-Ya no te amo-
La puerta suelta un sonido y se abre automáticamente.
Aprieto la boca y caminamos con paso lento entre las rejas cerradas de Azkavan,frente a nosotros un policía nos guía hacia la celda,este se detiene y golpea la rejas con su varita mágica.
-Riddle, tienes visitas- habla el hombre, me mira y luego se aleja.
La mujer se gira lentamente hacia nosotros,sus cabello negro está opaco como un estropajo viejo, su tez está muy pálida y en sus ojos una tristeza inmensa es lo único que refleja.
-Victor- susurra al verme, sin levantarse mira detrás mi hombros- ¿Son tus hijos?- pregunta.
Asiento con la cabeza y pongo a mis hijos cuatro hijos frente a mi.
-Querian conocerte- suelto mirandola y luego mira mis hijos- Te los presento ya que como la gran abuela que eres lo conoces- suelto con frialdad y sarcasmo, estiró mi mano y señalo- Víctor y Victoria, gemelos, los mayores, Ella y Ethan igual gemelos.
Mi madre suelta una sonrisa mostrando pára mi sorpresa unos dientes blanco, algo que jamás me imaginé.
Estoy impactado.
-Se parecen tanto a ti- susurra acercándose a la reja, jalo a mis cuatro hijos un paso hacia a atrás conociendo a mi madre, la última vez que nos vimos los salio nada bien, sus ojos negros se posan en Fleur y sonrio- Y a ti.
Fleur le regresa una sonrisa para mí sorpresa, ella jamás había hecho con ella pues hacía ya tiempo en una visita ambas habían discutido, gracias a Merlin que está esa reja o ambas se habrían matado.
-¿En que momento te convertiste en conejo?- río mi madre mirando a Fleur, esta intentó no sonreír pude notarlo pero se mantuvo al margen, los ojos de mi madre se posan en mi- Eres un salvaje en la cama ¿eh?
-Ni que lo digas- susurró Fleur haciendo reír a mi madre, abro mis ojos mirandola y niego con desaprobación.
Que mujer más directa y caliente. Y es mi esposa.
-Dejemos que tu padre hable un rato con su abuela- habla Fleur y me sonrie.
Ella se acerca a la reja, la tomó del hombro para detenerla.
-¿Cuando vas a salir de aquí?-pregunta la niña mirando a mi mamá, esta la mira y sonríe maternalmente, algo que nunca hizo conmigo.
-No creo que eso llegue a pasar nunca- contesta- Tengo cadena perpetua y no creo jamás volver a ver la libertad.
-¿Entonces no vendrás a mi cumpleaños?
Ella mira atentamente a mi madre,sus ojos azules lucen tristes.
-Me temo que no- suelta mi mamá, se gira y toma algo que no logro identificar al inicio, estira su mano y le entrega un muñeco de serpiente-Era de tu padre...
Ella me mira y asiento para que tome el peluche, lo toma y sonrie.
-Espero que pases un gran cumpleaños con tu familia Ella- sonríe mi madre, mi hija asiente y camina hacia Fleur, está última me sonrie y los cuatro se alejan.
Cuando estamos solos la miro fijamente,esta alza una ceja.
-¿Te gusto o que?
Suelto un bufido.
-¿Como ha estado Delphini?- pregunta.
-Bien, vendrá a verte la próxima semana- explicó.
Me siento en la silla que está a mi lado, mi madre me mira fijamente y señala hacia la puerta.
-Victoria se parece mucho s ti- me dice y asiento, luego sus ojos se tornan tristes- Nunca me dijiste que tenías hijos.
-No quería que supieran de ti- suelto con frialdad, luego me arrepiento el semblante de mi madre- Pero, ellos preguntaron por mis padres, y quisieron conocerte
Esta asiente.
-No sabes cuando te amo- suelta mi madre sobresaltandome.
-Yo ya no te amo- suelto de inmediato.
-Lo se- suelta esta- Me doy cuenta en la forma que me miras, como me tratas y como pasaron más de diez años para que conociera a mis nietos. Tu podrás decirme eso pero tus ojos demuestran otra cosa.
Aprieto la boca firmando una línea recta
-Jamas me defendiste- suelto mirandola, sus ojos negros no parpadean solo me observan- No sabes cuantas veces quise verte defendiéndome de mi padre, pero...- la miro y niego- Solamente fuiste una espectadora más...
-Amaba a tu padre...
-¡Pero nosotros somos tus hijos!- exclamo y esta entrecierra sus ojos- Somos lo único que dejaste en este mundo y jamás me demostraste el amor...- trago el nudo que se ha formado en mi garganta- Solo quería un maldito abrazo tuyo...
Mi madre extiende su mano y la posa en el cristal, frunzo el ceño mirandola.
-Son lo mejor que me pudo pasar- suelta- Cometi errores y me arrepiento, pero sigo siento tu madre.
Asiento lentamente.
-Lo se- suelto, tomo mi abrigo y lo pongo en mi brazo- Debo irme.
Esta asiente.
-Victor...- habla mi madre atrayendo mi atencion- Gracias.
Frunzo el celo.
-¿Por que?
-Por venir.
La miro por unos segundos sin asentir.
-Te quiero- suelto sin pensar.
Esta suelta una gran sonrisa, niego lentamente.
-Yo también- sonrie.
Comienzo a alejarme de ella, cuando la escucho hablar.
-¡Quiero un pastel de chocolate ahora mismo junto un vaso de sangre se serpiente!- ordena al guardia.
La miro desde lejos y suelto una risa, a veces muchas cosas no cambian.
Tal vez no tuve los mejores padres ni la mejor infancia.
Pero estoy agradecido de mi presente.
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