Esto ocurre entre el capítulo 94 y el capítulo 95 de "Pokemon Sun & Moon A" porque el autor decidió hacer un salto en el tiempo como si el protagonista no hubiera estado ocho días en coma, así que vengo a hacer "justicia" (Con el apropiado consentimiento de @ritoblen24rojo )

Cada juego de "------------------" (Son todos iguales así que no busquen diferencias) son el cambio de día, así que sin más preámbulos. Empecemos...

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Luego de la explosión y la llegada de las autoridades de Mele Mele, el único movimiento de la isla tan temprano en la mañana era el de las patrullas y las ambulancias que llevaban a dos niños y cuatro Pokemon heridos seriamente.

Al llegar al Centro Pokemon inmediatamente la enfermera Joy tomo los Pokemon heridos que no se encontraban en sus pokeballs, los demás llegaron detrás en las patrullas con la oficial Jenny habiéndole rogado el poder estar con sus amigos hasta que terminaran de tratarlos, en toda la espera por Lum y Axel, Gladio y Tilo esperaban que la enfermera se encargara de los Pokemon malheridos para que tratara a los suyos, y eso no fue sino hasta casi dos horas después, donde por insistencia Lillie logro que la enfermera le comentara sobre el estado de los Pokemon de sus amigos diciéndole que los Pokemon de Axel se encontraban severamente cansados por sus batallas y algo golpeados por la misma, mientras que la búha de Lum estaría en cuidados intensivos por los próximos días habiendo salido del peligro de sus heridas.

-¿Alguno de ustedes puede decirme como llegaron a este estado?- pregunto con un ligero tono de enojo la enfermera Joy.

-Emmm... No sabría que decirle...- Trato de sonar lo menos sospechosa posible Lillie ante la acusación de la mujer.

-Tuvimos la mala suerte de encontrarnos con el Team Skull...- Apareció Gladio para socorrer a su hermana de la incómoda situación en la que se vio involucrada -Tuvimos que pelear para poder escapar pero tuvimos suerte de que ninguno salió muerto de esa situación-

La mirada de Joy pareció ablandarse ante lo que le dijo el adolescente, casi comprendiendo que se encontraron en un problema extremadamente peligroso.

-Está bien, solo quería decirles que su amiga del gorro ya salió de que le suturen la herida de su espalda, con suerte puede que no le queden cicatrices- Les dijo para comenzar a darse media vuelta y regresar a sus deberes.

-¡Espere! ¿Qué hay de Axel?- La voz de Lillie la paro en seco.

-Él aún no sale de la sala de operación- Respondió haciendo que la chica ahogara un grito tapándose la boca casi de inmediato su hermano la tomo por el hombro para darle su apoyo.

El profesor Kukui se encontraba en cerca lo suficiente para que cuando la enfermera se alejó de los chicos él podría hablar con ella para comprobar el estado de su alumno y tutelado.

-¡Disculpe enfermera! ¿Puede decirme el estado de Axel Ketchum?- Se acercó sonando lo menos preocupado y abatido por el ambiente en el que estaba.

-¿Y usted seria?- Pregunto asegurándose.

-El tutor del muchacho.

-¡Ah! ¡Estupendo! Estábamos buscándolo- Revisó su portapapeles buscando la ficha del peli-castaño -Cuatro costillas rotas, tres más fisuradas, brazo derecho dislocado con algunas fisuras, tuvo mucha suerte.

-¡Madre de Mew!- Los ojos se le desorbitaron, nunca pensó que si no llegaba cuando lo hizo... ¡El muchacho podría haber muerto! Y peor aún ¿Cómo hizo un Movimiento Z sin la "danza de canalización" y en ese estado -Debo llamar a su madre...

-Sería lo mejor dada la situación, si me disculpa...- Le dio una leve reverencia y se alejó continuando con sus labores.

Ya en las máquinas de vídeo llamada el aloliano tomo aire preparándose para lo que le esperaba y marcó el número de Kalos. Luego de varios timbrazos apareció la peli-miel con un aspecto somnoliento -¿Quién es?- Preguntó al contestar el llamado.

-Señora Ketchum, soy yo el profesor Kukui. Necesito hablar seriamente con usted y preciso que tome asiento- Esta frase despejo la mente de la mujer al otro lado de la línea que sin interrumpir acató la petición del científico.

-¿Qué pasó profesor? ¿Es algo de la escuela?- Trago saliva antes de continuar -¿Axel?-

Bajo su mirada algo avergonzado, la visera de su gorra apenas le tapaban los ojos -Es Axel, señora. Él se enfrentó a la banda de maleantes de la región el Team Skull con el fin de rescatar a la madre de su amiga que había sido secuestrada el día de ayer en la tarde- Se pauso unos segundos para ver la cara de la joven en el monitor, ella no mostraba una expresión específica sino todas juntas temor, enojo, frustración, orgullo y preocupación.

-¿C-cómo se encuentra mi niño?- Pregunto ahogando su llanto.

-En operación de momento... Si hubiera llegado antes no le habría pasado nada, discúlpeme...-

-¿Usted sabía lo que hizo Axel?- Pregunto sin tono acusador de su parte, esto hizo que el hombre pusiera su mejor cara de confusión, una que hace años no ponía -Si oyó bien lo que dije ¿Usted sabía que Axel escapó para ir a salvar a esa mujer?-

-No le puedo mentir, él expresó su deseo de ir inmediatamente pero la protegida de mi esposa, de la misma edad de Axel, lo hizo venir conmigo antes de hacer algo alocado y entre ambos logramos calmarlo un poco y avisar a las autoridades, pero durante la madrugada huyó sin que ninguno se diera cuenta-

-Lo imaginé...- Suspiro con una cara irritada -es idéntico a su padre-

-¿Disculpe?- Ya se había perdido en la conversación que tenía con la madre enfrente de él, esperaba gritos, llanto, acusaciones irracionales y hasta algún que otro insulto, pero el trascurso de la conversación la joven se había calmado del shock inicial y comenzó a actuar su rol.

-¿Sabe cómo conocí, o me reencontré mejor dicho, con el padre de Axel?-

-No, Axel nunca habla de su familia-

-Me lo imaginé...- Recordando como Axel se cansaba de esa historia desde los tres años -saltó desde la Torre Prisma en Lumiose-

-¿¡Disculpe!?- Internamente rogaba que fuera una broma lo que acababa de oír.

-Tal y como oyó, él inconsciente de mi marido salto de la Torre Prisma para salvar a su Pokemon que caía. Yo, por mi parte, estaba viendo todo por los noticieros de Kalos ¡No tiene idea de lo aterrada que estaba!-

-¿Y eso que tiene que ver con Axel?-

-Que me parece que heredo su sentido de justicia donde pone a los demás por sobre sí mismo- Se expresó sobándose la frente.

-De cualquier forma él era mi responsabilidad y yo deje que lo lastimaran severamente-

-No se preocupe, tenía la sensación de que algo así pasaría mucho antes, pero que durará seis meses es lo que me sorprende ¿Podría avisarme cuando le digan cuanto va a estar hospitalizado para ir a verlo?-

-Si, por supuesto, la llamare en la mañana si tengo noticias- Dándole un saludo militar a lo que Serena respondía con una risa disimulada.

-Se lo agradezco, es un alivio que Axel se quedara con alguien tan responsable- La expresión de Kukui disimuló muy bien su inconformidad con lo que le había dicho, él trataba de ser lo más relajado posible para que sus alumnos no se cerraran con él así podría ayudarlos, pero en este caso le jugó en contra, solo hizo que Axel se cerrará aún más.

-¡No, por favor! Que descanse-

La llamada terminó dejándole un sabor amargo en la boca al hombre.

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Veinticuatro horas después de lo sucedido los pasillos de Centro Pokemon estaban silenciosos, solo el ruido de unos zapatos blancos rompía la tranquilidad hasta que se detuvieron frente a una puerta. La figura de una joven, cabello negro por debajo de los hombros, en la camilla de la habitación.

-¿Lum?- Susurro por si de casualidad se había equivocado de habitación o su amiga continuaba durmiendo.

-¿Si, Lillie?- Le contesto de inmediato sin siquiera voltear a verla.

-¡Oh! Pensé que estabas dormida- Se acercó a la camilla -¿Cómo te encuentras?-

-Mejor te diría, pero estoy preocupada por "Rowletta"- Su voz se volvió sombría y casi susurrante.

-¿"Rowletta"? ¿Qué es eso?-

-Es el mote que le di a Rowlett después de enterarme que era hembra- Diciendo esto volteo a ver a la rubia, mostrando una leve sonrisa.

-Le queda muy bien- Le devolvió el gesto, cuando repentinamente la puerta empezó a abrirse ingresando Olina.

-¡Buenos días Lum! Lillie...- Entraba con una sonrisa que no encajaba con lo que había mostrado en la bodega al intentar detenerla y cuando los médicos empezaron a tratar a su hija dando direcciones a todos en el Centro Pokemon, solo en ese momento se enteraron de que Olina era en realidad doctora del Centro Pokemon de Mele Mele.

-¡Buenos días señora Moon!-

-¿Pudiste descansar después de lo de ayer?-

-Sí, mi hermano se quedó en casa a pasar la noche para hacerme compañía pero... hoy en la mañana ya se había ido-

-Lo lamento-

-¿Mamá qué te trae tan temprano?- Intervino Lum para que ninguna se pusiera triste, Lillie por su hermano y su madre por meter la pata.

-Es que cuando me fui ayer en la noche el doctor me dijo que hoy podrías irte a casa si no sentías dolor de las suturas- Le menciono y puso un gesto de curiosidad preguntándole tácitamente cómo se sentía.

-Me siento bien mamá, no te preocupes-

-¡Excelente! Eso quiere decir que podemos irnos a casa- La alegría de la mujer era palpable peo una pregunta de Lum se la arrebato de un instante.

-¿Y Rowletta? ¿No sabes si puedo llevarla a casa conmigo?-

-Sabía que ibas a preguntar por ella...- Una sonrisa se le dibujo por la preocupación de su hija para con su Pokemon -la enfermera Joy me dijo que sus heridas fueron más grave de lo que pensaban y que debe quedarse algunos días más antes de estar lo suficientemente bien para irse a casa-

-¿Te dijeron cuántos?- El brillo había vuelto a sus ojos aunque sea por un segundo.

-No quisieron especificar cuanto- Sabiendo lo que le podría producir la noticia cambio su sonrisa por una de comprensión.

-Ohh...- Y así como volvió se fue.

-Pero me aseguraron de que por la tarde la van a sacar de terapia intensiva e irá a un cuarto común, así que podrás estar con ella-

Lillie lejos de sentirse dejada de lado por la madre y su hija simplemente se quedó viendo el intercambio pensando en cómo sería si ella fuera la que estaba en lugar de Lum. Y mientras su expresión se hacía más y más lúgubre la peli-negra recordó que su amiga estaba allí con ella y su madre.

-¡Lillie! ¡Perdón por esto! No debí dejarte de la...-

-¡No, no!- La interrumpió fervientemente -Por favor no te disculpes, después de todo es tu Pokemon del que hablabas- Fingió una sonrisa, su simulación imaginaria había dejado secuelas en ella.

-Mamá... ¿Puedo hablar a solas con Lillie?-

-Es sobre el chico Ketchum ¿Cierto?- Si bien su tono de voz era duro y recriminatorio, su expresión era una de resignación, al fin y al cabo no podía prohibirle saber sobre el chico que era su amigo.

-Emm...-

-Está bien, está bien, les daré un tiempo para que puedan hablar tranquilas-

Lillie le comento todo lo que había pasado desde que los trajeron al Centro Pokemon, como su madre organizó al personal del Centro, hasta de la duración de la operación de Axel, cuando al fin la puso al día, en poco menos de diez minutos, el silencio se apodero del cuarto.

-¿Cómo está él ahora?- Sus pequeñas manos apretaban con fuerza el borde de las sábanas temiendo por su respuesta.

-Sigue inconsciente- El rostro de la rubia no mostraba estar bromeando o incluso ocultarle nada, simplemente le dijo de buena fe todo lo que sabía sobre el muchacho.

-¿Crees que pueda verlo?- Un corto silencio pasó mientras Lillie pensaba si de verdad le estaba preguntando eso a ella, una completa desconocida en cuanto al muchacho se trataba.

-¿Por qué me lo preguntas?- Realmente confundida le devolvió la interrogante.

La cara de la chica empezó a enrojecer ante la contra-pregunta de Lillie. Viendo esto no quiso seguir molestándola, ya mucho tenía en su cabeza con su Rowlett como para preocuparse de las bromas de esta "niña mimada".

-No sé qué es lo que estás imaginando en tu cabeza pero creo que tu mayor problema no soy yo, ¿Cierto?-

-¿Ehh?-

-¡Tu madre Lum! Parece que odia a Axel sea el motivo que fuere-

-Ella fue siempre así...- La niña solo parpadeo un par de veces y la inocencia pudo más que la paciencia de Lillie.

-¡Tapu-Bulu dame paciencia, porque si me das fuerzas...- Susurro para sí misma mientras se masajeaba el tabique entre sus ojos -Iré a verlo y a preguntar si hay alguna novedad, y de haberlas vendré a verte ¿De acuerdo?-

Pasados diez minutos Lum asumió que no había novedades en cuanto a Axel y su madre hace tiempo regresó para llevarla a casa.

En la tarde pidió permiso a su madre y fue a visitar a su Pokemon, pasando por los pasillos del Centro Pokemon saludando a todos los que se cruzaba, al llegar a donde le indico la enfermera.

-¿Será aquí?- Abrió con extremo cuidado asomando su cabeza para espiar y en efecto su esférica amiga estaba durmiendo plácidamente con un vendaje alrededor de su estómago.

-Haa... qué bueno que no me perdí- Suspiro aliviada recordando la cantidad de vece que se había perdido por los pasillos cuando tenía apenas cuatro o cinco años.

Se acercó a la máquina que curaba a su Pokemon constantemente e inclinándose sobre el ave comenzó a acariciarle la cabeza, esto calmo al Pokemon que respiraba agitadamente -Lamento haber dejado que llegaras a este estado...- Comenzó a sollozar viendo el estado y las heridas que tenía la Búha -lo lamento tanto-

Esa escena pareció congelarse en el tiempo, para cuando se dio cuenta de que aún seguía en el hospital habían pasado casi dos horas, el cuarto se teñía de un fuerte color naranja por las pequeñas ventanas altas de la habitación y la enfermera Joy estaba acercándose para anunciarle que las horas de visitas para los Pokemon estaban por acabar. En su camino, y su ensimismamiento, se perdió por los pasillos del ala humana del Centro, rápidamente recordó su charla con Lillie en la mañana y el número de la habitación del muchacho.

-Habitación 47... habitación 47... ¡Aquí está!-

Y ahora que estaba frente a la puerta, los nervios le invadían, las manos le temblaban y su garganta se secó. Se tomó ambas manos las llevo a su pecho y sacudió su cabeza para calmarse aunque sea un poco y entró casi pateando la puerta... y allí estaba con su cabello marrón, despeinado, sus ojos cerrados, como si estuviera soñando sino fuera por la mascarilla de oxígeno sobre su rostro, la escena le comprimió el pecho, la angustia pudo con ella y a paso irregular se acercó tomándole la mano derecha, lagrima cayendo silenciosamente por su rostro.

-No... ¡No, no, no no no! ¡Vuelve! ¡Despierta por favor!- Se dejó caer al borde de la camilla quedando sentada a su lado sin romper su agarre del muchacho -¡Mentí! No es cierto que no confiaras en mí, sino nunca hubieras aparecido en la bodega con mi mamá, incluso antes que yo entrara... dije que no quería volver a verte pero no de esta forma, quería que me ayudaras, quería que me acompañaras, pero estaba enojada... enojada porque no quisiste oírme pero nunca hubiera querido que terminaras así...-

La enfermera pasó haciendo su ronda, pidiendo a los visitantes que se retiren por el día, hasta que pasó por la habitación de Ketchum y oyó sollozos desde el interior, recordando que nadie se quedaría a pasar la noche cuidando del paciente abrió la puerta.

-¡Jovencita!- La voz desconocida la hizo levantarse de su posición en el pecho del varón -¿Lum? ¿Qué estás haciendo aquí?-

-Emm... esto...- No sabía que contestarle a la veinteañera que tenía enfrente.

-Ya es demasiado tarde como para que te quedes en el Centro Pokemon, mejor regresa a casa- Le recomendó dulcemente, sabía quién era y lo que había hecho el jovencito de esa habitación, así que asumió que era un muy buen amigo de la niña que conoció cuando empezó a trabajar en Centro.

-Está bien- Volvió a apoyar su mano en las sábanas, soltándola, y se inclinó sobre él dándole un beso en la frente -Espero verte pronto-

Y salió acompañada de la enfermera dirigiéndose directamente a su casa.

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Allí estaba de vuelta, un nuevo día en el Centro Pokemon, usando nuevamente su característico sombrero con una flor en la corona, al que todo el mundo le decía "de pollo" y con el mismo objetivo del día anterior "ver a su Pokemon". Ingresando y saludando a todos en él, volviendo a entrar en la habitación donde se encontraba la búha encontrándose con la enfermera Joy que hacia la revisión de ese ser esférico.

Al oír la puerta la enfermera alzó la vista de su portapapeles donde escribía los datos de la máquina de recuperación encontrándose con la peli negra -¡Oh Lum! ¡Buenos días!- Volvió a escribir los datos para ser revisado por el doctor más tarde.

-Buenos días- Le respondió con la amabilidad de siempre.

-Ahora mismo te dejo con Rowlett- Terminando de escribir lo último que quedaba -y... ¡Listo! Pasa tranquila- Empezó a dirigirse hacia la puerta cuando se detuvo tomando el picaporte y giro su rostro para decirle algo a la muchacha -No estoy del todo segura, pero probablemente el doctor le dé el alta a Rowlett para el mediodía una vez revise estos resultados- Le regalo una sonrisa y salió.

Si bien la noticia debería haberla hecho saltar de alegría provocando que una enfermera le pidiera que se calmara o sino debería salir para dejar descansar a los pacientes, la chica solo sonrió y se puso al lado de su Pokemon mirándola mientras permanecía acostada y ambas completamente despiertas.

La felicidad por recuperar a su compañera estaba presente pero era contrarrestada porque su madre se había enterado de lo que hizo en la tarde el día anterior y decidió, como ella lo imaginaba, castigarla haciéndole jurar que solo iría al Centro Pokemon por la zona de los entrenadores y que se alejaría del ala para personas, pero lo que no le prohibió fue estudiar el edificio para ver si podía ocurrírsele una idea para sortear las reglas que su madre le impuso, y mirando hacia el costado del edificio, con búha al hombro, lo encontró, encontró ESA oportunidad que por más de dos horas buscó, la tarde de mañana sería el momento para actuar...

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Y lo dejo aquí por dos razones:

1-Son 3000 palabras, lo cual me parece bien.

2-Quiero dejarlos con las ganas para la segunda parte

Muheheheh

Como siempre su opinión y criticas, constructivas y destructivas, son apreciadas.