Un Amor Inesperado

Walten x Po: Un amor inesperado

Walten estaba cansado de recolectar las papillas infectadas. Era un trabajo sucio y peligroso, pero alguien tenía que hacerlo. No podía permitir que los otros teletubbies se comieran esas cosas y se convirtieran en monstruos. Él era el único que podía detener la locura de Noo Noo, el aspirador malvado que había causado todo este desastre.

Walten se dirigió a su refugio, una pequeña cabaña en el bosque. Allí guardaba las papillas que encontraba y las estudiaba para buscar una cura. También tenía algunas cosas que le recordaban a su vida anterior, cuando todo era feliz y pacífico. Entre ellas, había un sombrero de vaca que le había regalado Dipsy, su mejor amigo. Walten se lo puso y se miró en un espejo roto. No le gustaba lo que veía. Su pelaje blanco estaba sucio y desgastado. Sus ojos verdes estaban tristes y cansados. Su boca estaba torcida por el dolor y la rabia. Ya no se sentía un teletubbie. Se sentía un extraño.

De repente, escuchó un ruido fuera de la cabaña. Alguien se acercaba. Walten cogió su linterna y salió a investigar. Se preparó para enfrentarse a cualquier amenaza que pudiera encontrar. Pero lo que vio lo dejó sin palabras. Era Po, la teletubbie roja. Estaba viva y sana. No tenía ninguna herida ni ninguna mutación. Era la misma Po que él conocía y quería.

- Po... ¿eres tú? - preguntó Walten con incredulidad.

- ¡Walten! ¡Qué alegría verte! - exclamó Po con una sonrisa. Se lanzó a abrazarlo con fuerza.

Walten no supo cómo reaccionar. Sentía una mezcla de emociones. Por un lado, estaba feliz de ver a Po. Ella era una de sus amigas más cercanas y la había dado por muerta. Por otro lado, estaba confundido y sospechoso. ¿Cómo era posible que Po hubiera sobrevivido a la Tubbiemasacre? ¿Cómo había llegado hasta aquí? ¿Qué quería de él?

- Po, suéltame. Tengo que hacerte unas preguntas - dijo Walten con seriedad.

- Vale, vale. Pero no seas tan frío. Hace mucho que no te veo - dijo Po con tristeza. Lo soltó y lo miró a los ojos.

- Po, ¿dónde has estado todo este tiempo? ¿Cómo has escapado de los otros teletubbies? ¿Qué haces aquí? - preguntó Walten con rapidez.

- Tranquilo, Walten. Te lo explicaré todo. He estado escondida en el Tubbycraft. Allí encontré una patineta que me permite moverme rápido y evitar a los monstruos. También encontré una radio que me permite comunicarme con otros supervivientes. Así fue como supe que tú estabas vivo y que tenías un refugio en el bosque. Así que decidí venir a verte. Quería saber cómo estabas y si podíamos ayudarnos - respondió Po con sinceridad.

- ¿Ayudarnos? ¿A qué te refieres? - preguntó Walten con curiosidad.

- Pues a encontrar una solución a este problema. A curar a los otros teletubbies. A detener a Noo Noo. A restaurar la paz y la felicidad. ¿No es eso lo que quieres? - preguntó Po con esperanza.

- Sí, claro que lo quiero. Pero no sé cómo hacerlo. He estado buscando una cura, pero no he encontrado nada. Solo sé que las papillas infectadas tienen algo que ver. Por eso las recolecto y las estudio - dijo Walten con frustración.

- Pues yo tengo una idea. ¿Por qué no me dejas ver las papillas que tienes? Tal vez pueda encontrar algo que tú no has visto. Tengo una antena circular que me permite detectar cosas que los demás no pueden - dijo Po con entusiasmo.

- ¿Una antena circular? ¿Qué es eso? - preguntó Walten con sorpresa.

- Es una cosa que me salió después de comer una papilla especial. No sé cómo ni por qué, pero me dio este poder. No te preocupes, no me afectó de ninguna otra forma. Sigo siendo la misma Po de siempre - dijo Po con una risa.

- Bueno, está bien. Te dejaré ver las papillas. Pero ten cuidado. No sabemos qué efectos pueden tener - dijo Walten con precaución.

- No te preocupes, Walten. Yo sé lo que hago. Vamos, llévame a tu refugio - dijo Po con confianza.

Walten asintió y la llevó a su cabaña. Allí le mostró las papillas que había recolectado. Había de todos los colores y formas. Po se acercó a ellas y las examinó con su antena. Walten la observó con atención. Esperaba que Po encontrara algo que él no había visto. Algo que les diera una pista. Algo que les diera una esperanza.

Después de unos minutos, Po se alejó de las papillas y se dirigió a Walten. Tenía una expresión seria y preocupada.

- Walten, tengo malas noticias - dijo Po con gravedad.

- ¿Qué pasa? ¿Has encontrado algo? - preguntó Walten con ansiedad.

- Sí, he encontrado algo. Algo terrible. Las papillas no son solo comida. Son bombas de tiempo. Cada una tiene un contador que se activa cuando se ingiere. Cuando el contador llega a cero, el teletubbie que la comió explota y libera una nube de virus que infecta a los demás - dijo Po con horror.

- ¿Qué? ¿Cómo lo sabes? - preguntó Walten con incredulidad.

- Lo sé porque lo vi. Vi a Tinky Winky comer una papilla y luego explotar. Vi a Laa Laa y a Dipsy infectarse por la nube. Vi a Noo Noo reírse mientras lo hacía. Él es el que pone los contadores en las papillas. Él es el que quiere acabar con todos los teletubbies - dijo Po con lágrimas en los ojos.

- Po, lo siento mucho. No sabía que habías visto eso. Debe haber sido horrible - dijo Walten con compasión.

- Lo fue, Walten. Lo fue. Por eso escapé al Tubbycraft. Por eso busqué a otros supervivientes. Por eso vine a verte. Tú eres el único que puede detener esto. Tú eres el único que puede salvarnos - dijo Po con desesperación.

- ¿Yo? ¿Por qué yo? ¿Qué puedo hacer yo? - preguntó Walten con confusión.

- Porque tú eres el único que no ha comido ninguna papilla. Porque tú eres el único que tiene una resistencia natural al virus. Porque tú eres el único que puede enfrentarse a Noo Noo. Porque tú eres el único que me queda - dijo Po con amor.

Walten se quedó sin palabras. No sabía qué decir. No sabía qué sentir. Po acababa de revelarle una terrible verdad y una dulce confesión. Walten miró a Po. Vio su pelaje rojo, sus ojos azules, su antena circular, su patineta. Vio su sonrisa, sus lágrimas, su esperanza, su miedo. Vio a la Po que él conocía y quería. Y sintió algo que nunca había sentido antes. Sintió amor.

- Po, yo... yo también te quiero - dijo Walten con timidez.

- ¿De verdad? - preguntó Po con ilusión.

- Sí, de verdad. Siempre te he querido. Pero nunca te lo había dicho. No sabía cómo. No sabía si tú sentías lo mismo. No sabía si tenía sentido - dijo Walten con sinceridad.

- Pues tiene sentido, Walten. Tiene todo el sentido del mundo. Somos los únicos que nos entendemos. Somos los únicos que nos podemos ayudar. Somos los únicos que nos podemos amar - dijo Po con pasión.

- Po, ¿qué quieres hacer? - preguntó Walten con nerviosismo.

- Quiero hacer lo que tú quieras hacer. Quiero estar contigo. Quiero besarte - dijo Po con atrevimiento.

- Po, yo también quiero besarte. Pero tenemos que tener cuidado. No sabemos si el virus puede transmitirse por el contacto. No sabemos si podemos estar juntos - dijo Walten con precaución.

- Walten, no tengas miedo. No dejes que el virus nos separe. No dejes que Noo Noo nos gane. No dejes que el amor se pierda - dijo Po con valentía.

- Po, tienes razón. No tenemos que tener miedo. No tenemos que separarnos. No tenemos que perder el amor. Tenemos que luchar por él. Tenemos que luchar por nosotros - dijo Walten con determinación.

- Entonces, ¿qué esperamos? Vamos a besarnos. Vamos a abrazarnos. Vamos a amarnos - dijo Po con emoción.

- Sí, vamos a hacerlo. Vamos a besarnos. Vamos a abrazarnos. Vamos a amarnos - dijo Walten con emoción.

Y así lo hicieron. Se besaron, se abrazaron, se amaron. Se olvidaron del mundo, se olvidaron del virus, se olvidaron de Noo Noo. Solo se acordaron de ellos, solo se acordaron de su amor, solo se acordaron de su felicidad.

FIN


Opinión propia

Ya chingaron los demás xd

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