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❀Dedicado con cariño a:
-AlmxundMilk-

Narra Omnisciente:

Hoy tenían una cena importante con algunos héroes importantes, los dos ya eran grandes héroes y están casados.

Su amor comenzó desde pequeños y se fue fortaleciendo con el pasar de los años, hasta que crecieron y decidieron compartir sus vidas para siempre, nunca olvidarías el día de tu boda fue lo más hermoso que viviste, tus compañeros, familiares, héroes importantes los acompañaron a Yuga y a ti.

Desde que se hicieron novios los dos fueron muy tímidos así que no pudieron llegar a nada íntimo en su juventud, pero cuando al fin estuvieron casados las cosas cambiaron mucho...
"Adicto a tu cuerpo y a ti" eso era lo que le paso a Aoyama, cada vez que tenía oportunidad la aprovechaba para estar junto a ti lo más posible, sus miradas, sus palabras, sus coqueteos todo de el te volvía loca y en especial seguías enamorada de el como en el primer día.

Estabas terminando de arreglarte para ir a la cena especial con los héroes más reconocidos, saliste de la habitación y cambiaste a la sala encontrándote a tu esposo en el sillón mirándote fijamente, evitaste su mirada por que en lo más profundo de tu alma sabías lo que iba a pasar si caigas en sus encantos.

-Bueno estamos listo, hay que irnos o llegaremos tarde- abriste la puerta pero fue cerrada con la mano del rubio.

-Podemos esperar un poco más para ir a la cena belle- sus fuertes brazos te atraparon entre la puerta y el.

-amour~... ya as echo esto varias veces y por al menos una vez en mi vida me gustaría llegar temprano a algo-  dejaste un beso en su mejilla y sonreiste tiernamente para convencerlo.

-Solo está vez y ya si petite étoile ~...- odiabas que te llamará estrellita pero ante sus ojos morados no tuviste alternativa.

-Bien- tomaste su mano y lo guiaste al sofá donde se sentó con sus piernas abiertas.

Te acomodaste de rodillas frente a el, tu vestido rojo se extendió en todo el suelo y tus cabellos de color (C/C) descansaron en tus hombros moviendo un poco tu collar de perlas blancas, bajaste el cierre del pantalón negro de tu esposo ante su atenta mirada y seguidamente su ropa interior.

Una de tus manos se envolvió en el tallo del pene del rubio y tus labios se acercaron a dejar un casto beso en la punta del miembro, después lo conduciste hasta el fondo de tu boca hasta que Aoyama empujó sus caderas hacia enfrente y su pelvis choco con su garganta, comenzaste con un vaivén lento para torturarlo.
Tu lengua pasaba de vez en cuando por su punta y la lamia lentamente, tu mano masturbaba lo que no entraba en tu boca y tu mano libre bajo a sus testículos y los comenzó a masajear y apretar con fuerza.
Sentías como su miembro palpitaba con necesidad de liberarse hasta que sus gemidos aumentaron.

-____~ hazlo más rápido... estoy tan cerca ahh~...- y como lo dijo llegó a su clímax.

Su líquido caliente recorrió tu garganta y un poco salió por las orillas de tus labios, lamiste tus labios y después el semen que quedaba en su pene.

Te paraste y lo miraste desde arriba ya que el aún estaba sentado en el sillón con una mano en su frente y su respiración acelerada.

-Ahora hay que apresurarmos- cambiaste hacia la puerta pero otra vez una mano detuvo tu camino.

-Espera ____~... ahora déjame recompensarte- el te abrazo hacia su cuerpo.

Sus dulces labios besaron los tuyos y lentamente tu vestido callo al piso, la ropa de el también fue callando con forme avanzaban hacia la habitación.

-Esta bien pero... tu les explicarás por que faltamos- susurraste eso en su oreja antes de morderla.

-Tomare el riesgo- a paso torpe llegaron a la habitación y callejón en la cama juntos.

El comenzó a dejar besos por tu cuello, hombros, clavícula hasta llegar a tus pechos y mirarlos con atención.

-Tan grandes~...-

Quito tu sujetador negro y lo tiro a algún lugar de la habitación, los apretó con sus manos para luego morder uno y dejar una lamida y repitiendo el mismo procedimiento con el otro.

-Hoy nos vamos a divertir como nunca en la vida~...-

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