"No te preocupes yo te cuidare de cualquier sueño"

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Camino sin llegar a un final sumergida en una completa oscuridad.

No puedo ver nada, absolutamente nada.

Seguí avanzando como si mi vida dependiera de ello, la desesperación se apoderaba de mi.

No sabia cuanto tiempo había pasado, ni cuanto había avanzado, solo que la esperanza parecía desvanecerse.

Sin embargo un olor metálico comenzó a sentirse y con ello una inexplicable tensión.

Alce la vista y ahí lo vi, Nevra.

. . . 

Me acerque corriendo a él rebosando de felicidad de poder finalmente encontrar a alguien no obstante el soldado de sombra se encontraba inmutable, y en eso lo detectó, el olor metálico era sangre y no provenía de nadie más que él.

La joven se alejó despavorida mientras lo analizaba con la mirada, sus ropas llenas de sangre, sus ojos carentes de brillo alguno y los cuchillos que sostenía peligrosamente cerca de ella.

Horrorizada corrió intentando huir de aquel a quien hace poco considero su pizca de esperanza, sin embargo a mitad del camino sintió un fuerte ardor en su pierna izquierda a la vez que perdía el equilibrio y caía en medio de la abrumadora oscuridad.

Y entonces percibió unos fuertes brazos que la sostenían fuertemente, volteó la vista buscando esperanzada de que alguien le ayudara. Y allí estaba Leiftan.

"Lo siento Erika, es lo mejor para nuestro mundo"

Y entonces sentí como algo atravesaba mi carne y mi sangre salia a chorros manchando de carmín el oscuro suelo, mis parpados pesaban y deje salir mi ultimo suspiro. Morí.

"No se muere con dignidad se vive"

Desperté, sudada y sobresaltada, mi corazón latía a mil, y lagrimas salían fervientemente de  mis ojos. Solo fue un mal sueño un horrendo y espantoso, mal sueño.

"Toc toc" 

Alguien toco la puerta, las paredes de las habitaciones son de papel, no me sorprende que alguien haya escuchado mis sollozos. Como pude limpie las lagrimas que amenazaban con salir y limpié mi nariz.

"¿Erika? ¿Te encuentras bien? Te escuche llorar"

En ese momento no me pude controlar y liberé todo el dolor que me provoco aquel sueño, me aferre a él y solloce en su cuello, mientras el acariciaba mi cabello y tarareaba una dulce melodía que alejó la aflicción del momento.

Nevra beso repetidamente su rostro a la vez que con sus manos limpiaban las tórridas mejillas.

"No te preocupes yo te cuidare de cualquier sueño"

Ambos se recostaron el cama de la joven, mientras proseguia calmándola con susurros, besos y mimos.

"Solo un mal sueño, Erika"

"Solo un mal sueño, Nevra..."

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Palabras: 430

Editado: 09.12.19 | 12.19