07
Los años habían pasado de una manera demasiado lenta para la viuda de Tony Stark y la hija del matrimonio.
Si bien ya habían pasado tres años de aquel fatídico día en el que Tony murió la herida de ambas féminas seguía abierta.
La empresa paso a ser propiedad de Pepper, claro que eso a ella no le importaba en lo más mínimo.
Ese día era el aniversario de la muerte del filántropo y las heridas salían a la luz.
Morgan Stark no pudo evitar llorar al recordar a su amado padre. Por su parte, Pepper se mantuvo fuerte por su pequeña.
—¿Quieres que me retire? — Preguntó Strange a la mujer.
Pepper miro a Stephen y asintió pues si hablaba estaba segura de que las lágrimas saldrían. El hechicero supremo se despidió y abriendo un portal se retiró del lugar.
—Es un buen tipo — Dijo su hija ganándose una sonrisa por parte de Pepper.
La bella mujer sabía que su hija tenía razón, Stephen Strange era un tipo excepcional... Pero no era Tony.
El silencio se apoderó de madre e hija mientras observaban el lugar donde descansaba Tony Stark.
—Lo extraño — Dijo la menor de los Stark rompiendo el corazón de su madre.
—Yo también. Pero ahora tu padre descansa en paz, él siempre fue considerado una persona egoísta y con un ego enorme y si bien esto era cierto — Dijo la mujer con melancolía —. Tu padre si demostró preocuparse por otra persona que no fuese él, la prueba de ello es que se sacrificó para que todos.
La pequeña Stark no se molesto en responder a lo dicho por su madre, simplemente se dedico a llorar en silencio.
—Lo amaba tres millones — Murmuró la pequeña al recordar aquellas paletas que solía compartir con su amado padre.
Para la hija del matrimonio Stark esos tres años habían sido difíciles pues de un día para otro los cuentos se acabaron, las palabrotas disfrazadas se esfumaron al igual que las paletas nocturnas.
Con el tiempo había aprendido a sobrellevar su dolor pues el apoyo de su bella madre, del señor Strange y por último pero no menos importante; Peter Parker le habían ayudado a madurar.
Morgan sabía que era hora de dejar ir a su padre, comprendió que esa fue la finalidad de su madre al llevarla a aquel lugar.
Porque Tony Stark ya estaba descansando por fin. Era hora de soltarlo, jamás lo olvidaría pues el recuerdo de todo lo vivido estaría siempre presente para ella; pero tenía que seguir adelante por todos sus seres amados.
—Aún te amo tres millones — Dijo la descendiente Stark en un susurro mientras una sonrisa se formaba en su tierno rostro.
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