𖡡𖠃✎Entre copas y miradas𓅨

La música flotaba en el aire, suave y elegante, mientras las parejas danzaban bajo la tenue luz del salón de bodas. Chuuya Nakahara, vestido con un impecable traje negro y una corbata roja que resaltaba contra su camisa blanca, se encontraba en la barra de bebidas. En su mano, una copa de vino tinto que giraba distraídamente. Los eventos sociales no eran precisamente su fuerte, pero la insistencia de Dazai —quien por alguna razón pensaba que esto sería "bueno para su alma"— lo había traído hasta allí.

Levantó la copa y tomó un sorbo lento, dejando que el sabor fuerte del vino se apoderara de sus sentidos. No pasó mucho tiempo antes de que sintiera una presencia a su lado. No cualquiera, claro; algo en la energía despreocupada que irradiaba le hizo girar la cabeza.

—¿Tinto? Qué cliché —comentó Ranpo Edogawa, acomodándose en el taburete a su lado sin siquiera mirar al barman. Vestía con una chaqueta ligeramente arrugada y una corbata que parecía haber sido atada con prisa, pero sus ojos brillaban con una confianza juguetona.

Chuuya alzó una ceja, sosteniendo la copa cerca de sus labios.
—¿Y tú qué sabes de vinos? Déjame adivinar, ¿eres más de dulces baratos?

Ranpo sonrió, ampliamente divertido.
—Oh, por supuesto. Pero eso no significa que no aprecie un buen vino... o una buena compañía.

Chuuya dejó escapar una risa seca.
—Vas directo al grano, ¿eh? ¿Así coqueteas con todos los que conoces en bodas o soy especial?

Ranpo inclinó la cabeza hacia un lado, como si realmente estuviera considerando la pregunta.
—Hmmm, digamos que eres especial. No todos tienen el estilo para beber vino con tanta actitud mientras intentan parecer indiferentes.

Chuuya rodó los ojos, pero una pequeña sonrisa asomó en sus labios.
—Si vas a molestarme, al menos pide algo. No quiero que la barra parezca un confesionario.

Ranpo levantó un dedo para llamar al barman.
—Un refresco de cola. Con hielo. —Chuuya le miró como si acabara de cometer un crimen contra las bebidas, pero Ranpo le ignoró, volviendo a centrar su atención en él—. Entonces, ¿qué hace alguien tan interesante como tú en una boda tan aburrida?

Chuuya dio un sorbo más a su vino antes de responder.
—Evitar preguntas como esa.

—Oh, vamos. Seguro hay una historia interesante detrás de esa corbata roja. Algo dramático, tal vez. ¿Un ex al que quieres impresionar? ¿O es simplemente tu color favorito?

Chuuya no pudo evitar reír, esta vez con más ganas.
—Eres un caso perdido.

—Y tú no respondiste. —Ranpo apoyó un codo en la barra y lo miró directamente, con una intensidad inesperada.

Chuuya tamborileó los dedos contra su copa antes de ceder.
—Dazai. Dijo que sería "una experiencia enriquecedora".

Ranpo silbó bajo.
—Ah, eso explica mucho. —Se inclinó un poco más cerca, con una sonrisa cómplice—. Bueno, si él te trajo aquí, su "plan" probablemente incluía algo loco... como dejar que yo te conociera.

Chuuya alzó una ceja, divertido pero desconfiado.
—¿Y por qué querría alguien como tú conocerme?

Ranpo apoyó su mejilla en una mano, fingiendo pensarlo.
—Quizá porque no puedo decidir si quiero ganarme tu respeto... o simplemente seguir molestándote hasta que aceptes salir conmigo.

El comentario pilló a Chuuya desprevenido, y no pudo evitar sonreír, esta vez sin sarcasmo. Levantó su copa hacia Ranpo, como un desafío.
—Si aguantas mi compañía hasta el final de esta boda, tal vez consideremos la segunda opción.

Ranpo tomó su vaso de refresco y lo chocó suavemente contra la copa de Chuuya, con una sonrisa triunfal.
—Trato hecho.

Mientras la música continuaba y las luces danzaban sobre ellos, ninguno notó cuánto tiempo pasaron conversando, riendo y provocándose entre copa y copa. Esa noche, entre la multitud de desconocidos, había algo único en la conexión que compartieron.

Quizá, pensó Chuuya mientras le miraba de reojo, esa boda no había sido tan mala idea después de todo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top