Capítulo 1 - Hilos: Parte 1
Capítulo 1: Hilos Parte 1.
La vida era una melodía de desgracias y oportunidades perdidas, de sueños destrozados y ideales desechados. Una melodía que siempre resuena en la vida diaria en cada individuo vivo, una melodía que vive con nosotros, pues somos los instrumentos para que suene.
Las notas son nuestras experiencias, y desgracias, los altos y bajos son nuestras caídas y subidas. Nuestras vidas son una cacofonía de una gran instrumental, una instrumental de que nos mantiene en los hilos invisibles de los titiriteros, de aquellos que siempre están arriba, siendo el maestro de para orquesta que guían.
Pues para ellos, nosotros no somos nada más que individuos desechables, utilizables, que pueden remplaza a su gusto y conveniencia.
Pero conozco la verdad de este mundo.. naces siendo débil, impotencia, y envueltos en los hilos de los titiriteros. Pero tenemos la oportunidad de salir de su control, de oponerse al control absoluto.
Pero si sigues siendo impotente, si sigues siendo una marioneta. Serás remplazado, y cuando lo seas, descubrirás la crueldad del mundo, que los héroes, las personas, la sociedad te dará la espalda, que tus sueños y esperanzas no son más que ecos vacíos de una falsa vida de control.
Por eso yo me opongo, yo les mostraré la verdad, la fragilidad de la humanidad y la hipocresía de los héroes.
Porque ahora yo soy un titiritero.. y les mostraré la desesperación de ruinas, la desesperación ante el poder de Beelcebud.
-Un futuro distante.
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Su mente estaba apunto de la ruptura. Los recuerdos de aquellos monstruos ojos siempre lo acompañan, como una constante de que aquel que casi lo mata de forma despiadada, un recuerdo constante de su propia falta de poder, de su ineptitud de fuerza.
El era el mejor de las clases C. Pero y que? Porque ahora debia importa las calificaciones?.. porque se dio cuenta de su falta de fuerza, se dio cuenta que incluso si tiene la convicción, la voluntad, y la motivación, al final no importaba ante el poder abrumador.
Su casi muerte con el Rey Profundo, le hizo recordar aquellos cuentos sobre los monstruos que su madre siempre le contaba. Como el héroe siempre salvaría el día y derrotaria al monstruos, pero la vida real no era así, la vida siempre le mostró cruelda, la muerte de su propia madre a manos de los Kajin había sido un golpe duro para el y su motivación para convertirse en héroe.
Pero cuando la asociación se estableció, pudo encontrar su oportunidad, su lugar. Pensó que con el corazón y mostrando su gran convicción podría quedar mínimo el los mejores puestos.. fue calificado en el último.
Ese fue un golpe que lo destrozo, pero se pudo recuperar. No dejaría que la memoria de su madre fuera deshonrada en vano, sólo porque estaba triste. Y así empezó su carrera profesional en el heroísmo, aunque nunca fue alguien con una fuerza sobrehumana, siempre estuvo en buena condición física.
Durante los siguientes años, escalo de forma lenta pero constante en el rango C. Hasta consolidarse como el número 1 de los más débiles, sabía que jamás igualará los monstruos que son los rango A y S. Pero al menos podría ayudar a los más necesitados, a los que siempre quedan atrapados en el fuego cruzado cuando los dioses luchan.
El jamás fue un hombre de religión, pero presenciar una batalla entre Rangos S y Monstruos nivel Dragon era como ver a los dioses pelear. Fue tan aterrador, pues se dio cuenta en ese instante, que no importara cuanto luchara, había muros que jamás podría superar.. o eso pensaba.
Su lucha contra el Rey Profundo le demostró la impotencia absoluta, no importo cuanto golpeará, el maldito monstruo solo se reía de sus acciones. Pero sabía que si no hacía nada, esa abominación masacraria a todos lo que estaban en el refugio, y era algo que jamás permitiría.
Pero al final no importo su esfuerzo.. porque en la conclusión de la lucha fue salvado. Pero esa experiencia lo marcó más de lo que podría imaginar, las pesadillas que lo atormentan durante las noches son horripilantes, pesadillas de una posibilidad que siempre estuvo en su mente durante la lucha.
Perder.. perder y morir, perder y dejar que personas inocentes mueran. Perder, y dejar que ese monstruo siguiera su camino de destrucción y muertes por doquier.
Los sueños le murmuran.. como una melodía de desgracias abundates que están listas para desatar una marea gigante contra su persona. Sueños.. los sueños, siempre son cambiantes, cada escenario es diferente, pero siempre tienen una característica, que se siente observando.
Esa inquietante sensación de que siempre te vigilan, que te monitorean. Esos ojos que presientes en la nuca de tu cabeza, ojos invisibles, que son una especie de espectador que siempre te juzga, que te observa como un vigía.
Una pesadilla eterna...
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Los ojos amarillos llenos de odio absoluto lo miran con repudio y superioridad, como si el fuera un insecto insignificante, que su valía, esfuerzo y dedicación no eran nada ante su poder abrumador.. y en cierta forma era así.
La monstruosa presencia del Rey Profundo observa con oscura diversión la figura rota del Ciclista sin licencia.
-Tu voluntad es impresionante.. pero tu falta de fuerza es discordante. Eres lamentable humano.- El Kaijin marino pronuncia con esa voz imponente, viendo con una sonrisa llena de dientes al lamentable héroe clase C.
-No..voy a r-retroceder.- Entre gruñidos ensangrentados Satoru hablaría con dificultad. Su visión nublandose por la falta de sangre y los huesos rotos que le imploran descanso, pero solo con férrea voluntad se mantiene en pie frente al monstruo.
-JAJAJAJAJAJA.- El Kaijin daría fuertes carcajadas por las palabras dichas por el héroe de la bicicleta.
El rey de las profundidades se calma, sus ojos brillando con malicia hacia el humano que se atreve a desafiarlo. Este le daría una sonrisa.. y antes que Munder Rider pueda hacer algo, es mandado a volar por un simple golpe del rey marino hacia el otro lado de la calle.
La cabeza del héroe daría vueltas, el dolor.. El dolor que sentía no era algo que jamás pensó experimentar. Pero tragandose las ganas de gritar, de llorar, de rendirse este con quejidos se levanta nuevamente, solo para sentir que era agarrado del cuello por una mano gigantesca.
No podía ver.. todo era borroso, todo era como si estuviera en las profundidad del océano, y lo era lamentable. Estaba a mercer del rey quien lo mira fíjamente, su aliento putrido pega con fuerza a la cara del héroe, cuál no aguanta más y con fuerza vomita en la cara del monstruo.
El rey seguirá sosteniendolo mientras el héroe vacía su estómago, sangre y vomito combinado caería al suelo marchándose. La lluvia seguirá, cubriendo a los involucrados, el héroe gime.. su conciencia lo abandona finalmente, solo para que el dolor abrumador lo haga gritar.
Los gritos suenan en las vacías calles de la ciudad costera. La sangre es derramada, y tinta la lluvia que cae al suelo, los rugidos desgarradores del héroe siguen surgiendo de su garganta.. hasta que esta no puede más.
Pues enfrente de él estaba el rey profundo, con su brazo en su boca. El monstruo se lo había arrancado de un bocado, como si fuera un fideo, el rey lo succiona.
-Ahhh la carne humana, tan sabrosa como siempre.. eres un espécimen interesante. Talves deba dejarte vivir, mientras funciona como mi aperitivo personal.. JAJAJAJAJAJAJA.- El monstruo marino se reí del héroe clase C.
Su risa retumba en los oídos casi inaudibles del hombre que se enfrenta a esta bestia.. las lágrimas.. El dolor, la angustia, todo se asienta en el pecho del héroe sin licencia.
Como un remolino de fuego que lo consume desde su alma, el odio burbujea bajo la piel del héroe. Odio hacia este monstruo, odio hacia aquellos que lo menosprecian, pues entre su visión nublada, se observa a varias imágenes borrosas.
-No eres acto para estar en este grupo, lo siento.-
-Eres débil, lárgate.-
-Perdón, pero estamos completos.-
-Si quieres triunfar en este mundo, mejor no se un héroe.-
[Incerten - Game of Throne OST Light of Seven].
El surrealismo y lo real se difuminan. Los susurros de aquellos que dejaron en el piso, en la ruina, y al borde vuelven con intensidad, mientras la risa sádica el monstruo rompe el atenuante silencio de la lluvia apaciguante que sofoca los gritos de los civiles indefensos.
Los ojos del demonio marino se deleitan ante el sufrimiento que pasa. El mundo se cae ante la pique del mismo héroe, aquel monstruo ahora cambia.. El sufrimiento desaparece, el dolor se esfuma y el tormento cesa.
Ahora se encuentra agitado, en medio de un hospital. Su respiración entre cortada viendo a una figura encamillada en una cama de hospital.
Su madre.. aquella que siempre brego por el, que lo mantuvo protegido bajo sus cálidos brazos que reciben la crueldad de la sociedad.
-Madre..- Satoru hablaría en voz baja, viendo con dolor a su madre. La verdad de todo, es que su madre fue una prostituta, alguien que siempre se vendió a los vicios de una vida que jamás tendría y simplemente añoraba.
Ahora su madre estaría postrada en esta cama. Sola, como la soledad que los envuelve a su alrededor, pues no habría nadie en la inmensidad del hospital que se encuentran, como si todos hubieran desaparecido, dejando solo a ellos dos.
-Satoru..- Una voz vuelve atraer su atención, y ahora mancillada, ensuciada y podredumbre estaba el cadáver de madre que le devuelve la mirada con ojos muestro, llenos de pus y tierra.
-Porque me dejaste morir..porque no fuiste buen hijoooooo.- Los aladiros de aquel cadáver viviente desmoronan la realidad. El chico cae al suelo respirando con pesades, viendo con creciente horror al ahora cadáver poniente de su madre, que lo cubre bajo su sombra.
-Mi querido chico.. que te pasa?.- Susurro una voz que no sería de aquella mujer. Era una voz pesada, profunda y llena de un rencor a todo lo general que intimida al héroe.
-No te alegra verme hijo mío? No te alegra ver a tu madre?.- Aquella cosa le habla con una suavidad rencorosa, con una falsedad tan asquerosa que incluso hacer que el héroe tenga arcadas ante su mera voz.
-No te alegra de ver tus fracasos? Hijo mío?.- Aquella monstruosidad podredumbre se le acerca, cada paso que da, es descolocado, tambaleante, como si fuera a caerse en cualquier momento por su misma fragilidad y pesos, que parece apenas soportar.
-No.. aléjate, tu no eres ella. Ella siempre me dio esperanzas, me dio un motivo por cual ser héroe!.- El tambalea ante sus palabras, ante sus oraciones sin convicción, su corazón se retuerce ante la mera visión de aquella que lo salvo pero al mismo tiempo condeno a una vida injusta y llenas de maltratos.
-Soy lo que tu corazón cree que es le verdad, soy tu verdad.- El monstruo diría con esa voz rota, quebradiza, como si fuera cristal roto hablaran en una sinfonía de dolor sin fin. La podredumbre, se tambalea cada paso, cada pisada hace que el corazón del héroe se retuerce del asco y sufrimiento que siente.
-No eres un héroe.. eres un ser lamentable, un individuo atrapado en hilos, hilos invisibles de aquellos que crees que salvas. De aquellos crees que valen el tiempo, y sacrificio, eres un individuo reemplazable, como tu hay cientos o miles de personas que piensan igual que tu, que te hace especial? Que te hace destacar?
Esas personas que creen que hacen lo correcto, que piensan que son los únicos "héroes verdaderos" pero no son más que mentiras, mentiras que se asientan en tu corazón como verdades falsas que crees que son tu convicción, tu motivación.- Por cada susurro, por cada palabra, por cada oración que aquella aberración de pesadillas diría, hacia que la convicción del héroe clase C cayera cada vez más en un pozo sin sentido y locura.
La voz de aquella que usurpa el cuerpo de su madre, se extiende en aquel hospital vacío y carente de vida. En aquel hospital, donde recibió la noticia de la muerte de su madre, aquellos voz que antes era melodiosa, llena de amor aterciopelado que le daba, ahora no era más que un recuerdo retorcido.
Un recuerdo que el propio héroe se a visto obligado a olvidar. Pues recuerda la mirada de locura y odio que su madre le había dado, cuando le dijo que se postula para ser un héroe, la mirada de rencor y desprecio que había recibido en ese momento lo había golpeado más que cualquier golpe que la vida misma le había dado.
Le había dejado una cicatriz imborrable.
Pues alli se dio cuenta que su madre jamás lo amo. Jamás se preocupo por él, que solo era una herramienta para que su supuesto padre pueda darle dinero, dinero que dejo de mandarle después de algunos años. Ella jamás lo amo, pero incluso con su traición, incluso con su odio, el intenta honrarla, la honra en su falsa esperanza de la imagen idealizada de aquella madre que lo amo alguna vez.
Aquella monstruosidad con una sonrisa plasmada tan retorcida, tan malvada que incluso, hace que el héroe se retuerce ante aquella imagen del mal. De aquella imagen de lo que fue alguna vez su madre, ahora convertida en el monstruo de sus pecados, de sus mentiras, de sus inseguridades.
La putrefacción se extiende atravez de todo el piso de aquel hospital vacío por la misma vida, vacío de aquella esperanza, vacío de una voluntad que fe erosionada por los hilos de aquellos que aplastan la voluntad del individuo, a favor del colectivo, aplastando aquellos que rompían o no cumplían el esquema establecido.
Entonces la putrefacción lo toca, y el grita..
Entonces un dolor como ninguno lo hace gritar, su garganta se ahoga con sus llantos de suplicas, de disculpas, de mentiras y verdades falsas. El héroe sufre, sufre el peso de los pecados del mundo corrupto que lo rodea, la podredumbre lo carcome como la muerte, su piel se arruga y marchita. Arrugas y manchas comenzarían a cubrirlo, mientras este intenta de forma desesperada respirar, pues el mismo aire es tóxico, todo su mundo es dolor y sufrimiento, pues incluso ahora, el mismo aire lo mata, como un veneno que lo debilita y lo cocina desde dentro.
El dolor es lo único que lo acompaña, el dolor es lo único que le da sentido. Dolor, pues que más era la vida? Que no más que dolor sin fin? Un dolor que jamás se podrá olvidar, un dolor que no se puede superar, el dolor de tus propios pecados, de tu propia putrefacción.
El Grita y la risa sádica de aquella oscuridad que suplanta a su madre se ríe. Se ríe de su sufrimiento, de aquel peso que lo aplasta bajo su masa.
Se ríe.. y entre risas y oscuridad, la luz se abre paso.
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Los ojos del Ciclista se habren de golpe, su respiración se agita ante los recuerdos vividos de aquella pesadilla que apenas despierta. Sudor frio recorre todo su cuerpo, mientras las imágenes de aquella oscuridad y putrefacción lo estreme ante el mera retrospectiva de aquellos hechos que vivió en el mundo de los sueños.
Este le levanta tambaleante, intentando lo más posible no evocar esas representaciones de aquellas pesadillas que lo atormentan. Cada paso que da, lo hace con esfuerzo y frustración, pues el dolor que sentía ahora no era normal, parecía como si fuera a morir en cualquier momento. Era tan malo como el dolor que sintió cuando lucho contra el rey profundo.
Llegando de forma vacilante al baño, el héroe número uno de la clase C, abre con manos titubeantes la ducha. El agua fría empapa la figura del héroe con su abrazo helado y calmante, pues lo único que se escucha en toda la habitación serian el sonido de las gotas de agua cayendo en el piso húmedo de Satoru.
Las imágenes borrosas de lo que fue su peor pesadilla aún resuenan en su sique como un tambor, sus vibraciones aún reverberando atraves de el como el deterioro que lo había carcomido en sus sueños. Este intenta controlarse, intenta rellenar esa sensación de vacío que el dolor abrumador lo envuelve desde adentro.
Este cae lentamente al suelo, el agua aún cubriéndolo, intentando de limpiar el dolor que el héroe siente en su corazón. El miedo, la amargura y la tristeza, era lo único que el héroe de clase C siente en estos momentos, momentos donde esta más solo, pues no tenia a nadie. La soledad que a sido su compañera desde que tenía memoria, desde que obtuvo su conciencia estuvo siempre en la insípida soledad de la sociedad.
Sus ojos enrojecidos por la falta de sueño se reflejan de forma discordante en la puerta de vidrio reflectante, una imagen de el mismo le devuelve la mirada con intensidad. Un reflejo desigual, lleno de baches y una superficie imperfecta, hace que su imagen sea devuelta como una sombra de contradictoria de lo que intenta aparentar en la superficie, en la sociedad.
Una imagen falsa llenas de mentiras y engaños, de honor y gloria que nunca obtendría. Pues se suponía que debía encarnar los objetivos de un verdaderos héroes, un héroe siempre debía ser alguien puro, que siempre ayudaba a los demás incluso cuando no hacía falta, un verdadero exponente del altruismo.
Pero era una fachada, una máscara para ocultar sus deseos más egoístas. Deseos llenos de amargura, pues no se suponía que debía tenerlos, se había hecho una promesa de encarnar el ideal que siempre habló con su madre cuando era pequeño. Un ideal lleno de sueños y esperanzas, llenos de calidez que intenta pintar el mundo entero con su color cálido.
Pero cuando lo intento, cuando dio el paso para convertirse en ese héroe, se dio cuenta de la horrible verdad. Que el mundo se mueve por deseos egoístas, se mueve por la codicia y la ambición del hombre, del hambre de reconocimiento y superioridad. Así es como funcionaba la asociación con los más novatos, el sabía que había héroes verdaderos en la organización, pero en lugar de parecer un un refugio donde se pueda hacer realidad los sueños, era más un campo de guerra político entre los propios héroes.
El mismo concepto con cual la asociación fue fundada se perdió en sus primeros años de existencia. Era gracioso, porque incluso después del azote de los monstruos, la humanidad aún estaba dividida, peleándose unos a otros en un danza imaginaria de poder. Pues el poder que persiguen, no era más que una falsedad, una fragilidad que se derrumba cuando el sistema falla.
Pero los pensamientos turbulentos del héroe no podrían seguir, pues se escucharía su alarma sonar. Eso lo haría recobrar el sentido del tiempo, pues se había perdido en sus propias reflexiones sobre toda su situación, este se levanta lentamente del suelo en el que se encuentra, al tiempo que las gotas de agua caen en su cuerpo.
El vapor y humedad saldría del baño, mientras la figura del héroe clase C se envuelve alrededor de la leve neblina que habría en el baño, cubriéndolo casi por completo. Su espalda dañada se alza en toda el pequeño cubículo, sus cicatrices un recordatorio de donde viene, sus orígenes.
Orígenes que se obliga a recordar constantemente para seguir con su misión. Con su objetivo, su ideal a alcanzar. Ojos marrones cansados le devuelve la mirada, una mirada que el conocía, una mirada que siempre tenía que ocultar, un mantra que intenta creer hasta que vivar por el, sin importar si esto lo consume.
Pero que más podría ser? No tenia nada más en esta vida a que aspirar, era su sueño, su deseo egoísta, incluso si este anhelo puede llevarlo a la ruina y su propia autodestrucción. Pero no le importaba, era su propio castigo, por no poder salvar a su madre de sus propios pecados, de sus vicios e inseguridades que la carcomieron desde adentro, como una plaga que se extendía atraves del campo.
Así que llevaría esta máscara, porque era su penitencia, su castigo auto impuesto, su propio tártaro. Pero incluso si sufría, tenía que verlos, ver esa felicidad que alguna vez sintió y formo parte, cada vez que veía un civil agradeciendo sus acciones, una sensación de ardor se formaba en su pecho, un sentimiento de orgullo y alegría por ayudar aquellos que no podía.
Por eso era un héroe, por aquellos sentimientos, por aquellas palabras, por aquellos deseos. Y así, con una nueva resolución, una resolución que incluso después de todo lo que paso, aún era inquebrantable, pues el creía aún en la humanidad, porque sabía que incluso si muchos podrían ser peores que los propios monstruos que aterrorizan la civilización conocida, había personas por las que valían la pena luchar.
Y por eso, por eso lucha, por eso se levantaba incluso cuando tenía todos los huesos del cuerpo rotos. Por aquella esperanza, de que la humanidad puede llegar a ser más, así que esos ojos marrones que le devolvía esa mirada cansada y sombria cambia a una llena de un fuego que parace no apagarse.
Y saliendo de la ducha, el héroe jamás se daria cuenta que aquel reflejo que había en el espejo, no se iría después, y aquella copia sonríe de forma macabra.
Sus ojos rasgados se desvanecen en la oscuridad de la habitación.
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[Incerten - Mysterius Suspense Music - Wolf At The Door].
El Aun tenia esa sensación de que lo observarán, era espeluznante e inquietante. Cada paso que dio era como una campanada en la soledad que resuena en las calles vacías de ciudad costera.
Se habia establecido en esta ciudad para ayudar a los civiles afectados por el alboroto del rey profundo. Pero las cicatrices de la pelea aun se notaban en la ciudad, los habitantes de la misma aún parecían tener miedo de que cualquier Kajin aparezca y rompa la fragilidad de la paz que se asienta en la ciudad marcada por la tragedia.
El héroe ciclista camina con su bici con precaución y cautela, sabiendo que las noches eran peligrosas, pues eran más propensas a que los monstruos salgan a buscar víctimas indefensas que pasean por las altas horas de la noche. El héroe camina en las calles poco transitadas de la ciudad a las horas de la madrugada, pues siempre se despertaba para patrullar a los alrededores.
Satoru vio con serenidad la neblina que converge en toda la ciudad, una sensación de intranquilidad lo comienza a carcomer, no sabía que era este sentimiento, pero no le gustaba. Subiéndose a su bicicleta el héroe comenzó a peleadear, esa sensación que antes había sentido ahora aparece una vez más, no era ese mal presentimiento, era esa oscura sensación de ser observado, de ser vigilado constantemente.
Entonces lo escucha, paso y sonidos que se encuentran alarmantemente cerca de su posición, como si por fin su vigía hiciera un movimiento en su contra. Con el corazón en su garganta el héroe comienza a pedalear con más fuerza, el héroe iría a gran velocidad por las calles vacías de la ciudad.
Pero los ruidos aún se escuchan cerca de el, su miedo comienza abrumarlo, y con agonizante vacilación el héroe ciclista voltea su cabeza hacia atrás.. mal error.
Los ojos del héroe se dilatan, sus pupilas se escogen ante lo que su vista presencia, la misma oscuridad como una masa viviente lo venía persiguiendo, su negrura era tal que parecía el mismo vacío que lo estuviera apunto de consumir. Era como la putrefacción que lo había carcomido en sus sueños, el miedo fantasmal de aquella sensación regresa con mayor intensidad, y el héroe apretando los dientes acelerar para escapar de aquella cosa que lo persigue.
El héroe corre a mayor velocidad posible, las llantas de su bicicleta se iría quemando por la mera fricción que el héroe ejercía en los pedales del vehículo. Calle, tras calle, el héroe no se detendría, los sonidos agonizantes que comienza a escuchar detrás de él hacer que sus piernas se muevan constantemente sin ningún atisbo de detenerse.
Cuando estaba apunto de doblar una esquina, el héroe finalmente se tropieza. La bicicleta se golpea con unos de los bordes de la acera, haciendo que el ciclista caiga de ella, el héroe gira varias veces por el suelo, haciéndose daño en el procesó. Satoru aprieta sus dientes del dolor que siente ahora, ir a esas velocidades y caer no era nada bonito, siente que su mundo da vueltas.
Intentando levantarse, este cae abruces al suelo. Un dolor agonizante lo hace agarrar su cabeza, un dolor tan intenso que finalmente el héroe grita, un rugido de dolor, la garganta del héroe se apaga cuando el dolor se esfuma de un momento a otro como si nunca hubiera pasado.
El ciclista confundido, se levanta con inmediates, recordando esa miasa oscura que lo estaba persiguiendo. Pero al voltear al frente no encuentra nada más que una calle vacía, solo con las luces de las faloras iluminando y acompañando las frías calles de aquella intercesión.
¿Acáso lo había alucinado? Su paranoia lo está consumiendo a tal nivel? Un nivel donde la realidad y la imaginación se combinan en una remanente de sueños irónicos que apelan su propia realidad a tal nivel que ni sabe que está alucinado.
Más confundido y asustado este mira con creciente horror unas marcas que habían en el asfalto. Rayones y raspaduras eran lo que había en el anterior lugar donde el monstruo lo había estado persiguiendo, su respiración se vuelve entre cortada, el sudor comienza a bajar de su rostro de forma constante. Sus ojos se achican en miedo y terror, volteando a erradicamente a todos los lados, lo único que puede encontrar es la neblina de la madrugada y las solitarias faloras que iluminan las calles de la ciudad sumergida en oscuridad.
Este intenta controlarse lo más que posible, pero era inútil. Los latidos de su corazón retumbando en sus oídos ahogan casi cualquier sonido que puede estar a su alrededor, todo era borroso para el.
La sensación miedo y terror que sintió cuando fue masacrado por el rey profundo volvió una vez más. El héroe se arrodia, mientras intenta de forma desesperada respirar y controlar el contenido de su estómago, solo para al final rendirse y vomitar todo su desayuno.
El ahora pesado del vomito asalta las fosas nasales del héroe que se levanta después de algunos minutos de estar arrodillado. Este con lentitud voltea a ver una vez más a su alrededores, viendo que ahora extrañamente había más neblina, una consecuencia de vivir al lado del mar.
Este voltea una vez más al frente para poder visualizar los arañazos y rayones que habían en el asfalto. Solo para darse cuenta que ahora no había nada, confundido una vez más, este camina hasta arrodillarse en el lugar exacto donde antes se encontraba la evidencia del Kajin que antes lo perseguía, pasando sus dedos por el frío suelo de la carretera, no encuentra ninguna imperfeccion además de los propios que existían con anterioridad.
Volviéndose a donde estaba su bicicleta, este la levanta mientras observa una vez con cuidado sus alrededores. Cerrando los ojos, piensa talves que era su mente otra vez, haciéndole jugadas, debería ir una vez más donde Samuel. El Psicólogo que lo a estado atendiendo desde que su mudo a ciudad costera.
Este se vuelve a montar en su bicicleta, y con paso lento pero firme este se adentra en la neblina de la madrugada. Esperando que talves tenga suerte hoy y no pase nada.
Lastima que este día lo marcaría como nunca. Pues lo horrores y actos que tendría que cometer para sobrevivir al lugar que la niebla lo habría transportado lo marcarían para siempre.
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[Incerten - Bensound: "Ofelia's Dreams"].
No sabía cuanto tiempo he estado peladeando, pero parecían horas. Era como si el tiempo se hubiera detenido en la neblina, desde que la atravesé, no he podido encontrar alrededores reconocibles de la ciudad. ¿Talves salí por accidente? No lo sabía, pero un presentimiento me hacía saber que no podría regresar.
El sol ya había salido, pero la espesa niebla que nubla el paisaje me hace recordar que incluso si salió. Su luz, su calidez están siendo tapados por esta capa de frialdad que cubre todo el paisaje de alrededor.
Bajándome de mi bicicleta, caminaria hacia lo que parecía una taberna. No sabía que hora eran, porque mi sentido horario se había perdido después de lo que me paso en la madrugada de hoy, aun le estoy dando vueltas de lo que podría haber sido. ¿Un ataque de ansiedad? No lo sabía, no era experto en la materia, pero por ahora no quería darle tanta importancia, era una forma de distraerme de mis propios problemas, dejarlos en segundo planos mientras hago mi oficio.
Llegando a la entrada de la taberna, observó que esta muy deteriorada, un pequeño escalofrío me sube por la espalda solo por decir esa palabra. Lo miro con detenimiento, viendo con algo de curiosidad, las telaraña y suciedad que había en la entrada, quien fuera el dueño no mantenía el lugar limpio.
Colocando mi bicicleta en la entrada, apoyada en el marco de madera podrida que estaba. La dejo allí por el momento, mientras camino hacia la puerta, con cuidado la abro para adentrarme en el local descuidado.
Asomando la cabeza veo una barra que está igual de condiciones que el exterior del establecimiento. Caminando con cautela, me acerco a la barra, mientras hablo para saber si había alguien que atendiera.
-¿Buenas? Hay alguien?.- Diría en voz alta, al tiempo que volteo la cabeza a todos los lados. Hasta que siento que alguien habla a mi lado, sobre saltandome de sobremanera.
-Que puedo hacer por ti viajero?.- Una voz anciana me diría a mis espaldas. Volteando a ver, vería a un señor ya entrada en edad, dándome un pequeño saludo mientas camina hacia la barra con serenidad pero al mismo tiempo un aura sofocante que me llena de incomodidad.
-Buenos días.. me preguntaba, si sabe en que ruta estoy? Salí por la mañana de ciudad costera pero la neblina me hizo perder el camino que estaba siguiendo.- Le pregunté con cautela, había algo que no me daba buena espina de este sujeto.
El toma una copa de vidrio vacía, sujetándola este de su bolsillo saca un viejo trapo mugroso cuál comienza a limpiar la copa con calma. Este me responde con diversión y algo de burla en su voz.
-Oh? No lo sabes viajero? Acabas de entrar en terrenos desconocidos. Ciudad costera? Creo que nunca e oído hablar de ella, pero si quieres ayuda puedes dirigirse hacia el pueblo que queda a varias millas de aquí. Talves allí puedan "ayudar".- Me responde la última frase con algo odio en su voz, algo que me sorprende.
-Gracias por la ayuda.- Le diría al tiempo que comienzo a caminar a la salida con algo de prisa pues el sujeto me incomodaba de sobremanera, había algo que no estaba bien con el anciano.
-Oh.. viajero, creo que no me lo agradecerás más tarde.- El viejo responde con unas carcajadas que me hacen apresurar el paso.
Saliendo del local me subo a mi bicicleta, la neblina parece que había espesado. Ahora era como si estuviera viva de alguna forma, el frío y la llovizna que me cae me hacer recordar aquellos momentos con el Rey Profundo, me sacudo esos pensamientos de mi cabeza, ahora solo tenía que encontrar ese pueblo y pedir indicaciones para volver a la ciudad.
Lo que parecieron unos minutos eternos, al final pude visualizar un cartel de bienvenida.
Me quedo parado unos momentos mientras lo observó y leyendo diría.
-Silent Hill? Que extraño nombre.- Digo para mi mismo, mientras pedaleo con lentitud hacia aquel pueblo.
Sin saber lo que me esperaba allí adentro.
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Continuará.
Notas de autor:
Bueno gente espero que les haya gustado este capitulo, Jaja se que tarde en subirlo que verán que la espera valdrá la pena. Este capítulo es el prólogo para el primer arco de esta historia, que solo diré que estará potente.
Sin más, espero que dejen su estrella y lo compartan, sin más me despido Chao.
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