Placebo Pt.1 (YoonMin).+18

Sacudía de un lado a otro el cigarrillo que se encontraba entre sus dedos aún sin encenderlo, diviso al chico de cabellos rubios acercarse a él, llevaba una mochila casi arrastrando en el suelo, se veía cansado, Yoongi dejo de agitar el cigarrillo y se dirigió al encuentro del muchacho.

—Ya era hora que llegarás.

—Hola para ti también Min —dijo Jimin rodando los ojos—, el vuelo se retrasó por la lluvia, además ni que Tokio estuviera a quince minutos de aquí.

Yoongi sonrió ladino, le gustaba esa actitud de Jimin, le respondía de una forma inteligente y eso era agradable a su sentido del escucha.

—¿Ahora que pretexto le diste a tu novia, Park?

—¿Acaso importa? —Jimin levanto su mochila y acomodo una de las correas en su hombro derecho—. A ella le da igual mis escapadas, siempre cree que estoy en Hokaido.

—Haces mal en mentirle, deberías estar con ella en lugar de venir aquí solo a verme.

—Sabes muy bien que no solo es a verte —Jimin le sonrío ladino—, además me gusta sentir está adrenalina de ser descubierto por ella.

—¿Eso es cierto? —Yoongi se acercó lentamente a él—. Y ¿qué harías sí ella llegase a descubrirte?

Jimin no le respondió en lugar de eso paso sus manos por el bolsillo del pantalón de Min Yoongi y saco lo que buscaba una caja de cigarrillos.

—¿Aún fumas? Prometiste dejarlo hace tiempo.

—No puedo, tenerte aquí me pone algo nervioso, las ganas de fumar son muy grandes.

—Vamos, terminemos con esto de una vez.

—¿Qué prisa tienes?

—Falta una semana exactamente para el maldito día de los enamorados y no me lo quiero perder.

—En ese caso hubiera sido mejor que te quedarás ¿no lo crees?

—¿Y perderme la diversión contigo? ¡Ni loco!

Min Yoongi y Park Jimin no eran nada, se habían conocido por accidente en un club nocturno al cual ambos habían asistido, esa noche había sido única para ambos, ambos no estaban casi en sus cinco sentidos, pero había sido la mejor noche de sus vidas, ambos habían tenido una larga sesión de sexo en aquella noche, Jimin al principio no lo podía ni creer, se había acostado con un chico realmente atractivo, además de que Yoongi lo trataba de la mejor manera posible.

Ambos habían intercambiado teléfonos después de aquello, además de que ambos se reunían de vez en cuando, nada al estilo romántico, aunque a veces había excepciones debido a las personas chismosas que los veían.

—¿Traes automóvil? —pregunto Jimin sin mirar a Yoongi.

—Lo lamento, pero está vez iremos en taxi —Yoongi miro la hora en su celular—. ¿Hasta cuándo planeas quedarte?

—A más tardar el miércoles por la tarde, tengo que estar a tiempo para ir con mi novia, no me gustaría dejarla sola en día de los enamorados.

Caminaron a la salida del aeropuerto y fueron directo a tomar uno de los taxis que se encontraba afuera, lo único bueno era que podían encontrar su transporte rápido.

Ninguno de los dos se animó a hablar en todo el viaje, preferían que fuera así, después de todo ¿de qué era lo que podían hablar? Prácticamente ambos aún eran desconocidos, pero claro unos desconocidos que les gustaba una vida llena de la poca adrenalina que sentían para no ser descubiertos.

—No ha cambiado mucho y eso que me fui por casi medio año —hablo Jimin mientras admiraba la ciudad—. Me refiero a la ciudad, Seúl sigue siendo casi igual a la última vez...

—Pues sí ha cambiado un poco, me he mudado de departamento.

—Sí, logre escuchar la dirección —menciono Jimin—, ¿no crees que fue un poco apresurado tú cambio de vivienda?

—No lo creo, y lo necesitaba bastante, mi vecina del frente no paraba de molestarme ofreciéndome pasteles, galletas y un sin fin de postres, inclusive cuando me fui me obsequio un trozo de pastel de manzana.

—¿Demasiado dulce para ti, amargado?

Yoongi sonrió ladino y miro a Jimin que lo veía de soslayo.

—No tan dulce como tu piel, Park.

El pelirrubio dejo de mirar a Yoongi y siguió con su recorrido visual por las calles de Seúl, que Yoongi le sorprendiera cambiándose de domicilio había sido una de las sorpresas de aquel día.

—Llegamos —anuncio Yoongi mientras que el automóvil se detenía.

Jimin salió primero del vehículo mientras que Yoongi se dedicaba a esperar recibir su cambio de parte del chofer del vehículo, en cuanto lo recibió, salió del vehículo y siguió a Jimin que estaba atento a mirar la altura del edificio que se encontraba frente a él.

—Lindo ¿no crees? —menciono Yoongi colocando sus manos dentro de los bolsillos del pantalón.

—Sí, pero me gusta más el estilo de Japón.

—Olvida Japón por unos momentos y concentrarte, estás en Seúl.

—Lo sé.

Ambos ingresaron al edificio, la recepción era elegante, por lo que Jimin sabía, Yoongi tenía buenos ingresos económicos, después de todo era dueño de su propia disquera además de un gran productor musical, aún Jimin no podía creer que estaría al lado de un chico como ese y más que estuviera interesado en él.

Min Yoongi se consideraba muy reservado, apenas y pocas personas lograban entrar en su círculo de amigos y Jimin solo estaba más en los conocidos, y estaba consciente de que no podía ser nada más para aquel chico de cabellos oscuros, pero al menos tenía un pequeño vínculo con él que lo hacía sentirse por lo menos parte de su vida.

—¿Algo que quieras hacer antes de empezar? —pregunto Yoongi mientras ambos ingresaban al elevador.

—Creo que lo mejor sería acabar con esto lo antes posible.

Yoongi dio un gesto afirmativo en respuesta.



...



—¿Me extrañaste? —pregunto Yoongi en cuanto cerró la puerta de su departamento.

—¿Acaso crees que no lo hice? —Jimin se acercó a él—. Te has vuelto una especie de droga para mí, no puedo esperar a que estemos los dos juntos en la misma cama.

Jimin pasó sus brazos alrededor del cuello de Yoongi, mientras que el pálido le rodeo con sus brazos la cintura, sus alientos chocaban.

—Me alegra escuchar eso pequeño, porque de verdad te quiero tener en este momento debajo de mí y que estés pronunciando mi nombre con esa delicada voz tuya.

—¿Y qué estás esperando, Yoon?

Ambos juntaron sus labios en un vaivén delicado, Yoongi mordió el labio de Jimin para que este abriera la boca y así poder introducir su lengua para jugar con la contraría, el pelirrubio al sentir aquella acción no pudo evitar que sus manos se enredaran en el cabello azabache del contrario, Yoongi fue guiando a Jimin hacia su habitación, pasos cortos y aun besándose, no era desesperado ambos lo estaban disfrutando de sobremanera.

Jimin sentía como el pene del azabache iba despertando poco a poco, y claro iba a aprovecharse de eso, movió su pelvis de lado a lado rozando así sus entrepiernas, provocando que de los labios de Yoongi saliera un gruñido, Jimin sonrió en el beso al escuchar la reacción de Yoongi.

—Eres muy travieso ¿lo sabías? —dijo Yoongi relamiéndose los labios mientras apreciaba al pelirrubio y acariciaba su cintura.

—Me gusta jugar contigo de esa forma...

Jimin volvió a unir sus labios con los del pálido y Yoongi logro acostarlo en la cama de manera suave, sus labios no se separaban, sus lenguas jugaban a una guerra para ver quien mantenía el control.

Yoongi pasó sus manos por debajo de la camisa de Jimin y fue acariciando su marcado abdomen para pasar a sus pezones, los cuales rozo levemente sacando un suspiro de los hermosos labios gruesos de Park Jimin.

—¿Te gusta que haga esto, no es así? —dijo Yoongi de nueva cuenta acariciando con su pulgar en círculos los pezones de Jimin.

El pelirrubio no pudo evitar soltar un gemido ante el tacto de las manos de Yoongi, Jimin quería más y eso Yoongi lo pudo ver en sus ojos, así que dejo de acariciar sus pezones para después quitarle la camisa para dejar ver su exquisita piel semi bronceada.

Jimin levanto sus manos para también despojar a Yoongi de su camisa, se relamió los labios al ver los brazos fornidos de Yoongi además de ver su cuerpo perfectamente marcado, Jimin se sentía más que satisfecho, sabía que pocos podrían ver de aquella manera a Min Yoongi y era una fortuna para él poder apreciarlo por completo.

El pálido se acomodó entre las piernas de Jimin y comenzó a darle besos húmedos por todo su cuello, le gustaba escuchar los pequeños suspiros que salían de los labios del pelirrubio y claro sentir como se retorcía ante su tacto cuando masajeaba o pellizcaba sus rozados pezones, Jimin no paraba de gemir, amaba las sensaciones distintas que aquel azabache lograba hacerle sentir.

Jimin pasaba sus manos por la espalda de Yoongi, sabía que a Yoongi le gustaba que enterrará sus uñas cada que sintiera placer por una de sus acciones, pronto ambos sentían que los pantalones eran un tremendo estorbo para ambos, así que Yoongi comenzó a lamer los pezones del pelirrubio, y fue quitando despacio su pantalón.

El pelirrubio no quería quedarse atrás, aunque claro en medio de las lamidas en sus pezones no podía concentrarse muy bien en poder quitarle el pantalón a Min Yoongi.

—A-ah Yoongi —gimió mientras sentía la lengua del pálido recorrer sus pezones.

Cuando ambos por fin quedaron solo en boxers Yoongi se detuvo de lamer los pezones del pelirrubio, miro a Jimin y se fijó del tenue sonrojo en sus mejillas y de lo agitado que estaba, Jimin sentía que su erección comenzaba a dolerle, y quería que Yoongi la tocará, el pelinegro no tardo en captar la petición que le pedía el pelirrubio con solo una mirada.

Yoongi toco por sobre la tela del bóxer de Jimin, el pelirrubio soltó un gemido que logro detener a tiempo mordiendo sus labios, Yoongi le fue quitando poco a poco su bóxer para dejar por completo descubierta su erección, Jimin soltó un gemido al sentir liberada toda su extensión, Yoongi sonrió ladino y paso su lengua por la punta del pene del pelirrubio, Jimin no pudo evitar temblar ante aquello, le había gustado aquella sensación.

—Me encanta como reaccionas ante mis caricias, pequeño —Yoongi acariciaba las piernas de Jimin mientras juguetonamente pasaba su lengua lamiendo la punta de su pene.

—A-aah Y-yoongi, m-más... más.

El pelinegro sonrío juguetón, Jimin se veía en verdad muy impaciente, así que el pelinegro se retiró su bóxer completamente y dejo a la vista del pelirrubio su extensión, Jimin se relamió los labios al mirar aquello, ahora de verdad quería que Min Yoongi le enterrara su amiguito de inmediato.

El pálido le mostro a Jimin dos dedos, el pelirrubio no necesitaba que le diera una orden, ya sabía perfectamente lo que tenía que hacer, de inmediato abrió la boca y Yoongi introdujo ambos dedos sintiendo como Park Jimin los lamia y soltaba gemidos complacido, era como si estuviera chupándole el pene, pero claro Jimin no lo estaba haciendo, y a Yoongi le encantaba escuchar aquello, sabía que al pelirrubio le gustaba en sobremanera cuando se corría en su boca, y a él le gustaba ver como Jimin lograba tragar toda su esencia sin rechistar.

Yoongi saco bruscamente los dedos de la boca de Jimin, quien soltó un suspiro y volvió a acomodarse en la cama mirando a Yoongi, el pelinegro acomodo las piernas de Jimin separándolas para que pudiera darle acceso a su rosada entrada.

—Será mejor que coloques tus manos en mi espalda, pequeño —le indico Yoongi.

El pelirrubio obedeció, se abrazó a la espalda de Yoongi y en cuanto lo hizo sintió como el pelinegro introducía ambos dedos de golpe, Jimin no pudo evitar soltar su pequeño grito y enterrar sus uñas en la espalda de Yoongi, el pelinegro apretó la mandíbula en cuanto sintió como Park había enterrado sus uñas en su espalda.

—Dime cuando quieras que empiece a moverlos.

—Ha-hazlo —Jimin soltó un suspiro.

Yoongi comenzó a dar embestidas con sus dedos sintiendo como Jimin se estremecía, de vez en cuando sentía las pequeñas uñas del pelirrubio enterrarse en su espalda y escuchaba cerca de su oído como Jimin soltaba pequeños gemidos complacido, Yoongi comenzó meter el tercer dedo que hizo que Jimin arqueara la espalda y soltará un fuerte gemido, Yoongi logro mirarlo a los ojos y sonreírle tranquilamente, Jimin al no sentir que Yoongi lo embistiera con sus dedos, le pidió que se moviera.

Y así lo hizo, Jimin sentía que necesitaba algo más que esos simples dedos, necesitaba tener a Min Yoongi dentro de él, sentir las penetraciones que le daría, quería sentirse llenado por aquel azabache que lo volvía loco.

—Más, qui-ero m-más... —Jimin soltó un gemido al sentir como los dedos del pálido abandonaban su entrada.

Yoongi recostó a Jimin en la cama para después tomar su erección y dirigirla a la entrada del pelirrubio quien respiraba entrecortadamente.

El pelinegro fue introduciendo su hombría en la estrecha entrada de Park Jimin quien gimió en cuanto sintió que Yoongi comenzaba a entrar en él, el azabache soltó un gruñido al sentir como las paredes de Jimin lograban apretar a la perfección su pene, se sentía tan cálido y húmedo.

—A-h Yoon-gi —Jimin movió sus caderas ligeramente—, mue-vete.

Yoongi comenzó a embestirlo delicadamente disfrutando de los hermosos gemidos que salían de los labios de Park Jimin, solo podía escuchar como decía su nombre y le pedía por más.

—Joder —soltó Yoongi, le gustaba sentir la calidez interior de Jimin y más cuando aquel pelirrubio rasguñaba su espalda por cada embestida que le daba—, tan estrecho, me encantas —le dio un beso en los labios.

—M-más... Aaah Yoongi —seguía gimiendo Jimin mientras pasaba sus manos por las hebras negras del cabello de Min y las jalaba—... más rá-pido... aaah.

Yoongi aumento sus embestidas, en la habitación solo se podían escuchar los gemidos de Jimin además del choque de sus pieles cada vez que Yoongi embestía a Jimin, el pelirrubio era un mar de gemidos, le encantaba como Yoongi lograba tocar con su hombría su próstata dándole una inmensa corriente de placer, Yoongi agarro el pene del pelirrubio y comenzó a masturbarlo.

Jimin se sentía en el paraíso, las estocadas de Yoongi cada vez lograban tocar su próstata más veces provocando que sintiera todo el placer llenar su cuerpo y más cuando sentía como la mano de Min Yoongi masajeaba de arriba a abajo toda su extensión para darle mucho más placer, Yoongi apretaba los labios para evitar gemir alto, pero es que era casi imposible no podía evitarlo estar dentro de aquel hermoso chico era la mejor sensación de su vida, nunca había logrado sentirse tan bien con nadie más.

Jimin comenzó a sentir un cosquilleo en su abdomen.

—¡Y-yoongi! —Jimin se corrió en la mano del pelinegro sintiéndose satisfecho, su respiración era entrecortada.

Yoongi le dio unas cuantas embestidas más y también logro liberar su esencia dentro de Jimin, quien gimió al sentir la calidez que le invadió en su interior. El pelinegro estaba igual que Jimin con las mejillas rozadas, ambos llenos de sudor y los cabellos hechos un desastre, Yoongi se recostó en el pecho de Jimin, ambos podían escuchar sus respiraciones entrecortadas.

Con cuidado Yoongi salió de Jimin para recostarse a su lado.

—Aún eres muy bueno Min —dijo Jimin acercándose a Yoongi para recostar su cabeza en el pecho del pálido.

—Y tú aún eres tan placentero como siempre —Yoongi deposito un beso en la coronilla del pelirrubio.

Ambos se quedaron allí en silencio, no había más que decir, ambos estaban complacidos el uno por el otro.

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