El cumpleaños de Sarada
Con Karin:
POV Ensalada
-¡Sarada-chan! ¡Ahora pruebate este! Y luego estos tres.
-Ahhhhhh, sí Tía Karin.
Yo sé que no todos los días se cumple 15 años, pero creo que la Tía Karin está por demás emocionada...
Una vez fuera de esa tienda de ropa, me arrastró hacia otra, y otra y otra.
Estoy comenzando a creer que lo hace por ella misma jeje.
-No puedo creer que no te haya gustado ningún vestido...
-Es que no es mi estilo Tía Karin ¡prefiero la ropa de entrenamiento!- dije mientras golpeaba mi bíceps.
-Ahhhhhh, es obvio que eres hija de Sasuke...
-Jajaja- mientras una gota estilo anime caía por mí frente.
Luego de salir del centro comercial, nos dirigíamos a unos puestos de dango y comimos en un banco bajo la sombra de un árbol.
-Estaba consciente de que la moda podría no ser lo tuyo Sarada...
-¡Un momento! ¿Tan mal me visto?
-Dejame terminar... por eso traje esto...
De su bolsillo sacó un estuche para lentes.
Pero cuando lo abrió, dentro no había gafas. Si no, lo que parecía ser un prendedor para el cabello con la forma del síbolo del Clan Uzumaki, ese remolino característico.
Al sacarlo, lo colocó en mi cabello.
-¿Un prendedor?
-No es cualquier prendedor. Si no uno original de las kunoichi del Clan Uzumaki. Y el único recuerdo que tengo se mi madre...
-¡Karin-san! ¡no puedo aceptarlo!- cuando dispuse a quitármelo rápido, ella me detuvo.
-Sarada ¿alguna vez te conté que yo misma asistí a tu madre en tu parto?
-Mamá me lo contó. Te lo agradezco mucho- mientras la abrazaba con una sonrisa- pero no puedo aceptar el último recuerdo de tu madre.
-Yo perdí a mi madre muy de niña. Desde ese momento sufrí muchos maltratos. La vida no era más que 'sobrevivir' para mí. Pero cuando conocí a Suigetsu, Juugo y a tu papá, las cosas cambiaron...
Si bien, en un principio no nos llevábamos bien, excepto Juugo que poseía una extraña filiación por tu padre pero no va al caso, luego de que nuestras vidas corrieran peligro en una batalla, fue cuando noté que todos nos encontrábamos solos. O más bien, que sólo nos teníamos a nosotros.
Desde ese entonces que vivo prácticamente con Suigetsu y Juugo. E incluso los considero mi familia. Y la relación con tu padre no fue la mejor y hasta se deterioró mucho. Pero cuando tu naciste, lo supe. Y cada vez que te veo lo confirmo. Sé que tenemos una conexión Sarada-chan y hasta incluso a veces te siento como si fueras mi propia hija- a todo esto, en los ojos de Karin-san cenzaron a asomarse lágrimas. Así que la tomé fuerte de la mano- Y eso es lo que justamente querría mi madre. Que le diera su última voluntad a mi hija.
Ambas éramos un mar de lágrimas.
Nos encontrábamos abrazadas para sobrellevar la tristeza de la historia.
-Prometo que lo llevaré con mucho orgullo.
-Lo sé Sarada-chan. Eres una excelente persona.
Luego de unos segundos de recomponernos pudimos seguir hablando.
-Por cierto Karin-san...
-Dime.
-¿Tu conociste muchachos del Clan Uzumaki?- a estas alturas estaba algo apenada y jugaba con mis dedos por la vergüenza.
-Mhhhhhh es por el hijo del Hokage ¿verdad?
-¡¿Qué?! ¡Claro que no! E-es sólo... curiosidad jeje...
-No me engañas niña. Pude sentir tu flujo de chakra cuando estás junto a él.
No había forma de escapar de esta.
-Ahh es verdad. Pero no se lo digas a nadie ¿de acuerdo?
-¿Por qué lo haría? Jaja.
-Jajaja.
-Lamentablemente no. Los únicos recuerdos de mi gente es madre. Y luego de muchos años conocí al hokage.
-Ya veo...
-Pero no deberías pensar en esas cosas.
-¿Mhh?
-Sarada, eres inteligente, graciosa, hermosa y una increíble persona. Si ese tonto no se fijara en ti, no se firajía en nadie.
-Gra-gracias Karin-san, pero no es tan así...- mi sonrojo era evidente.
-Bueno pequeña, debo irme. Dale un saludo a tu madre de mi parte.
-Sí tía ¡adiós!
Dicho esto. Volteé y me fui saltando de techo en techo.
Fin del POV Sarada
Karin: Mhhhh ahora que lo pienso, debí advertirle del flujo de chakra del muchacho...
Con Suigetsu:
Sarada: ¡¿Y qué pasó luego Tío Suigetsu?!
Suigetsu: Bueno, luego de que el Hachibi le diera una paliza a tu padre en un duelo con espadas...
Sarada: ¡¿venció a mi papá con la espada?!
Suigetsu: Eso acabo de decir niña... ¿dónde estaba? Ah sí... Juugo y yo lo rescatamos de un golpe fatal y Karin logró curar sus heridas...
Sarada: ¿mordiéndola?
La cara de Sarada tuvo una reacción reacia.
Suigetsu: Sí. Pero si tu madre pregunta, teníamos un kit de emergencias.
Sarada: De acuerdo...
Suigetsu: Al ver que nuestro oponente nos superaba, decidimos atacar los tres juntos...
Sarada: ¿y qué sucedió?
Suigetsu: Funcionó. Pero no por mucho. Al ver que estábamos siendo superiores, de él comenzó a brotar un extraño chakra rojo...
Sarada: Característico de todos los jinchuuriki.
Suigetsu: Mhhhhhh, veo que eres una niña lista. En fin. Este tipo decidió atacar a Sasuke y el contrarrestó con genjutsu de su Mangekyo Sharingan, inmovilizándolo.
Sarada: Wow, ¿mi papá ganó la batalla con un sólo movimiento?
Suigetsu: Lejos de eso, cuando tu padre bajó la guardia, este tipo le dio un testarazo de película dejándolo herido de fatalidad jajaja.
Sarada: Me imagino que te ríes porque todo terminó bien...
Suigetsu: Claro, claro. Debes seguir escuchando. Viene la mejor parte.
Esta vez, quien sanó a Sasuke fue Juugo y mientras tanto, vimos como el jinchuuriki se transformaba completamente en el Hachibi, aterrorizándonos...
La cara de sorpresa de la Uchiha lo decía todo.
¿Cómo hizo su padre para ganar una batalla en la que estuvo en desventaja dos veces?
Suigetsu: Entonces fue cuando entré en acción. Utilizando mi suiton, me transformé en un mounstruo gigantezco de agua, capaz de aguantar al bijuu mientras Sasuke, Juugo y Karin huían...
Sarada: ¡¿o sea que tú derrotaste al Hachibi?!
Suigetsu: Para nada. Me venció de un sólo movimiento jeje...
Una gota estilo anime caía de la frente de Sarada.
Suigetsu: Pero vamos, nadie puede resistir con vida el impacto de una bijuu-dama.
Sarada: ¿Bijuu-dama?
Suigetsu: O sí. Es el arma más poderosa y letal de los bijuu. Una bola de chakra compacta que aniquila todo a su al rededor. Y de hecho, luego de recibir el impacto, destruyó todo el campo de batalla.
Sarada: ¿y qué pasó con los demás?
Suigetsu: Al ser presa fácil del Hachibi, tu padre utilizó su arma secreta: el amaterasu.
Sarada: ¡¿las llamas negras que nunca se extinguen?!
Suigetsu: Sip. Con lo cual derrotó al Hachibi, pero dejándolo muy mal herido. Pues, sus ojos empezaron a expulsar sangre y su cabeza dolía como nunca.
Y esa es la historia de como derroté a un bijuu...
Sarada: Pero fue mi papá quien lo venció...
Suigetsu: Oye, le salvé la vida dos veces en esa batalla. Por lo tanto si Sasuke lo venció, yo lo vencí dos veces jeje...
Sarada: Como sea... por cierto Tío Suigetsu...
Suigetsu: Dime...
Sarada: ¿por qué lucharon contra el Hachibi? ¿a caso los atacó?
El albino se había metido en un aprieto grande. Y más aún recordando las palabras de Sasuke cuando les advirtió que si le decían algo a su hija de su pasado, caerían en un Tsukyomi.
Suigetsu: E-este... sí... eso mismo... él...
Pero por un momento, Suigetsu se detuvo a pensar las cosas.
Suigetsu: ¿sabes? la verdad es que nosotros lo atacamos primero...
Sarada: ¡¿qué?! ¿Y por qué?
Suigetsu: Porque uno cuando es joven comete muchas estupideces o hace cosas muy malas creyendo que es lo correcto.
Y eso mismo pasó con tu padre. Hizo cosas malas, pero creyendo que era lo correcto...
Sarada: Wow...
Suigetsu: ¿te terminaste tu helado?
Sarada: Sip.
Suigetsu: Bueno. En ese caso, debo irme. Adiós niña. Y feliz cumpleaños.
Sarada: ¡Adiós Tío Suigetsu!
A lo que el albino se incomodaba por los gritos de la niña en plena aldea de la hoja...
Con Juugo:
Sarada: ¡Es increíble! ¿Cómo lo hace Juugo-san?- a estas alturas, Sarada estaba rodeada de animales del bosque. Ciervos, pájaros en sus brazos, una ardilla en su cabeza...
Juugo: La habilidad de mi clan es utilizar la energía natural. Y los animales están rodeados de energía natural.
Sarada: ¿y nosotros los humanos?
Juugo: Mhhhh, verás. Al parecer, el chakra que utilizan la mayoría de los humanos es distinto al chakra que rodea a todas las estructuras vivas del planeta...
Sarada: ¿y a qué se debe eso?
Juugo: Pues no lo sé. Quizá el origen de los chakras sean distintos.
Sarada: ¿a demás de tu clan otras personas pueden controlar la energía natural?
Juugo: Por su puesto. Es lo que se conoce como senjutsu. Pero es extremadamente difícil y en la mayoría de los casos, el usuario muere al no soportar tal cantidad de energía.
Sarada: Wow
Juugo: Es por ello que yo pierdo la razón al absorber energía natural. A pesar de que mi clan esté especializado en ello, nos resulta increíblemente dificultoso.
Sarada: ¿Existe alguien a parte de usted que pueda utilizar la energía natural?
Juugo: El único que conozco es el Hokage de tu aldea. El cual lo hace a través de senjutsu.
Sarada estaba impresionada. Primero hoyó sobre las increíbles habilidades de joven de su padre, y ahora escucha como su ídolo puede lograr algo que para casi cualquier shinobi sería mortal.
Sarada: Juugo-san ¿cómo hay que hacer para dominar el senjutsu?
Juugo: No lo sé. Deberías preguntarle al hokage.
Sarada levantó la vista, y divisó la cabeza de Naruto en el monte hokage.
Juugo: Por cierto Sarada, debo irme- poniéndose de pie, acercó su mano a la niña para ayudarla a levantarse- y quiero que tengas esto.
Era una pluma. Pero no parecía una pluma común y corriente, sino que era de un color blancuzco, pero dependiendo de como insidían los rayos del sol en ella, reflejaba una gama muy amplia y hermosa de distintos colores.
Sarada: ¿una pluma?
Juugo: No es cualquier pluma, es una pluma arcoíris.
Sarada: ¿eh?
Juugo: Solo se consigue a través de un fénix fenghuang. La leyenda cuenta que quien la posee, nunca le faltará el amor.
Sarada: ¿el amor?
Juugo: Así es. Proviene de una antigua leyenda donde feng era el fénix macho y ghuang era la hembra. Esta especie estaba a punto de extinguirse, hasta que ellos, los últimos, se conocieron y pudieron aumentar el número de ejemplares, salvándolos de la extinción.
Sarada: Pluma arcoíris...
Juugo: Según la leyenda, al principio, ambas aves, feng y ghuang, eran de color plata. Y para proteger a sus huevos, decidieron hacer su nido en lo más alto del monte más grande jamás visto. Allí, los rayos del sol no insiden de la misma manera que aquí, y por ello, sus hijos nacieron con ese tipo de plumas. Es casi imposible conseguir una. Es un objeto buscado por todas las familias de señores feudales y pagarían lo que sea por ella. Pero ahora, es tuya...
Sarada: Ya veo...- la niña tomó la pluma y la apoyó sobre su pecho- no la venderé por nada del mundo Juugo-san- mientras le devolvía una sonrisa de oreja a oreja
Juugo: Lo sé. Por eso te la di Sarada. Porque eres una persona con buenos y claros intereses...
Sarada: Gracias Juugo-san.
Juugo: Debo irme pequeña. Adiós.
Y rápidamente Juugo desapareció de la vista de Sarada, quien se disponía para su siguiente cita...
Mal acompañada:
Tsunade: ¡ERES UNA CUCARACHA TRAMPOSA!
Orochimaru: Aprende a perder vieja bruja...
Tsunade: ¡No puedo aprender si tu haces trampas!
Orochimaru: Se llama habilidad.
Tsunade: ¡Habilidad para estafar! ¡Como siempre, escabullendo y saliéndote con la tuya!
Orochimaru: Quizás algún día pueda enseñarte a jugar cartas... si es que me lo pides por favor...
Tsunade: Tú me tendrás que rogar de que te salve la vida luego de la golpiza que te daré.
Orochimaru: ¿por qué resuleves todo con violencia? ¿a caso es el ejemplo que quieres darle a tu pequeña nieta?
Señalando a Sarada, quien aún tenía su último turno para jugar.
Sarada: Orochimaru-san, técnicamente Tsunade-sama no es mi abuela...- una gota de estilo animé caía por la frente de la niña.
Tsunade: ¡Oye. Nunca estoy a favor de lo que dice esta víbora altanera. Pero sí eres prácticamente mi nieta!
Sarada: ¿E...en serio Tunade-sama?
Los ojos de la niña se abrieron como platos y lagrimeaban.
Tsunade: Por su puesto tonta. Sakura es la hija que nunca tuve. Y por tanto, tu eres mi increíble y hermosa nieta...- la exhokage acariciaba a la Uchiha por sus cabellos.
Orochimaru: Entonces... yo también podría ser tu abuelita...
La cara de disgusto Sarada y la 5ta Hokage expresaban todo.
Orochimaru: Incluso podría enseñarte a invocar serpientes...
Tsunade: Espera un momento lombriz. Yo puedo enseñarle a invocar babosas.
Mientras tanto, la Uchiha seguía planeando su movimiento con las cartas. Pues, a ella le restaba el último turno.
Orochimaru: Pero las babosas son asquerosas...
Tsunade: ¿De qué estás hablando? Ustedes tienen unas horribles escamas...
Orochimaru: Y ustedes dejan una asquerosa baba por arrastrarse...
Tsunade: ¡Las serpientes también se arrastran!
Orochimaru: Pero nosotras lo hacemos con estilo.
Sarada ya había seleccionado que cartas jugar.
Tsunade: ¡¿tu qué sabrás de estilo?!
Orochimaru: Oye. Puedo ser viejo, pero estoy a la onda. A diferencia de tí, la edad no me vino mal..
Tsunade: ¡Suficiente!
La rubia activó su Byakugou- no jutsu, mientras que Orochimaru se transformó en una enorme serpiente.
La mesa de cartas estaba por ser el escenario de una gran batalla hasta que la Uchiha interrumpió.
Sarada: Gané.
Orochimaru/Tsunade: ¿eh?
Sarada: Sumé un punto más que Orochimaru-san...
Orochimaru: 25, 26, 27 y 28- pronunciaba la serpiente mientras colocaba sus lentes para ver mejor y contaba- es verdad. Ganó.
Tsunade: No puedo creer que nos llevó años aprender a jugar y esta mocosa nos supera al día siguiente...
Orochimaru: Es porque eres una alcohólica...
Luego de la batalla entre los sannin, y ser echados del lugar, se detuvieron en un parque a despedirse de Sarada.
Sarada: ¡Gracias por la visita¡
La cara inocente de la Uchiha embebió a ambos sabios.
Tsunade: Quiero darte esto...
La ex-mandataria sacó de su bolsillo, un pequeño collar con la insignia Uzumaki.
Tsunade: Pertenecía a mi abuela. Sé que no eres Uzumaki, pero quizá te sirva para conquistar al hijo de Naruto de una buena vez.
A la niña se le erizaron los cabellos.
Sarada: ¡N-no... no sé a q-qué s-se... refiere Tsunade-sama!
Tsunade: Ya niña. No engañas a nadie...
Orochimaru: Hazle caso a los viejos Sarada. Son sabios.
Tsunade: Creo que voy a utilizar mi sabiduría para quitarte la vida...
Orochimaru: Yo creo que mi presencia fue un regalo suficiente. Así que nos despedimos Sarada...
Tsunade: Que tacaño...
Sarada: No hay problema ¡hasta la próxima!
Con el Rokudaime Hokage:
Sarada: ¿Su guía de vida?
Kakashi: Así es. Cada decisión tomada en mi vida, es basada en lo que me transmite esa biblia.
Sarada: ¡¿También para la Gran Guerra Ninja?!
Kakashi: Así es.
Sarada: Wow...
Kakashi: Y no solo eso, si no que también te permite entender mejor a las personas.
Sarada: ¿Cómo?
Kakashi: Pues, la larga experiencia de vida del autor le permitió recopilar la gran mayoría de comportamientos posibles en las personas.
Sarada: Increible...
Sarada solo se limitaba a observar el regalo del anterior hokage.
Kakashi: Con él incluso no tendrás ni un solo problema en el amor...
Sarada: ¡¿EH?!
Kakashi: Así es. Todos los chicos estarán a tus pies.
"¿Funcionará con ese tonto?" pensó la Uchiha.
Sarada: Mhhhhh ¿y por qué usted no tiene pareja Rokudaime?
Kakashi: ¡¿EH?! Emmmm bueno... este... porque... porque mi carrera como hokage no me lo permitió. Sí, es eso...
El nerviosismo de Kakashi comenzaba a disminuír por haber safado de esa.
Mientras que la preocupación de Sarada iba en aumento.
¿Los hokages no pueden tener familia?
¿No se permiten dedicarse a eso?
¿Es por ello que la relación entre Boruto y el Nanadaime esá tan dañanda?
¿Estaba dispuesta a no tener su propia familia por cumplir su sueño?
Sarada: Mhhhh ya veo...- la cara de la niña dejaba notar su preocupación- supongo que es así...
Kakashi: No te desamines. Cuando seas hokage podrás tener tu propia familia como lo hizo Naruto.
Sarada: Pero él no pasa mucho tiempo con su familia...
El rokudaime se inclinó para estar a la altura de la Uchiha y le acarició el cabello.
Kakashi: Descuida, eres hija de Sakura y Sasuke, haces todo a la perfección.
La sonrisa de Sarada tranquilizó un poco al rokudaime quien se sentía culpable por infundir miedo en la niña.
Kakashi: Además, Boruto estará acostumbrado para ese entonces. No le molestará que te ausentes por ser hokage.
Sarada: ¡¿KHÉ?!
Kakashi: Vamos niña, no engañas a nadie.
Sarada solo tendió a ruborizarse.
Kakashi: Bueno, debo irme. Ah, por cierto, algo más. No le muestres ese libro a tus padres ¿de acuerdo? creerán que no estás lista o algo así. Pero a tu edad yo ya lo leía. ¡Adiós!
"¿A los 16 años? wow" pensó la adolescente.
Sarada: Adiós Kakashi-san.
Y luego de una media vuelta, el ex-hokage desapareció caminando tranquilamente.
Al final, la niña miró el regalo de Kakashi y leyó el título del libro en voz alta.
Sarada: Tácticas ICHA-ICHA...
Con su mejor amiga:
Apesar del aliento de Kakashi, Sarada aún estaba temerosa por las palabras de este.
¿Familia o ser hokage?
Obviamene, todos sabemos que el sueño de la chica era ser hokage. Pero no concebía su vida sin tener una familia propia.
De hecho, no cocebía su vida futura sin "cierta compañía".
Por otro lado, una morena salía de una tienda, feliz por obtener su sabor de papas fritas favorito.
Cho-cho: Ahhhh, ayudar a ese tonto de Boruto sí que da hambre...
Al girar en una esquina chocó con alguien. Justamente a quien deseaba ver.
Sarada: Disculpe, venía distraída y no la vi doblar... ¿Cho-cho?
Cho-cho: ¿Sarada? ¡FELIZ CUMPLEAÑOS AMIGA!- la Akimichi saltó a darle un fuerte abrazo de oso del cual la pelinegra no pudo safar, incluso con su gran fuerza- iba de camino a visitarte.
Sarada: ¿En serio? Awwww gracias Cho-cho.
Cho-cho: ¿Te parece si nos sentamos en una banca del parque?
Sarada: Por su puesto.
Al sentarse, la morena abrió su paquete de frituras y le cedió la primera a la cumpleañera.
Hablaron un tiempo largo y distendido sobre temas cotidianos.
Cho-cho: Por cierto ¿cómo estás pasando tu cumpleaños?
Sarada: Bien, muy bien.
Aunque un pequeño reflejo de Sarada no le permitió tener las facciones de quien está siendo 100% sincera.
Cho-cho: Vamos, dime que te pasa...
Sarada: ¿Eh? Nada, no es nada...
Cho-cho: Sarada... soy tu mejo amiga. Puedes cnfiar en mí para lo que sea.
Luego de mirar al horizonte y suspirar, la Uchiha procedió a confesarse.
Sarada: Ahhhh, estoy preocupada porque si algún día llego a ser hokage, el trabajo pueda privarme de tener una familia.
Cho-cho: Ahhhhh, tienes miedo de no tener hijos rubios...
Sarada: ¡Ohhh vamos! ¿todo el mundo sabe que me gusta Boruto?
Cho-cho: ¡¿TE GUSTA BORUTO?!
Sarada: ¡¿No lo sabías?!
Cho-cho: Sí lo sabía. Es broma. Todo el mundo lo sabe. Excepto él.
Sarada: O quizás no quiere saberlo...
Cho-cho: ¿A qué te refieres?
Sarada: Es muy probable que él no sienta nada por mí más que amistad. Quizás esté haciendo oídos sordos para preservar la amistad...
La ojionix se tornó batante triste.
Cho-cho: No digas tnterías. No lo notó porque es un bobo. Y sería un bobo aún más grande si no se fijara en tí. De seguro debe estar loco pero no te lo dice.
Sarada: ¿Por qué no lo haría?
Cho-cho: Mhhhhh por la misma razón que tú no se lo dices a él...
Sarada: Pero es distinto.
Cho-cho: Claro que no. Deja de ser cobarde y dile lo que sientes. Aprovecha el día de hoy. Quizás de eso te lleves el mejor regalo de cumpleaños que alguien pudiese darte...
Sarada: ¿Pero y si no siente nada por mí?
Cho-cho: Mhhhh simplemente te olvdas de él. Y luego yo lo golpeo.
Sarada: Jajaja no hagas eso por favor.
Cho-cho: Como sea, solo dile.
Sarada: No sé si estoy preparada Cho-cho. Es el hijo del hokage, aunque me moleste admitirlo, hay muchas chicas detrás de él ¿por qué se fijaría justamente en mi?
Cho-cho: Mhhhh dejame adivinar, a ver, quizás porque eres la kunoichi más fuerte nuestra generación, o la más lista, o quizá porque seas la promesa para ocupar el puesto de hokage. Mhhh también porque...
Sarada: Suficiente, ya entendí. Trataré de hacerlo.
Cho-cho: Me alegro amiga. Ojalá todo salga bien.
Un cálido abrazo las acercó aún más.
Sarada: Bueno Cho-cho, debo irme. Me encontraré con el equipo 7.
Cho-cho: ¡¿Qué?! ¡Díselo ahora, es tu momento!
Sarada: Claro que no. Estarán el sensei y Mtsuki.
Cho-cho: Pues, espera a que se vayan lela...
Sarada: Cierto jajaja. Adiós Cho-cho.
Con Naruto:
Sarada corría a toda prisa para llegar donde su equipo.
Era obvio que planeaban felicitarla por su cumpleaños.
Se encontraba ansiosa por oír lo que podía decirle el rubio.
¿A caso le regalará algo?
Por eso, quería asegurarse de no llegar a destiempo, y correr lo más rápido posible.
Pero cerca del punto de encuentro, fue interceptada.
Un hombre alto y de cabello corto y un sombrero, se dispuso en la mitad de su camino.
Sarada: ¿Nanadaime-sama?
La niña se detuvo de manera brusca.
Naruto: Hola Sarada.
Sarada: ¿Qué lo trae por aquí? Es decir, sé que está a cargo de toda la aldea, pero su oficina..
Naruto: Jajaja descuida. A veces salgo para ver yo mismo cuales son las necesidades de mi gente. Estoy consciente de que no vivimos en un mundo perfecto...
Sarada: Ya veo. Como siempre, haciendo un increíble trabajo Hokage-sama.
Naruto: Jajaja ¡que me digas Naruto! Por cierto. También sé que es tu cumpleaños número 16 ¡Te felicito Sarada!
Al recibir la sonrisa de su ídolo, la adolescente no hizo más que sonrojarse.
Sarada: Gra-gracias hokage-sama.
Naruto: Lamento no tener ningún regalo para tí en este momento.
Sarada: Decuide. No es necesario regalarme nada hokage-sama. Ustedes siempre vela por la seguridad de todos.
Naruto: Mhhhh, tengo una idea.
Naruto tomó su sombrero de Hokage y se lo puso en la cabeza a Sarada.
Naruto: Hoy, Uchiha Sarada, eres la representante del Hokage en la aldea. Están encargada de reportarme al final del día, si encuentras alguna irregularidad en konoha ¿de acuerdo?
La muchacha no podía creerlo. Era el mejor regalo de todos.
Podía sentir, aunque sea a penas, lo que se sentía ser un Hokage.
El máximo magistrado de Konohagakure le dio una cálida sonrisa a la chica.
Sarada ante la emoción sólo pudo sonreír, al estilo Uzumaki mientras unas pequeñas lágrimas se escapaban por los bordes de sus ojos.
Sarada: ¡Con mucho orgullo Nanadaime!
Naruto: Me alegra oírte así
Sarada: Pero esto le pertenece- devolviéndole la gorra- cumpliré la misión. Pero sin el sombrero. Estoy segura que en el futuro me lo ganaré como corresponde.
Naruto: Jajaja eres muy buena chica Sarada. Me encantaría verte como Hokage. Estoy seguro de que serás la mejor.
Las palabras de su ídolo, calaron hondo en el corazón de la muchacha.
Naruto: Ahora debo irme. Pero recuerda reportar si encuentras algo malo ¿ok?
Sarada: Sí Nanadaime-sama.
Naruto: Adiós pequeña.
Dijo el Hokage naranja, quien antes de marcharse, acarició el cabello de la Uchiha.
Con el equipo 7:
Konohamaru: ¡Sarada, al fin llegas!
Sarada: Lamento la tardanza sensei.
La niña siguió con la mirada a su al rededor, tratando de visualizar a su rubio compañero. Pero únicamente notaba a Mitsuki y su sensei parados en frente.
Mitsuki: Boruto se acaba de ir. Dijo que estaba algo ocupado.
Konohamaru: Sí. Se lo notaba bastante nervioso.
Sarada: Ya veo...
Sí que se encontraba desanimada por eso.
Significaba que había otras cosas más importantes que ella, para el Uzumaki.
Konohamaru: Aquí tienes el regalo de parte del equipo 7.
La Uchiha tomó el pequeño paquete.
Rompió el envoltorio y se encontraba dentro, una extraña cinta con el símbolo de Konoha.
Sarada: Es una... ¿cinta?
Mitsuki: Es tu cinta de capitana.
Sarada: ¡¿EH?!
Konohamaru: Así es. Luego de mí, eres la encargada del equipo 7.
Sarada: Pero, no lo sé...
Mitsuki: No te preocupes Sarada. Lo charlamos entre Boruto, el sensei y yo, y creemos que es lo mejor.
Sarada: Ya veo... ¡En ese caso, daré lo mejor!
Konohamaru: Así se habla Sarada.
La chica ajustó la cinta a su brazo izquierdo.
Konohamaru: Debo irme Sarada. Tengo que preparar los detalles de la misión de mañana con el Hokage. Espero hayas pasado un excelente cumpleaños.
Sarada: Así fue sensei. Gracias.
Al desvanecerse el Sarutobi, sólo quedaron Mitsuki y la Uchiha.
Mitsuki: Tranquila. Estoy seguro de que Boruto tiene sus razones y aparecerá.
Sarada: ¿de qué hablas?
Mitsuki: Estás preocupada.
Sarada: ¡Claro que no!
Mitsuki sólo se limitó a mirar a su amiga y sonreír.
Sarada: Ahhhhhh tu ganas. Todos lo saben. Sí, tengo miedo de no significar nada para él.
Mitsuki: Eres importantísima para Boruto.
Sarada: ¿y por qué ni siquiera se apareció en este día tan importante para mí?
Mitsuki: No lo sé. No me lo dijo, pero confía en mí. Eres lo más preciado que tiene.
Las dulces palabras del albino mitigaron el dolor de la chica un poco.
Sarada: Eso espero...
En su casa por la noche:
Sakura puse el pastel sobre la mesa, luego de la cena.
Sakura: Espero que te guste el pastel hija. Me hubiera gustado hacerlo yo misma, pero salí muy tarde del hospital jeje.
Sarada: No te preocupes Mamá. Está perfecto. Por cierto, Papá no vendrá ¿verdad?
Sakura: No hija. No pude comunicarme con él. Lo siento.
Sarada: No te preocupes- la mirada y su postura cabizbaja era de quien está triste- ya es común todo esto en mi vida...
Sakura: Sarada...
La pelirrosa acariciaba los negros cabellos de su hija mientras la habitación era iluminada por la vela del pastel.
Sakura: Rápido Sarada, pide un deseo y apaga el fuego.
Acto seguido, la habitación quedó a oscuras. El fuego se había extinguido.
Al encender Sakura las luces de la cocina le reprochó a su hija.
Sakura: Espero hayas pedido los tres deseos. Pues, soplaste la llama muy rápido.
Sarada estaba alarmada por lo que veía detrás de su madre.
Pero no podía articular palabras para advertirle.
Sólo abrir los ojos de sobremanera.
Sakura: ¿qué te sucede hija?
Detrás de ella se situaba un hombre alto, de cabello negro y aspecto serio.
Sasuke: ¿Llego tarde?
La reacción de Sakura no tardó en hacer efecto y se desmayó de la emoción.
Luego de unos 40 minutos, cuando Sakura se recompuso, prosiguieron con el ritual de cumpleaños.
Sarada: Gracias por venir Papá. Realmente me alegra que estés aquí.
Sasuke: No me perdería tu cumpleaños ni aunque deba lucha en otro dimensión. Ya lo hice mucho tiempo, y lo lamento...
Sola. Antes de dormir:
El reloj digital de la habitación de Sarada marcaba las 00:03.
Se encontraba sentada en la silla de su escritorio.
La habitación sólo era iluminada por la pequeña lámpara de dicho mueble.
Mientras acariciaba la suave pluma que Juugo le regaló se puso a pensar en su día.
Fue realmente bueno. Recibió muchos regalos especiales y estuvo rodeada de la gente que la ama.
Sólo faltó algo.
Ese cabeza hueca y su sonrisa que para su mala suerte, la tenía pensando todo el día.
Luego de eso, apagó la luz y se puso a observar la luna.
Estaba hermosa y redonda. Tenía que contemplarla más. Y mejor.
Abrió las ventanas y de un salto se sentó en la rama de un árbol cercano.
¿?: feliz cumpleaños...
Al voltear rápidamente, la pelinegra vio quien le hablaba se sentó a su lado.
Rápidamente, volteó la cabeza para el lado opuesto y habló como si estuviese ofendida (nadie niega que lo estaba).
Sarada: Fue ayer.
Boruto: Oye, tan sólo son las 00:25. Todos sabemos que el día comienza cuando te despiertas...
Sarada: ...
Boruto: Perdón no aparecer antes...
La muchacha se encontraba mirando la luna. Ignorando completamente a quien estaba a su lado.
Boruto: Hey, realmente no podía.
Sarada: Te comprendo. Me imagino que hay un millón de cosas más importantes que tu amiga de la infancia y compañera de equipo.
Boruto: Oye, eso no es cierto. Sabés que tu y Mitsuki me importan demasiado.
Nunca ella. Siempre ambos. O cuando no, el sensei. O el equipo 7. Pero nunca ella, era el centro de su atención.
Sarada: Sí. Se nota...
La chica se estaba por poner de pie para marcharse.
Para evitar esto, el rubio debía actuar rápido.
Boruto: No aparecí esta tarde porque estuve con Chō-chō.
Sarada: ¡¿Qué?!
Sarada no es celosa. Pero por un segundo malinterpretó la situación.
Hasta que cayó la idea de que su amiga no haría algo que la lastimara.
Boruto: Es que, realmente quería darte un regalo que te gustase. Pero no estaba tan seguro que podría ser. Y al no decidirme hoy mismo, pensé en pedirle ayuda a Chō-chō ya que te conoce mejor.
Sarada: ¿Y te ayudó?
A estas alturas, Sarada estaba realmente curiosa por lo que podría haber dicho su amiga.
Estaba sentada en la ramadel árbol, reclinada hacía el rubio a su lado.
Boruto: Sí.
Sarada: ¿Y cuál es mi regalo?
Grave error de parte de Boruto. Ahora debía de una manera u otra, hacer lo que Chō-chō le recomendó.
Boruto: E-es q-que... n-n-no p-puedo dártelo...
Acto seguido, la Uchiha frunció el seño.
Sarada: Lo sabía. Eres un mentiroso y un inmaduro ¿a caso nunca cambiaras?
Mientras Sarada regañaba a Boruto, este se detuvo a ver sus ojos ónix. Los que lo volvían tan loco.
Le reflejaban la luna en su totalidad.
Podía ver su reflejo incluso en ellos. Y allí y sólo allí se sentía lindo.
Veía como con su dedo causante y su seño fruncido, seguía regañándolo.
Para él, ella siempre se veía hermosa cuando estaba enojada. Y aún más si era con él.
Estaba tan perdido en esos ojos serios que lo estaban reprendiendo, que tuvo que ser destacado por su recuerdo de la voz de Chō-chō.
"Bésala estúpido. Está loca por tí y tu por ella. Ya dejen de ser unos cobardes"
Eran palabras muy fuertes, pero en el fondo sabía que tenía que hacerlo si quería recuperar la confianza de su compañera.
Pero si llegaba a ser el regalo equivocado. Realmente sería un error...
Sarada: ¡Y tampoco quiero volver a hacer misiones contigo! Estoy muy enojada porq...
Si había una manera de detener ese tsunami de insultos sin salir con un hueso roto por la súper fuerza de Sarada, quizá sea esa.
Mientras la besaba, no quería abrir los ojos y ver esos orbes ónix que tanto le gustan.
Vería su reflejo y los arruinaría.
Luego de separar sus labios suavemente, el rubio abrió los ojos viendo a su amiga petrificada.
Boruto: Feliz cumpleaños...
Sarada: ...
La Uchiha no emitía ni una sola palabra.
Podría ser indicio de que esas serían sus últimas palabras.
Boruto: O-oye lo... lo lamento. Es que Chō-chō me dijo q...
Sarada con su mano derecha lo tomó del rostro y lo volvió a besar.
Al separarse sólo podían verse mutuamente con los ojos abiertos e iluminados por la luna.
No dijeron más nada. Ya todo estaba dicho.
Lo único que le deparó a esa noche, fue un festival de besos y abrazos.
De misión al día siguiente:
El equipo se había dividido en dos. Konohamaru y Mitsuki debían merodear por las afueras de un pueblo que estuvo siendo víctima de ladrones.
El otro grupo estaba compuesto por Sarada, quien llevaba puesto su brazalete de capitán, y Boruto.
Ellos se encargarían de custodiar el pueblo por dentro.
Luego de unas horas sin encontrar nada extraño, se toparon con una pequeña y amigable feria.
Puestos de comida, joyas, muñecas, artesanías, un poco de todo.
Al caminar juntos, el rubio cada tanto debía ver a su compañera.
Luego de lo ocurrido de ayer, casi ni hablaron. Y sobre el tema, menos.
Había que aclarar las cosas pero no sabía como.
Al ver la alegría en la cara de la Uchiha por la belleza del pueblo, él también se sintió feliz.
Dándole el valor suficiente para dar otro paso.
Tomó de la mano a su compañera. Entrelazando sus dedos.
La respuesta de Sarada fue separar sus manos rápidamente y mirar al rubio con cara de enojo.
Sarada: ¿qué haces? seguimos de misión y el sensei me nombró a cargo. Debés actuar bajo mi mando.
Boruto: Comprendo...
El rubio realmente se entristeció, apuntando su cabeza y su mirada al suelo.
Pero la tierna sonrisa y las siguientes palabras de su amiga, le calaron hondo en el corazón.
Sarada: Ahora Boruto, tu siguiente misión es tomarme de la mano...
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Bueno, sé que es muy larga y no es la mejor historia.
Pero quise escribir lo que sea y largo para compensar el tiempo sin actividad.
El siguiente será otro capítulo de BoruSara II.
Disfruten!
Y agradezco mucho a quienes votan y comentan.
Los comentarios motivan mucho a seguir escribiendo. Adiós y lamento si es muy largo y aburrido. Prometo mejorar!
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