Un amaterasu extingue otro.

En el campo de entrenamiento se encontraban aproximadamente unos 20 blancos atados a un árbol cada uno.

A lo lejos, una figura luego de una pirueta, lanzó muchos shuriken y kunai. Los cuales acertaron a absolutamente todos los blancos. Incluso los ubicados en puntos ciegos.

Se trataba de Sarada Uchiha.

La joven de 16 años, para variar, se encontraba entrenando para cumplir su sueño de ser Hokage.

Luego del precalentamiento, se acercó a una enorme roca y tras unos sellos de manos formó un chidori el cual impactaría contra la enorme pierda.

Frunció el seño y activó si sharingan.

Comenzó la arremetida a toda velocidad, para impactar lo más fuerte que pueda a su objetivo y destruirlo.

Al estar próxima a su objetivo, de un pequeño brinco se dio impulso.

Todo estaba perfecto. La fuerza, la velocidad, la precisión.

Cada cálculo tenía una razón de ser.

Lo único que no tuvo en mente, fue la voz que la distrajo de su entrenamiento.

Boruto: ¡Sarada!

La pelinegra no pudo evitar desconcentrarse ante esa conocida voz, y no impactó la roca como debía. Destruyéndola sólo de manera parcial.

Al ver esto, se enfureció mucho con su amigo.

Sarada: ¡Oye, estoy trabajando mucho para esto. No puedes venir así como así e interrumpir!

Boruto: Lo siento. Pero es algo asombroso lo que tengo para decirte.

Sarada: ¿Ah?

Boruto: Verás, después de semanas y meses de investigación...

Sarada: De seguro fueron dos días. Eres un mentiroso...

Boruto: Bueno, sí. De hecho la investigación comenzó hoy. El punto es que descubrí la ubicación se la biblioteca secreta de la aldea.

Sarada: ¿El Palacio del Hokage? Todos los shinobi sabemos eso.

Boruto: ¿Por qué eres tan aguafiestas?

Sarada: ¿Por qué eres tan tonto?

Boruto: ¿Un tonto tendría esto?

De su manga, el rubio sacó un pergamino sellado por una etiqueta que decía 'llave'.

Sarada: ¿Una llave?

Boruto: No es cualquier llave ¡es la llave de la biblioteca secreta!

Sarada: ¡¿Dónde la conseguiste?!

Boruto: Se la robé al viejo.

Sarada: ¡Boruto!

Boruto: Ya sé, ya sé, robar está mal... pero prometo devolverla mañana. Luego de que vayamos a investigar un poco.

Sarada: ¿'vayamos'?

Boruto: Por su puesto. Ese lugar está dotado de gran seguridad, y necesito tu inteligencia y tus ojos para entrar y salir de ahí sin ser detectados.

Sarada: ¿Y por qué das por hecho que te ayudaría?

Boruto: Pues, porque debe estar llena de pergaminos con jutsus prohibidos que nos harán la shinobi más fuertes de nuestra generación. Acelerarás tu camino para ser Hokage.

Sarada: Tonto. Ser Hokage no consta de saber muchas técnicas prohibidas y lanzar fuegos de colores por las manos. Es mucho más que eso.

Boruto: Bueno, bueno, no seas estirada ¿me vas a ayudar o no?

Sarada: Claro que no. Sería estar en falta con el Nanadaime y no pienso hacerlo.

Boruto: Sirii istir in filti cin il ninidiimi...

Sarada: ¿Por qué no le dices a Mitsuki?

Boruto: Fue a ver a su padre...

Sarada: Entonces ve sólo. Aprovecha el festival se fuegos artificiales de esta noche. Nadie estará observando otra cosa

Boruto: Pues eso haré, ya que no quieres ayudarme por se una amargada.

Sarada: Si ya terminaste con tus tonterías, te pido que te marches y me dejes entrenar.

Boruto: ¡Mph! De acuerdo, tú te lo pierdes. Si me necesitás esta noche, estaré leyendo pergaminos sobre jutsus prohibidos o sobre la historia del Clan Uchiha...

En el blanco.

Sarada detuvo su andar al escuchar a su amigo.

Realmente necesitaba saber eso.

Todas las cosas que sus padres no le contaron sobre el maldito Clan Uchiha.

                                ----------

Sigilosamente, el hijo del Hokage aprovechó el Festival de Fuegos Artificiales, donde todos estarían en las calles festejando y esperando a la media noche para ver el espectáculo.

Naruto y Shikamaru están obligados a asistir. De manera que sería mucho más fácil entrar y salir de ahí.

De manera cautelosa, evadió a los pocos shinobis que se encontraban en el palacio y descendió al piso más bajo, donde se encontraba dicho lugar.

Allí salteó a los últimos shinobis de guardia y se detuvo frente a la puerta.

Sacó el pergamino indicado y antes de ponerlo sobre la entrada, alguien lo tomó por su capa negra y lo lanzó contra la pared cercana.

Boruto: ¡No sé que hago aquí! Buscaba el baño y...

Sarada: Silencio estúpido. Nos encontrarán.

Boruto: Ah, eres tú...

Sarada: No te hagas el difícil. Morías porque viniese.

Boruto: Bueno ¿y quién no?

La Uchiha se enrojeció un poco y cambió de tema.

Sarada: Ya abre esa maldita puerta. Saquemos el pergamino que detalle la historia de mi clan y nos vamos.

Boruto: Oye ¿y las técnicas prohibidas?

Sarada: Otro día será.

Boruto: Pero...

La pelinegra le dio a Boruto esas peligrosas miradas que sólo a él le da, para advertirlo.

Boruto: Sí. Sí. Sacamos la historia del Clan y nos vamos. Entendido.

Sarada sólo sonrió y vio como el rubio utilizaba el pergamino para abrir la puerta.

Sarada: De acuerdo. Invoca todos los clones que puedas, y busca eso. Yo me quedaré aquí vigilando con el sharingan. Y si alguien nos descubre, lo pondré en un genjutsu.

Boruto: Wow, me gusta la Sarada rebelde...

Sarada: Créeme que no te gustaría...

El tiempo pasaba y Boruto no volvía.

Sarada comenzaba a fastidiarse. Debían irse antes de la media noche.

De otra forma, cuando llegase el Nanadaime, los descubriría por su chakra y sería el fin.

Guardia1: Eh oído que el Nanadaime viene hacia aquí porque olvidó su capa.

Guardia2: ¿En verdad? Espero que pase por aquí a saludarnos.

Al oír esto, Sarada se alarmó.

Sarada: ¡Baka, el Hokage viene hacia aquí. Debemos irnos!

Boruto: Ya, ya, sólo me falta revisar un estante.

Allí estaban. Eran dos pergaminos que en los que se podía leer 'Uchiha'.

Sarada: ¡Boruto, no hay tiempo. Nos vamos!

Ante la desesperación, Boruto tomó uno de los dos.

Aunque sin darse cuenta, tomó el equivocado.

En lugar de tomar el que decía 'Clan Uchiha', tomó el 'Expediente de Sasuke Uchiha'.

Boruto: ¡Listo!

Al llegar a la entrada de la biblioteca la cerraron y salieron rápidamente sin ser detectados.

Al salir del Palacio del Hokage,se encontraron rodeados por los puestos y la gente del Festival de Fuegos Artificiales.

Sarada: A ver, dame el pergamino.

Boruto: Oye, y ¿si mejor nos divertimos un rato aquí? Te invito un calamar frito.

Eran obvias las intenciones del rubio en conseguir una cita con su amiga.

Pero ella estaba en otra sintonía.

Sarada: No. Ahora dame esa cosa.

Boruto: Ahhh, de acuerdo.

Un poco (bastante) desanimado, el Uzumaki le dio el pergamino a Sarada quien comenzó a leerlo inmediatamente.

Sarada: Un momento, esta cosa sólo habla de mi padre ¡Boruto, esto no es la historia del Clan. Es el expediente de mi padre!

Boruto: ¿Qué? Pero estaba seguro qu...

Sarada: ¡Lo que es aún mejor! Gracias Baka.

Al recibir el abrazo de agradecimiento de su amiga, el rubio se ruborizó y perdió la conciencia por unos segundos, balbuceando cosas.

Mientras Boruto veía los puestos de juegos y las parejas que se divertían, cada tanto volteaba a ver a Sarada, absorta en su lectura.

Su plan de pasar la noche del Festival de Fuegos Artificiales juntos, estaba siendo un fiasco.

De hecho, lo de la biblioteca fue una excusa para estar con su amiga esa noche.

Sarada: Esta cosa no tiene nada que no sepa. Itachi era su increíble hermano, excelentes notas, todas las chicas estaban detrás de él. Adelantaré unas páginas.

Al hacerlo, la pelinegra se detuvo cuando leyó de reojo la palabra 'desertor'.

Efectivamente se sorprendió y comenzó a leer cuando su padre abandonó la aldea.

La búsqueda por parte del Nanadaime y sus amigos. Incluso todo el tiempo que estuvo fuera de ella.

No podía creer lo que leía.

No podía dejar de observar el papel.

Si no fuera por Boruto, quien la tomaba por los hombros y redireccionaba su caminar, hubiera tropezado con muchísima gente.

Boruto: Sarada, te estoy hablando hace diez minutos ¿qué dice?

La Uchiha no podía responderle. Estaba leyendo como su padre secuestró a un Chinchuriki e irrumpió en la reunión de los Kages.

Boruto: Saaaaaraaaaadaaaaa.

Sarada: ¡Ya Boruto. Deja de ser una molestia!

La mirada de enojo de la muchacha caló hondo en el joven quien sólo se limitó a mirar el piso apenado.

Tan sólo unos minutos le tomó a Sarada llegar a la parte donde se enfrentó a Danzo, y fue intervenido por Kakashi y su madre.

Como por arte de magia, Sakura que se encontraba por ahí, se acercó a los jóvenes.

Sakura: ¡Boruto, hija! Me alegro que hayan venido juntos al festival.

Sarada no dio importancia a la presencia de su madre. Estaba boquiabierta leyendo el expediente.

Boruto: Mhhhh, bueno, no es que hayamos "venido juntos", si no más bien...

Sakura: ¿Sarada? ¿Qué te sucede hija?

Cuando Boruto volteó a verla, Sarada estaba allí, parada viendo fijamente el pergamino el cual estaba siendo empapado por sus lágrimas.

Boruto: ¿Sarada?

Al levantar la mirada y ver a su madre, toda su furia se desató. Su Sharingan de tres aspas estaba activado y muy brillante.

Sarada: ¡¿CÓMO PUDIERON?!

Sakura: ¿De qué hablas Sarada?

Sarada: ¡TÚ Y PAPÁ! ¡SON UNOS MENTIROSOS!

La gente de los alrededores, comenzaba a observar la escena.

Sakura observó que tenía en las manos su hija y lo comprendió. Era el expediente de Sasuke.

Sakura: Escucha cariño. Sé que puede ser fuerte lo que leas allí pero...

Sarada: ¡¿"PUEDE SER"?! ¡QUISIERON ASESINARSE EL UNO AL OTRO!

Sakura: Sarada, necesito que me escuches.

Sarada: ¡NO. YA TUVISTE 16 AÑOS PARA QUE TE ESCUCHE! Y AÚN ASÍ NO ME DIJERON ABSOLUTAMEN NADA ¿HAY OTRA COSA QUE DEBA SABER? ¿A CASO REALMENTE SON MIS PADRES? ¿O ME QUIEREN POR LO MENOS?

El festival a los alrededores de los tres ninja, se había detenido. Ellos eran el espectáculo.

Sarada no paraba de llorar mientras le gritaba a su madre.

Boruto: Sarada, tranquila. Creo que si escucharas a tu madre...

Sarada: ¡CÁLLATE ESTÚPIDO!

Sarada al voltear vio a Boruto con sus ojos.

Pero no los ojos de siempre. Está vez, su Sharingan estaba diferente. Se parecía mucho al de su padre.

De no ser por sus increíbles reflejos, Boruto hubiese sido alcanzado por las llamas negras que formaron los ojos de Sarada.

Al ver que casi lastima a su amigo, la Uchiha se alteró.

De ninguna manera quería hacerlo.

Sarada: ¿Qué es esto?

Cuando desvío la mirada hacia otro lugar, más llamas negras brotaron. Está vez, en un puesto de comidas fritas.

Sakura saltó rápidamente a ayudar al vendedor.

Donde quiera que miraba la joven, brotaban negras llamas del Amaterasu.

Sarada: ¡¿Qué me está pasando?!

Sangre se derramaba de sus ojos que se mezclaban con el mar de lágrimas que era Sarada.

Cerró los ojos y comenzó a correr. A escapar de todo.

Sakura: ¡Sarada!

Boruto: ¡Sakura-obasan! Usted encárguese del fuego y los aldeanos. Yo iré por ella.

Sakura: Ten cuidado.

                                ---------

Luego de estar buscándola un largo rato, el rubio andaba merodeando por las afueras de la aldea.

Boruto: De acuerdo Boruto. Sigue el rato de fuego negro y llegarás a la holla de oro...

Luego de seguir el rastro que Sarada dejó con el amaterasu, la encontró.

Arrodillada y llorando frente a un lago.

Boruto: Eres muy buena corriendo con los ojos cerrados. Llegaste muy lejos...

Sarada: No te me acerques.

Sarada continuaba escondida entre sus piernas. Con sus ojos cerrados.

El rubio hizo caso omiso a su amiga y caminó hacia ella.

Sarada: ¡Que te alejes!

Al voltear a verlo, otra llamarada oscura fue directo a Boruto y lo impactó en su capa negra.

Rápidamente se la sacó y la lanzó lejos.

Boruto: Buen tiro. Aunque si no quieres que me acerque, debiste apuntar a la cabeza...

Sarada: Boruto. Alejate por favor. Voy a matarte si te sigues acercando. No puedo controlarlo.

Boruto: Escucha. Tienes dos opciones: a) me matas o b) dejás que me siente a tu lado y aclaramos las cosas. Pero no pienso dejarte aquí sola.

La Uchiha no contestó. Dando a entender que le permitía a su amigo acercarse.

Una vez que se sentó a su lado, comenzaron a hablar.

Boruto: Has despertado un poder increíble ¿lo sabes?

Sarada: Casi te mato. Casi mato aldeanos. Soy un mounstruo...

Boruto: Fue un accidente. Y lo sabes...

Sarada: Debería estar aislada de la gente. Soy un arma...

Boruto: ¡Suficiente! Mírame.

Sarada: No.

Boruto: Sarada, que me veas.

Sarada: Te dije que no. Voy a matarte.

Boruto: ¡Sarada por Kami-sama! ¡Ya lo estás haciendo ignorándome y teniendo planes de desaparecer de la aldea!

La Uchiha sacó la cabeza de entre sus piernas y volteó hacia su amigo. Pero aún mantenía sus ojos cerrados.

Boruto: Ábrelos.

Sarada: ¡No puedo! Tengo miedo.

La muchacha comenzó a llorar otra vez.

Boruto: Anda. Nadie te ve como un mounstruo. Sólo hazlo.

Sarada: Boruto, soy un peligro para quien se me acerque y broto sangre por los ojos ¡Nadie querría estar cerca de mí! Ni siquiera mis padres.

Boruto: Tus padres te aman. También eres consciente de eso.

Sarada: ¡Entiéndelo Baka. Hasta ellos me mintieron por tanto tiempo! Nadie me quiere. Digno de un mounstruo.

Boruto: Ahhhh, que rayos...

Boruto se acercó a su amiga, quien había volteado hacia él, pero mantenía los ojos cerrados.

Muy lenta y suavemente, acercó sus labios a los ajenos y la besó.

Boruto: De acuerdo. Entonces yo también soy un mounstruo.

Al abrir lentamente sus ojos, el Mangekyo Sharingan de Sarada se desactivó a sus tres aspas, y en un parpadeo, sus ojos volvieron a ese bonito color ónix.

Boruto: Tus ojos son hermosos. Ya sean negros, rojos o lanzando llamas.

Sarada soltó una pequeña risa mientras lloraba.

Sarada: Eres un baka...

Boruto: Y tú una ensalada fea. Ahora vayamos a casa.

Sarada apoyó la cabeza sobre el hombro de su amigo y lo tomó por el brazo.

Sarada: De hecho, me gustaría que nos quedásemos un rato más así. Tenía ganas de estar contigo en el festival, pero ese tonto pergamino me distrajo.

Boruto: De acuerdo. Pero no mucho tiempo. Tu madre debe estar preocupada.

Sarada: Ni siquiera le importo a mis padres...

Boruto: No digas tonterías. En nuestro viaje de entrenamiento, Sasuke-san se la pasaba hablándome de tí.

Sarada: ¿En serio?

Boruto: Por su puesto. Me decía cosas como "eres un tonto. Sarada lo habría hecho 10 veces más rápido y mejor" o "me preocupa que seas el compañero de equipo de Sarada. Debe estar cuidándote todo el tiempo".

Sarada: Jajaja tiene razón.

Boruto: ¡Oye! Eso no... bueno, puede ser... Incluso cada vez que visitábamos un pueblo, antes de marcharnos, se disponía a visitar cada puesto ambulante para llevarte un regalo.

Sarada: Es verdad. Él siempre me obsequia algo...

Boruto: ¿Lo ves? Y dicho sea de paso, nunca vi una madre tan buena y preocupada como Sakura-obasan.

Sarada: Tu madre te mataría si te oye...

Boruto: Es verdad. Pero el punto es que creo que deberías escuchar su historia antes de hacer un juicio tan brusco como odiarlos.

Sarada: Tienes razón. Te ves muy bonito cuando no dices tonterías...

Boruto: Pero sabes que no es mi estilo nena. Ahora vayamos a casa.

Sarada: Sí.

Ambos partieron rumbo a la aldea, tomados de la mano.

Sarada: Por cierto. Lamento haberte tratado mal y haber dicho que eres una molestia. O sea, lo eres. Pero eres la más linda molestia que existe.

Boruto: Que tierna eres. Creo que para tu próximo cumpleaños, te regalaré esas extrañas gafas protectoras que posee el personaje de X-Men ¡Sarada, me estás tomando la mano muy fuerte! ¡Saradaaaaa!

                                  ------
Al llegar a Konohagakure, Boruto acompañó a su amiga hasta su casa.

El festival ya había terminado.

Una vez que llegaron a la puerta, se detuvieron.

Boruto: Prométeme que hablarás con tus padres mañana.

Sarada: Ahhhhh, de acuerdo. Lo haré por tí.

Boruto: Me alegra tenerte devuelta. Ahora debo irme, descansa.

Boruto se volteó, pero luego de dar dos pasos y ser detenido por Sarada.

Sarada: ¡Espera!

Boruto: ¿Qué sucede?

La Uchiha se acercó a él, lo tomó del rostro y lo besó.

Sarada: Gracias por todo lo que hiciste por mí hoy.

Dicho eso, la pelinegra volteó hacia la puerta y antes de entrar, le gritó al rubio.

Sarada: ¡Nos vemos mañana!

Boruto: Pero mañana no hay misión...

Sarada: Lo sé tonto. Sólo quiero estar contigo.

Boruto: Ahhh, en ese caso, nos vemos.

Al entrar a su casa, quiso subir las escaleras y fue interceptada por Sarada.

Sakura: Hija...

Sarada: Descuida Mamá. No estoy enojada. Hablémoslo mañana. Me suele un poco la cabeza.

Sakura: De acuerdo. Que descanses.

                                  --------
A la mañana siguiente, Boruto estaba golpeando la puerta de la residencia Uchiha.

Al abrir, vio a Sarada.

Boruto: No entiendo por qué me citaste tan temprano aquí.

Sarada: Pasa y siéntate en el sofá.

Al tomar asiento, vio que también se encontraban Sakura y Sasuke.

Sasuke: No entiendo que hace Boruto aquí.

Sakura: Sasuke, cariño. Dijimos que respetaríamos las pautas de Sarada.

Sasuke: Ahhhh, de acuerdo. Pero si dices algo de esto, estarás en problemas.

Boruto: Yo también lo quiero sensei.

Luego de oír toda la historia por parte de Sakura y Sasuke, Sarada comprendió porque no le informaron nada y decidió no juzgarlos.

Cuando estaban por salir con Boruto, Sasuke habló.

Sasuke: Por cierto. Sarada, Boruto ¿cómo consiguieron un pergamino de información confidencial?

Sarada y Boruto: Este...

                                ---------

Ambos jóvenes estaban limpiando las cabezas del Monte Hokage.

Boruto: ¿Por qué me toca limpiar al 3er Hokage? Tiene la nariz más grande y está llena de moco.

Sarada: Porque la brillante idea de la biblioteca fue tuya.

Boruto: Es verdad...

En ello, había llegado Sasuke.

Sasuke: Sarada, ven. Entrenaremos el Mangekyo Sharingan.

Sarada: ¡Sí!

Boruto: ¡Oigan! ¿Y yo qué?

Sasuke: Limpia el resto de las cabezas.

Sarada: Lo siento baka.

Boruto: Pero aún me quedan los últimos tres hokages ¡No se vayan. Esperen!

Luego de limpiar las cabezas, el sol se estaba poniendo y el rubio dejó caer su cansado cuerpo al suelo.

Boruto: No puedo creer que me tomó otras tres horas limpiar todo.

Al meter la mano en el bolsillo de su chaqueta, notó la presencia de un papel que antes no estaba allí.

Era una nota.

"Lamento dejarte solo con la        limpieza. Prometo compensártelo por la noche."
                      Firma: Ensalada fea.

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