo que siento...no soy muy expresivo que digamos...-confesó.

Satoru: ¿Que es lo que dientes ahorita?

Kobayashi: ...soy muy feliz...de tenerte a mi lado...-decía a la vez que sentía sus mejillas arder de la pena tras lo que dijo.

Satoru: a mi igual, no sabes cuanto...-dijo revolviendo suavemente sus cabellos.

Estuvieron un rato así, hasta que ambos se calmaron, ambos estaban felices ese día, claro que Satoru no pudo evitar reprimirlo por su intento de suicido con tan solo 10 años así como otros pequeños "delitos" que le confesaba en las cartas, nada serio, no pasaba de peleas con otros niños y profesores que se quejaban o burlaba de su apariencia, es decir en ese momento ambos estaban teniendo un momento padre e hijo, que fue sin duda un gran regalo para el mayor de ser aceptado por el albino.

Kobayashi: Feliz cumpleaños papá -dice con una pequeña sonrisa.

Satoru: gracias, hijo -responde con una sonrisa.

Ese día de Octubre fue el mejor de todos, si bien el sentía que solamente era otro día mas sin darle mucha importancia esa fecha que representaba su cumpleaños así como otra festividad, ese día fue diferente porque pudo vivirla con su familia, con la mujer que ama y sus adorados hijos, convirtiéndolo en el mejor día de su vida.

El demonio y la bruja
(Próximamente)

Fin?

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Bueno eso es todo, espero que les guste y le den una oportunidad a este libro :D

Y feliz Halloween para quienes lo celebran 🎭

GreciaSynclair espero que te guste