Fé (parte 3)

Sarada: Recuerda alimentarte bien... y cuando salgas de casa abrígate... y evita hacer estupideces. NO HAGAS ESTUPIDECES QUE PONGAN EN RIESGO TU SALUD ¿me oíste?

La Uchiha con cara de maniática apuntaba a su novio con su dedo índice en forma de amenaza.

Boruto: Sí mamá...

Sarada se molestó con este comentario.

Sarada: De verás Baka. Sigamos las recomendaciones de los doctores. Saldremos adelante...

La sonrisa de la pelinegra calmó completamente al rubio.

Boruto: Te lo prometo.

Dijo Boruto devolviéndole la sonrisa.

Sarada y Mitsuki debían irse de misión al País del Viento y volverían en unos días.

En todo ese tiempo, Boruto quedaría solo en el apartamento.

Los días pasaron y la Uchiha y el hijo de Orochimaru volvían a toda velocidad por la noche.

Mitsuki: ¿Es por Boruto que estás tan apresurada?

Sarada: No estoy apresurada...

Mitsuki: Sarada, desde que salimos del País del Viento no hemos parado. Cualquier ninja decide acampar por la noche.

Sarada: Bueno sí. Tienes razón. También podemos pasar la noche por aquí si así lo deseas. Lamento no haberte consultado.

Mitsuki: Fufufufu no te preocupes. No es necesario. Me encanta verlos juntos.

Sarada: De acuerdo...

La incomodidad en el rostro de Sarada cambió hacia alegría al ver la entrada de la aldea.

Sarada: Le llevaré mi informe al Nanadaime ahora mismo. Lo finalicé antes de salir de Suna.

Mitsuki: Yo se lo llevaré por la mañana. Adiós.

Sarada hizo un ademán y se despidió de su compañero.

Al ingresar en la oficina del Séptimo, le dejó su informe.

Naruto: Me alegro que haya salido de perlas. Confío plenamente en ustedes.

Sarada: Gracias Nanadaime. Con su permiso, me retiro. Estoy algo apresurada para ir a casa.

Naruto: En cuanto a eso Sarada... creo que deberías pasar por el hospital primero...

Sarada entró corriendo a la habitación indicada por las enfermeras cuando preguntó por el paciente Uzumaki Boruto.

Al cruzar la puerta, vio a su madre y Boruto dormido en la cama del hospital.

Sarada: ¡Mamá! ¡¿Qué sucedió?!

Sakura: Tuvo una recaída por su enfermedad y está muy deshidratado.

Sarada: ¿Cuando ocurrió?

Sakura: Hace dos días. Tuvimos suerte de que un vecino se percató de que no contestaba a la puerta. Decidió entrar y lo encontró en el suelo. Especulando que llevaba más de un día así.

La Uchiha se tapó la boca en señal de terror.

Su madre le apoyó la mano en el hombro para calmarla.

Sakura: Descuida. Mañana despertará. Si lo deseas, puedes quedarte aquí está noche. Avisaré a las enfermeras. Además, debo hacer guardia de 24hs.

Sarada: Sí Mamá. Muchas gracias.

Sakura abandonó el recinto y Sarada aproximó una de las sillas hacia la cama.

Comenzó a acariciar los rubios cabellos de su amado y lo besó en la frente.

Sarada: Espero estés bien Boruto...

Al día siguiente, Sarada se encontraba leyendo un libro junto a la cama donde descansaba Boruto, hasta que este despertó lentamente.

Boruto: Mhhhhhh ¿Sara? ¿Eres tú?

Dijo el rubio abriendo pesadamente su ojo derecho.

Sarada: Sí mi amor ¿Cómo te encuentras?

Boruto: Me duele un poco la cabeza ¿Qué sucedió?

Sarada: Al parecer tuviste una recaída debido a tu enfermedad y te desmayaste.

Boruto: Mierda...

Boruto se incorporó lentamente y tomó un vaso de agua que le acercó Sarada.

Sarada: Hot hablaré con el Nanadaime para que solo me asigne misiones dentro de la aldea.

Boruto: Pero las misiones dentro de la aldea son de clase D. Tardarás una eternidad en ser Hokage así, y se te pagará muy poco.

Sarada: Boruto...

Sarada lo miró fijamente a los ojos.

Sarada: No le voy a arriesgar a que esto suceda de nuevo ¿sí?

El rubio no tenía las energías como para sostener una discusión con el miembro de uno de los clanes más tercos del mundo shinobi.

Los días pasaban y las deudas se acumulaban.

Era lógico, Boruto no podía trabajar y Sarada hacía misiones de bajo rango con muy mala paga, y para colmo debía estar todo el día haciéndolas para al menos recaudar algo.

Sarada: ¡Ya llegué!

Boruto: Preparé la cena.

Sarada: Hoy no cenaré. Estoy muy cansada.

Boruto: Pero Sara. Ayer tampoco cenaste. Estás trabajando todo el día sin parar.

Sarada se acercó, tomó de la mejilla derecha a Boruto y lo besó.

Sarada: Tranquilo. Desayunaré bien por la mañana.

Esa misma noche, Boruto observaba a su amada dormir.

Lo que acontecía era demasiado para él.

Le importaba un diantre que se iba a morir.

Estaba preocupado porque estaba destruyendo los sueños de Sarada y también deteriorando su salud.

Hubo una de las noches donde la escuchó llorar luego de discutir con él por el hecho de que nunca sería Hokage si se la pasaba haciendo misiones de bajo rango.

Esa fue la gota que rebalsó el vaso.

Vio a su amada dormir plácidamente.

"Es tan hermosa. Tan perfecta. Y yo aquí arruinándolo todo"

Así que tomó una decisión.

Al día siguiente, cuando Sarada se fue a trabajar, salió a urtadillas de la casa y en un oscuro callejón,acudiendo al mercado negro de Konoha, se encontró con Katatsuke.

Boruto: ¿Entonces con una de estas pastillas bastará?

Katatsuke: Con dos será suficiente. Quién las ingiera, sufrirá un infarto y eso será todo.

Boruto: Gracias Katatsuke. Necesito que guardes un eterno silencio ¿de acuerdo?

Katatsuke: Por supuesto. Solo estoy terminando de pagar mi deuda ante las acciones que tomé en la invasión Ootsutsuki.

En la tarde del día siguiente ocurriría todo.

Sarada estaba trabajando y no volvería en un par de horas.

Lo suficiente como para que el infarto mate a Boruto.

El rubio estaba sentado en el sofá.

Abrió el frasco, tomó dos pastillas y las puso en su boca.

De no ser por el repentino golpe en la puerta, el rubio las hubiese ingerido.

Pero le extrañó demasiado tener visitas en ese momento, así que se las sacó de la boca y abrió la puerta.

Allí estaba parado y alarmado un pequeño gennin que trabajaba con Sarada en sus misiones de rango D.

Gennin: ¡Boruto-san! ¡Sarada-san se encuentra en el hospital! Sufrió un repentino desmayo y se golpeó la cabeza.

Boruto corrió como nunca y llegó al hospital.

Allí estaba Sarada sentada en una camilla.

Boruto: ¡Sara! ¡¿Qué sucedió?!

Sarada: Recuerdo que estaba en una misión junto a unos gennin y de repente perdí el conocimiento y terminé aquí.

Al terminar de decir esto, ingresó un médico a la habitación.

Médicos: De acuerdo señorita Uchiha y ¿señor?

Boruto: Uzumaki.

Médico: Señor Uzumaki. Su desmayó se debió a que estaba deshidratada. Con el suero que aplicamos es suficiente. A partir de mañana estará en plenas condiciones.

Boruto y Sarada se miraron y sonrieron mutuamente.

Observando cada detalle del rostro del otro.

Médico: Por último...

Ambos shinobi se asombraron.

Médico: Les doy mis más sinceras felicitaciones. Usted está embarazada. Los dejaré solos. Cuando crea correcto, puede firmar en recepción su salida del hospital.

Los amantes quedaron shockeados.

Sarada tocó su vientre creyendo que la ayudarías a comprender lo que sucedía.

Miró a Boruto quien se encontraba con los ojos como platos mirando un punto fijo.

Sarada: Boruto...

El rubio miró a su amada quien estaba llorando. Pero aún no emitía palabras.

Sarada: ¿Que sientes?

Luego de un atroz silencio de varios segundos, Boruto replicó.

Boruto: No puedo creer lo que haces...

Sarada: ¿A qué te refieres? No te entiendo...

Boruto: Cuando siento que todo está perdido, vienes y haces tu magia Sarada. Me estás dando otra razón para luchar contra esto y vivir.

Sarada rompió definitivamente en llanto y abrazó a su amado besándolo por todos lados.

Pero no todo era color de rosa...

La noche siguiente mientras Sarada descansaba, Boruto salió sigilosamente del apartamento y esperó en el tejado.

Luego de unos minutos una gran sombra apareció.

Sasuke: No veo a mi hija por aquí. Al parecer la charla será sobre ella.

Boruto: Es un poco sobre todo...

Sasuke: ¿Qué sucede?

Boruto: Tenemos problemas con Sarada. Graves.

Sasuke: Antes de que sigas hablando, quiero que le sigas. Conozco a alguien que sabrá ayudarte aún mejor que yo.

Sin rechistar, ambos se dirigieron a la oficina del Hokage.

Boruto: ¿EL VIEJO?

Sasuke: Estoy de acuerdo con que tu padre es un tonto. Pero si tengo un problema, es a quien acudo sin pensarlo.

Sasuke golpeó y ambos ingresaron.

Naruto: ¡Sasuke! ¡Boruto! ¿Qué hacen aquí? Es muy tarde...

Sasuke: Al parecer Boruto tiene algo que decirnos...

El Uchiha miró a Boruto y con una seña bajando su cabeza le dio pie a que hable.

El rubio apretó los puños y tartamudeando habló.

Boruto: Necesito que guarden el secreto por favor.

Los dos héroes de la última Gran Guerra Ninja afirmaron.

Boruto: Sarada está embarazada...

Naruto y Sasuke no lo comprendieron.

Naruto: Pero hijo ¿por qué lo dices así?

El rubio menor estaba tenso, apretando los puños y llorando.

Boruto: Porque tenemos problemas y todos son por mi culpa.

Sasuke: ¿Qué clase de problemas?

Boruto: A duras penas tenemos dinero para mantenernos ¿Qué haremos con un niño? Sarada es la única y que puede trabajar y ahora no podrá. No quiero que desperdicie su oportunidad de ser Hokage por mí.
¿Y si ese niño nace sin un padre?
Todo esto nos tiene demasiado estresados.

Naruto miró a Sasuke sonriendo el cual entendió la señal y asintió con la cabeza.

Boruto dejó de llorar y temblar. Sintió un calor abrasador y abrió los ojos.

Eran su padre y su maestro abrazándolo.

Naruto: Si serán jóvenes y tontos. Al estar embarazada obtendrá licencia por maternidad de 1 año con su sueldo intacto. Al ser una jounin ganará el mismo dinero que antes.

Sasuke: Y en cuanto a los sueños de Sarada. Me alegra que te preocupe el futuro de mi hija, pero Sarada lo está haciendo genial. Está encargada de varios grupos de gennin y la formación de nuevos shinobis es esencial para la currícula de Hokage. No está desperdiciando su tiempo...

Y tanto Naruto como Sasuke hablaron al unísono.

Naruto/Sasuke: ...y por sobre todas las cosas, ese niño o niña siempre tendrá un padre que estará presente. Incluso cuando no lo vea...

Ambos Uzumaki's comenzaron a reír a carcajadas al comprender la situación mientras que Sasuke soltó una pequeña sonrisa.

Sasuke: Por cierto. Llevará el apellido Uchiha...

Esa noche Boruto volvió al apartamento y se recostó junto a Sarada sin que esta lo supiera.

Al día siguiente se despertó y encontró a su mujer almorzando.

Boruto: Te tengo increíbles noticias. Anoche comencé a leer y pensar en algo que nos ayude con nuestros problemas. Y encontré dos cosas fascinantes: primero, que tendrás licencia por maternidad de un año. Y tendrás la misma paga que cuando jounnin. Y lo segundo, es que tu trabajo en la formación de nuevos shinobis es un requisito esencial hoy en día para la formación de Hokage !O sea que nuestros problemas desaparecen!

Sarada se encontraba masticando con la boca llena y viendo a Boruto.

Sarada: Yo estaba consciente de todo eso. No nos representaba ningún problema.

Boruto calló hacia atrás golpeándose la nuca. O sea que toda esa preocupación fue excesiva...

Sarada se acercó a donde estaba sentado su rubio y lo tomó por las mejillas.

Sarada: Baka, si tenías problemas, debiste habérmelo dicho. Yo siempre estaré para ayudarte.

Sarada lo besó en los labios, ambos se miraron a los ojos y Boruto sonrió.

Sarada: Ahora, con permiso, iré a vomitar...

La sonrisa de Boruto se transformó en cara de asco y una gota estilo animé caía por su cabeza.

Habían pasado 9 meses de todo eso.

Los doctores de Boruto lo habían situado como todo los meses.

Sarada: ¡Apresúrate o llegaremos tarde!

Boruto bajó corriendo las escaleras por el temor que le producía su mujer embarazada.

Pero al verla se paralizó.

Sarada estaba hermosa. Su tez clara sus rojas gafas, tenía los labios pintas de color carmesí, una barriga de 9 meses de embarazo y un saco marrón sobre su ropa.

Sarada: ¿Qué? ¿A caso nunca viste una embarazada con lápiz labial?

Boruto: No una tan hermosa...

Sarada: jijiji

Sarada se enrojeció y ambos partieron al hospital.

Doctor: De acuerdo señor Uzumaki. Viendo los resultados increíblemente favorables de todos sus análisis de sangre estos últimos 9 meses y sabiendo que no ha sufrido otra recaída, puedo afirmarle que usted se encuentra libre de la enfermedad. Felicidades. Muy pocas personas en el mundo lograron lo que ustedes.

Boruto no lo podía creer.

Sarada comenzó a gritar de emoción.

Pero gritaba demasiado.

Tanto gritaba que luego notaron que era por las contracciones del bebé.

Rápidamente la llevaron a la sala de partos donde la atendió su madre.

Luego de unas horas de puro sufriendo por parte de ambos, Sakura salió y con un gesto de manos le dijo a Boruto que podía ingresar.

Ahí estaban, su amada y su hija.

Sarada: Hola Boruto... esta pequeña es tu hija...

Boruto lloraba de la emoción.

Boruto: Hola pequeña... Soy yo... Papá...

Sakura: Debo llenar este formulario de nacimiento ¿han pensado en un nombre?

Sarada miró a Boruto esperando que se le ocurra algo.

Sarada: Yo no he pensado en nada ¿tú?

Boruto: ¿Qué te parece Nozomi?

Sarada: ¡Significa esperanza. Me encanta!

Sakura: Uchiha Nozomi ¡suena bien!

Al oír esto, Sarada y Boruto se miraron a los ojos y se fundieron en un enorme beso lleno de amor.

Y aquí termina esta historia. La cual lo único que pretendía era demostrar que como esperanza (fé) y el amor de seres queridos, todo se vuelve posible...

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