22. Despedida

Me sentía nerviosa, como si fuera la primera vez que te iba a ver, sinceramente no sabía que estaba haciendo, sin duda tendría que haberme quedado en mi casa, pero una parte de mí quería verte por última vez.

Durante mucho tiempo me había hecho a la idea que te irías, y la otra parte esperaba que no lo hicieras, aunque tampoco existía una posibilidad para un futuro juntos. Y aquí estaba, en el portón de tu casa llegando a una fiesta de despedida para ti.

Quería salir corriendo en ese instante, te vi y tu cara reflejaba que no esperabas verme, me quede y fue la mejor decisión de esa noche.

Verte alegre y disfrutando ese momento me hacía feliz; me gustaba verte así, con esa sonrisa que me encantaba, podía observarte durante horas, tal cual lo llevaba haciendo toda la noche. Tampoco sabía que más hacer, la única compañía que tenía se había ido contigo, a unirse al grupo que estaba bebiendo alcohol.

Ya era media noche y tu familia te había dicho unas palabras de despedida, yo solamente había escuchado a cada uno, guardándome lo que deseaba decirte. Tras unos segundos me puse de pie y fui en busca de un baño, sabía precisamente donde estaba, conocía cada parte de tu casa, me invadían los recuerdos. Necesitaba respirar y sentirme tranquila un instante, quería llorar porque a pesar de todo me dolía tu partida.

Al regresar donde se encontraban todos reunidos, te vi y en un impulso me acerqué a ti, quería decirte todo lo que nunca dije, tenía unos inmensos deseos de abrazarte, de volver a estar entre tus brazos, de besarte y sentirme pequeña a tu lado. Te había extrañado demasiado.

— Hola —te salude con tanta timidez, igual a la primera vez, la única diferencia es que tenía miedo que no contestaras mi saludo, que me ignoraras, pero no fue así, correspondiste acompañado de una sonrisa.

Te observe por varios segundos, los cuales sentí una eternidad, me perdí en tus ojitos cafe claro con esas grandes pestañas, tu boca perfecta y un poco de barba, justo como me gustaba verte.

— No quería irme sin despedirme de ti —dije con algo de nostalgia.

Muchas veces me pregunté porque las cosas no salieron como esperaba, te quería en mi vida, esa era la realidad, a pesar de lo malo quería entregarme a ti todos los días de mi vida, crear un futuro juntos.

— Desde que te vi llegar, tengo la misma pregunta, ¿qué haces aquí? —dijo viéndome directamente a los ojos. Su pregunta me lleno de tristeza, no le había agradado verme y mucho menos que estuviera ahí, con su familia.

— No lo se —dije viendo hacia otra parte. —Ally me invitó, realmente no se porque lo hizo.

Él solamente asintió con la cabeza. Suspiré profundamente, era ahora o nunca.

— Esperaba que ya no te fueras, a pesar de las cosas que pasaron entre nosotros, todo termino mal —hice una pausa y lo vi directo a los ojos, estábamos cerca, nos separaban unos 3 pasos. — Te deseo lo mejor, que seas muy feliz y estés rodeado de personas maravillosas. Espero un día volverme a cruzar contigo y saber que has cumplido todos tus sueños, o al menos, la mayoría.

Él solo me miraba, sentía que en cualquier momento las lágrimas iban a salir. —Te voy a extrañar Jesse, incluso más de lo que te he extrañado todos estos meses.

— Siempre fuiste y serás muy importante en mi vida, estoy segura que si no te hubiera conocido no sería la persona que soy ahora, me ayudaste a soltar miedos, a dejar mis inseguridades, me llevaste a vivir nuevas experiencias —se sentía bien estar diciéndole todo lo que sentía, él solo escuchaba sin decir una palabra.

— Aunque no tuve el mejor año, hiciste que tuviera buenos momentos, me dejaste recuerdos que me hacen feliz —suspire, mire a mi alrededor, estábamos un poco alejados de todos, sabía que no lograban escuchar lo que estaba diciendo.

— No se qué decirte —fue lo único que respondía, no me extraño su respuesta, no era la primera vez que me decía lo mismo.

— No tienes que decir algo, realmente no espero nada. No tienes una idea cuánto te he extrañado, y ahora que te vas, será peor. Extraño la relación que teníamos, pero estoy segura que será más fácil olvidarte sabiendo que no te volveré a ver —una lagrima rodó por mi rostro, rápidamente la quite.

— Alice, no entiendo nada, ¿porqué hasta ahora? —no sabía que responder, pasaron unos segundos o minutos, realmente había perdido la noción del tiempo. Cerré mis ojos y volví a suspirar como llevaba haciéndolo muchas veces esa noche.

— Siempre me recordaste que si quería decir algo, lo hiciera, en ese momento, sin dejarlo para después y ya suficientes meses deje pasar —por miedo a no obtener una respuesta por su parte, no había dicho nada, seguía con todas las dudas que tenía. El asintió con una pequeña sonrisa.

— No tienes una idea cuantas ganas tengo de besarte —dije viéndolo directamente a los ojos.

— ¿Por que no lo haces? —era una respuesta que no esperaba de su parte, por varias razones, estaba su familia y lo nuestro siempre había sido a escondidas.

Lo mire debatiendo en mi interior, observe a mi alrededor y sin pensarlo más, coloqué mis manos en su rostro, lo mire fijamente y uni sus labios con los míos. Sus manos viajaron rápidamente a mi cintura acercándome más a su cuerpo.

Quería que ese momento fuera eterno, esperaba que nada de lo que estaba pasando fuera un sueño. Era volverme a sentir viva.

Nos separamos unos centímetros, lo mire sin saber que decir, por primera vez no le había importado que estuvieran otras personas.

— Se me había olvidado lo bien que se sentía besarte —dijo aun con sus manos en mi cintura.

— Nunca espere que me besaras frente a otras personas —dije creyendo que todo era un sueño.

— ¿Por qué? —pregunto extrañado.

— Se te olvida que meses atrás, jamás hubieras permitido nada de esto y mucho menos estando tu familia —esa era la realidad, el único contacto que tenía conmigo era un abrazo, según él de esa forma nadie sabría qué teníamos una especie de relación de amigos con derechos. Lo cual, sinceramente no termino bien.

— Las cosas cambian —dijo y seguido de eso me beso, con más intensidad. En ese momento sentía que solo éramos él y yo. Nadie más. Todo estaba bien entre nosotros.

— ¿Sabes? —dije al separarnos, retome la distancia, aun tenía muchas cosas que decir y tantas dudas por aclarar. —No iba a venir, hasta última hora me decidí.

— ¿Por que? —pregunto llevándome hacia donde habían dos sillas libres, así podíamos terminar de conversar tranquilos.

— No tenía nada que hacer acá, al menos eso creía, hace memoria y recuerda todas las veces que me ignoraste cuando nos encontrábamos, ¿para que iba a venir? Ni siquiera nos hablábamos, Jesse —de un día para otro él cambió conmigo, dejo de hablarme, dejándome con muchas dudas. Haciéndose el que no me conoce.

— No quería venir y sentirme ignorada por ti, tal cual lo hiciste —baje mi cabeza, viendo el suelo. —A último momento, me decidí, después que Gabriel me insultara, me dijera cosas que me pegaron fuerte y me volviera a insultar —dije acompañado de una pequeña risa. Tenía mucho que agradecerle a mi primo.

— ¿Que fue lo que te dijo? —sabía que se estaba imaginando muchas cosas, al final, Gabriel también era su primo y lo conocía perfectamente.

— Solo te puedo decir que tuvo mucha razón en decirme que este era el momento perfecto y no lo dejará ir —él sonrió, estaba segura que eso le había recordado a una de sus frases.

— Me envío un mensaje diciendo que me traería a alguien, no sabía de quien hablaba, nunca espere que fueras tú, por eso mi reacción al verte —sentía que de alguna forma, Ally y Gabriel, ambos familia de él, habían sido una pieza clave para que Jesse y yo, no nos quedáramos sin dejar claras las cosas.

— Aún hay tanto que quiero saber —recordé el sobre con un detalle que tenía para él, algo que le había hecho desde hace meses para su cumpleaños y nunca se lo di. Le hablé a mi primo para que me trajera el sobre que me había guardado. — Esto es para ti, no importa si lo tiras a la basura sin abrirlo o lo que hagas con el, solo no quería quedarme con algo que no es mío.

— Gracias —dijo algo extrañado, lo dejo sobre sus piernas y me miro. Me sentí nerviosa por su mirada. Ya era muy tarde y no quería irme sin terminar de aclarar todo.

— Me tengo que ir —dije viendo hacia donde mi primo.

— Gabriel se quedara aquí en la casa —él me había dicho que nos iríamos juntos. La única que aun no se había ido era Ally.

— Le dire a Ally si me puede pasar dejando por la casa —él se quedó unos minutos en silencio, me sentí incómoda. Por segundos me miraba como si estuviera debatiendo algo en su mente.

— Quédate, hay unas cosas que quiero decirte —otra de las respuestas que no esperaba esa noche. Asentí con la cabeza.

Todo estaba siendo tan extraño, sobretodo que me pidiera quedarme en su casa estando su abuela.

Ya se habían ido todos, me encontraba en la sala, sintiéndome incómoda por la mirada de la abuela de Jesse. Tome mi celular y me puse a hacer cualquier cosa mientras Jesse terminaba de guardar unas sillas.

— Vamos a mi habitación —dijo, Jesse, al llegar donde yo estaba. Lo mire extrañada, su abuela ya tenía unos minutos de haberse ido a descansar. —Así podremos hablar tranquilamente y sin interrupciones.

Me puse de pie y caminé hacia esa habitación que me traía tantos recuerdos. Entre y me quede observando todo, habían pasado muchísimos meses desde la última vez, se sentía diferente. Mire hacia su cama, me gustaba tanto estar entre sus sábanas, sentir su olor en ellas. Había extrañado todo y los momentos que compartíamos dentro de esas 4 paredes.

— ¿Estas bien? —pregunto mientras encendía el aire. Simplemente asentí, cerré mis ojos unos segundos y me acerqué a su cama para sentarme.

— Así como tú me dijiste cosas hoy, también quiero hacerlo, pero créeme que así cómo estás no puedo —dijo viéndome intensamente. —Verte en mi cama, con esa falda y escote, no me hace pensar con claridad.

Me reí, por primera vez en esa noche me reí verdaderamente.

— No cambias —dije entre risas. —Concéntrate, Jesse.

Me puse de rodillas frente a él, colocando mis manos alrededor de su cuello, me acerqué completamente susurrándole —¿Que quieres hacer, Jesse?

Dejó escapar un jadeo, sabía como provocarlo y lograr ese efecto en él.

— Quiero hacerte el amor, el resto de la noche —dejo en voz baja, haciendo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

Aunque mi cuerpo pidiera aceptar, entregarme a él de nuevo, sabía que habían cosas que hablar primero, y si no lo hacíamos en ese momento, nunca se volvería a dar la oportunidad, no quería irme sin aclarar la cosas, no quería vivir con tantas dudas.

— Tenemos que hablar —dije retomando la distancia entre nosotros. —Si no lo hacemos ahora, ya nunca será, luego podemos ver qué sucederá.

Él resopló, para nada le estaba agradando mi idea, se sentó en la cama estando frente a mi.

— Tienes razón —dijo viéndome, desviando su mirada unos segundos a partes de mi cuerpo. —Eres mucha tentación para mi —me quedo viendo, no lo sabía.

— Concéntrate, Jesse —volví a repetir.

Suspiró.

— Todas las veces que te dije que me gustabas, eran ciertas —lo mire sin decir nada, durante meses estuve esperando que dijera eso, quería saber si había sido mentira. —Me llegaste a gustar más de lo que esperaba, como nadie lo había hecho en todo el tiempo que llevaba viviendo acá. Cada una de las veces que te lo dije —se acercó un poco más y me tomo de las manos.

— En cada ocasión que te decía que me gustabas sin importar que no tuviera que ver con el tema, era real. Me gustaste sin esperarlo, me gustaba verte aunque fueran minutos, encontrar una excusa para tenerte frente a mi —recordé cada una de esas ocasiones que compartimos. La felicidad que me invadía y lo mucho que lograba cambiar mis días con su presencia.

— Después que todo terminará entre nosotros y siendo sinceros nada bien, me pregunté muchas veces si todo lo que me dijiste y la forma de ser conmigo, había sido verdad —expresé.

— Perdón, por haberte tratado así —sentí sinceras sus palabras, sabía que lo eran, lo había llegado a conocer mucho más de lo que él pensaba. —Por no haber aprovechado más el tiempo, las excusas que cada uno buscaba para vernos, porque sé que en parte fue por mi culpa que nos alejamos.

Eso era cierto, él me alejo con su comportamiento y simplemente de un día a otro, dejo de hablarme sin ninguna explicación.

— Pero, tú sabías porque no quería una relación seria, fui sincero contigo siempre —otro punto a su favor, siempre me gusto eso de él, la sinceridad con la que me decía las cosas. —Sin embargo, contigo fue diferente, teníamos más en común de lo que esperaba, nos entendíamos perfectamente y sabíamos pasarla bien.

— Era feliz cuando compartíamos tiempo juntos —dije con una sonrisa.

— Me hacía sentir bien estar contigo y eso dio miedo —sabía a qué se refería. Solo se había enamorado una vez en su vida y le rompieron el corazón. Se negaba a entregarle de nuevo a alguien sus sentimientos, a amar y sobretodo a confiar en alguien.

— Nunca te mentí, cada palabra que te decía era real, cada momento que compartíamos —con una de sus manos acaricio mi mejilla. —Cada una de las canciones que te dediqué, cada beso —rozo con sus dedos mis labios. Me perdí unos segundos en sus palabras, en sus caricias.

Jesse, era todo lo que yo quería y había estado esperando.

Era la persona correcta, pero desgraciadamente en el momento incorrecto.





***

Hola.

¡Dios! Ya ni siquiera se como hacer esto, ha pasado muchísimo tiempo desde la última vez que escribí alguna historia.

Se que está pequeña historia no tiene nada que ver, pero hoy tenía muchos deseos de escribir y así surgió este capítulo.

Un capítulo que me dio nostalgia, porque lleva algo de verdad y sobretodo porque hace mucho no hacía esto, ya no recordaba lo mucho que me gustaba dejar volar mi imaginación.

Espero que si alguien llega a leerlo, me haga saber qué tal estuvo, con toda la sinceridad por favor.

Les deseo lo mejor del mundo.

Besos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top