𖡡𖠃✎Un rincón para dos 𓅨
•
•
•
La música suave llenaba el aire, las luces brillaban con intensidad, y los adultos reían y charlaban, completamente absortos en la celebración. Para Chuuya Nakahara, todo eso era demasiado. Su pequeño cuerpo, cansado de tantas horas de estar sentado en una mesa y vestido con su mejor ropa, deseaba con todo su ser que todo se detuviera.
A su lado, su madre reía con una amiga mientras su padre charlaba animadamente con otros conocidos. Chuuya se frotó los ojos, mirando la pista de baile a lo lejos. Ya no quería estar allí. No quería ver más a esos adultos riendo y tomando vino. Solo quería dormir.
De pronto, vio un rincón apartado del salón, junto a una columna, que parecía perfecto para descansar. Pensó que sería el mejor lugar para dormir sin que nadie lo molestara, así que, sin pensarlo dos veces, se acercó sigilosamente.
Pero justo cuando estaba a punto de acomodarse, escuchó una voz suave detrás de él.
—¡Hey, ese es mi rincón! —dijo un niño que no había notado antes.
Chuuya se dio vuelta de inmediato, frunciendo el ceño. El niño que se encontraba frente a él lo miraba con una ligera sonrisa en los labios, y sus gafas resbalaban un poco por su nariz.
—¿Tu rincón? —Chuuya levantó una ceja, sin creerlo. — Yo lo vi primero, así que no pienso moverme.
El niño lo miró de arriba abajo, evaluándolo por un momento, y luego se echó a reír.
—¿Y qué vas a hacer si no te mueves? —preguntó el niño con una sonrisa pícara, como si ya hubiera ganado.
Chuuya frunció aún más el ceño. No le gustaba que lo retaran, y menos con ese tono de voz tan confiado.
—¡Me voy a quedar aquí, ya lo decidí! —dijo Chuuya, cruzando los brazos y mostrando su determinación.
El niño lo miró fijamente, evaluando la situación. Sin embargo, en lugar de irse o insistir, simplemente se sentó a un lado de Chuuya, dejando claro que no tenía intenciones de moverse.
—Entonces, me quedo contigo —respondió el niño con total calma, como si fuera lo más lógico del mundo.
Chuuya lo miró, confundido. No había esperado que el otro niño aceptara tan fácilmente. Al principio, pensó que podrían pelearse un poco más, pero no era lo que quería. Estaba cansado.
—¿No tienes sueño? —preguntó con desconfianza, sin saber bien cómo reaccionar ante su comportamiento relajado.
El niño, sin perder su sonrisa, simplemente asintió.
—Mucho. Pero si tú también estás cansado, podemos dormir aquí —dijo con simpleza.
Y así fue como ambos niños, sin más palabras, se acomodaron en el rincón, uno al lado del otro. El ruido de la fiesta seguía, pero a ellos ya no les importaba. Chuuya se acurrucó en una esquina, intentando encontrar la postura más cómoda posible, mientras que el niño, quien no dejaba de sonreír, se acomodó también a su lado.
El calor del otro niño le dio una sensación de calma que nunca había experimentado en ese tipo de eventos. Chuuya cerró los ojos lentamente, dejando que el sonido distante de la fiesta se desvaneciera mientras se sumergía en un sueño profundo.
—Oye, ¿cómo te llamas? —preguntó de repente el niño al cabo de unos minutos.
Chuuya, un tanto dormido pero aún con la curiosidad, le respondió sin abrir los ojos.
—Chuuya. ¿Y tú?
—Ranpo —respondió con una sonrisa que Chuuya pudo escuchar en su voz.
—Está bien. Gracias por no pelear por el rincón —dijo Chuuya, ya casi completamente dormido.
Ranpo se echó a reír suavemente, haciendo que Chuuya sonriera también, aunque no lo hubiera notado. El sonido de su risa era reconfortante, como si todo en ese momento fuera más ligero y simple.
—De nada —respondió Ranpo, cerrando también los ojos. —Nos vemos mañana.
Y allí, en ese rincón apartado, con los dos niños acurrucados el uno junto al otro, la fiesta continuó sin que ellos lo supieran. Pero para Chuuya, ese pequeño rincón compartido con Ranpo fue el lugar más perfecto del mundo.
A veces, la mejor manera de encontrar un refugio era simplemente compartirlo con alguien que, aunque desconocido, también sentía lo mismo. Y así, entre dulces sueños y risas silenciosas, ambos niños descansaron mientras el mundo seguía girando.
•
•
•
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top